Liber vitae
- Opinión
A propósito del 23 de abril, Día Internacional del Idioma Castellano, del Libro y del Derecho de Autor, declarado por la UNESCO hace 24 años.
EL DESPERTAR DE LA PALABRA
Las espigas del grito colectivo en la lengua de Cervantes
Ha comenzado el sacerdocio del entendimiento. Las deidades del corazón iluminan el infinito que oculto yace
El arte desenfunda su ballesta y se declara triunfante. La cima está al alcance del obrar humano. La cima ha sido alcanzada ya
El secreto divino se consagra en la ancianidad del papiro. El secreto divino es revelado con los símbolos del heraldo
El mensaje divino del Liber Vitae nos regala la inteligencia que mora en la palabra perdida
Las fórmulas sagradas hemos de encontrarlas en el egipcio Libro de los Muertos que nos regala sus saberes
Despierta la palabra encantada
Las viejas divinidades de la arcadia humanidad remontan las oquedades de la tierra madre
Condenable es que la palabra se enarbole para reprimir la travesía del alma
El corazón abatido se refugia en el oráculo de la palabra
En los manuscritos del primer hombre anida el saber. La excelsidad en el babilónico diccionario
En las inscripciones de la piedra se encuentra la sombra de Dios
Convocados los escribas a la bóveda celeste
En el techo del cielo la rima ecuestre de Jenofonte. En Anábasis helénicas victorias
En el leviticus la ley de la palabra
Y en el Deuteronomio la primera procesión del antiguo testamento
El homínido esgrime sus saberes
Sumergidos en el mito los sabios despliegan sus alas
Los símbolos del universo han de señalarnos los caminos del entendimiento
Desde su camada sapiencial la sabiduría nos acerca a los salmos de Jedidias
En los pergaminos esta la vida que vive y en el canturreo de los pájaros el lenguaje de los dioses
Los símbolos de la vida se entretejen cuando los diálogos del homínido se escuchan en las cavernas
En los testamentos las proclamas de los elegidos cuyos dioses se han emancipado de la treta del misterio
En la memoria anida la divina providencia que procura eternidad
En los libros sagrados los proverbios, las sabias máximas que han sido pronunciadas en el continuum de la historia
Rituales y parábolas avivan lo sagrado cuando el Liber Vitae cuenta el apocalipsis
Busquemos al que mora en el verbo llameante
¡Alabada sea la voz del animant!
Los seres toman forma de libro en alfabético orden
En los círculos de Dante la palabra es venerada
Reina la eternidad en la prosapia del Leviatán
Por encima de la tierra las montañas infinitas donde habita el buen decir
En el libro bogan los sueños. El abecedario se despliega a campo traviesa. La letra proclama el reino del saber
Con el verbo se derraman las lágrimas del sol que agita sus alas en la constelación del Alma Mater
El oficiante de la palabra domeña el universo
Eruditos en convite expulsando sicofantes
Habita el tiempo en los santuarios del saber y la erudita humanidad gobierna el universo
Nunca bastan las palabras, pero la palabra es la casa del ser. En la palabra comulga el ser con los mandamientos del redentor
Cantos celebratorios durante el digesto literario
Es la sabiduría la luz del corazón
La vida es honrada con la enigmática ortografía
En la morada de las musas el códice pervive, despiertan el mito y la leyenda
El lenguaje de las odas se proclama con música de vientos
En la levedad del silencio los pergaminos del hablante, nada se dice en el pedestal del ocaso
Las infaustas palabras en la nada se riegan
Alabado es el verbo en el reino del saber
Se cultiva la escolástica con pálpitos del corazón
De Pesoa su mandamiento: “Seamos fieles a la palabra dada y a la idea tenida”
ILUMINACIONES
La fecundidad de la naturaleza asunta su ley revelando los misterios de la arcana iluminación
El bestiario devela su nefaria intención y la ensoñación nos regala los arquetipos del mundo simbólico
Los tejidos del humano proceder en plumas sagradas nos lega sus frutos
El influjo de los dioses revela su divina omnisciencia
La luz trasunta sus misterios y devela el porqué de la trascendencia
Habita el hechicero en los santuarios del tiempo
Los sarcófagos se adornan con edictos de marfil
Los decretos divinos de la especie ha de brindarnos el árbol de la vida donde bebemos la perpetuidad
Nuestros ídolos tocan los tambores de la estirpe redentora. Han abatido la ausencia del querer
En la región de los misterios se emancipa la noche… Una hoguera de pasiones en ojos ausentes
Y es que el ser supremo para el ser humano es el propio ser humano
Danzan los hombres con caras de caballo y los dragones conducen urnas funerarias
Peregrinos pernoctan en el priorato de Cluny
La ilusión rediviva. Tradiciones que nutren el saber por canales subterráneos
Agita sus velas el aire cargado de sombras
Los dioses recompensan las plegarias que en su nombre son elevadas al cielo
Retornan al principio los dioses del Partenón
Cae el cielo sobre la montaña en que se apoya
En ritual comunión el arquetipo de la especie alaba su mandamiento
COSAS DEL ALMA
Hemos de saciar la sed. Hemos de beber en las consejas de los dioses. Hemos de conjurar la muerte de la mariposa. Hemos de encontrar en la música las cosas del alma
Donde puebla el homo sapiens no se debe tolerar la intolerancia
Un soneto de palomas ha regresado de su trashumancia para calmar un abatido corazón
Somos el mar a la deriva, el dolor del Pegaso enamorado
Presentes estemos en el festival del papagayo cuando el sol se acurruca en el regaso de la noche. Las chispas del oro se han apagado en el proscenio del canto
Esperemos las noticias de los bosques, su esmalte de flores arrulla el paisaje
La eternidad se alimenta con los dones del bien
En el parlamento de pájaros mandan los juglares
En la comuna se comparten los granos del bien
Larga es la trashumancia del delfín tras la citara de Arion y densa la historia que se aloja en las olas del mar
Los pétalos del cielo habitan en el corazón
En la levedad de la memoria la esperanza emprende su travesía. El cisne renace en el polen de la rosa. Contémplese el redentor en la solemnidad del rito
Jafuda Bonsenyor ha sentenciado: “No hay rey sin hombres, hombres sin riqueza, riqueza sin pueblo y no hay pueblo sin justicia”. (1)
Nota
(1) Sabio judío nacido en Barcelona, España, a mediados del siglo XIII.
Jorge Valero, Representante Permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y demás Organismos Internacionales con sede en Ginebra, Suiza.
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