Ellas están marcando el paso de la marcha

22/03/2012
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Cientos de indígenas caminan hacia la ciudad capital. El 50 por ciento son mujeres, quienes salieron el 19 de marzo de sus comunidades en el departamento de Alta Verapaz. Según dicen algunos de sus compañeros, son ellas las que están marcando el paso a la marcha que llegará el próximo martes, refrendando así su conciencia de lucha y su protesta por la falta de atención a la problemática agraria.
 
Campesinas e indígenas en Guatemala, una vez más, participan en una acción política para exigir la solución a sus demandas, tantas veces ignoradas. Ellas que luchan por la tierra otorgan un profundo significado a su reivindicación de dignidad, cuestión que las mentes conservadoras no entienden, en tanto las consideran manipulables, vulnerables e incapaces de tomar decisiones por sí mismas. Se equivocan o mienten descaradamente quienes así califican a las indígenas q’eqchi’ y ch’orti’ que se dirigen a la capital, donde esperan recibir respuestas por parte del gobierno central y el Congreso de la República.
 
Cabe aquí recordar lo que varias marchistas comentaban este viernes en su caminata. Desde que llegó el gobierno del militar retirado Otto Pérez, a quienes se les amenaza e intimida es a las mujeres, y eso tiene el propósito de “contra-restar nuestra combatividad”. Así lo explican: las instituciones que las utiliza son aquellas que otorgan ayudas a cambio de votos, les toman fotos para mercantilizar productos, les dan créditos para que ellas garanticen los alimentos de la familia. Este sistema sigue sin atender la problemática del agro, pero además está aumentando las horas de trabajo a las mujeres, en lugar de abrir oportunidades para que ellas sean propietarias de la tierra, reconocidas como trabajadoras agrícolas con todos sus derechos y tomadas en cuenta por su capacidad de propuesta.
 
A estas mujeres decididas les preocupa la falta de conciencia social para que en las ciudades se comprenda qué significa vivir en el campo siendo mujer y lo complejo que es para ellas incorporarse en alguna organización en condiciones de igualdad. Esto lo quiero recalcar porque a pesar de que ellas siempre han estado en la lucha campesina, la gravedad de los problemas que existen desdibuja lo que ellas están demandando. Las exclusiones son tan severas que el grito del derecho a la tierra, invisibiliza las grandes brechas de desigualdad que viven las campesinas e indígenas.
 
Hay que resaltar sus demandas como mujeres, sería una primera forma para valorar sus aportes en diferentes ámbitos de la sociedad. En la lucha por el territorio que rechaza la minería, ellas demandan además la defensa de su territorio cuerpo, es decir, exigen acabar con la violencia patriarcal. Para superar la enorme brecha de desigualdad como propietarias de la tierra, habría que establecer que en los próximos años, la dotación y legalización de terrenos sea exclusivamente dirigida a las trabajadoras del campo sin intermediarios y a través de subsidios y medidas de resarcimiento (no mercado que sólo beneficia a finqueros y la burocracia gubernamental).
 
Las marchistas merecen un recibimiento especial por parte de las personas que estamos convencidas que un mundo justo implica la liberación de las mujeres. Ojalá y la acción periodística en esta marcha incluya las voces y demandas de las campesinas.
 
 
https://www.alainet.org/en/node/156707?language=en
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