Medios de comunicación

El poder de los Señores Mediáticos

08/01/2008
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
La identificación, de quiénes son las figuras más poderosas de los medios de comunicación y su relación con el poder público toca un tema central de la democracia y las instituciones políticas en Honduras. Las preguntas de partida fueron las siguientes: ¿Quiénes son las familias y figuras dominantes en el sector mediático?, ¿Cómo se vinculan con el poder? y ¿Qué ganan y cómo ganan en esa relación? Como es natural suponer, no se pretende agotar el tema sino dejar abiertas tantas interrogantes de fondo como sea posible, de tal manera que futuras investigaciones completen las respuestas.

La situación encontrada preocupa. Entrevistado al respecto, un diputado de oposición, beligerante y respetado, pidió mantener en reserva su nombre para decir lo siguiente: “antes, cuando había inmunidad, uno podía hablar más libremente, pero ahora se tiene mayor cuidado, esas son las cosas que cuando se toman decisiones hay que verlas, porque yo antes mencionaba a esas familias y si usted ve las Actas en el Congreso, va encontrar esos señalamientos, pero ahora ya no las puedo decir públicamente. El común denominador de esas familias es que han acumulado su riqueza y poder con negocios hechos a través del Estado. Al contrario de otras sociedades, aquí todas las (grandes) familias han tenido su dinero a base de concesiones, acciones financieras y relaciones de diversos tipos con el Estado, incluyendo contrabando. Hay familias aquí que, y no es un secreto, tienen poder e influencia por las canonjías que sacan del Estado. Yo siempre he dicho que aquí tenemos una trinca entre los seis grupos o familias económicas más poderosas y seis políticos, porque unos se sustentan en los otros y viceversa[1].

Las expresiones del diputado confirman lo que fue una constante en todas las entrevistas realizadas para esta investigación: el temor para entrar en detalles comprometedores y la admisión creciente de los políticos respecto a que su influencia es cada vez menor en el manejo del país, las instituciones y la economía. Poderes privados o corporativos compiten entre sí o se ponen de acuerdo para controlar los poderes formales. Las actas de sus sesiones privadas no trascienden pese a tomar decisiones públicas. La creciente incapacidad del sistema institucional para controlar ese poder fáctico es quizá la debilidad principal de la actual democracia hondureña. Es obvia la transformación del Estado institucional en una plutocracia, donde la riqueza es la base principal del poder, y éste, por lo tanto, responde ante aquellos que le apoyan. En esa captura de lo público sobresalen los propietarios de los principales medios de comunicación que lograron imponer a los políticos, siendo a su vez muchos de ellos políticos, un tipo de mandato imperativo y vinculante que pervierte y tergiversa el sentido de la democracia.

Es conocido que en Honduras mandan los personajes y grupos que controlan la banca, comercio, agroindustria, maquila, sector servicios, turismo, generación de energía y telecomunicaciones. Si cada uno de esos sectores, muchas veces monopólicos, da una cuota de poder inmensa a quienes los dirigen, resulta que la mayoría de propietarios de los medios de comunicación y tecnologías mediáticas nuevas son a la vez inversionistas destacados en todos los rubros mencionados y tienen estrechas conexiones con los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial para beneficiar sus proyectos e intereses. Los Rosenthal, Ferrari, Canahuati, Flores, Násser aparecen en todos o casi todos los grandes negocios del país. Su radio de influencia es tan grande que no sólo financian la política y los políticos sino que a través de sus capitales, invertidos en la radio, televisión y prensa escrita, pueden influir, en gran medida, el curso de los procesos electorales. Los políticos lo saben y han caído en su red. Un alto porcentaje de los políticos buscan en esas fuentes el dinero que financie campañas proselitistas cada vez más costosas, así como acceso a mecanismos masivos para difundir su imagen. Ello explica que unos políticos aparezcan más que otros en los medios de comunicación.

La investigación encontró que las modalidades en que esos conglomerados económicos manifiestan su poder y control sobre el Estado son diversas, pero su común denominador es responder a un criterio patrimonialista. Una de las vías más importantes es la jurídica, lo que convierte el Congreso Nacional (por su facultad legislativa) y el Poder Judicial (por su facultad para aplicar la ley) en objetivos de disputa. Una colita agregada a un proyecto de ley antes de su aprobación o el fallo sesgado de un juez pueden representar millones y millones de lempiras en utilidades para determinados intereses y pérdidas para otros. La institucionalidad pública, por supuesto, también es codiciada. Con el control de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones -Conatel-[2], por ejemplo, se garantiza el reparto y la orientación de las frecuencias, lo que contribuye a frustrar cualquier intento, pretensión o sueño de que el país cuente con una política nacional social de la comunicación. El reino de lo privado se impone sobre lo público y en esa relación no sólo existe una política de premio o castigo de los políticos en el poder respecto a los medios (por ejemplo en la asignación de la publicidad estatal o en la firma de importantes contratos del Estado con empresas propiedad de los dueños de los medios), sino también hay una política de premio o castigo de los medios con respecto a los políticos en el poder (se les entrevista menos, se les ignora o se les critica). Un gobernante o un político pueden sentirse como predicadores en el desierto si los medios le orquestan el silencio.

No extraña entonces que los intereses privados condicionan, matizan o manipulan la agenda pública de los gobiernos, de forma abierta o encubierta, a través de los medios masivos de información. En la actualidad, esos grupos de poder tienen bajo su control los rubros económicos mejor vinculados con el Tratado de Libre Comercio con EE.UU. (CAFTA) y la exportación; asociados, ligados o próximos al gran capital centroamericano (Pellas, Poma, Páiz, Gutiérrez) y transnacional.

Ese poder personal y/o familiar se incrementa con su capacidad de asociatividad o de articulación con otros capitales y rubros económicos, de tal manera que forman lo que puede denominarse un cártel, entendido no en su acepción colombiana de organización ilícita que trafica, sino en su versión alemana (kartell), que implica un convenio o un espacio común entre empresarios para evitar o controlar la competencia o para apoyarse los unos a los otros cuando advierten un riesgo o una amenaza común o para invertir/explotar un negocio o para orientar decisiones públicas a su favor.

La asociatividad o articulación es básica en la expansión de los capitales puesto que suma fortalezas y contactos. Diferencias o rencillas personales o de competencia empresarial se supeditan a los objetivos que convocan. Suman influencias, recursos y capacidades. Por ejemplo, la directiva del Fondo Hondureño de Inversión Turística (FHIT)[3], promotor del multimillonario proyecto Bahía de Tela, la integran José Rafael Ferrari (medios de comunicación), Juan Canahuati (maquila, Grupo Lovable), Camilo Atala (finanzas), José Lamas (explotación de la madera), Fredy Násser (telefonía y energía térmica), Jacobo Kattán (textiles), Yankel Rosenthal (medios de comunicación, agroindustria), Guillermo Lippman (industria del azúcar) y Rafael Flores (construcción). El FHIT está conformado por más de 40 grupos empresariales que planean capitalizar 440 millones de lempiras en la primera fase del proyecto, en su mayoría fondos del Estado o avalados por el Estado.

La capacidad operativa y de presión ante el Estado de consorcios como el descrito es muy efectiva. Con sus grandes capitales y conexiones tienen poder y también influencia. Lo que se da entre ellos es un trueque de intereses, cuyos acuerdos y resultados generalmente nunca trascienden a la opinión pública. Los denominados grupos se han multiplicado a partir de los primeros años de la década de los 90, beneficiados por la aplicación del llamado Consenso de Washington, y el arribo al mercado nacional de agresivos inversionistas centroamericanos.

En esa dinámica, mientras más capital y más conexiones políticas, institucionales, financieras y mediáticas se posean, más poderosa e intocable se vuelve la figura o el grupo empresarial implicado, tanto que en  Honduras es prácticamente imposible que el dueño de alguno de los grandes medios de información sea condenado judicialmente por un eventual delito. Socialmente, se les considera herederos de la impunidad que en su época tuvieron los militares.

¿Cuál es la base de su poder? En primer lugar, los medios son un instrumento primordial en la construcción de la opinión pública a partir de su capacidad para imponer, sugerir, modificar o mediatizar la agenda pública. Los medios tienen la capacidad de seleccionar los temas (lo que implica incluir y excluir), priorizarlos, escoger las fuentes y manejar sus tiempos. Esa capacidad resulta más que atractiva para quienes necesitan mediar ante la opinión pública, lo que incluye a funcionarios públicos, políticos y empresarios, entre otros.

Que el poder aspire a controlar los medios de comunicación no es novedad, y tampoco es que los propietarios de los medios de comunicación manipulen esa ambición para fortalecer sus negocios, sin embargo, lo preocupante es que no existen mecanismos institucionales y de ciudadanía capaces de frenar el abuso que se comete en ambas vías y que atenta contra la libertad de expresión y el Derecho a la Información.

El punto a debatir, en el contexto de la democracia, es que los medios de información y/o comunicación son empresas privadas de interés social, y su manejo, lo que informan o dejan de informar o cómo informan, influye o es determinante en la vida de millones de personas. La mayor parte de la sociedad percibe la “realidad” a través de esos medios; tiende a confiar en ellos y en los periodistas. Sean de cobertura local o nacional, los medios tienen tal capacidad de penetración en el ámbito de la actividad humana y de sus decisiones que son una llave del poder y al mismo tiempo explican la complejidad de la nueva economía, sociedad y cultura en formación..

A.     LA DEMOCRACIA MEDIATIZADA

Honduras es una sociedad que durante años tuvo índices muy bajos de acceso a las diversas tecnologías de comunicación, tanto en las relaciones interpersonales como aquellas de carácter público. La telefonía estaba al alcance de pocos y la información pública se concentraba en unos cuantos medios impresos y electrónicos, la mayoría ubicados en las dos principales ciudades (Tegucigalpa y San Pedro Sula). [4]

Desde mediados de los años 90 la influencia de la era digital cobró intensidad en el país, estimulada por la proliferación de medios electrónicos y la ruptura del monopolio estatal (Hondutel) en el dominio del espectro telefónico y radioeléctrico. A mediados de la década de los noventa, Hondutel adjudicó la banda “A” por 5.7 millones de dólares a Celtel (Tigo) y en abril de 2003 otorgó una banda PCS a Megatel (Claro) por 7.6 millones de dólares. El crecimiento en el número de usuarios de ambas compañías probablemente sorprendió a sus propios ejecutivos. A fines del 2006 sumaban dos millones 240,756 líneas activas, superior en un millón 10,616 a las registradas al 31 de diciembre de 2005, cuando se reportaron un millón 221,140 abonados, según informes de Conatel. La segunda compañía en competencia, Megatel, logró alcanzar los 205 mil usuarios en sus primeros 15 meses de operaciones y para diciembre del 2005 sobrepaso los 400 mil clientes.

Ese auge, incentivado por una masiva, cuantiosa y sostenida campaña de publicidad multimedia, explica que rápidamente el número de usuarios de telefonía celular por cada 100 habitantes pasara de 17 a 30. Ha sido tan frenética la expansión de la red de telefonía móvil (en un fenómeno con un ángulo cultural poco investigado puesto que su consumo se expandió también entre los hogares pobres) que en el 2007 CONATEL autorizó aumentar de siete a ocho dígitos los números telefónicos. El  9 se antepuso para el servicio de Tigo y el 3 a los de Claro.  En ese proceso acelerado de crecimiento también cambió el control de ambas compañías. La mayor parte de las acciones de las dos empresas fueron adquiridas por inversionistas extranjeros: Celtel (Millicom)[5] y Megatel (América Móvil, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim).[6]

Lo que sorprende, de alguna manera, es que el consumismo de tecnologías de la comunicación no se limita a la telefonía móvil. Estadísticas oficiales revelan que entre 1996 y el 2005 el promedio de hogares en el país que tenían al menos un receptor de televisión pasó de 31.6% a 62.7%, es decir, se duplicó en apenas nueve años. Ese fenómeno es similar en cuanto al acceso a comunicación telefónica y computadoras, como se observa en los Cuadros Nos. 4 y 5.

