“La dictadura es el poder no sujeto a ninguna ley, basado en la estructura económica de una sociedad”

Sanley Moore

Inicia 2020 y desde ya se preparan los candidatos y partidos políticos para enfrentar las elecciones internas. No importa si los recursos financieros con que cuentan son insuficientes, lo que importa es que en el momento requerido estarán disponibles; igual, no importa si existe una nueva institucionalidad electoral y de política limpia, lo que importa es que su brazo no alcanzará a los que trasgreden las leyes y usan recursos de fuentes no confiables, caso de la corrupción y el narcotráfico.

En el partido Libertad y Refundación (LIBRE), las apuestan corren a favor de Xiomara Castro de Zelaya, pero todavía no goza del consenso requerido para alcanzar una candidatura única, que le permita utilizar de mejor forma los recursos y evitar en lo posible el desgaste y las fisuras internas, tal como sucedió en la contienda pasada con Nelson Ávila y Rasel Tome, dirigentes de corrientes internas del partido, que denunciaron el “abucheo” por las bases al cuestionar las decisiones tomadas, especialmente lo relacionado con la integración de la cúpula de la Alianza Opositora. Hoy existen nuevos candidatos, caso de Wilfredo Méndez, Carlos Eduardo Reina y Jorge Calix, que han manifestado su disposición de concurrir a elecciones internas en igualdad de condiciones, respetándose la voluntad de las mayorías.

El Ingeniero Salvador Nasralla, candidato de la Alianza Opositora contra la Dictadura en las elecciones pasadas, participará con su propio partido, y de entrada no se visualiza una nueva alianza con LIBRE y el PINU-SD con él a la cabeza; ya que salieron a luz planteamientos políticos irreconciliables y ofensas mutuas. Uno, quizá el más importante, es la aceptación tácita por Nasralla del modelo neoliberal vigente, pero con combate de la corrupción, como única alternativa a los problemas económicos, sociales y culturales que enfrenta el país y su población; en el caso de LIBRE, Xiomara Castro habla de un modelo alternativo que, en lo económico, puede ser tipificado como Liberalismo con Orientación Socialista, tal como sugirió el mismo Manuel Zelaya Rosales en las elecciones de 2013, o de tipo Socialismo Democrático con Justicia Distributiva, propuesto a Xiomara Castro por un grupo de académicos.

En ambos planteamientos, urge un mayor pensamiento en cuanto al manejo de las variables económicas y financieras de corto plazo y su relación con el FMI y el Banco Mundial; incluso mayor pensamiento sobre la relación del gobierno con grupos de poder internos, incluyendo las FFAA y las iglesias.

En el partido Liberal, el lado “oscuro” liderado por Carlos Flores y Roberto Micheletti, le apuesta a una candidatura renovada que vuelva a los fueros originales y se aparte de las alianzas con LIBRE, Salvador Nasralla, movimientos y organizaciones de sociedad civil, tal como ha sido denunciado por diputados y alcaldes de lado “oscuro”, responsabilizando a Luis Zelaya, presidente del Partido, de promover las alianzas y el juego desestabilizador del gobierno de JOH. Se habla que la apuesta sería por Oscar Melara o José Luis Moncada, aunque todavía la moneda está en el aire, donde Gabriela Ñoñez (en caso que Xiomara sea la candidata de LIBRE) o Eduardo Maldonado pueden ser llamados. El acercamiento del partido a las bases liberales, ha permitido un mayor compromiso de los dirigentes locales con las autoridades, e incluso posibilitado volver a colocar en el imaginario colectivo un triunfo en las elecciones generales en alianza con otras fuerzas políticas; ello, aunque no se reconozca, dice mucho a favor de Luis Zelaya.

La Convención del Partido Nacional celebrada en noviembre de 2019, mostró que existen dirigentes no conformes con la forma como JOH y su grupo, ha manejado la organización política, por lo que demandan elecciones internas. El llamado de JOH a la unidad y la advertencia que, si no se alinean, las bases le pasarán factura, refleja un desgaste que a todas luces afecta las posibilidades reales de un triunfo en las elecciones generales.

No obstante, tal como quedó evidenciado en la Convención, el líder del partido nacional sigue siendo JOH, más allá de la estrategia de visualizar a Mauricio Oliva, presidente del Congreso de la República, como el candidato único y aglutinador de todas las fuerzas, especialmente de los diputados y alcaldes. O, en su defecto, de contar con Tito Asfura, alcalde de la ciudad capital, como “alternativa” en caso que Mauricio Oliva desista.

Si ese argumento es válido, la pregunta obligada es ¿Cuáles son las opciones que tiene JOH de continuar en el poder después de 2021? ¿Acaso esta continuidad implica -de nuevo- ejercer el poder directamente o por medio de terceros?

El primer “Cirio”, o alumbramiento con que cuenta, es la imposición de Mauricio Oliva como candidato único del partido nacional, lo que deja en el limbo las elecciones internas, practicadas como un ejercicio para definir estrategias y organizar la maquinaria publica en la búsqueda de dicha presidencia. La mayor parte de los diputados afines a JOH están dentro del movimiento de Mauricio Oliva, por lo que, en caso de elecciones internas, es la corriente a vencer.

JOH puede también prender la llama de la negociación con el lado “oscuro” del partido liberal, para conformar una alianza y vencer a LIBRE y la llamada Coalición Nacional que promueve MEL para las elecciones generales; total, al final, serian mayoría en el Tribunal Electoral y JOH controla la Corte Suprema de Justicia, en caso de alegarse fraude electoral a favor del candidato o candidata del partido liberal y/o nacional.

Igualmente, negociar con MEL entre bastidores, apoyando la candidatura de Xiomara Castro de Zelaya, en caso que las encuestas demuestren, tal como sucede en la actualidad, que será la candidata única de la Coalición Nacional donde participen obreros, campesinos, movimientos y organizaciones sociales, partidos políticos y grupos y sectores empresariales, aquellos a los que MEL llama progresistas, como los industriales y microempresarios golpeados con el ajuste económico de JOH y el FMI.

Finalmente, puede imponerse como gobernante ilegitimo de nuevo con apoyo de las FFAA, la Embajada de EEUU y el Departamento de Estado. El gobierno de JOH ha apoyado a los militares como ningún otro, no solo aumentando en forma sostenida los montos de presupuesto de defensa y seguridad, sino también ampliando las competencias en materia ambiental, forestal, riesgos y agrícola, asignándoles recursos para la ejecución de programas y proyectos sin respetar las competencias de las instituciones públicas.

En el caso de EEUU, ha modificado leyes para acelerar las extradiciones de personas vinculadas al narcotráfico, profundizado la dependencia alimentaria con elCAFTA-RD, servir de tercer país seguro para los migrantes, aumentar las acciones de control de armas y drogas en forma conjunta y apoyar la política gringa a favor de Israel, y contra Venezuela en la OEA y Grupo de Lima.

Olancho, Honduras, 7 de enero de 2020