Oposición despliega táctica de “ganar perdiendo”
- Análisis
Más de 11 millones 200 mil ecuatorianos y ecuatorianas concurrieron este 7 de mayo a votar, en una jornada democrática que se desarrolló sin contratiempos, para responder 5 preguntas para reformar la Constitución relativas a justicia, seguridad y medios de comunicación y cinco sobre la prohibición de los juegos de azar y de matar animales en espectáculos públicos, penalización de la no afiliación de los trabajadores a la Seguridad Social y tipificación como delito del enriquecimiento privado no justificado.
Esta consulta es un episodio más de los procesos plebiscitarios que han caracterizado al Ecuador desde que retornó al régimen democrático en 1979. Poco a poco se ha ido ampliando la participación popular, si en 1979 se reconoció el voto a los analfabetos, desde 2009 se abrió la posibilidad de que tengan voto facultativo los extranjeros que hayan residido por más de cinco años en el Ecuador, los militares y policías, los jóvenes comprendidos entre 16 y 18 años y los migrantes.
Malos perdedores
A las cinco de la tarde del sábado 7, se dio a conocer un exit poll elaborado por el encuestador Santiago Pérez que le daba una clara ventaja al SI en una proporción de 6 a 4. Confiados en estos resultados, el Presidente Correa y sus partidarios se apresuraron a festejar el triunfo, pero a las 23h00 del mismo sábado, el Consejo Nacional Electoral dio a conocer los resultados de un conteo rápido en la que daba como ganador al SI en todas las preguntas pero no con la clara ventaja que pronosticaba Santiago Pérez.
Otra encuestadora (CEDATOS) también dio como ganador a la tesis del SI en todas las preguntas. El boletín número cinco emitido por la Dirección Nacional de Control Electoral de Alianza País (el movimiento de gobierno), en base a los datos reales recogidos por sus militantes en las mesas electorales, señala que el SI gana en todas las preguntas (incluida las más polémicas como la cuatro y la nueve) con márgenes que van de 4 al 11 puntos. Este conteo extraoficial, basado en datos reales, abarca al 61.1 por ciento de los electores. [1]
Cuando se ha contabilizado oficialmente más de la mitad de los votos, el Consejo Nacional Electoral[2] ratifica el triunfo del SI en la mayoría de las preguntas aunque se puede apreciar que en las preguntas 4, relacionada con la justicia, y en la 9, que tiene que ver con la regulación de los contenidos violentos de los medios, hay una ligera ventaja del NO, dato que puede irse modificando a medida que ingresan nuevos datos de las provincias donde el SI tiene una clara ventaja.
En lugar de esperar los resultados definitivos -para festejar, lamentarse o hacer un análisis serio- la oposición y los medios comerciales se han dedicado a echar dudas tanto del proceso como de las tendencias electorales que favorecen al SI.
El diario guayaquileño El Universo, el lunes 9 tituló en primera página “De la algarabía…a la preocupación”. El martes 10 titula: “La corta distancia entre el Si y el No eleva tensión de la clase política”. El Expreso, de la misma ciudad, titula: Lucha voto a voto.
El Comercio, periódico de Quito, hizo lo propio: “Las diferencias se acortan”, “Correa admite bajón”. Diario Hoy, también de Quito, tituló “El NO se impone en 11 provincias con el 33% de las actas escrutadas”.
Esta campaña se respalda con las maniobras de los viejos zorros de la política incrustados en los tribunales electorales provinciales y quizá en el propio Consejo Nacional Electoral. La táctica consiste en lo siguiente: contabilizar primero las provincias en donde gana el NO (11 en total, donde casi concluyen los escrutinios) y retardar el conteo en aquellas donde triunfa el SI. Con ello, se aparenta un “empate técnico entre el SI y el NO” en algunas preguntas y se pretende crear un ambiente caótico en el que, como señala el Universo, se eleva “la tensión de la clase política”, a la vez que se exagera los problemas de las “inconsistencias numéricas” y se protagonizan incidentes en las sedes de los tribunales provinciales. Cuando comiencen a entrar masivamente al Consejo Nacional Electoral los datos de las provincias de mayor población (Guayas, Manabí, Pichincha, El Oro) donde es clara la tendencia por el SI, se hablará de fraude y se tratará de ilegitimar el triunfo del SI.
La paternidad del NO
Esta consulta popular ha estado marcada por una fuerte polarización de las posiciones políticas, reeditándose esa vieja costumbre nacional de transformar los eventos plebiscitarios en jornadas en las que se mide la popularidad del gobierno de turno, sin tomar en cuenta el contenido de las preguntas y las consecuencias que tendrá su aplicación.
La gama de corrientes que se pronunciaron por el NO y está reivindicando la paternidad de la criatura es bastante amplia, y va desde la extrema derecha hasta la izquierda. Ahí está el ex presidente demócrata cristiano Osvaldo Hurtado, el mismo que aplicó los planes de ajuste y gobernó para los empresarios; el magnate bananero Álvaro Noboa, al cual el Servicio de Rentas Internas le quiere cobrar 90 millones de dólares de impuestos; el alcalde derechista de Guayaquil Jaime Nebot; el asambleísta de derecha César Montúfar, el ex- Presidente Lucio Gutiérrez.
Por el lado de la izquierda, está la disidencia de Alianza País y la CONAIE. Está, además, el Movimiento Popular Democrático, el mismo que apoyó la revuelta policial del pasado 30 de septiembre.
La posición del NO, según los primeros resultados parciales, ganaría en seis provincias de la Sierra y cinco de la Amazonia, en cambio el SI se impondría en 12 provincias: tres de la Sierra, una de la Amazonía, y ocho de la Costa y las Islas Galápagos, además de los migrantes de Europa y Estados Unidos. Esto amerita un análisis frío del gobierno de Rafael Correa puesto que evidencia una pérdida de apoyo en relación a jornadas anteriores. Recordemos, por ejemplo, que la nueva Constitución obtuvo un 64 por ciento de respaldo.
¿El análisis de los resultados de las provincias donde gana el NO conducirá a revisar algunos métodos y políticas gubernamentales? ¿Se abrirá un diálogo para debatir temas como la minería, el agua y la tierra? ¿Se revisarán las medidas que los indígenas denominan de criminalización de las luchas sociales? ¿Será capaz la izquierda y los movimientos sociales de reconocer los aspectos positivos de la gestión gubernamental como son la inversión social y la política internacional? ¿Deslindarán campos con la derecha política, económica y mediática?
El viceministro de Relaciones Exteriores, Kintto Lucas, plantea que es hora de “fortalecer una gran alianza o un gran frente de izquierda nacional hacia los cambios que ha propuesto desde su inicio la Revolución Ciudadana”. Si se tienden puentes y se apuesta al diálogo entre las fuerzas que están en el mismo camino de cambiar este país el planeamiento de Kintto es posible.
Notas
[1] http://www.controlelectoralmpais.com/index.php?option=com_content&view=article&id=20&Itemid=63
[2] http://app2.cne.gob.ec/resultados/resultadosn.aspx
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