Cuadro No. 4

Porcentaje de viviendas particulares habitadas que disponen de teléfono, televisión y computadora, 1996-2000

 

Concepto

Unidades

1996

1997

1998

1999

2000

Porcentaje de Viviendas Particulares Habitadas que disponen de Teléfono

Porcentaje

n/d 

15.2% 

 15.8%

 16.2%

16.2%

Porcentaje de Viviendas Particulares Habitadas que disponen de Televisión

Porcentaje

31.6%

32.1% 

 33.2%

 37.1%

36.3% 

Porcentaje de Viviendas Particulares Habitadas que disponen de Computadora *

Porcentaje

n/d

 1.8%

2.3% 

2.8% 

3.2% 

 Fuente: UIT (año 1997)

 

Cuadro No. 5

Porcentaje de viviendas particulares habitadas que disponen de teléfono, televisión y computadora.  2001-2005

 

Concepto

Unidades

2001

2002

2003

2004

2005

Porcentaje de Viviendas Particulares Habitadas que disponen de Teléfono

 Porcentaje

16.0%

16.5%

17.5%

17.4%

17.1%

Porcentaje de Viviendas Particulares Habitadas que disponen de Televisión

 Porcentaje

48.0%

46.2%

57.6%

57.6%

62.7%

Porcentaje de Viviendas Particulares Habitadas que disponen de Computadora *

 Porcentaje

 3.7%

4.2%

5.2%

6.1%

7.2%

Fuente: UIT (año 2006)

Los promedios son más altos en los centros urbanos. Una investigación reveló en el 2005 que en colonias “marginales” de Tegucigalpa, 86% de los hogares, calificados como pobres, poseían al menos un televisor (El Carrizal, Perdomo)[7]. Ese dato contrasta con el hecho de que el 15 de septiembre de 1959, cuando “Canal 5” hizo su primera transmisión de los desfiles por el Día de la Independencia, existían en Tegucigalpa apenas 25 receptores de televisión, colocados en las vitrinas de las principales tiendas comerciales de la ciudad. Desde entonces, mucho ha cambiado el panorama mediático mundial y nacional.

Lo que ha tenido lugar en los últimos 20 años es un consumo creciente e imparable de equipos electrónicos en todo el país. Para efectos de mercadeo, diario El Heraldo realizó en el 2004 un estudio representativo de los hábitos de consumo de 506,000 adultos en las ciudades de Tegucigalpa y Choluteca. El trabajo de campo reveló que del mercado total, 128,500 tenían acceso a computadoras (no necesariamente dueños de computadoras); 98,200 eran usuarios de la telefonía celular; 92,000 poseían televisores con control remoto; 67,800 tenían videograbadoras; y 44,100 eran suscriptores de televisión por cable.[8]

¿Cómo ha sido posible ese fenómeno en una sociedad con altas tasas de pobreza y extrema pobreza? Más que una razón, se trata de un conjunto de razones y circunstancias. La transformación de la sociedad hondureña en mediática es resultado de las políticas de privatización de bienes públicos estratégicos, la ausencia de políticas culturales y por el modelo económico vigente que tiene como motor de crecimiento el consumo, favorecido con el fenómeno de la emigración y las remesas.

En el caso de las remesas vale detenerse un momento por la relación e impacto que tiene en el ámbito cultural. El  Banco Central de Honduras define las remesas familias (Manuel de Balanza de Pagos) como: Las transferencias corrientes realizadas por los emigrantes que trabajan en otra economía de las que se les considera residentes (Un emigrante es una persona que viaja a una economía y que permanece, o se prevé que permanezca en ella, durante un año o más)”.

El hecho que entre 1996 y el 2005 se duplicó el promedio de hogares en el país que tenían al menos un receptor de televisión y aumentara sustancialmente el acceso de la población a la comunicación telefónica móvil coincide con el período de incremento de las remesas enviadas por los emigrantes, especialmente desde Estados Unidos. De acuerdo con fuentes oficiales (Banco Central) el ingreso de divisas por concepto de remesas familiares como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) pasó de representar aproximadamente 4.2% en 1998 a 25.5% en el 2006[9]. El principal destino final de las remesas familiares continúa siendo el financiamiento de gastos de consumo por parte de los receptores (83.4%)[10] y esa es la tendencia que las empresas estimulan a través de los medios masivos de información. Desde esa perspectiva para los grandes capitales resulta más “rentable” esa inversión de las remesas en consumo que en esfuerzos enfocados al desarrollo local, regional o nacional. A los dueños de los medios, en sentido pragmático, también les beneficia más un modelo expulsor de mano de obra que uno incluyente y eso se refleja en sus líneas editoriales e informativas. Para ellos, en una lógica ultra conservadora, el país está bien como está y no se necesitan grandes reformas institucionales para que siga adelante, al menos mientras una nueva “clase media”, consumista e individual, se esté creando alrededor de las remesas. En los años 70 se consideró que impulsar la reforma agraria era necesario para elevar el poder adquisitivo de la población y estimular su capacidad de consumo; ahora no, las remesas cumplen ese papel y sin alterar el equilibrio interno de las desigualdades. Además, los beneficios comerciales del éxodo se concretan a corto plazo, no hay que esperar mucho tiempo.

Es tal la “rentabilidad” que los más importantes anunciantes comerciales en periódicos, radioemisoras y compañías de televisión tienen relación con los proveedores de servicios ligados a las remesas: bancos (operaciones de transferencia y cambio), empresas de envío y recepción de remesas, cooperativas de ahorro y crédito, casas comerciales, empresas de bienes y raíces, sistemas de cable e Internet, y, por supuesto, de telefonía. La expansión del mercado de la telefonía móvil[11] se explica en buena medida por el fenómeno de las remesas.

La conversión de las empresas de telefonía celular en imperios comerciales con ingresos netos anuales superiores a los dos mil millones de lempiras conlleva la defensa ideológica de un modelo económico y social excluyente y la existencia de un tejido complejo de alianzas políticas, financieras y mediáticas –nacionales e internacionales- que requiere, para su auge, de un Estado débil, no un Estado fuerte. De hecho, el principal perjudicado con el auge de la telefonía privada, móvil y fija, ha sido el operador estatal (Hondutel), obligado a poner su infraestructura técnica al servicio de operadores privados, limitado por años a servir telefonía fija y a incorporarse de forma tardía y parcial a la provisión de telefonía celular [12].

El Gráfico No. 1 ilustra la disparidad en el tema.

Gráfico No. 1

Evolución del Nº de teléfonos fijos y móviles celulares en honduras

Fuente: CONATEL 2006

Como se puede confirmar, la exposición mediática de la sociedad hondureña es real, creciente y determinante, lo que ocurre en un contexto de marcadas desigualdades. Las nuevas tecnologías de comunicación se han convertido en motor del consumo como base del crecimiento económico, pero no ha tenido impacto similar en la difusión de ideas y propuestas democráticas y participativas. Es decir, la sociedad mediática no ha dado paso a una sociedad de la información y el conocimiento que permita encarar sus principales desafíos y se traduzca en políticas públicas de beneficio social. Al contrario, la situación actual, caracterizada por el predominio de intereses privados sobre los públicos en materia de comunicación e información, es el resultado de la inexistencia de políticas públicas para la comunicación y el favoritismo político en la distribución de frecuencias y permisos de operación para empresas mediáticas.

B.     LA OFERTA MEDIÁTICA

Si la multiplicación de medios de comunicación, impresos y electrónicos, en Honduras es reciente, también es renovada la diversificación de capitales de sus propietarios.

1.      Impresos

En el país se publican cuatro periódicos: La Tribuna y El Heraldo, editados en Tegucigalpa, La Prensa y Diario Tiempo en San Pedro Sula. Hay varios semanarios: Fides (Iglesia Católica), Tiempos del Mundo (internacional) y Honduras This Week (en inglés) y se edita un periódico mensual, “El Libertador”, que hasta mediados del 2007 tuvo el respaldo financiero y político del Center for Internacional Policys, que dirige el ex embajador norteamericano Robert White y en gran parte financia el millonario norteamericano Allan Anderson.

Los porcentajes promedios de circulación de los cuatro periódicos principales son los siguientes: La Prensa (56.036), La Tribuna (40.000), El Heraldo (45.000) y Tiempo (58,560)[13]. En total la media, sumando los cuatro periódicos, oscila entre 150 mil y 200 mil ejemplares diarios y se estima un promedio – de acuerdo con el estándar internacional- de cuatro lectores por periódico. Esa cifra puede ser mayor por el alto costo monetario de cada ejemplar (cinco y seis lempiras cada uno), que motiva compartir más cada periódico, y también porque hay lectores que no ya leen el periódico en papel sino en internet[14].

En Honduras los periódicos se autodenominan nacionales pero en la práctica tienden a ser regionales, tanto en cobertura como en contenido, lo que da a sus propietarios una mayor cuota de influencia en la región dominante. En cobertura de circulación La Prensa y Tiempo dominan el mercado noroccidental, y El Heraldo y La Tribuna el centro y sur-oriente. Esa distribución de mercado crea también una segmentación de influencias dentro de la audiencia. El estudio ya citado de El Heraldo revela, por ejemplo, que en la población total investigada (506,000 consumidores) de Tegucigalpa y Choluteca, un 28% es lectora frecuente de El Heraldo, 25% La Tribuna, 4% La Prensa y Tiempo no llega a 1%.

En Honduras no existen periódicos de partido (político), estrictamente hablando, sino que los partidos inciden a través de todos los periódicos y medios de comunicación electrónicos, lo cual vuelve más compleja, manipulable y encubierta la relación. Algunos de esos medios tienen más influencia de un partido político por los intereses de sus dueños, como La Tribuna, propiedad de un ex presidente liberal, y Tiempo, propiedad de un permanente aspirante liberal a la presidencia. En todos los medios, independientemente del criterio político predominante, pueden expresar sus opiniones e informaciones los dirigentes de otros partidos políticos o de organizaciones ciudadanas que emiten criterios sobre la política. La calidad de la apertura o del acceso depende, sin embargo, de los intereses permanentes o coyunturales de los propietarios o de la profundidad de la opinión que se emita. Lo mismo ocurre con el trabajo de los periodistas. La mayoría de los periodistas que trabajan en los grandes medios nunca informan la verdad sobre la política; sólo se les permite decir lo que está permitido que digan. Y casi siempre es poco.

2.      Radiales

Honduras, por sus características geográficas, dispersión de las comunidades y tasas de analfabetismo, ha sido un país de radioemisoras. Prácticamente, 9 de cada 10 de los consumidores de Tegucigalpa y Choluteca oyen la radio (93%), siendo la mañana la franja más popular (83% de la audiencia) y finalmente la noche (57%). La mayor parte del auditorio radial se concentra en los hogares y sólo un pequeño porcentaje en las oficinas (se estima menos del 10%).[15]

El informe de El Heraldo revela que las preferencias por el tipo de programación han variado significativamente en los últimos cuatro años (2000-2004), disminuyendo la preferencia por escuchar noticias en la radio (cayó de 63% a 46%) y aumentó la inclinación por las emisoras que transmiten música romántica (pasó de 26% a 49%). Ese fenómeno se explica por varias razones, entre ellas la creciente influencia mediática de los canales de televisión y, también, por la pérdida creciente de credibilidad de los grandes noticieros. La competencia informativa es mayor y diversificada.

Un informe de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (mayo, 2005) reveló que existen 274 estaciones de radio en la banda AM y 436 en la FM. En total: 710. De ellas, la mayoría son emisoras locales cuya potencia de transmisión autorizada es débil, entre 50-100 kilowats. Pese a ello, la importancia de las emisoras locales es apreciada más rápidamente por los sectores de poder político y económico que por la ciudadanía. Hay una alta concentración de radioemisoras en manos de dirigentes políticos, cuyos intereses influyen o determinan la libre emisión del pensamiento dentro de su cobertura[16]. Alcaldes y diputados, o aspirantes a serlo, son comunes en el listado de propietarios de radioemisoras locales. En contraste, ni la legislación ni el mercado apoya la existencia de radios comunitarias.[17]

La atención mayoritaria del público sigue concentrada alrededor de HRN y Radio América, aunque su monopolio mediático encuentra competencia en la irrupción de nuevas radioemisoras de cobertura nacional (Radio Globo o Circuito Radial Voces) y por la proliferación de radioemisoras locales. Radio Globo es propiedad de un ex diputado y ex Asesor Presidencial liberal, Alejandro Villatoro, y el Circuito Radial Voces es propiedad de un grupo empresarial encabezado por el ex presidente nacionalista Ricardo Maduro.

3.      Televisión

El auge de la televisión es el fenómeno más impactante en la comunicación social de Honduras en los últimos años. El informe de Conatel (2005) da cuenta de entre 60 y 70 estaciones de televisión, desde locales, regionales, hasta nacionales. Hace apenas una década eran menos de diez los canales existentes, lo que da una idea aproximada de su rápida expansión.

Oficialmente en el país operan unas 270 compañías de televisión por cable, pero promotores de ese negocio estiman que su número real supera las 600; la mayoría carentes de registro oficial. Poco a poco la televisión de señal abierta va cediendo ante la televisión de señal cautiva (cable), donde el propietario/operador establece a su arbitrio la programación que verán los usuarios.

La facilidad tecnológica para el negocio del cable está permitiendo que un número no precisado de esas empresas transmitan programaciones locales varias horas al día, sobre todo en las cabeceras departamentales. Muchas de ellas se convertirán en canales permanentes a corto y mediano plazo. Incluso se da el fenómeno en las ciudades principales, como Tegucigalpa y San Pedro Sula, del surgimiento de canales “barriales”, es decir, que tienen coberturas limitadas a determinadas zonas geográficas dentro de una ciudad. La influencia de la televisión por cable es creciente y su control por parte de dirigentes políticos es similar a lo que ocurre en la radiodifusión. La exposición y consumo mediático controlado por los políticos sobre las informaciones, valores y actitudes es intensa dentro de la población, poniendo en riesgo la libertad de expresión y el Derecho a la Información.

