Hacia dónde va la economía?
- Opinión
Tenemos relativamente claro hacia donde va la economía de Estados Unidos: en lo inmediato hacia una severa recesión y, en el mediano y largo plazo, hacia un período prolongado de bajo crecimiento económico, bastante menor que el registrado en los últimos quince años. Pero además es posible que se encamine hacia un cambio importante en su posición relativa como potencia económica en el mundo.
1) La complejidad de los cambios a nivel mundial
Pero si tal es el panorama al que se enfrenta la que todavía es primera potencia económica, con toda certeza ello habría de ser acompañado de cambios importantes a nivel mundial. Uno de estos es la casi segura traslación del centro del sistema hacia oriente, y, en especial, China. Pero, además, el sistema capitalista mundial hará frente a un predicamento complejo y de nada fácil resolución. De un lado la pavorosa crisis ambiental. Del otro, la crisis de la globalización neoliberal. En relación con esto segundo, la compleja -literalmente caótica- situación económica actual, muy posiblemente dará lugar, en el mediano plazo, a cambios en la economía mundial, que podrían ser más o menos profundos según sea la correlación de fuerzas que tienda a prevalecer. No sabemos si para ello será necesaria una profundización y agudización ulterior de la crisis que ya, en este momento, y a escala planetaria, sacude al sistema.
En fin, la mesa está servida y, sin duda, el debate en el mundo, en relación con estos asuntos, es hoy día vívido e intenso. En el mundo, sí, pero no en Costa Rica. Aquí la oligarquía neoliberal, y en particular sus representantes políticos, sus bien remunerados ideólogos y sus corporaciones mediáticas, tan solo parecen tener cabeza para una cosa: montar sus negocios entregando, en alegre festín, todo el patrimonio histórico construido por el pueblo costarricense, así como las riquezas de nuestra naturaleza.
El rugido del huracán ya se siente sobre nuestras cabezas y ellos, en ejercicio de suprema irresponsabilidad, ni tan siquiera parecen darse cuenta. Se adormecen con los informes light que el FMI les hace a la medida de sus engañifas, o acaso estarán tan aterrorizados que han caído en un estado de total negación.
2) Costa Rica: un auge especulativo
En lo que a la economía costarricense se refiere, repasemos rápidamente algunos datos básicos:
• Se ha registrado un crecimiento elevado, especialmente en el bienio 2006-2007.
• Este crecimiento se ha visto impulsado gracias a un motor principal -los masivos flujos de capitales extranjeros- y uno secundario: las exportaciones.
• Esos capitales venidos de fuera ha estimulado varias burbujas especulativas relacionadas entre sí, las cuales subyacen a los altos índices de crecimiento. Primero, una burbuja inmobiliaria; segundo, una burbuja del crédito y el endeudamiento. Imagínese usted que en 2006 y 2007 la parte del PIB correspondiente a construcción creció (en términos reales) a tasas del 18 y 21% respectivamente, cosa que, de tan exuberante, constituye una verdadera anomalía, casi una aberración.
• Y, entre tanto, el crédito literalmente se disparaba: de representar un 35% del PIB en 2000, pasa al 45% en 2004 y hasta al 51% del PIB en 2007. También aquí salta a la vista una exuberancia por completo anómala. Especialmente aumenta espectacularmente el crédito al sector privado (de un 27% del PIB en 2000 pasa a un 46% en 2007). Los renglones que manifiestan mayor crecimiento son los de vivienda y construcción, por un lado, así como el de consumo, si bien en los últimos meses las actividades de servicios han crecido fuertemente como destino de esta correntada crediticia. (Las cifras que indico son con base en "colones corrientes").
3) ¿Y cómo ha ocurrido esto?
Posiblemente pueda explicarse de la siguiente forma:
• Primero, los flujos netos de capital -no solo de inversión directa- provenientes del extranjero, han tenido un aumento espectacular en estos últimos años. Tan solo en los últimos tres años alcanzaron los siguientes montos: US$ 1.214 millones en 2005; US$ 1.901 millones en 2006; US$ 2.548 millones en 2007.
