Colombia: movilización social y crisis de hegemonía
- Opinión
Las movilizaciones sociales desatadas desde el pasado 21 de noviembre no cesan a pesar de la época decembrina que en Colombia se caracteriza por un recogimiento a los espacios familiares, propio de la época de vacaciones escolares y ambiente navideño en un país profundamente cristiano. Las protestas se han revestido ahora de ese espíritu festivo, creativo y artístico que ha sido incorporado creativamente al Paro Nacional. Por ejemplo para este 22 de diciembre se ha convocado en la ciudad de Medellín cuna del más férreo uribismo de derechas en el país, un concierto denominado “Un Canto por Colombia” que da continuidad al Paro Nacional y que seguramente -como ya ocurrió este domingo 8 de diciembre en la ciudad de Bogotá donde salieron al concierto en las calles cientos de miles de manifestantes que expresaron de manera festiva su apoyo al Paro Nacional- será multitudinario.
Durante los días en que el Congreso de la República se reúne para aprobar la reforma tributaria eufemísticamente denominada Ley de Crecimiento miles de manifestantes se han hecho presentes en la plaza de Bolívar de Bogotá en frente de la sede del parlamento para manifestar su rechazo a dicha reforma que busca gravar a la clase media al tiempo que contempla exenciones de impuestos para los empresarios por el orden de 13 billones de pesos dado que ahora además de la rebaja del impuesto de renta del 33% al 30% que significa una exención de cerca de 9 billones de pesos se suma la asunción por parte del gobierno central del impuesto de industria y comercio que sería ahora financiado por las finanzas nacionales devolviendo a los empresarios lo que tributen por este rubro a las arcas municipales.
El argumento sin ningún fundamento empírico, pues, en ninguna parte del mundo ha funcionado la falacia neoliberal que dice que rebajando los impuestos a los empresarios éstos invertirán en sus empresas con lo cual se generará nuevos empleos lo que redundara en el crecimiento económico y en el bienestar de los trabajadores que dispondrán de empleo y remuneración. Ningún dato acredita que este sea el resultado de rebajar los impuestos a los ricos. Lo que sí está demostrado no solo en Colombia sino en el resto del mundo es que con la rebaja de los impuestos se deteriora la inversión del Estado y se pauperiza a la clase media y a los trabajadores que ven disminuidos sus ingresos porque aumentan las cargas impositivas sobre ellos. También se ha demostrado que el modelo neoliberal con estas políticas lo que ha contribuido es a una mayor concentración del ingreso y de la renta en beneficio del 1% de los super-ricos que son dueños de más del 60% de la riqueza del planeta.
Las movilizaciones en Colombia como las que se realizan en otras latitudes como Francia, Iraq, Irán, Chile y las realizadas en Ecuador recientemente muestran que la crisis del modelo neoliberal se ha trasladado a las calles. En Colombia el Comité Nacional del Paro ha entregado al gobierno nacional un pliego de peticiones resumido en 13 ejes con 104 solicitudes que en el fondo lo que buscan es revertir los aspectos más antisociales del modelo neoliberal aplicado en Colombia desde comienzos de los años noventa del Siglo XX. Hasta ahora el gobierno nacional se ha negado a abrir una mesa de negociaciones a pesar de las seis reuniones efectuadas hasta el momento, este viernes se realizará una séptima reunión, sin que formalmente se haya aceptado la solicitud de instalar no una mesa de conversaciones sino una mesa de negociaciones que es la exigencia del Comité Nacional del Paro.
El documento entregado por el Comité Nacional del Paro a los delegados del Gobierno Nacional resume en los 13 ejes un conjunto de propuestas y temas que se ocupan de aspectos puntuales al tiempo que plantean cambios profundos en el modelo de desarrollo que atacan ejes fundamentales del modelo neoliberal dominante en la conducción económica y social del país. Entre los temas puntuales destacan, por ejemplo, la exigencia de no aprobar la reforma tributaria o Ley de Crecimiento que contra viento y marea y en contra de los manifestantes en las calles el Congreso con toda seguridad aprobará en los próximos días.