4.      Internet

Otra tecnología de comunicación que está creciendo es Internet. Sus cifras son impresionantes. Pasó de 4,110 usuarios registrados en 1996 a 222,273 en el 2004 y el de suscriptores pasó de 411 a 25,820 en el período. En el estudio de El Heraldo se confirmó que 30% del mercado total (149,500), de Tegucigalpa y Choluteca, son usuarios regulares de Internet. De acuerdo con los informes de Conatel (2006) están registradas 60 compañías proveedoras de servicios (redes) de Internet a nivel nacional y departamentales. Algunas de esas compañías tienen miles de usuarios, como Multivisión (Amnet) y Cable Color. En los registros de Conatel el número de centros comunitarios pasó de 0 en el 2000 a 122 en el 2005, con 9,450 terminales. Ver detalles en los Cuadros Nos. 6 y 7.

Cuadro No. 6

Evolución del acceso a internet en Honduras.  1996-2000

 

Concepto

Definición o complemento del indicador

Unidades

1996

1997

1998

1999

2000

Usuarios de Internet *

Un usuario es aquella persona que se conecta a internet al menos una vez al mes

Usuarios

 4,110

 10,000

 18,000

35,000 

55,000 

Suscriptores de Internet

Un suscriptor es aquella persona que ha suscrito un contrato con un ISP

Suscriptores

 411

n/d 

 n/d 

 n/d 

 n/d 

Número de Centros de Acceso Comunitario

Un Centro de Acceso Comunitario es un lugar en donde se pone a disposición de la población de una comunidad el acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones.

Centro comunitarios

0

 0 

 0 

 2

Número de Ciber cafés

Chive cafés registrados ante CONATEL

Caber cafés

 0 

 0 

 6

Penetración de Centros de Acceso Comunitario por cada cien habitantes

Número de Centro de Acceso Comunitario por cada cien habitantes.

Centro comunitarios

0.000

 0.000

 0.000

 0.000

 0.000

Número de Terminales Acceso Comunitario

Considera el número de terminales en los centros de acceso comunitario

Terminales

0

 0

 0

 96

Penetración de Terminales de Acceso Comunitario por cada cien habitantes

Número de terminales de acceso comunitario por cada cien habitantes.

Terminales

 0.000

 0.000

 0.000

 0.000

 0.002

Fuente: UIT (años 1996-2000)
 

Cuadro No. 7

Evolución del acceso a internet en Honduras.  2001-2005

 

Concepto

Definición o complemento del indicador

Unidades

2001

2002

2003

2004

2005

Usuarios de Internet *

Un usuario es aquella persona que se conecta a internet al menos una vez al mes

Usuarios

90,000

 168,560

 185,510

222,273 

-

Suscriptores de Internet

Un suscriptor es aquella persona que ha suscrito un contrato con un ISP

Suscriptores

n/d 

16,856

18,551

22,227

25,820

Número de Centros de Acceso Comunitario

Un Centro de Acceso Comunitario es un lugar en donde se pone a disposición de la población de una comunidad el acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones.

Centro comunitarios

2

2

42

91

122

Número de Chive cafés

Chive cafés registrados ante CONATEL

Caber cafés

76

266

417

574

694

Penetración de Centros de Acceso Comunitario por cada cien habitantes

Número de Centro de Acceso Comunitario por cada cien habitantes.

Centro comunitarios

0.001

 0.004

 0.007

 0.009

 0.011

Número de Terminales Acceso Comunitario

Considera el número de terminales en los centros de acceso comunitario

Terminales

936

3,216

5,406

 7,731

 9,450

Penetración de Terminales de Acceso Comunitario por cada cien habitantes

Número de terminales de acceso comunitario por cada cien habitantes.

Terminales

 0.014

 0.048

 0.080

 0.110

 0.131

Fuente: UIT (CONATEL 2006)

C.     EL PODER DE LAS GRANDES FAMILIAS MEDIÁTICAS

Con la expansión acelerada de medios de información y comunicación, el problema que se plantea tiene que ver con su propiedad, sobretodo en los medios informativos más influyentes que se concentran en pocas manos. Las siguientes son las familias mediáticas más poderosas:

  1. Jaime Rosenthal Oliva y familia. Diario Tiempo, Canal 11 (compartido con Gilberto Goldstein) y Cable      Color.

  2. Rafael Ferrari, Manuel Villeda Toledo y familias. Emisoras Unidas, Televicentro y Multivisión

  3. Jorge Canahuati Larach y familia. La Prensa, El Heraldo

  4. Carlos Flores Facussé. La Tribuna

  5. Miguel Andonie Fernández. Audiovideo (Radio América)

Ellos encabezan la Asociación de Medios de Comunicación de Honduras, uno de los grupos de presión[18] con más influencia y poder en el país. Como grupo de presión reúnen las siguientes características: 1) están organizados; 2) expresan conscientemente demandas e intereses parciales o particulares; 3) ejercen presión sobre el poder público para obtener sus fines; 4) no asumen la responsabilidad de las decisiones adoptadas bajo su influencia y 5) tampoco asumen la responsabilidad de los mensajes emitidos a través de sus medios..

Dentro del grupo las familias más influyentes son cuatro: la familia Rosenthal, José Rafael Ferrari, Jorge Canahuati Larach y Carlos Flores Facussé  (el caso del empresario Miguel Andonie Fernández es diferente[19]). No hay datos precisos sobre el monto de las fortunas que cada uno de ellos poseen. Todos los propietarios mezclan una gran variedad de negocios (bancos, aseguradoras, exportadoras, procesadoras, importadoras, empresas de telefonía y cable, transmisión de datos inalámbricos, gaseosas, comercializadoras de agua, etc.) con la propiedad de los medios masivos de comunicación. Ese es uno de los principales problemas que afectan la calidad de la libertad de expresión en Honduras porque los medios se convierten en punta de lanza de los otros negocios, muchos de los cuales tienen como cliente al Estado o requieren del favoritismo del Estado para ser altamente lucrativos.

De acuerdo con el Informe Anual de País sobre las prácticas de Derechos Humanos en Honduras 2006, preparado por la Embajada de EE.UU, “un reducido número de poderosos empresarios y magnates con intereses empresariales, políticos y familiares interconectados son dueños de la mayoría de medios de comunicación del país… Algunos periodistas admitieron haber practicado autocensura cuando sus reportes pudieron amenazar los intereses políticos o económicos de los propietarios de medios de comunicación… El gobierno influenció la cobertura de sus actividades de parte de los medios de comunicación mediante acciones para permitir o denegar el acceso a funcionarios públicos, creando una situación en la cual los medios estaban tan estrechamente interrelacionados y enlazados con el sistema político que los poderosos magnates influenciaron decisivamente la agenda de las noticias, y de esa manera, las elecciones y las decisiones políticas.

 Los medios de comunicación continuaron sufriendo de corrupción interna, politización, e influencias externas..”[20]

1.      Jaime Rosenthal Oliva

El accionista principal de diario Tiempo, Canal 11 y Cablecolor, Jaime Rosenthal Oliva es quien encarna la representación simbólica más notoria de la vinculación entre los medios masivos de comunicación, el mundo de los negocios y la política. Contrario a otros empresarios mediáticos a los cuales es difícil seguir la pista, porque sus rastros se difuminan en sociedades anónimas y a través de un modelo de testaferrismo cada vez más extendido, Rosenthal Oliva no oculta sus inversiones, al menos una parte, y se precia de ser un capitalista que genera riquezas al país y puestos de trabajo para miles de personas.

Rosenthal Oliva es descendiente de emigrantes que llegaron al país en las primeras décadas del siglo XX sin dinero y sin formación académica, pero con una tesonera capacidad de trabajo y habilidad para construir contactos y fortalecer sus familias. Su caso es similar a otros. Por ejemplo, el propietario de Radio América (Audiovideo S.A), Miguel Andonie Fernández, cuenta que su padre no sabía leer ni escribir castellano y hacía sus cuentas en un ábaco, en un pequeño y olvidado pueblo (Gualala) de Santa Bárbara, donde levantó un patrimonio comercial que fue la base para la formación profesional y empresarial de sus hijos.

El salto profesional educativo de una generación de emigrantes a otra es impresionante porque se repite en la mayoría de las familias de origen árabe y judío. El papá de Rosenthal Oliva (1936) fue un emigrante judío europeo que llegó a Honduras en la segunda década del siglo XX y se instaló en San Pedro Sula donde se dedicó al comercio. A partir de su propio trabajo, envió a su hijo Jaime a estudiar Ingeniería Civil y posteriormente obtuvo un post grado en Economía en el Instituto Tecnológico de Massachussets (EE.UU.).

Ya escribiendo su propia historia, el interés político de Jaime Rosenthal en las filas del Partido Liberal comenzó casi al mismo tiempo que su inversión en medios de comunicación. A inicios de los años 60 fue uno de los accionistas fundadores de Diario La Prensa, del cual – luego de un conflicto de poder y diferencias de visión de país con otro emigrante, Jorge J. Larach[21]- salió para fundar Diario Tiempo el 7 de noviembre de 1970.

Cuatro años después, en el gobierno encabezado por el general golpista Oswaldo López Arellano, reúne un grupo de empresarios y funda el 20 de marzo de 1974 el Banco Continental S.A. Al principio fue una oficina con cuatro empleados en San Pedro Sula y un capital social de dos millones de lempiras. Con los años esa suma se incrementó a 250 millones de lempiras. En la actualidad sus activos rebasan los 1,450 millones y es la base de un fuerte núcleo empresarial, conocido como Grupo Financiero Continental, el cual entre sus afiliadas cuenta con importantes servicios en los rubros de banca, seguros, corredurías, inversiones, arrendamiento, construcción y vivienda, zonas de procesamiento industrial (ZIP), tecnologías en sistemas, empresas agrícolas e industriales, medios de comunicación y producción de bebidas, entre otras.

El listado de sus empresas es amplio, dedicadas al sector del café, banano, cacao, azúcar, toronjas, una compañía constructora, urbanizaciones de viviendas (sólo en San Pedro Sula destacan las colonias Universidad, Los Prados, Residencial Casandra, Llanos de Sula), zonas industriales de procesamiento, una empacadora de carne (Mogami), crianza de cocodrilos, ganado (bovinos, vacas, vaquillas de raza), haciendas, cultivo y exportación de melones, puestos de bolsa, empresas financieras (banco, seguros y una arrendadora), almacenes de depósito fiscal, bienes raíces, un periódico, una imprenta, un canal de televisión, servicio de televisión por cable e Internet (Cablecolor), telefonía, una industria cementera y turismo, como parte de sus negocios.

De acuerdo con sus propios informes, las empresas del grupo en forma directa generan aproximadamente unos 8.000 empleos e indirectamente unos 80.000. La familia Rosenthal tiene un capital diversificado extenso. Además de sus empresas directas, es accionista de otras y también incursiona en el campo deportivo, como directivo del Club Marathón de San Pedro Sula.

En política es un permanente aspirante a la nominación presidencial de su partido, la que hasta ahora nunca ha logrado, pero en cada intento gana en sus pretensiones de influencia y poder. A través de su Movimiento Jaimista, a Rosenthal se le ha considerado –en los gobiernos liberales-  “dueño” de una cuota de poder en el Congreso Nacional, Corte Suprema de Justicia y ministerios o dependencias claves de la administración pública, entre ellas la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), donde el actual Comisionado Presidente, abogado Rasel Antonio Tomé, ha sido representante legal de la familia Rosenthal durante varios años. El control de Conatel es clave para frenar o expandir el negocio mediático puesto que incluye el espectro radioeléctrico para emisoras (radio y TV) y para telefonía y transmisión de datos.

Como en el caso de otros empresarios mediáticos, el poder y la influencia de Rosenthal Oliva tiene asegurada su continuidad familiar. Yani Rosenthal Hidalgo, hijo de Jaime Rosenthal, es un representante de esa “tercera generación” de los emigrantes en ascenso; es Ministro de la Presidencia en el actual gobierno encabezado por el liberal Manuel Zelaya Rosales. Estudió Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, posteriormente obtuvo el título de Abogado de los Tribunales de la República y Notario Público en la Corte Suprema de Justicia y en 2001 obtuvo el título de Master Ejecutivo en Administración de Empresas, INCAE, San Pedro Sula, Honduras, Es Directivo de todas las empresas del Grupo Continental y se ha desempeñado en múltiples actividades públicas, entre ellas: Consejero de la Corporación Municipal de San Pedro Sula (1985-1989); Director de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (1990-1991); Asesor del Gobierno de Honduras a la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo en Jerusalén (1996), en Paris (1998) y en Nueva Orleáns (2000) y desde el 2001 se viene desempeñando en actividades políticas cada vez más importantes en el Partido Liberal. La carrera política y empresarial se junta y se nutre recíprocamente.

