El actual grave conflicto surgido entre Catalunya y el Estado Español es real   no es inventado por nadie. Al margen de las interpretaciones que unos y otros quieran darle a la historia de la Corona de Aragón y el Condado de Barcelona. Unos para afirmar que este existió y otros para negarlo. El hecho concreto es que hay un pueblo que cuenta con una nacionalidad histórica, que es orgulloso de su pasado, de su cultura y tradiciones y de su exquisita educación; que nunca ha sido rebaño de nadie y que hoy, una vez más, reclama su independencia. Este no es un tema que debe tratarse en el ámbito jurídico como se le pretende vender, dentro y fuera del Estado Español, sino esencialmente político y en esta última instancia en la que tiene que resolverse.

La represión surgida al aplicar a rajatabla la Ley enviando a la cárcel y persiguiendo a los actuales dirigentes catalanes constituye uno de los más graves atropellos a los derechos democráticos de un pueblo en pleno siglo XXI. Una brutal represión que día a día se agrava arrojando hasta el momento seis exiliados, diez activistas sociales y dirigentes políticos catalanes en prisión sin que pese en ellos condena alguna. Crece por centenares el número de procesados por el simple hecho de defender el sagrado derecho a decidir en una democracia.

A la inconcebible violencia policial del primero de octubre que arrojó más de 1.500 heridos se suma la censura a decenas de páginas en la web. Las diarias agresiones de tinte fascista a pacíficos ciudadanos catalanes en un Estado Moderno son bien larga y pone al desnudo la herencia franquista e imperial del actual gobierno español.   

Los pueblos de América Latina  víctimas también de lo que ya se vislumbra como una ofensiva global contra todo aquello que amenace los poderes mundiales constituidos suman sus apoyos solidarios a la causa catalana y saludan las próximas jornadas de solidaridad del 14 y 15 de abril que se realizarán en todo el mundo. Al finalizar este escrito escuchamos la noticia que la Justicia Alemana deja en libertad a Puigdemont y descarta todo delito de rebelión. ¡Catalunya no está sola!  ¡Visca Catalunya!