David Romero frente a Goliat Hernández
- Opinión
En la historia del cristianismo primitivo como suele llamarse a las primeras acciones bíblicas que finalmente desembocan con el nacimiento de Jesús, el revolucionario más grande todos los tiempos, de donde se desprende el cristianismo que hoy profesa una cantidad importante de seres humanos en la tierra, hay un personaje epopéyico cuyo nombre es David, perteneciente a la historia de Israel moderno, antes territorio de Judea.
David, según la historia israelita, estaba en guerra con los filisteos quienes tenían por líder a un gigante llamado Goliat, contra quien combatió el ejército israelita por más de 40 días, hasta que llegaron al acuerdo de batirse uno contra otro, con el acuerdo de que quien venciera sería el triunfador de la guerra.
Así que David, un pastor de ovejas, se armó de su honda con la cual defendía su rebaño de las fieras salvajes, y además tomó su cayado pastoril y se encaminó al escenario de la batalla. David se paró frente al gigante, le lanzó una piedra dirigida a la frente, misma que lo derribó de inmediato, y al caer el descomunal soldado, aprovechó el momento para cortarle la cabeza con la misma espada del vencido.
Tomando las distancias racionales del caso, en la historia mítica religiosa judía, hoy nos encontramos en Honduras, Centroamérica, en el año 2015, con un caso parecido, que en literatura se denomina comparación, en el cual un periodista de un medio de comunicación toma la responsabilidad de informar fehacientemente sobre el caso de corrupción más bochornoso y deleznable de la reciente historia administrativa de un gobierno que se haya conocido hasta entonces.
David Romero Ellner, de la emisora y televisora Globo, director de la información periodística de la empresa, y además acompañado de las pruebas científicas que hacen meritoria aquella frase que dice, la práctica es el criterio de la verdad, en este caso, con documentos a la mano —memorandos, cheques, listados, copias de escrituras, grabaciones, estados de cuenta, etc.— , hace públicos el saqueo, el desfalco, el chantaje y la colusión de todo un sistema de latrocinio que ha organizado el Partido Nacional desde la cúpula misma de su dirección, quien utilizando las más diversas triquiñuelas administrativas, respaldadas por la impunidad y el cinismo, saquearon el Instituto de Seguridad Social (IHSS) en no menos de siete mil millones de lempiras, para depositarlos en cuentas de la comisión de campaña Política del Partido Nacional, mismas que están respaldadas por nombres concretos, consignados los fondos mediante la tercerización de unas empresas fantasmas creadas al efecto para construir los vasos comunicantes conductores del dinero del Estado, traspasado a esta institución política, como si fuera una transfusión monetaria de la más vil factura delictiva.
David Romero se enfrenta hoy al Goliat de la gobernanza hondureña, Juan Orlando Hernández, un presidente que por medio del fraude, el chantaje, el robo, la manipulación, el descaro y demás mecanismos de perversión política, ha estructurado un sistema nunca antes experimentado por el pueblo hondureño, en donde toda la estructura estatal está configurada como un rompecabezas cuyas piezas todas caben exactamente en el lugar y función que les corresponde, aunado a ello, la compra del poder mediático y fáctico junto al poder militar.
David Romero Ellner, se enfrenta así, junto con su equipo de trabajo periodístico, y la empresa del medio donde trabaja, a un gigantesco aparato represivo conformado por el poder judicial, el poder legislativo, y el poder ejecutivo, que dirige de manera absolutamente dictatorial, el presidente de la república, JOH.
De acuerdo con el desarrollo de esta lucha sin igual —dice la leyenda davinesca judaica que combatieron cuarenta días los filisteos y los israelitas— se producirán evidentemente varios acontecimientos de muy diferente índole, desde el asesinato (ya fue eliminado el primer testigo protegido), la denuncia pública ante los organismos internacionales de periodismo, derechos humanos y gobiernos observadores del proceso de denuncia generado por la investigación sobre un hecho de la más pura raigambre del crimen organizado protagonizado por el Partido Nacional y su gobernante corifeo de la banda de malhechores cínicos protegidos por la impunidad de la fuerza dictatorial.
En resumen habrá reacciones de todos los tipos conocidos en estas circunstancias.
Pero, habrá que esperar si la oposición política (débil hasta ahora) podrá reagruparse para desarrollar varias acciones. Una correspondiente al apoyo irrestricto al David de esta historia, de denuncia contra el Goliat de este capítulo político, y finalmente a la creación de un verdadero frente de lucha contra el más escandaloso de todos los delitos públicos cometidos en la historia del siglo XX y XXI, hasta conducir el movimiento a la derrota de un partido ominoso, siniestro, fatídico, que planea gobernar el país por cincuenta años, objetivo que conlleva el descaro, cinismo y asqueroso propósito de una mafia política sin precedentes en la historia social de Honduras.
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