En una carta publicada en la Revista Hablemos Claro Financiera, Jaime Rosenthal Oliva escribió que “hay diferentes formas de medir la riqueza. Tomando en cuenta el hecho de que nosotros únicamente invertimos en Honduras y que la riqueza principal de una persona es la familia, los hijos y los nietos, principalmente, los amigos y las huellas que una persona deja en la historia de su patria, estoy seguro que soy el hombre más rico de Honduras, y posiblemente no sólo de Honduras. En caso que me midieran por patrimonio monetario y de bienes materiales, creo que fácilmente encontrarán en nuestra patria a muchas personas sustancialmente más ricas que el suscrito”. [22]

La incursión en la política de Rosenthal Oliva tiene dos rostros, el privado; de los contactos, la influencia, la presión, el inflexible al momento de cobrar, el calculador, y el negociador, y el público; de la política, del fútbol, del desarrollismo, del editor, de las ideas y propuestas a la nación. Durante años, a través de diario Tiempo, ha proyectado al tipo de empresario que demanda mayor apoyo estatal para el capital nacional y no sólo extranjero. Su tesis no es reducir los privilegios al capital extranjero, sino equiparar los privilegios del capital nacional. Critica, por ejemplo, que actualmente bancos extranjeros controlan más del 50% de los activos totales del sistema bancario y que no prestan recursos para el agro o actividades que impliquen riesgo: “Sin excepción, la historia nos enseña que los países que se hacen prósperos son los que logran desarrollar una clase empresarial e inversionista local. Analicemos Estados Unidos de América, Alemania, Inglaterra, Japón, España, Taiwán, Sur Corea y, ahora, China y muchos más. No hay excepciones. Aquí en Honduras queremos dañar a los inversionistas hondureños y defender a los extranjeros, por eso importamos todo y nadie invierte en el agro de Honduras. En algunas empresas del grupo tenemos pérdidas, como en Empacadora Continental, S.A. que produce la mejor carne de Honduras ("Mogami"), pero no hay disponibilidad de ganado bovino en el país (sí hay ganado "no ganado"). En diario Tiempo también perdemos pero es una garantía para la libertad de prensa en Honduras. Mi participación en política redujo enormemente el crecimiento y las utilidades del Grupo Continental. Mis socios y mi familia no lamentan que no haya logrado ser candidato presidencial del Partido Liberal”. [23]

Al margen de esa visión desarrollista, que tuvo sus mejores momentos en los años 70 cuando respaldó el proceso reformista que encabezó el general Oswaldo López Arellano, las historias de cómo sus vinculaciones políticas han favorecido sus negocios es extensa y obvia. Una de sus empresas más importantes, Cementos del Norte (Cenosa) forma parte de las 40 empresas de la quebrada Corporación Nacional de Inversiones (Conadi) que se privatizaron a precios irrisorios, muy por debajo de su valor real.

Pese a ser favorecidos por el Estado, los empresarios no tienen piedad al momento de exprimirlo y Rosenthal Oliva no es la excepción. Una de sus demandas judiciales más sonadas tiene que ver con los Sextos Juegos Centroamericanos (San Pedro Sula, 1997), cuando una de sus compañías constructoras acusó al Estado de incumplimiento de contrato. De los 10 millones de lempiras originalmente reclamados como pago a la Municipalidad de San Pedro Sula, los juzgados de la República aprobaron una indemnización que multiplicó muchas veces ese monto. Entre los abogados circula la opinión de que pelear contra Rosenthal en los juzgados es poco menos que una batalla perdida de antemano. ¿Se trata de que Rosenthal tiene buenos abogados, qué siempre tiene la razón o qué? La respuesta es mucho más compleja.

2.      Jose Rafael Ferrari

Otro de los empresarios mediáticos emblemáticos es José Rafael Ferrari ((1930). Si Jaime Rosenthal Oliva simboliza la estrecha relación entre el poder económico y el político, proyectando con su avasallador impulso empresarial una imagen pública poco apreciada entre amplios sectores de la población, Ferrari encarna la representación del empresario mediático por excelencia, que no visibiliza tanto su vinculación al poder público y político, y cultiva una imagen favorable a través del deporte (Club Deportivo Olimpia) y de obras asistenciales (Teletón). Sin embargo, Ferrari como dueño de los medios electrónicos más influyentes del país, la cadena de Emisoras Unidas (radio) y Corporación Televicentro (televisión), está estrechamente ligado a la historia del poder público en Honduras, a la sombra del cual crecen sus negocios. Es difícil precisar en su caso quién ha ganado más, si el poder político con Ferrari o Ferrari con el poder político.

En el área mediática es dueño o ha sido dueño de las siguientes empresas:

  • Emisoras Unidas (agrupa 17 emisoras, entre informativas y musicales)
  • Corporación Televicentro (Canales 3, 5, 7 y 9)
  • Multidata (inicia operaciones en octubre de 1999 y comienza a brindar servicio al público el 1 de Junio del 2000. Se especializa en la transmisión de datos a través de fibra óptica y es el principal proveedor nacional de Internet con mayor anchura de banda. Uno de sus principales clientes es la institucionalidad pública).
  • Multivisión (originalmente del grupo de empresas Ferrari; la mayoría de sus acciones fueron vendidas en el 2005 a la multinacional estadounidense de telecomunicaciones Amnet. Aunque la casa matriz de Amnet, Amzak Corporation, se especializa en el diseño, ingeniería y operación de cable, datos y servicios de telefonía).
  • Multifon (compañía privada de telefonía fija de Honduras).
  • Supermercados La Colonia (esta empresa fue vendida por el grupo Ferrari a la empresa Distribuciones Universales, S.A., Diunsa. La operación financiera entre ambas empresas hondureñas es la más grande que ocurrió en el área comercial de Honduras durante el año 2006. Mediante esta transacción, Diunsa asume el manejo de los 12 supermercados La Colonia, que domina el 68 por ciento de la zona centro sur de Honduras. Esa cadena de supermercados fue fundada en 1976, con un capital original en el cual destacaba como socio el ex dictador nicaragüense Anastasio Somoza).
  • Bamer (vendida a la división financiera de General Electric).
  • Fondo Hondureño de Inversión Turística (consorcio de 46 grupos empresariales que planean explotar el proyecto turístico de Bahía de Tela).

En el plano político, a Ferrari en varias oportunidades se le ha mencionado como posible precandidato a la Presidencia de la República por el Partido Liberal, lo que descartó en su momento por razones de salud y de negocios. En una entrevista explicó así su decisión: “¿Por qué no acepto la candidatura presidencial? Primero por mi familia, porque sentí que el dedicarme a la política sería restarle tiempo a mis nietos, hijos y esposa, sobre todo que no soy joven, soy de la tercera edad y eso hubiera significado unos tres años para las internas, y de haber ganado, otros cuatro años en la Presidencia, eran siete años que hubiera tenido que desligarme de mi familia porque la política es a tiempo completo. Aún y cuando quiero mucho a mi país y deseo lo mejor y a lo mejor hubiera hecho algo mejor, cuando sopesé ambas cosas sentí que el precio a pagar era demasiado alto[24]. La decisión, en todo caso, no fue mal negocio. Al contrario, aseguró la ganancia que le deja ser dueño de los medios que concentran la mayor inversión publicitaria y propagandística de los políticos en campaña electoral y de los gobiernos en su gestión pública rutinaria. Todos se anuncian a través de sus radioemisoras y compañías de televisión.

La política, sin duda, no le ha sido ajena. El núcleo empresarial de la familia Ferrari comienza con la fundación de HRN en 1933, justo cuando inicia el gobierno dictatorial de Tiburcio Carías Andino (1933-1949), período en el cual la emisora se consolidó, tanto en el plano comercial como en sus relaciones políticas. Su lema: “La Voz de Honduras”, refleja lo que proyectó como imagen institucional: ser la voz “oficialista” del poder. ¿La fórmula? Sus noticieros informativos, una constante inversión tecnológica que le permitió posesionarse de buena parte del auditorio y un concepto de la pluralidad informativa que se acomoda a quienes estén en el poder (liberales y nacionalistas, o militares en el pasado), sin dejar de tomar en cuenta a quienes les toca el turno de la oposición. Ferrari ha sido el hábil timonel de un barco mediático capaz de flotar en cualquier agua. De hecho, su interés fundamental ha sido que Honduras mantenga su denominada “paz social”, que no ha tenido que ver con indicadores de pobreza o inseguridad, sino con un Estado benefactor para la iniciativa privada y sin sobresaltos ideológicos. Ese criterio convierte a Ferrari en un empresario de iniciativas hábiles y novedosas, como la que tuvo en las elecciones generales del 2001 cuando, siendo liberal, respaldó al candidato nacionalista Ricardo Maduro y, al mismo tiempo, donó millón y medio de lempiras en espacio publicitario a cada uno de los tres partidos pequeños de oposición (Partido de Innovación y Unidad, Democracia Cristiana e incluso, al considerado de “izquierda”, Partido de Unificación Democrática). El regalo fue real, no condicionado, al grado que los partidos pautaron sus anuncios en los espacios que cada uno elegían, sin que les impusieran franjas de horarios de menor audición. Esa disposición de mecenas político de Ferrari implica una visión de país interesante que contrasta con la rigidez empresarial de otros de sus colegas propietarios de grandes medios, quienes no sólo son alérgicos a ceder espacios sino que imponen sobreprecios a las campañas políticas electorales.

En la filosofía de Ferrari se distingue con claridad un concepto: los medios y el sistema son permanentes; los gobiernos son pasajeros. Hay una delgada línea divisoria entre ambos que Ferrari trata constantemente de hacer entender a quienes trabajan en sus empresas mediáticas. Ese es el rasero de la libertad de expresión que tolera y de los espacios de movilidad política que permite entre sus empleados. Bajo ese marco, en los espacios informativos se puede criticar al mercado, pero no el “libre mercado”. Esos criterios se aplican no sólo en las radioemisoras sino en sus compañías de televisión (Corporación Televicentro: canales 5, 3 y 7 y Telecadena 7 y 4) donde comparte acciones con Manuel Villeda Toledo, un empresario con un perfil público más discreto.

Así como HRN fue la semilla de Emisoras Unidas, el Canal 5 lo fue de Televicentro. Ese canal lo fundaron en 1959 un grupo de inversionistas nacionales (Lardizabal, Brooks, Zelaya, Sempé) y extranjeros (American Broadcasting Company). En el año de 1963 la Compañía Televisora Hondureña, S.A., pasa a manos de la familia Ferrari-Villeda. En agosto de 1967 fundan Telesistema Hondureño, S.A. (Canal 3 en Tegucigalpa y 7 en San Pedro Sula) y el 2 de julio de 1985 le toca el turno a Telecadena 7 y 4.

El cuadro se completa el 1 de mayo del 2006 al surgir Televicentro Online, como una subdivisión de la Compañía Televisora Hondureña S.A, que ofrece un servicio de transmisión vía internet para los hondureños que viven en el territorio nacional y en el extranjero. Con este servicio cualquier suscriptor del mundo con una conexión a la web accede a todos los programas transmitidos por Televicentro.

Una de las recientes y más importantes inversiones de Ferrari, como ya se mencionó, es en el Fondo Hondureño de Inversión Turística (FHIT), promotor del proyecto Bahía de Tela. El FHIT tiene el respaldo abierto del Presidente Manuel Zelaya Rosales, quien concedió a los inversionistas privados el control del 51% de las acciones totales de la empresa mixta. Vale consignar que la vinculación empresarial de los propietarios de los medios con el Estado es determinante a la hora de regular la buena o mala relación entre ambos y en esa relación nunca le ha ido mal a Ferrari. Incluso en los momentos de mayor fragilidad democrática le ha ido bien. En 1980, en pleno inicio del conflicto centroamericano, cuando nadie quería invertir, Ferrari se asoció con siete inversionistas más y fundó el Banco Mercantil (BAMER). Una de las figuras políticas más allegadas a BAMER, Rafael Leonardo Callejas, llegó a la Presidencia del país en 1990 e inició formalmente el programa de ajuste neoliberal en Honduras. La apuesta mediática de Ferrari a favor de ese modelo ha sido total. Sus inversiones personales y familiares se multiplicaron a partir de 1990 y cobraron auge en el gobierno que encabezó Ricardo Maduro (2002-2006) cuando incursionó en el campo de las nuevas tecnologías de comunicación. No importa si el gobierno lo preside un político liberal o nacionalista; Ferrari forma parte de esa elite de empresarios siempre privilegiados por una estrecha relación con el Estado. Su “pluralidad” se extiende a sus medios de comunicación, donde no hay ninguna regulación ética que restrinja que los periodistas aspiren a cargos de elección popular o que reciban simultáneamente sueldos o ingresos del Estado. Algunos de sus hombres de confianza y periodistas más allegados han sido diputados al Congreso Nacional o manifiestan una inclinación política partidarista abierta. El último ejemplo notorio es del periodista Raúl Valladares, quien de Coordinador de los Noticieros de HRN pasó a Casa Presidencial, donde se desempeña como Secretario Privado de Zelaya Rosales y tiene entre sus atribuciones el manejo de la imagen presidencial entre los medios de prensa.