• Una parte considerable de estos capitales ingresan al Banco Central, lo que implica que se monetizan, es decir, se convierten en colones que entran a la circulación. Esa compra de dólares provoca un espectacular aumento de las reservas en moneda extranjera del Banco Central: sus reservas netas, que eran de US$ 1.200 millones a inicios de 2001, superan los US$ 2.000 millones en marzo de 2005; y luego sobrepasan las marcas de los US$ 3.000 millones hacia finales de 2006 y la de los 4.000 millones al finalizar 2.007. Ahorita parecen ir raudas hacia los US$ 5.000 millones. Otra parte de esos capitales alimenta las reservas en poder de los bancos comerciales, las cuales también se han incrementado enormemente.
• Esto ha creado una liquidez gigantesca. Hay demasiado dinero circulando y, desde luego, los bancos -en especial los privados pero también los públicos- buscan desesperadamente colocar ese dinero como nuevos créditos.
• De ahí, en buena parte, la baja tan aguda de las tasas de interés, que, combinadas con todo ese amplio abanico de atractivas "ofertas" que los bancos publicitan, constituye un poderosísimo gancho que estimula el endeudamiento de empresas y familias. Eso sí, tomemos nota de un detalle importantísimo que es preciso no olvidar: el Banco Central, bajo la conducción del señor Gutiérrez, no solo ha mirado todo esto con absoluta desidia. En realidad lo ha incentivado activamente al promover deliberadamente la baja de las tasas de interés.
• El crédito -como, de hecho, una parte muy importante de la inversión extranjera recibida- van a alimentar la exuberancia que se manifiesta en el sector inmobiliario. También ha alimentado la espiral ascendente del consumo. Todo esto le ha puesto candela a la economía empujando las tasas de crecimiento.
Presenciamos así una burbuja especulativa de grandes proporciones, o, quizá, varias burbujas que se inflan simultáneamente. Ello ha creado una sensación de prosperidad, la cual es falsa, precisamente porque es insostenible. De paso ello ha alimentando la propaganda en relación con la baja de los índices oficiales de pobreza y desempleo.
4) ¿Cuáles son los límites de este auge especulativo?
Hay límites internos y límites externos. Los internos giran alrededor de la imposibilidad material de sostener los niveles exorbitados de endeudamiento que se están alcanzado. Además, es un hecho ya evidente que la exuberancia inmobiliaria no solo no puede sostenerse en los niveles que ha alcanzado, sino que, además, ha tenido altísimos costos sociales y ambientales, lo cual introducen tensiones que difícilmente puedan contenerse por mucho más tiempo. Ya tan solo hace falta que, hastiada e indignada por los abusos, una comunidad empobrecida decida quemar el hotel o condominio de lujo construido en las cercanías.
Los límites externos tienen que ver, directamente, con la crisis financiera y la recesión en curso en Estados Unidos. Ello posiblemente empiece a sentirse conforme este año avance y quizá más agudamente el año venidero. Se percibirá en la pérdida de dinamismo de las exportaciones y el turismo, pero es probable que dentro de no mucho también golpee esos flujos de capital que, tan tumultuosos en los años pasados, han generado todo este auge mentiroso.
Un problema aún más grandes es que, con mucha probabilidad, se dará un entretejimiento conflictivo entre esos límites internos y los externos, por una razón fácil de entender: la transmisión hacia el interior de la economía costarricense de la recesión en Estados Unidos, hará que la actividad económica interna empiece a flaquear y que, de nueva cuenta, crezca el desempleo y se agudice el deterioro del poder adquisitivo de los salarios. En ese contexto, se aceleraría el colapso esperable de la burbuja de endeudamiento, con consecuencias severas, incluso para los bancos. Es fácil de entender: una persona desempleada o cuyo salario viene deteriorándose, difícilmente puede pagar una deuda asumida en momentos de euforia consumista.
Y todo lo anterior sin mencionar lo que podría ocurrir con el tipo de cambio. Al respecto, me limitaré, ya para concluir, a indicar lo siguiente: sin duda se ha venido especulando masivamente a una revalorización del colón y justamente esto es lo que -no obstante las bajísimas tasas de interés- mantiene altos los flujos de capitales que se reciben del extranjero. Esto puede cambiar por dos razones. Primero, la crisis financiera en Estados Unidos y todo el proceso de severo "secamiento" del crédito que esta ha provocado. Segundo, el deterioro esperable de la situación económica interna, que generaría desconfianza entre los especuladores. Bajo esas condiciones, es posible que el proceso se revierta: los capitales querrían, entonces, migrar de Costa Rica. Y si tal cosa llega a ocurrir, el bajonazo podría convertirse en catástrofe.
Fuente: Tribuna Democrática
www.tribunademocratica.com
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