Convocados al #AMLOFest, el Zócalo, la plaza principal de la Ciudad de México, se fue nutriendo desde mediodía por simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador para celebrar el primer año del triunfo electoral que lo llevara a la Presidencia. Gorras y paraguas con la frase acuñada por el ahora mandatario de México, “me canso ganso”, cubrían de los rayos de Sol.

Con la Catedral de fondo, surgieron las primeras notas de “El son de la negra”, para ensalzar el orgullo mexicano con gran interpretación del mariachi de la Secretaría de Defensa Nacional.

Pocos minutos antes de las cinco de la tarde, después que un breve aguacero se alejara, abrieron las puertas de Palacio Nacional para dar paso al presidente y su esposa. Entre aplausos y el coro de los asistentes que alcanzó los 85 mil: “es un honor estar con Obrador”, el jefe de Estado y su esposa atravesaron la mitad de la plancha del Centro Histórico hasta llegar a la tarima donde lo recibía la Banda Sinfónica de Tlaxiaco, de Oaxaca. El ambiente era de fiesta.

López Obrador de inmediato habló de la trascendencia del movimiento colectivo, que surge de ideales y no se limita a un simple cambio. Pronto marcó que tiene en mente que su gobierno supere para siempre el “régimen corrupto y despiadado” y a partir de ahí, construir “una patria nueva, democrática, libre, pacífica, fraterna y soberana”, como recogiendo sus propuestas a lo largo de su trayectoria política.

En este aniversario, López Obrador rindió un informe de su gestión que cumple siete meses. Y fue enfático al decir que en este corto período de tiempo basta para demostrar que el no más de lo mismo, mientras la gente le apoyaba con la frase repetida “no estás solo”.

Fue directo al tema de la corrupción, arguyendo que desde la Presidencia de la República no se tolera el nepotismo, influyentismo ni amiguismo. La corrupción y el fraude electoral han sido reclasificados como delito grave. Recordó una de sus principales acciones que tienen que ver además con el robo de combustible: el huachicol. Afirmó que éste se redujo 94 ya 94 por ciento, generando ahorros de 50 mil millones de pesos. Otra medida destacada es que desapareció la condonación de impuestos a influyentes y potentados. En alusión a la austeridad republicana, mencionó que al quitar gastos de seguros a la burocracia se ha generado un ahorro de 10 mil millones de pesos. No se compran carros nuevos, se bajaron los sueldos a altos funcionarios y aumentaron los de nivel medio y de base. Está a la venta la flota de aviones, más de 80, incluida la subasta actual del avión presidencial, “lujoso, extravagante”. La compra consolidada de medicamentos ha traído consigo un ahorro de dos mil 700 millones de pesos en el primer semestre del año. Y espera que las compras gubernamentales ahorren 113 mil millones de pesos. Reiteró que, con la desaparición del Consejo de Promoción Turística, unos ocho mil millones de pesos se destinarán a la construcción del tren maya.

El discurso fue más fluido que de costumbre y se percibía a un personaje bien puesto en los zapatos de presidente. López Obrador presentó un ejercicio sano en el manejo de las finanzas públicas y con indicadores macroeconómicos positivos. Aunque reconoció que la economía ha crecido sólo uno por ciento, apuntó que no ha crecido ni crecerá la deuda pública; no hay nuevos impuestos ni han aumentado los actuales en términos reales, mientras la inflación bajó de 5.3 a 4.3 por ciento, y el salario mínimo creció 20 por ciento. La recaudación de impuestos subió 4.5 por ciento y se está presentado un millón de nuevas declaraciones fiscales. Las remesas de divisas alcanzaron los niveles más altos en la historia para un mes, con tres mil 203 millones de dólares en mayo. Destacó que el peso ha sido la moneda que más se ha fortalecido en el mundo frente al dólar. En inversiones privadas, mencionó que el Consejo Coordinador Empresarial acordó invertir 32 mil millones de dólares, y la bolsa de valores ha aumentado tres por ciento.

En uno de sus temas prioritarios, el presidente afirmó que se detuvo la caída de la producción petrolera y ha habido un aumento de 50 por ciento respecto de lo ejercido el primer semestre de 2018.

López Obrador habló de su política social, en que siete y medio millones de adultos mayores reciben una pensión de dos mil 550 pesos bimensuales. Igual monto para 610 mil personas con discapacidad. Enfatizó que con los recursos económicos entregados directamente se acaba el clientelismo.

Anunció que tras la cancelación de la “mal llamada reforma educativa”, en dos meses dará inicio el programa “La escuela es nuestra”, en que se entregará presupuesto directo para la reconstrucción los centros escolares.

Por otra parte, López Obrador presentó como un logro que más de 600 mil jóvenes ahora son aprendices y aseguró que en tres meses la cifra llegará a un millón. Esta medida de oportunidades a los jóvenes es contraria a la estigmatización de los llamados “ninis”, que ni estudian ni trabajan. Aseguró que todos los jóvenes tendrán ocupación.

Entre otras acciones, dijo que se prohibió el uso de maíz transgénico y la explotación de hidrocarburos mediante la práctica del fracking. Recordó que se canceló el aeropuerto de Texcoco por razones técnicas, económicas, ambientales y falta de transparencia. En cuanto a la construcción de la base aérea de Santa Lucía, AMLO no pudo evitar culpar a los adversarios de que no se pueda iniciar la construcción, cuando ya se tiene todo preparado y acusó de un sabotaje legal.

En materia de política exterior, AMLO dijo que evitan confrontaciones con Estados Unidos y se superó una crisis económica y política con un acuerdo más exigente en materia migratoria que no violará los derechos humanos.

El presidente dijo que se ha trabajado con intensidad y se han cumplido ya 78 de los 100 compromisos que adquirió cuando tomó posesión de su cargo y reconoció que aún faltan resultados en materia de salud y de seguridad, este último tema enfatizó que las cosas están como las heredó de la administración de Peña Nieto. Aunque anunció que el domingo ya se puso en marcha la Guardia Nacional con 70 mil elementos que actuarán en 150 regiones. Agradeció al Ejército y Marina su lealtad.

Desveló su intención de trabajar a prisa: entre más rápido consumamos la obra de transformación, más rápido podremos consolidarlo. “Si regresara el conservadurismo faccioso y corrupto, podrían dar marcha atrás a lo logrado en beneficio del pueblo”.

López Obrador remató su discurso describiendo a quienes forman parte de su movimiento: “somos auténticos, pacifistas y transformadores (…) no somos moderados, somos radicales, más fieles a anhelos y esperanzas de un cambio verdadero”.

De esta manera, el mandatario planteó que, con las bases erigidas en siete meses de su administración, se avanza rápidamente la cuarta transformación de la pública de México con que México se convertirá en potencia mundial con valores.

La plaza de la Constitución resonó con el himno nacional entonado por los miles de asistentes y por último, con los melodiosos tonos de la flauta de Horacio Franco. El Zócalo era una vendimia rematando nieves, gorras y también llaveros del pejecito.