3.      Jorge Canahuati Larach

El “tercer hombre” más destacado del “poker” de dueños de comunicación más influyentes estudió Administración de Empresas en Estados Unidos, y encabeza un grupo empresarial familiar que incluye el laboratorio Finlay —uno de los tradicionales proveedores de productos farmacéuticos al sistema público de salud-, la Corporación Industrial del Norte (Corinsa) —dueña de la embotelladora Sula y la franquicia de bebidas Pepsi Cola y productora de los refrescos Quanta-, Aguazul —la planta de agua embotellada más fuerte—, Jorge J. Larach & Cía. —tienda por departamentos de productos de ferretería y construcción, artículos de oficina y para el hogar—, y posee las franquicias de las cadenas estadounidenses de comida rápida Pizza Hut y Kentucky. A esas inversiones se suma el rubro más complejo de la corporación: los medios de comunicación. Es Presidente de los diarios: La Prensa – el de mayor circulación a nivel nacional- y de El Heraldo.

Jorge Canahuati Larach fue escogido desde muy joven por su abuelo, Jorge J. Larach, para encabezar los intereses familiares, en particular Diario La Prensa, la nave insignia de sus empresas. Don Jorge, como era conocido, es otra historia de emigrante árabe que ideológica y empresarialmente apostó a un anticomunismo recalcitrante. En los años 70 se opuso de manera radical al gobierno reformista encabezado por el general López Arellano (1972-1975), criticó lo que consideró políticas “populistas”, como la reforma agraria y la nacionalización de los bosques, y rompió – comprando sus acciones- con los socios fundadores de su periódico: Jaime Rosenthal Oliva y Edmond L. Bográn, quienes apoyaban las reformas del Estado. Dos son las consecuencias más notorias de ese conflicto: la fundación de Diario Tiempo, por parte de Rosenthal Oliva y Bográn, y la disputa –pleito- permanente entre Rosenthal y los Larach-Canahuati, como se hará notar en el transcurso de esta investigación.

La Prensa asumió la representación de los intereses del sector empresarial más conservador del país y en ese sentido siempre ha respaldado las iniciativas políticas, ideológicas y comerciales que encajen en su filosofía. En los años 80 su radicalidad ideológica se acentuó a partir de un atentado guerrillero que costó la vida del hijo de don Jorge, víctima de un intento de secuestro.

Consciente de su edad y enfermedades, don Jorge preparó a su nieto como sucesor, y lo familiarizó con la industria periodística. La Prensa opera bajo la razón social de Organización Publicitaria S.A., desde San Pedro Sula, la zona industrial del país. Fue el primer medio escrito en traer teletipos, el primero en importar radiofotos, pionero en desarrollar la tecnología de la impresión en frío (offset), el que empezó a imprimir a todo color y el primero en incorporar las computadoras a la producción editorial, creando la redacción electrónica. Es el único periódico con efectiva circulación nacional, aunque el 80% de su tiraje se concentra en la región norte, occidental y parte de la zona central.

El Heraldo, fundado en 1979, opera bajo la razón social de Publicaciones y Noticias S.A., con oficinas centrales en Tegucigalpa, y su circulación es mayor en las zonas central, oriental y sur del país. Antes de El Heraldo, aún en vida don Jorge, la familia tuvo otro periódico: La Noticia, de formato estándar, sensacionalista extremo y creado en 1973 con un único propósito: atacar el régimen de López Arellano y sus políticas desarrollistas y de nacionalización de recursos estratégicos. Una vez derribado López Arellano por un golpe militar de Estado, ese pasquín diario dejó de existir en 1977.

De los grandes señores mediáticos, Canahuati Larach es el único que no tiene una filiación política partidaria pública y no posee una cuota de poder a través de funcionarios públicos, electos o nombrados. No tiene una “bancadita” legislativa, unos “magistrados” de la Corte Suprema de Justicia o un “ministro” clave del gabinete económico. Canahuati Larach para influir en el Estado depende más de sus periódicos que de un brazo político determinado. Esa es una fortaleza, pero a la vez una debilidad ante sus competidores. Del Estado puede, en algún momento, prescindir de su publicidad, pero no de los beneficios que pueda reportar a sus otros negocios. En cierta ocasión, por ejemplo, trascendió públicamente que era representante de una empresa italiana de armas interesada en abastecer la policía. Como todos los empresarios mediáticos, sabe que el Estado es rentable.

Su apuesta definitiva, fiel a la herencia, es con el empresariado y su ideología, aunque, se cuenta, que en su oficina de Diario La Prensa destacan dos cuadros: uno de su abuelo, detrás de su escritorio, y otro, al frente, que es “el cuadro de un niño descalzo que está vendiendo periódicos en la calle, junto a un escuálido perro, donde se lee “¡Viva la libertad de expresión!”, en letras rojas (Detalle aparecido en un reportaje de la Revista Suma, febrero 2005).

4.      Carlos Flores Facussé

La cuarta carta de los grandes señores mediáticos. Nació el 10 de marzo de 1950 en Tegucigalpa. Fungió como Presidente del Congreso Nacional antes de ser elegido Presidente de la República – en su segundo intento electoral- el 30 de noviembre de 1997 y recibió el cargo de Carlos Roberto Reina, el 28 de enero de 1998. Es uno de los dos políticos más influyentes de Honduras – junto al nacionalista Rafael Leonardo Callejas- y propietario de Diario La Tribuna. Hijo del periodista Oscar Flores y sobrino del empresario y terrateniente Miguel Facussé, tras cursar la educación secundaria en la Escuela Americana de Tegucigalpa ingresó en la Universidad del Estado de Louisiana en Baton Rouge (Estados Unidos), de donde egresó con una licenciatura en Ingeniería Industrial y un master en Economía Internacional y Finanzas. Luego de su retorno a Honduras ocupó puestos de responsabilidad en la empresa privada y la administración pública, como gerente general de Compañía papelera Centroamericana S.A. (Conpacasa) y miembro de las juntas directivas del Banco Central de Honduras, el Instituto de Seguridad Social y el Instituto Nacional de Formación Profesional.

Su perfil empresarial es limitado o casi desconocido. Es el principal accionista (dueño) de Periódicos y Revistas, S.A., propietario del diario La Tribuna, y Lithopress Industrial.

Obviamente, su carrera más conocida es la política, a la que entró con el respaldo de su padre, el periodista Oscar Flores. De sus inicios circula una anécdota interesante. Se cuenta que a finales de la década de los 70, cuando se veía venir el ocaso del militarismo y la resurrección de los partidos políticos, Oscar Flores ofreció la carrera política de su hijo al entonces líder del Partido Nacional, Ricardo Zúñiga Agustinus, a cambio de que formara parte de las planillas a diputados de esa organización política. La respuesta se hizo deliberadamente tardía, al grado que desistió del intento y Flores Facussé terminó afiliado al Partido Liberal[25]. A partir de la decisión su carrera fue meteórica, de presidente del Consejo Departamental Liberal, Flores Facussé pasó a diputado nacional, primero en la Asamblea Constituyente, de 1980 a 1981, y luego en el Congreso Nacional inaugurado en enero de 1982, tras entregar el poder el último gobernante militar, el general Policarpo Paz García.

En la Cámara Legislativa estuvo poco tiempo al ser designado Ministro de la Presidencia en el gobierno liberal de Roberto Suazo Córdova, cargo que desempeñó desde febrero de 1982 hasta agosto de 1984, cuando salió del gabinete. Cinco años después se convirtió en candidato presidencial de su partido (1989), comicios en los cuales fue derrotado por el nacionalista Rafael Leonardo Callejas. El revés no le hizo abandonar la política; en 1994 fue elegido presidente del Congreso Nacional y en 1997 volvió a ser candidato presidencial liberal para imponerse a la candidata del Partido Nacional, Nora Gúnera, viuda del ex Jefe de Estado golpista, general Juan Alberto Melgar Castro (1975-1978). Su gestión pública la marcó un hecho inesperado: la catástrofe del huracán Mitch (1998). La difusa Nueva Agenda que había sido su propuesta electoral fue sustituida por un Plan Nacional de Reconstrucción y Transformación Nacional y su Consejo de Ministros se transformó en un Gabinete Especial de Reconstrucción Nacional. La entrega de la Presidencia a su sucesor, el nacionalista Ricardo Maduro (2002-2006) no supuso el retiro de Flores Facussé de la arena política, al contrario, pasó a convertirse en la figura más influyente del Partido Liberal, al grado que su hija, Lizzie Flores, Presidenta del consejo empresarial de La Tribuna, fue elegida diputada en los comicios de noviembre del 2005 y ocupa la vice presidencia del Congreso Nacional.

En el balance, con Carlos Flores Facussé no cabe preguntar cuál es su relación con el poder y qué ha ganado; simplemente encarna el poder mismo y sus privilegios. Dentro de sus límites encuadra su carrera personal, familiar y La Tribuna, periódico cuyo lema es Una voluntad al servicio de la Patria.

Miguel Andonie Fernández y Manuel Villeda Toledo

Miguel Andonie Fernández y Manuel Villeda Toledo son casos atípicos en su papel de dueños y/o socios de medios de información.

Andonie Fernández encabeza el Grupo Mandofer, con las siguientes empresas: Infarma, Audio Video, Mandofer, Proconsumo, Farmacia Regis y Administración y Servicios e Inversiones (Asin)

¿Por qué es atípico Andonie Fernández entre los grandes señores mediáticos?, en primer lugar porque su opción y carrera política la hace fuera de los partidos tradicionales. En 1970 fundó el Partido Innovación y Unidad (PINU) e inició un arduo proceso de inscripción que culminó el 4 de diciembre de 1978. En la actualidad se presenta como una organización política de corte socialdemócrata y crítica de los partidos Liberal y Nacional, lo que no impide que su representación parlamentaria respalde con frecuencia las propuestas de ambas organizaciones.

En segundo lugar, Andonie Fernández es propietario de Radio América (Audiovideo), pero no la maneja como Ferrari en el caso de HRN (Emisoras Unidas). La “América” inició sus transmisiones en 1948 y tardó más de una década en asumir su perfil informativo. Permisivo o tolerante, el caso es que en Radio América los coordinadores principales de noticias desarrollaron más poder personal y capacidad de negociación propia que sus homólogos de HRN. Andonie Fernández, por decirlo así, se muestra como dueño de los transmisores, pero sus coordinadores se apropiaron en alto porcentaje de lo que se transmite. De hecho, lo que más suele criticarse de Andonie Fernández es que la amplitud de criterios que mostró al romper – en el plano formal- el bipartidismo no lo refleje en un medio tan influyente como Radio América, salvo algunas coyunturas históricas donde su presencia fue más determinante, como en 1980-82 cuando se negoció el retorno del país al orden constitucional.

Y, en tercer lugar, la expansión empresarial de Andonie Fernández no fue tan agresiva como la de sus compañeros de la Asociación de Medios de Comunicación de Honduras, aunque se calcula que todas sus empresas involucran unos 1,500 empleados.

Manuel Villeda Toledo es otro caso atípico. Inicialmente un hombre de radio (locutor, productor) terminó siendo también de televisión. Su alianza con Rafael Ferrari es empresarial, mediática y familiar. Su esposa, Dina Ferrari de Villeda, es hermana de Rafael Ferrari. Sus opiniones políticas o sobre los problemas de Honduras no trascienden públicamente. Esa labor queda en manos de su cuñado, con aparente sintonía total.

D.    DISPUTAS REVELADORAS

Cómo se habrá observado en la breve descripción de los principales empresarios mediáticos, la vinculación que tienen con el poder ha sido íntima, por tanto no se conoce completamente qué pasa debajo de la sábana. Sin embargo, una oportunidad excepcional de conocer revelaciones propias de cómo utilizan su poder y para qué, es la que se dio cuando Jaime Rosenthal Oliva y Jorge Canahuati Larach pelearon públicamente, a través de sus respectivos periódicos, en el 2006. Una buena lectura de la cronología básica de la disputa, que tiene tres tiempos y temas, no sólo muestra la manipulación que se hace de los periódicos de su propiedad, sino también de bienes públicos.

  1. Primera disputa: ¿Municipio de La Lima: estancado o en ascenso?

    1. Diario La Prensa

La Lima “sigue estancada ante la falta de inversión (…) hasta la fecha no hay esperanzas de que lleguen nuevas empresas o maquilas al municipio de La Lima”. 27 de marzo.

    1. Diario Tiempo

La Lima “ha comenzado a experimentar un impresionante auge económico nunca antes suscitado (…) Las autoridades locales están viendo con extrañeza las maquiavélicas consignas del propietario del diario La Prensa, Jorge Canahuati, quien la pasada semana lanzó a través de su diario una crítica endemoniada con la intención de alejar a los inversionistas y dañar de paso la economía de los limeños”.

En los últimos meses de 2005 y los primeros tres meses del 2006, más de cien empresas, pequeñas, medianas y grandes, comenzaron a operar y a generar más de un millar de empleos.

