Desafío 2: Defensa Integral de la Patria

La estrategia desplegada por la administración Trump, sus aliados regionales (Grupo de Lima), Unión Europea y “las oposiciones” venezolanas, tiene como punto crítico concurrente los acontecimientos del 5 de Enero (nuevo periodo legislativo, elección de nueva directiva de la Asamblea Nacional) y el 10 de Enero (inicio de nuevo periodo constitucional presidencial, con el acto de juramentación de Nicolás Maduro).

En este sentido, Carlos Lanz Rodríguez, describe los lineamientos estratégicos de amplio espectro dirigidos a degradar nuestras fuerzas por descomposición interna: estimular la conflictividad social (desabastecimiento, alza de precios, inseguridad), fomentar rivalidades sectarias y grupales, explotar déficits y carencias de bienes y servicios (ataque al sistema eléctrico, transporte, crisis de gasolina, agua), generar desconfianza e incertidumbre en torno a las políticas gubernamentales, deslegitimar el liderazgo, propiciar la ingobernabilidad y debilitamiento de la línea de mando de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), con acusaciones y calumnias, buscando su inhibición y parálisis.

Hay que destacar que la amenaza de una intervención militar en territorio venezolano por parte de USA y sus aliados no ha sido descartada del todo, muy a pesar del rotundo rechazo en la población venezolana y la comunidad internacional de la aplicación de la misma. Se imbrica en todo este panorama el impulso de la lucha callejera, con la modalidad de la guarimba, afectando la gobernabilidad, disuadiendo y fijando en el terreno a los equipos policiales y militares, quienes a su vez no siempre repelen a “manifestaciones pacíficas”, sino a fuerzas híbridas regulares e irregulares (outsourcing de inteligencia), a las BACRIM y para-militares provenientes de Colombia.

En estos 5 meses del año 2019, la unidad cívico-militar ha respondido exitosamente a esta estrategia de amplio espectro. La aplicación del método táctico de resistencia en defensa de la revolución bolivariana, la formación de más 2.000.000 de milicianos y milicianas, la reafirmación del carácter bolivariano y popular de nuestro ejército profesional, dan cuenta de la corresponsabilidad asumida entre Estado y Sociedad (movimientos sociales, comunas, pueblo organizado), por la defensa de la paz, que se mantiene alerta y activada de manera permanente.

Hugo Chávez afirmaba que la revolución bolivariana era una revolución socialista pacífica, pero no desarmada. Nicolás Maduro es el continuador de un proyecto humanista, bolivariano, ético y transformador aplicado en la institución de la FANB, donde la primera y más poderosa artillería, es la artillería del pensamiento y del conocimiento. Pero también somos conscientes de la fuerza militar del enemigo de los pueblos de ABYA-YALA. Es por ello, que hoy se cuenta para la defensa de nuestro proceso, con una moderna y equipada FANB, además del apoyo de potencias aliadas como Rusia y China, en la construcción de un mundo pluripolar y una nueva geopolítica mundial que se acerque al equilibrio de poderes.

El imperio norteamericano y la derecha continental han utilizado a las fuerzas militares para la represión de los pueblos, la contención de los procesos de liberación y el asesinato de líderes sociales y comunitarios. Los militares que han desertado a favor del Diputado Juan Guiadó, fueron expulsados por el gobierno colombiano, abandonados a su propia suerte, presos de burdas manipulaciones y engaños. El ejército libertador, que cruzó las fronteras nacionales por la libertad de toda ABYA-YALA, hoy es un solo pueblo, con una cadena de mando unificada, pero alerta ante los ataques, en defensa plena, activa, militante y consciente por la Paz.

- Exeario Sosa Ocanto es politólogo, Obispo de la Unión Evangélica Pentecostal Venezolana