Cabe señalar que existen formas creativas y democráticas para emprender un propósito coercitivo cuya consecuencia forje conciencia en el pueblo.

En mi programa de radio “La Otra Cara”, tertuliábamos acerca de la vidriosa temática de la corrupción, a propósito de los últimos acontecimientos ocurridos con funcionarios de la Alcaldía municipal de Santa Cruz, que algunos ya fueron remitidos a la cárcel.

La pregunta era ¿cómo acabar con la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico?

Uno de los presentes hizo referencia a la estrategia utilizada en Singapur contra la delincuencia. Allá se gobierna en general con mano dura decía Roy. Todos los criminales confesos y probados fueron fusilados, dijo William. A lo que añade Luisa, que toda figura pública corrupta (políticos, policías, militares, etc.) fueron fusilados con pruebas sólidas que los implicaba.

La ciudadana Nelly, vía teléfono, nos decía que los empresarios ladrones fueron fusilados y otros se fugaron del país. El pueblo estaba cansado y la única forma de extirpar el cáncer era exterminándolo.

Dicen que en Singapur primero se hizo la limpieza y luego se reorganizó el sistema político, judicial y penal.

Otro oyente de nombre Jorge, señaló que al aterrizar en Singapur, en el documento de desembarque hay una advertencia sobre la pena de muerte, donde se manifiesta con absoluta claridad a la cero tolerancia de la corrupción, a la violencia, a la posesión de droga porque es fusilado o condenado a cadena perpetua con trabajos forzados.

Ante la ejecución de la ley a pena de muerte no existen plegarias ni marchas de protestas de los derechos humanos que salve la muerte del delincuente, dijo René.

En todos los lugares públicos existen carteles donde se aclara que la policía de Singapur garantiza la integridad física de cualquier mujer durante 24 horas.

Y llegamos a la conclusión que ahora en Singapur no existen mujeres violadas o asesinadas. En Singapur establecieron la ley y el orden en beneficio del pueblo.

Ahora mismo, Islandia está siguiendo el mismo camino de acabar con la delincuencia de funcionarios, banqueros y políticos corruptos.

¿Esto es sueño o es realidad? ¿Será posible replicar esto en nuestra amada Bolivia?

¿Qué opina usted?

María Eugenia Claros Bravo

Directora Periódico Visión Z

Santa Cruz-Bolivia