  1. Segunda disputa: Sobre la concesión de permisos de operación para la empresa Embotelladora Hondureña, S.A. (Embohsa)

Entre marzo y abril de 2006 hubo posiciones encontradas entre las dos familias sobre la concesión de permisos para construir una planta productora de gaseosas y jugos cerca de un acuífero (Sunseri, en la zona norte del país) y sobre control de tierras.

  1. Diario Tiempo

  • Los regidores nacionalistas Arturo Bendaña y Aníbal Kelly, quiénes aprobaron la concesión, denunciaron en sesión de corporación haber recibido amenazas de muerte, vía teléfono celular. Kelly expuso que a raíz de la manipulación que ha sufrido la información sobre el caso Embohsa de parte de un medio de comunicación, las vidas de los corporativos que votaron a favor del proyecto, corrían peligro.
  • Ninguno de los regidores citó el nombre del medio de comunicación, pero desde que aprobaron el permiso, La Prensa publicó titulares que –según diario Tiempo- los colocaba como enemigos del pueblo y de los recursos naturales. El regidor nacionalista, Roque Pascua, se preguntó por qué que si la intención es defender la explotación del agua, no se denuncia a una empresa propiedad del mismo grupo del diario que los cuestiona a ellos. (La familia Canahuati Larach es propietaria de la comercializadora de agua Aguazul)
  • La Asociación Nacional de Industriales (Andi) respaldó a Embohsa, porque consideró que no han violado ninguna ley ambiental al construir su productora de gaseosas y jugos naturales cerca del acuífero de Sunseri, en San Pedro Sula. El presidente de la Andi, Adolfo Facussé, consideró que es una campaña mal intencionada del dueño de dos periódicos (Jorge Canahuati) que le teme a la competencia.

  • El empresario Róger Danilo Valladares, socio de Embohsa, querelló al presidente y editor del diario La Prensa, Jorge Canahuati Larach, por el delito de difamación derivado de actos constitutivos de injurias y calumnias.
  • La Asociación de Propietarios de Terrenos de la Zona de Recarga del Acuífero de Sunseri expresaron que “la mala información” proporcionada por La Prensa en el caso de Embohsa, ha creado la sensación de que el área es un santuario intocable, cuando la realidad es que el acuífero es un río subterráneo, cuya agua si no se aprovecha, se pierde. Los propietarios explicaron que “la mala campaña” contra Embohsa está convirtiendo el acuífero de Sunseri en un área abandonada, donde predomina la delincuencia y propensa a invasiones, por lo que urge reimpulsar el proyecto de construcción de un parque ecológico que permita su desarrollo.

  • En su edición del 28 de abril, Tiempo denunció que el propietario de un medio escrito sampedrano utilizó a dirigentes del Colegio Profesional Superación Magisterial Hondureño (Colprosumah), para realizar una manifestación en contra de la construcción de la planta embotelladora Embohsa. “Fue tal la manipulación, que un fotógrafo de ese medio les solicitó (a los manifestantes) que alzaran la mano, y luego les tomó las fotografías”, consignó el diario. La redacción del periódico señaló que, de acuerdo a consultas a los manifestantes, constataron que éstos desconocían el tema sobre el cual se estaban pronunciando.

  1. Diario La Prensa

  • El Congreso Nacional en su período anterior realizó un estudio sobre la construcción de Embohsa, que fue remitido a la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (Serna), donde se recomendó la autorización de la licencia ambiental para construir la empresa con las medidas de mitigación necesarias.
  • (El ex diputado Eliseo Vallecillo dijo que durante las investigaciones, realizadas en julio de 2005, los diputados percibieron que había intereses económicos, reflejados en medios de comunicación, que trataban de mediar para evitar que se construyera la planta.)
  • En su edición del 30 de marzo, La Prensa publicó una caricatura de Darío Banegas en la que aparecen tres regidores de la alcaldía de San Pedro Sula (William Hall, Linda Coello y Guillermo Villatoro) escuchando en el auricular de un teléfono y manifestando con sus manos alzadas: “Ordene usted, jefe, si levantamos una o las dos manitas”.[26]
  • En la misma portada, La Prensa tituló: “Hubo conflicto de intereses de regidores al autorizar permiso”, y subtituló: “Tres ediles que votaron a favor de sacrificar el acuífero tuvieron o tienen vínculos con el propietario de Embohsa”.
  • El 2 de mayo, la Seccional Dos del Colprosumah desmintió en un pronunciamiento la publicación de diario Tiempo (aparecida el 28 de abril) sobre una reunión que sostuvieron dirigentes magisteriales para discutir el permiso de construcción otorgado a la embotelladora Embohsa. El profesorado se mostró molesto y ofendido porque ese medio de comunicación los hizo ver ante la opinión pública como un sector que se deja manipular y que no sabe nada sobre el manejo de los recursos naturales, consignó La Prensa.
  • El 19 de mayo, la Sala C del Tribunal de Sentencia declaró inadmisible la querella que el empresario Róger Danilo Valladares interpuso en contra de Jorge Canahuati Larach, presidente del Consejo de Administración de Organización Publicitaria (Opsa), que edita diario La Prensa. El origen de la acción legal es la oposición del diario a la construcción de una embotelladora en el acuífero de Sunseri, en la costa norte del país, argumentando que se arriesga el suministro de agua de millares de pobladores de San Pedro Sula, al considerar que la primera edificación dará lugar a más construcciones y destruirá la reserva de agua.

  1. Tercera disputa: Sobre participación política de los Rosenthal en el gobierno

    1. Diario La Prensa

  • El vicepresidente, Elvin Santos, y el ministro de la Presidencia, Yani Rosenthal, son quienes ejercen el control sobre el Programa de Asignación de Tierras (Path).

    1. Diario Tiempo

  • En una carta pública, Jaime Rosenthal Oliva desmintió las publicaciones del diario La Prensa y aseguró: “La campaña de La Prensa contra Jaime Rosenthal Oliva y su familia ha arreciado desde que se puso al descubierto el malévolo plan de declarar ganador de las elecciones al Partido Nacional”. Rosenthal negó ser asesor del Presidente de la República, pero reconoció que le honraba la afirmación del mandatario, de que él es su consejero.
  • “Salta a la vista que ustedes, en La Prensa, piensan que están por encima de las leyes, y más específicamente, encima de la Ley de emisión del Pensamiento, puesto que se creen con derecho a atacar y a denigrar a quienes ustedes quieran, sin reconocerle al ofendido su derecho a la réplica”.

  • El 3 de junio, diario Tiempo denunció que el presidente de los diarios El Heraldo y La Prensa continúa desarrollando una “campaña de desprestigio” en contra del gobierno actual, esta vez con publicaciones sobre la compra del seguro energético y un presunto conflicto entre el presidente Zelaya y su ministro de la presidencia Yani Rosenthal (hijo del propietario de diario Tiempo). Tiempo señaló que el presidente Manuel Zelaya Rosales desmintió esta información, calificándola de churro (información sin valor).

  • El 6 de junio, diario Tiempo desmintió las publicaciones de El Heraldo (del 5 de junio), acerca de que el mandatario Manuel Zelaya Rosales se mantuvo muy cerca del presidente de Venezuela Hugo Chávez durante la cumbre del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) y manifestó que las publicaciones corresponden a una campaña de desprestigio al gobierno.

  • El 21 de agosto, Tiempo denunció que Diario La Prensa pretendió desinformar a sus lectores con una publicación “amarillista y mal intencionada” sobre el seguro que vendió la compañía Seguros Continental a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee).
  • En un campo pagado, dirigido al director ejecutivo de La Prensa, Nelson Fernández, el gerente general de Seguros Continental, Mario Roberto Solís Dacosta, señaló que la aseguradora le vendió el seguro a la Enee por 2.1 millones de dólares y no por 180 millones de dólares, como sostuvo diario La Prensa. “En la publicación del 15 de agosto, La Prensa maliciosamente relaciona a Seguros Continental con el empresario y accionista de la misma, Jaime Rosenthal y a su hijo Yani Rosenthal, dejando entrever que estos habrían influido para que se les otorgase el seguro”.

E.     ALGUNAS ÁREAS DE INTERÉS E INCIDENCIA DE LOS SEÑORES MEDIÁTICOS

La diversidad de intereses empresariales que detentan, hace que para los principales dueños de medios de comunicación el Estado siempre sea objeto de su atención y ambición. La representación o los contactos al más alto nivel en los tres poderes del Estado es clave para sus inversiones. Sin embargo, el sistema de influencia funciona teniendo contactos y vínculos de confianza en todo el engranaje público, no sólo en la cúspide. En una Secretaría de Estado no se limita al Ministro o Secretario, sino que involucra otras personas en puestos claves, incluso de menor jerarquía pero funcionales dentro de los procesos de licitación o firma de contratos.

A cada área de inversión privada de los propietarios de medios de comunicación corresponde un área institucional de interés prioritaria., como se ilustra en el Cuadro No. 8 que, desde luego, no agota el tema.

Cuadro No. 8

Áreas de inversión privada y de interés institucional de los dueños de medios

Áreas de inversión privada de los dueños de medios

Área básica de interés institucional que le corresponde

Urbanizaciones, construcción de carreteras

Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), incluye Unidad de Gestión Ambiental, Fondo Vial de Honduras, Instituto de la Propiedad, Unidad Ejecutora del Banco Mundial, etc., Banco Nacional de Producción y Vivienda (BANPROVI)

Zonas Industriales de Procesamiento

Secretaría de Finanzas, Ministerio de la Presidencia, Secretaría de Trabajo

Bancos y aseguradoras

Comisión Nacional de Bancos y Seguros, Banco Central, Secretaría de Finanzas, Corte Suprema de Justicia

Almacenes de depósito fiscal

Secretaría de Finanzas, Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI)

Telecomunicaciones

Presidencia de la República, Secretaría del Despacho de la Presidencia, Industria y Comercio, Finanzas, Consejo de Ciencia y Tecnología (COHCIT), CONATEL, Comisión Presidencial de Modernización del Estado

Industria Cementera

Secretaría de Industria y Comercio, Soptravi, Secretaría del Despacho de la Presidencia

Turismo

Secretaría de Turismo, Secretaría del Despacho de la Presidencia, Secretaría de Finanzas

Explotaciones ganaderas y agrícolas

Secretaría de Agricultura y Ganadería, Secretaría de Industria y Comercio, Secretaría de Recursos Naturales y del Ambiente, Banco Nacional de Desarrollo Agrícola

Generación de energía térmica

Secretaría del Despacho de la Presidencia, Secretaría de Recursos Naturales y del Ambiente, Empresa Nacional de Energía Eléctrica

Aeropuertos y puertos (concesionamiento)

Secretaría del Despacho de la Presidencia, Secretaría de Finanzas, Soptravi

Acarreo (transporte) y distribución de combustibles

Secretaría de Finanzas, Secretaría de Industria y Comercio, DEI

Comercialización de aguas y bebidas

Secretaría de Industria y Comercio, Secretaría de Recursos Naturales y del Ambiente

Marco legal para las inversiones

Congreso Nacional, Presidencia, Corte Suprema de Justicia

Proveedores de medicamentos

Secretaría de Salud

F.      LAS NUEVAS INVERSIONES MEDIÁTICAS

Las denominadas Nuevas Tecnologías de Comunicación (NTC) ya están presentes en Honduras, al grado que el concepto mediático no se limita a las empresas clásicas de comunicación sino a otras formas de comunicación desarrolladas en los últimos años. Por NTC se hace referencia a las nuevas tecnologías de comunicación e información que constituyen modificaciones e innovaciones de los tradicionales medios de comunicación como la prensa, la radio y la televisión, cuando se integra a ellos el circuito integrado, la telefonía móvil, la computadora, los satélites de comunicación, la fibra óptica, las redes de telecomunicación como Internet, los sistemas interactivos, digitalizados y multimedia, como el Web el CD y el DVD.

El potencial que las nuevas tecnologías de comunicación e información proporcionan al ser humano y a la sociedad tiene que ver con la rapidez en el procesamiento de información, con el manejo de grandes volúmenes de la misma, así como el fácil acceso, disposición, intercambio y transformación de información. El nuevo núcleo del poder informático está en el control de las NTC.

Honduras ingresó a mediados de los 90 y especialmente a partir del 2000 a la era de la comunicación electrónica basada en la digitalización. Su expresión más conocida es el Internet, pero sus manifestaciones son múltiples a partir de la convergencia de la microelectrónica, las computadoras y las telecomunicaciones. En poco tiempo, la información y la comunicación se constituyeron en bienes muy apreciados y estratégicos del mercado. Bajo esas circunstancias era prácticamente imposible que su manejo y aplicación siguiera siendo monopolio de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel). Con el modelo de ajuste, la privatización o concesionamiento de las responsabilidades de esa empresa fue cuestión de tiempo y forma.

