José Saramago, premio Nobel de Literatura, denuncia que estamos inmersos en la “Era de la Mentira”. Como muchas veces la mentira se enmascara, a mis alumnos les enseño cómo se miente en los informes de investigación, para evitar que ellos sean engañados. Les explico cómo se cambian las cifras, se comparan contextos diferentes que invalidan las conclusiones, se hace una interpretación estadística parcial y extrapolada, o se encubre bajo declaraciones populistas o de patriotismo, identidad, creencias y catástrofes.

Por ejemplo, Bush justificó la invasión a Irak dada la supuesta existencia de armas nucleares. Después se demostró que era mentira. Nuestro Gobierno utilizó como uno de sus principales argumentos para lograr que se aprobara la ampliación del Canal, el hecho que ya era obsoleto, como lo ‘demostraba’ las fotos de una larga fila de barcos esperando por entrar al Canal. También se demostró que era mentira, ya que inmediatamente después de realizarse el referéndum ¡desapareció esa fila!

De esos días, recuerdo las discusiones con un prestigioso médico que me honra con su amistad. A pesar de que él práctica el método científico en su actividad investigativa, en su análisis sobre la ampliación ignoró este método, por lo que no entendía que él fuese engañado al apoyar una propuesta de ampliación que en cualquier universidad de prestigio se rechazaría.

Ahora el engañado fui yo. El 4-11-2007 expresé: “Los únicos beneficiarios de la huelga anunciada serán el Gobierno y las empresas privadas que posiblemente contrate, en sustitución de los médicos huelguistas”. ¿Por qué me expresé así? ¿Por qué no comprendí la diferencia entre paro y huelga? Porque me dejé engañar por la propaganda gubernamental: No sabía que cuando COMENENAL declara un paro, garantiza la atención más esmerada en los cuartos de urgencia y a los pacientes de alto riesgo.

Reconozco la gran capacidad de Patria Nueva para aplicar los principios de Joseph Goebbels, que como ministro del III Reich, desarrolló y aplicó la propaganda del régimen de Hitler.

Según Goebbels, la propaganda se basa en once principios: Simplificación y enemigo único; contagio; transposición; exageración y desfiguración; vulgarización; orquestación; renovación; verosimilitud; acallar; transfusión; unanimidad.

Analicemos dos. Principio de renovación, el cual consiste en emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda, el público ya esté interesado en otra cosa. Por ejemplo, el presidente Torrijos criticó a COMENENAL porque según él no había consultado a sus bases. Unos días después, el vicepresidente Arosemena critica a COMENENAL ¡porque consulta a sus bases!

Esto es lo más loable de COMENENAL, su principal fortaleza: practica la democracia participativa, al consultar siempre a sus agremiados. Los dirigentes COMENENAL no deben dejarse provocar por el Gobierno.

Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. De ahí viene la famosa frase: “Repetir la mentira hasta que parezca verdad”. La expresión más oída durante el paro ha sido “los médicos no trabajan”.

A los tres meses de haber tomado posesión Martín Torrijos, aprobó el Decreto 423 de 2004, por el cual se elimina la estabilidad laboral de médicos y odontólogos. Ahora, se pretende eliminar el derecho a huelga, generalizando lo que ya ocurre en una gran cantidad de empresas donde no hay libertad sindical, lo cual permite que en la Universidad Interamericana de Panamá (UIP) se descuente el impuesto sobre la renta, aunque devenguen menos de 800 balboas y no le pagan quincenal ni mensualmente al profesor. Al transcurrir cinco semanas de haber comenzado el cuatrimestre, es cuando la UIP le hace al profesor un contrato de trabajo por tiempo definido: un cuatrimestre. En la sexta semana se le paga el 40% de su salario y tiene que esperar hasta la semana dieciséis para poder cobrar el 60% restante.

Estoy alarmado al comprobar que los discursos neoliberal y fascista se entrelazan. Diariamente, en varios programas radiales miembros de la coalición gobernante y sus servidores han utilizado expresiones de mafiosos, maleantes, etc. para referirse a los médicos y odontólogos.

El escritor mexicano Sergio Pitol afirma: “La mentalidad totalitaria difícilmente acepta lo diverso; es por esencia monológica, admite sólo una voz, la que emite el amo y servilmente repiten los vasallos”.

El resultado de la confrontación Gobierno-COMENENAL repercutirá en toda la población. No sólo se decide la privatización del sistema de salud pública y la equiparación salarial, está en juego impedir que nazca un Estado totalitario.

- El autor es catedrático
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