Este jueves en las horas de la mañana el Senado de la República lo ha aprobado en su plenaria solo resta la aprobación en la plenaria de la Cámara de Representantes cosa que seguramente se dará en la tarde de este mismo jueves para luego hacer la conciliación entre ambas cámaras para darle su aprobación final. El gobierno ha logrado reunir el apoyo mayoritario de los partidos tradicionales que se encuentran en su coalición de gobierno a lo que ha sumado el apoyo mayoritario de los llamados partidos independientes principalmente de Cambio Radical y del Partido de la Unidad Nacional que sin ser beneficiarios de la burocracia gubernamental lo apoyan porque así no sean parte del gobierno están de acuerdo con el modelo económico neoliberal, son los partidos del régimen neoliberal y cierran filas en su defensa aún a costa del costo político que les puede acarrear su respaldo en contra de los millones de manifestantes que en las calles rechazan su aprobación.
También consignan en el pliego temas puntuales y de coyuntura como la eliminación de artículos de la Ley del Plan de Desarrollo que profundizan la precarización laboral o que profundizan el modelo de privatización de servicios públicos y bienes comunes como la salud en que piden la derogatoria del decreto único de salud que lesiona el goce efectivo del derecho fundamental a la salud en beneficio de los negociantes, reclaman que el Estado cumpla con los acuerdos de Paz suscritos desde el pasado mes de noviembre de 2016 y que se encuentra seriamente afectado por el gobierno de Duque que se ha opuesto a los mismos como también el cumplimiento por acuerdos firmados por éste y anteriores gobiernos con las organizaciones campesinas, indígenas, afrocolombianas, estudiantiles y docentes que no vienen siendo cumplidas. Estos son temas puntuales y de coyuntura.
Pero al mismo tiempo reclaman cambios profundos en el modelo neoliberal vigente. El apoyo a la economía campesina, una reforma agraria integral, la revisión profunda del modelo extractivista y la protección del agua y de los recursos naturales, la protección social y la defensa del régimen pensional de prima media basado en la solidaridad intergeneracional, la formalización laboral y el reconocimiento de los derechos de los trabajadores, la eliminación de los intermediarios financieros en la salud, el desarrollo de energías limpias, todos estos son cambios estructurales que el gobierno se negará a discutir y que por fuerza se trasladarán de las calles a la política, a las elecciones.
Lo que se ha quebrado en Colombia en buena hora, es la pasividad de los ciudadanos frente al modelo depredador del neoliberalismo. El reto ahora es trasladar, sin abandonar la calle, el espacio público, estas transformaciones al terreno de la las elecciones, al terreno de la confrontación política electoral, ese es el reto. Transformar esta crisis social orgánica que se ha presentado en una verdadera crisis de hegemonía en que los nuevos proyectos populares y democráticos entiendan que se requiere la toma del poder iniciando con la toma del gobierno para hacer realidad desde el Estado con la asunción de nuevas políticas públicas, esas reivindicaciones profundas que deberán llevar al cambio del modelo y que de manera creativa afronte desde ya la crisis civilizatoria del capitalismo que amenaza con la existencia de la propia humanidad.
Pero también el reto es mantener la movilización social que hasta ahora no ha dado signos de debilidad. En ello cabe una gran responsabilidad a la dirigencia del Paro Nacional que debe abrir espacios de deliberación y decisión sobre el futuro de la movilización. En este sentido es todo un reto el encuentro nacional popular que deberá realizarse el 30 y 31 de enero próximo que deberá abrir espacios a los cientos de miles de manifestantes y protestantes para que puedan deliberar con el núcleo de organizaciones que desataron con su convocatoria al Paro Nacional del 21 de Noviembre esta oleada de indignación que hasta ahora no se ha detenido.
Bogotá 19 de diciembre de 2019
-Pedro Santana Rodríguez es director de la Revista Sur (Colombia)
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