El auge de las empresas ligadas a las NTC es impresionante en el país y se explica tanto como fenómeno cultural como por una estrategia deliberada del sector privado, en conjunto con los organismos financieros internacionales y los diferentes gobiernos. El crecimiento de ese negocio privado se hizo a costa del debilitamiento de la empresa pública.

Rafael Ferrari expuso que en los últimos once años se distinguen dos momentos importantes en el desarrollo de este sector en Honduras: el primero en el 2003, con la puesta en marcha de la segunda compañía móvil celular, con lo que tres años después la densidad telefónica en el rubro subió de 5 por cada cien habitantes a más de 30, y el otro momento es en telefonía fija, en la cual la densidad telefónica de 4.7 por cada 100 habitantes, alcanzada después de 23 años por la empresa estatal, subió a 10 en poco más de dos años. [27]

Algunas más tarde que otras, pero al fin y al cabo casi todas, las grandes familias mediáticas invirtieron en las nuevas tecnologías de comunicación. Un capital más fuerte y expansivo se abrió paso. Las ganancias y el poder se ampliaban a partir de:

1.      Inversión en los medios masivos de comunicación social per se

2.      Inversión en las nuevas tecnologías de comunicación

3.      Inversión en negocios no ligados directamente a la comunicación, pero capitalizados – financiera y políticamente- a partir de la comunicación.

Para fomentar este sector, los empresarios mediáticos han requerido un marco legal ajustado a sus intereses, lo que convierte el Congreso Nacional en un punto de interés estratégico. Acomodar las leyes a los negocios y no los negocios a las leyes es la piedra de toque. Las inversiones de capital aguardan a que las condiciones legales les favorezcan plenamente y en cada nueva etapa demandan más y más reformas legales. Así, luego de conseguir la aprobación y ejecución del proyecto “Telefonía para todos”, los empresarios del ramo, cuya inversión global en telecomunicaciones suma unos 300 millones de dólares, reclaman la aprobación de una Ley Marco de Telecomunicaciones que les de el control total del rubro. La vinculación entre los empresarios y los políticos se vuelve imprescindible.

a.      Los medios masivos de comunicación social per se

 La investigación reveló que en sí mismos, los medios masivos de comunicación social son empresas rentables en el marco del modelo de mercado vigente, incluyendo diario Tiempo (del que su propietario asegura trabaja con pérdidas), y que el Estado es más importante para ellos como “padrino” o “facilitador” de otras inversiones que por el monto de la publicidad que contrata.

Un monitoreo de la publicidad contratada en los cuatro periódicos de circulación nacional en dos períodos (noviembre, diciembre y enero de 2005 y febrero, marzo y abril de 2006)[28] reveló que el peso de la publicidad privada es muy superior a la gubernamental. Por ejemplo, en el período analizado (seis meses) hubo 11,539 páginas contratadas por la empresa privada, equivalente a una inversión (promedio) de 323 millones de lempiras, frente a 870 páginas contratadas por el sector público, equivalente a una inversión (promedio) de 24 millones de lempiras. Si se toman esas sumas como promedio, sorprende saber que la inversión publicitaria anual del sector privado, sólo en medios impresos, supera los 600 millones de lempiras. Defender el conjunto de los intereses del sector privado no responde únicamente a coincidencias ideológicas, sino que es fundamental para la supervivencia de las propias empresas mediáticas. Es su agenda la prioritaria.

Por otra parte, la relativamente baja inversión publicitaria directa del Estado – a través de sus tres poderes – reduce (no elimina) en la actualidad el impacto que tuvo en el pasado la manipulación de esa partida oficial bajo el criterio de “premio o castigo”. Diarios como La Prensa y El Heraldo pueden sostener un “conflicto” con un gobierno sin que el retiro de la publicidad oficial los quiebre; por lo menos durante un período. En cambio, si la empresa privada les retira la publicidad, el cierre sería inminente. [29] Ver Gráfico No. 2.

Gráfico No. 2

Fuente: Investigación propia, CEDOH

El mercado en sí es tan rentable que los grandes anunciantes superan, cada uno de ellos, toda la contratación de espacios que compra el gobierno. La investigación reveló que, por ejemplo, en diario La Prensa, correspondiente al período de febrero 2006, 14 empresas contrataron cada una de ellas más que el conjunto de la inversión estatal en publicidad. Ese fenómeno se repite en otros medios.

En contraste, la publicidad contratada por organizaciones de la sociedad civil es mínima dentro del universo de los anunciantes. En el mes de noviembre, de 673 páginas pagadas en diario La Tribuna, 13 fueron de organizaciones de sociedad civil.

La rentabilidad de los medios masivos explica, en buena medida, las importantes inversiones en tecnología que hacen sus propietarios. En los últimos años, los cuatro periódicos han modernizado sus equipos y técnicas de impresión, redacción, diseño y mercadeo. Similar situación se observa en los medios electrónicos, donde el mayor avance tecnológico se concreta en equipos digitales y en la transmisión de señales vía satélite. Como se dijo anteriormente, la actualización tecnológica no implica una mejoría en la calidad de la información que se brinda, pero sí en su capacidad de impacto.

b.      La inversión en las nuevas tecnologías de comunicación

Desde los años 60, cuando la tipografía dio paso al offset y marcó un antes y un después en medios impresos, no ocurría un salto tecnológico tan grande como el de la actualidad en materia de comunicaciones Destaca, con creces, la expansión acelerada de la telefonía móvil y telefonía fija privada (Ver Gráfico No. 3). Dos compañías de celulares dominan el panorama: Celtel (Tigo), cuyo directorio lo encabeza Antonio Tavel Otero, y Megatel (Claro), que hasta hace poco tiempo tenía como dueño destacado al empresario Fredy Násser, quien vendió sus acciones a Carlos Slim. Hasta ahora, los intentos de HONDUTEL para convertirse en un efectivo competidor de telefonía móvil a nivel nacional han fracasado. Los mismos gobiernos han frenado esa posibilidad, con el respaldo de los organismos internacionales de financiamiento. El Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, ha venido imponiendo dentro de sus condicionalidades un porcentaje de inversión pública tan bajo en Hondutel que resulta imposible su fortalecimiento.

Gráfico No. 3

 

Fuente: CONATEL 2006

Uno de los nombres mencionados con más frecuencia en este tipo de inversiones ha sido Fredy Násser y aunque vendió su empresa en el ramo su historia ilustra el tema. Casado con una hija de Miguel Facussé, Násser encabeza uno de los grupos inversionistas más activos del país, Grupo Terra, que inició operaciones en el año 1978 en el ramo de la construcción, mantenimiento y remodelación de edificios, bodegas y en áreas de bienes raíces. Los primeros contratos del Grupo Terra en el área de la construcción se remontan a fines de los años 70 y a partir de los mismos su expansión ha sido acelerada. Como en tantos ejemplos, son los primeros contratos pactados con el Estado los que explican el crecimiento de fortunas extraordinarias. El “éxito” empresarial más rápido y lucrativo en Honduras suele construirse desde arriba (el poder público), no desde “abajo” (inversión, eficiencia y esfuerzo empresarial).  En 1992, asociada al Grupo Terra, nace la Empresa de Mantenimiento, Construcción y Energía (Emce) y dos años después firma un contrato con la ENEE que incluía la rehabilitación, operación y mantenimiento de las centrales termoeléctricas de Puerto Cortés y La Ceiba, de una capacidad total de 82 MW. Ligado al rubro, el Grupo Terra funda en 1996 Petróleos de Honduras (Hondupetrol), que complementa en el 2002 con la empresa Estaciones de Combustible y Servicio Uno y en 1996 surge la Empresa Transporte y Maquinaria (Tramaq), que distribuye el combustible y derivados a las diferentes plantas térmicas del Grupo (las Plantas de Generación Termoeléctrica Choloma I con 48 MW, Choloma II con 12 MW y Proyecto Hidroeléctrico Río Blanco), así como a otros grandes consumidores. Atento a los cambios, el Grupo Terra ya incursionó en el mercado de la Energía Renovable, a través de la empresa Energía y Transmisión (Enetran).

Con la fortaleza de su capital y conexiones políticas, a partir de 1999 el Grupo Terra se interesó por invertir en el campo de las telecomunicaciones y empezó a crear condiciones para ello. En el 2001 Fredy Násser decide participar en el proceso de licitación de adquisición de acciones de la Empresa Nicaragüense de Telecomunicaciones (Enitel), controlando el 40% de ellas, y se hace de la licencia para operar la segunda banda de telefonía móvil con tecnología GSM.

En el 2003, el Grupo Terra se involucra en el proceso de licitación de la segunda banda de Telefonía Móvil de Honduras, la cual le es adjudicada en abril de ese mismo año, y procede a conformar Megatel de Honduras.

A mediados del 2004, en una operación financiera rápida, el Grupo Terra decide vender los derechos e infraestructura de sus empresas de la División de Telecomunicaciones, Enitel y Megatel, al operador móvil mexicano América Móvil (AMX), propiedad de Carlos Slim, por 85 millones de dólares.

Otra de sus inversiones notorias fue la adquisición de Inter Airports, que administra -vía licencia- los cuatro aeropuertos internacionales del país. Como resultado de tantas inversiones, Násser es uno de los hombres más poderosos e influyentes de Honduras. De nuevo cabe preguntar: ¿se puede crecer tan espectacularmente en los negocios sin ser favorecidos desde el Estado? La respuesta es negativa; esas empresas no podrían alcanzar los niveles de crecimiento que muestran sin el apoyo, directo e indirecto, abierto o encubierto, del Estado y de los medios de comunicación. Un ejemplo: mientras en el 2005 la tarifa por minuto local a través de teléfono fijo en Hondutel fue de 0.35 centavos de lempira, la pactada a favor de las compañías de celulares fue de 4.8 lempiras. La rentabilidad, entonces, estaba asegurada.

Para el cierre del 2005, según cifras de CONATEL, los hondureños consumían 1,7 millones de minutos diarios en llamadas celulares. Ante ese impacto se explica que sólo en la compra de publicidad en la prensa escrita las dos empresas inviertan un promedio de 12 millones de lempiras (en el período investigado) y que, como valor agregado, esa suma las vuelva prácticamente intocables a la crítica. El límite de la libertad de expresión llega hasta los linderos de sus intereses empresariales. Ningún medio se arriesga a perderlos como clientes. Ver Cuadro No. 9.

Cuadro No. 9

Monitoreo de publicidad de telefonía móvil

Noviembre 2005-Abril de 2006

Anunciante privado

No. De páginas

Gasto estimado de publicidad

Celtel

373

 

Claro

239

 

TOTAL

437

L. 12,571,726

Fuente: Elaboración propia, CEDOH

Empresarios como Rafael Ferrari, Jaime Rosenthal Oliva o Jorge Canahuati, decidieron invertir en la telefonía móvil, telefonía fija y redes inalámbricas de datos, precisamente por la elevada rentabilidad de las mismas. Ver Gráfico No. 4.

Gráfico No. 4

Fuente: CONATEL, 2006

Crucial para la rentabilidad en ese negocio y en los medios de comunicación ha sido el control que algunos magnates tienen de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL). ¿Qué se hace con ese control? En 1999 Conatel aprobó una modificación al contrato de concesión de la telefonía móvil que favoreció extraordinariamente los intereses de Celtel. La resolución AS665/99 del 19 de julio de 1999 fijó en 7.30 dólares el cargo que la operadora de celulares debía cancelar a Hondutel por cada abonado hasta un límite de 28,180 abonados. Si “eventualmente” el número de usuarios pasaba esa barrera, las empresas no pagarían extra. Ya para el 2001, dos años después, el total de abonados sumaba 237,629; con lo cual Celtel “legalmente” fue habilitada para no cancelar al Estado los impuestos millonarios correspondientes a 209 mil abonados. El Comisionado de Conatel cuando ocurrió esa concesión era Norman Roy Hernández, considerado un hombre muy próximo a los intereses de Rafael Ferrari.

La historia de las concesiones se amplió en años siguientes cuando un político profesional, David Matamoros Watson, fue nombrado Comisionado de Conatel. Matamoros Watson se desempeñó como Comisionado al mismo tiempo que era miembro destacado del Comité Central del Partido Nacional. Una conexión más clara con la política es casi imposible de encontrar. Bajo su dirección, Conatel aprobó otra modificación al contrato de Celtel, en la que se le fijó pagar únicamente 4.8 millones de dólares por la extensión del convenio original de concesión hasta el año 2021 y el cargo mensual de los famosos US $ 7.30 por 28,150 abonados, se redujo a 3 centavos de dólar, sin límite de abonados.

Pero esa no ha sido la única ventaja concedida a Celtel, para que tuviera una rápida expansión de su negocio, a costa de los derechos de los consumidores e ingresos del fisco. El Estado autorizó inicialmente a través de Celtel cobrar 84 centavos de dólar el minuto en las llamadas telefónicas internacionales de celulares, posteriormente esa tarifa se bajó a 39 centavos de dólar y en la actualidad es de 0.25. La diferencia entre 84 centavos y 0.25 es notoria como para que el margen de lucro que ha tenido esa compañía no fuera reparable o investigado.

En la actualidad el Comisionado Presidente de Conatel es el abogado Rasel Antonio Tomé, quien, como ya se dijo, ha trabajado como abogado para el empresario Jaime Rosenthal Oliva, dueño de mútliples inversiones mediáticas ligadas al quehacer del comisionado.

Hasta la redacción de esta investigación, en la práctica no ha existido ningún impedimento ético para ser miembro de la Directiva de CONATEL. A nadie le han preguntado o investigado si tiene (o ha tenido) intereses comerciales o profesionales con las empresas bajo regulación de CONATEL; tampoco si es miembro de juntas directivas de los partidos políticos o de los consejos de administración de las empresas prestatarias de servicios de telecomunicaciones o propietarios de las mismas. En CONATEL si un comisionado ha decidido actuar con transparencia, lo ha sido bajo su propia iniciativa y riesgo. Las excepciones, en todo caso, seguramente son mínimas, casi accidentales.

En la historia de CONATEL y Hondutel una fecha importante en la cronología de las concesiones es diciembre de 2005, cuando, en una de sus últimas decisiones, el ex presidente Maduro liberalizó las telecomunicaciones y abrió el mercado de la telefonía fija (“Telefonía para todos-Modernidad para Honduras”). Unas 27 compañías se inscribieron casi de inmediato como suboperadoras privadas. Era la consumación de un final anticipado puesto que la Ley Marco del Sector de Telecomunicaciones de 1995, que abrió de inmediato el mercado a la competencia en la mayoría de los servicios de telecomunicaciones, estableció un período de 10 años de exclusividad a favor de Hondutel para la prestación de los servicios de telefonía fija, teléfonos públicos, servicios portadores, telex y telegrafía. Para el vencimiento del período de exclusividad, la empresa privada estaba legalmente lista para explotar al negocio, en contraste con Hondutel que llegó institucionalmente debilitada.

El Estado de Honduras, antes  de octubre de 1995 concentraba en Hondutel las funciones de Regulación y Control, y de Operación y Explotación (Telefonía Fija). Bajo las nuevas reglas, el papel que tradicionalmente venia desempeñando el Estado cambió; el sector privado se volvió el actor más importante en proveer servicios de telecomunicaciones, y CONATEL asumió las funciones de Regulación y Fiscalización. Ningún argumento rescató a Hondutel de la privatización fraccionada a la que fue sometida. No importó la importancia estratégica de las telecomunicaciones, ni las millonarias utilidades (transferencias) que Hondutel aportaba al Presupuesto Nacional, pese al saqueo permanente – legal o ilícito - de que eran víctima sus recursos.

No conformes con ese marco legal, los mismos intereses privados beneficiados, con el respaldo de los organismos internacionales de financiamiento, se propusieron reemplazar la Ley Marco de 1995 por otra de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información, pasando de una ley  enfocada hacia la Regulación y Clasificación de Servicios hacia otra que, teóricamente, Regula Mercados y Competencia.

Con la nueva Ley (todavía en negociación cuando esta investigación concluyó) los operadores y comercializadores tienen, entre otros, los siguientes derechos[30]:

-          Tomar sus propias decisiones sobre tecnologías, topología de redes y equipo a utilizar en sus actividades, estrategias comerciales, uso de marcas y patentes.

-          Facturar a sus clientes directamente o a través de terceros, estableciendo libremente sus tarifas, cuando CONATEL no haya determinado el establecimiento de tarifas reguladas.

-          Elegir libremente las áreas de cobertura del servicio y el monto de sus inversiones, de acuerdo a su propia estrategia de negocios.

-          Tener acceso e interconexión a redes y servicios; así como a recursos de numeración y no ser discriminados de ninguna manera.

-          Adquirir o construir su propia infraestructura o arrendarla a terceros.

-          Exigir respeto a sus derechos de propiedad e intereses económicos y comerciales.

-          Elegir libremente a sus socios, asociarse con otras empresas y contratar con terceros, sin más limitaciones que las que provengan de las disposiciones legales o contractuales.

Con la apertura de la política de “Telefonía para todos”, viejos y nuevos nombres de inversionistas aparecieron en el mercado. Celtel y Megatel crearon sus divisiones para telefonía fija, y surgieron otras empresas ligadas a los propietarios de medios, entre ellas Multifon (José Rafael Ferrari), Telefonía Cable Color (Jaime Rosenthal Oliva) y Cable Sula (Cable Sula, MULTICOM, Sulanet, Sulavisión y Sulatel), propiedad de Jorge Canahuati Hoch (no confundirlo con Jorge Canahuati Larach). Otra empresa que entró al negocio fue Telemás, con capital mexicano, hondureño y estadounidense, fundada en octubre del 2003 y que tiene entre sus principales accionistas a la Presidenta del Banco Central, ex ministra de Finanzas y ex aspirante presidencial en el Partido Liberal, Gabriela Núñez.

Así, el compromiso de los inversionistas en medios y tecnologías de información y comunicación con la transición mediática se afianza, al tiempo que se aleja su compromiso con la transición democrática de Honduras. Una alianza conservadora se sella con el modelo de ajuste estructural. Se confirma también el tipo de gobernabilidad que marcó el retorno al orden constitucional en 1982, ayuno de participación ciudadana y que convirtió a los partidos políticos y los medios masivos de comunicación en la piedra angular donde descansa la vigencia del sistema. Bajo esas circunstancias, el país se vuelve mediático y mediatizado. Democratizar la sociedad hondureña pasa por democratizar el acceso a una información de calidad democrática, pero ese cambio no puede esperarse de los señores mediáticos; tendrá que ser la ciudadanía la que  encuentre los mecanismos que le permitan recuperar su voz y su opinión.

- Manuel Torres Calderón es Periodista hondureño. Esta investigación integra un libro editado por el Centro de Documentación de Honduras (CEDOH) sobre los grupos de poder en Honduras y publicado en diciembre del 2007.


[1] Para la redacción final de este documento se entrevistaron diputados, dirigentes políticos y sociales, la mayoría de los cuales solicitaron mantener en reserva sus nombres.

[2] CONATEL es un organismo estatal desconcentrado que ejecuta, mediante la regulación y coordinación, la política de Telecomunicaciones en la República de Honduras.

[3] El proyecto Bahía de Tela contempla 3,750 habitaciones hoteleras y residenciales, 5 a 6 hoteles categoría de 4 y 5 estrellas, 168 villas residenciales, Marina con centro comercial, restaurantes, casino, un Centro Ecuestre, centro de tenis y un campo de golf de 18 hoyos. El área relativa al proyecto incluye un total de 312 hectáreas, que fue propiedad del Instituto Hondureño de Turismo (IHT). En el 2003 traspasó el inmueble a la Sociedad mercantil "Desarrollo Turístico Bahía de Tela, S.A de C.V", por el precio de 19 millones de dólares, con un plazo pagadero de 40 años, a una Tasa de Interés del 2,5% a partir del sexto año. Los empresarios tendrán un 51 por ciento de las acciones del proyecto y el 49 por ciento lo mantendrá el Estado. El costo total del proyecto está estimado alrededor de 300 millones de dólares.

[4] A inicios de los años 60 se marca el fin de la era de la impresión en “caliente” (tipografía) y se inicia la impresión en “frío” (offset). Ello marcó el cierre de periódicos históricos, como El Cronista y El Día, y el aparecimiento de la nueva generación de periódicos, como La Prensa.  El cambio no se limitó a la tecnología de impresión, sino que surgió otro tipo de periodismo a nivel de contenidos.

[5] Millicom es un grupo transnacional de telefonía celular con operaciones en Asia, América Latina y África. En total opera en 16 países, entre ellos Honduras, donde es propietaria de la mayoría de las acciones de CELTEL.

[6] American Móvil es una de las compañías de mayor crecimiento de América Latina en los últimos diez años. Propiedad del magnate mexicano Carlos Slim es la operadora más importante de telefonía móvil en el continente, con alrededor de 125 millones de clientes. El inicio de operaciones de América Móvil en Honduras se dio el 29 de Junio del 2004, cuando adquirió el 100% de la operación de Megatel, propiedad de Fredy Násser.

[7] CENCOPH, Tegucigalpa 2005.

[8] Urban & Associates, Inc., firma de Estados Unidos que brinda consultoría a diarios de Europa y América. El Heraldo, 2006. Tegucigalpa.

[9] Subgerencia de Estudios Económicos, Banco Central de Honduras. Informe Encuesta de Remesas Familiares. Enero 2007.

[10] Idem 9.

[11] La red de telefonía móvil o celular, como se le conoce en Honduras, consiste en un sistema telefónico en el que mediante la combinación de una red de estaciones transmisoras-receptoras de radio (estaciones base) y una serie de centrales telefónicas de conmutación, se posibilita la comunicación entre terminales telefónicas portátiles (teléfonos móviles) o entre terminales portátiles y teléfonos de la red fija tradicional. En países de topografía montañosa, como Honduras, construir la red de torres de transmisión implica costosas inversiones.

[12] TEGUCEL,  la telefonía móvil  de HONDUTEL. comenzó sus operaciones hasta el 16 de julio del 2007 y restringida su cobertura a Tegucigalpa.

[13] Las cifras son las que los propios periódicos se atribuyen y divulgan. No hay constatación privada independiente nacional de las mismas.

[14] Los cuatro periódicos tienen ediciones electrónicas que divulgan a través de Internet.

[15] Ídem

[16] Cobertura: Área geográfica que cubre una señal. Número de hogares o personas susceptibles de sintonizar una estación de radio en determinada zona.

[17] Radio Comunitaria. Fundamentalmente pertenece a una organización social. Adjudica a sus usuarios la decisión sobre las acciones radiofónicas que a ellos les parecen más oportunas para resolver sus necesidades de información, educación y entretenimiento. Se ocupa de las necesidades comunicacionales de un espacio territorial común.

[18] Grupo de Presión. Asociación o grupo organizado de personas o instituciones que manifiestan deseos conscientes o intereses comunes a sus miembros, realizando una acción destinada a influir en las instituciones del poder público para producir decisiones de éste favorables a sus fines. Algunos autores prefieren usar el vocablo cabildeo en vez de grupo de presión para referirse a los grupos que intentan ejercer presión sobre el poder público, ya que la mayor parte de dichos grupos, durante la mayor parte del tiempo sólo plantean solicitudes y en el caso de usar la presión, ella no es utilizada de manera regular (Finer, S.E.: The Anonymous Empire. Ed. Pall Malí. Segunda edición, 1966). http://www.iidh.ed.cr/siii/index_fl.htm

[19] El caso del empresario Miguel Andonie Fernández tiene características distintas al resto del grupo. Su medio principal (Radio América) es influyente, pero su política empresarial se basa en darle más autonomía en cuanto a línea editorial a los coordinadores de los programas informativos. Esa práctica ha provocado que en determinados períodos algunos coordinadores tengan más “influencia” pública que el propietario del medio, lo que no ocurre en los otros casos de los integrantes de la . A lo anterior se suma el hecho de que Andonie Fernández no forma parte de los dos partidos tradicionales, sino que es fundador de un partido que se define como socialdemócrata (Partido Innovación y Unidad).

[20] HONDURAS. INFORME DE PAÍS SOBRE LAS PRÁCTICAS DE DERECHOS HUMANOS 2006. Emitido por la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo. 6 de marzo de 2007

[21] Don Jorge J. Larach es abuelo de Jorge Canahuati Larach,

[22] Carta de Jaime Rosenthal Oliva al Director de Hablemos Claro Financiera, Rodrigo Wong Arévalo. Agosto, 2006, página 12.

[23] Idem 22

[24] La Tribuna, 8 de marzo 2007.

[25] Cuentan, quienes dan testimonio de esta anécdota, que Zúñiga Augustinus tenía como regla dentro de su partido que los políticos podían aceptar dinero para sus campañas de contribuyentes árabes o de origen árabe, pero no incluirlos dentro de sus planillas.

[26] La imagen que utiliza el Grupo Continental, nombre de la razón social que reúne todas las empresas de la familia Rosenthal, entre ellas Diario Tiempo, Canal 11 y más de medio centenar de otras empresas, son dos manos abiertas que cuando se juntan conforman un castillo.

[27] Moreno, Ismael. Honduras. 25 AÑOS DE RÉGIMEN CONSTITUCIONAL: A mayor democracia formal, mayor tragedia social. Revista Envío, No.301, abril 2007.

[28] Los períodos se escogieron para tener muestras de la situación al final de un gobierno (Maduro) y el inicio de otro (Zelaya). En el balance no se encontraron diferencias significativas.

[29] Los medios electrónicos, radio y televisión, denominados “pequeños”, dependen mucho más de la publicidad o del favor estatal, por lo que resultan más vulnerables a la presión oficial.

[30] Título II, Derechos y Obligaciones, Capítulo I, de los Operadores y Comercializadores. Anteproyecto de Ley Marco de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información, 2007.

https://www.alainet.org/en/node/125061?language=es
Subscribe to America Latina en Movimiento - RSS