Argentina-Nicaragua: rumbo sinuoso

¿Qué ocurrió para que Argentina girara de su posición de no intervención en Nicaragua a la de auspiciar la injerencia de la representante de la ONU e intervenir en recomendaciones a su gobierno?

01/07/2021
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Cuando los países miembros de la OEA decidieron el 15 de junio condenar a Nicaragua mediante una resolución en relación con una supuesta violación de los derechos humanos, Argentina y México se abstuvieron de firmarla. Mediante el Comunicado para la prensa 222/21, la Cancillería argentina expresó, entre otras consideraciones, no estar de acuerdo “con los países que, lejos de apoyar el normal desarrollo de las instituciones democráticas, dejan de lado el principio de no intervención en asuntos internos, tan caro a nuestra historia. Tampoco con la pretensión de imponer pautas desde afuera o de prejuzgar indebidamente el desarrollo de procesos electorales. En este contexto, no nos fue posible acompañar el proyecto de resolución puesto a consideración hoy en el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA).”

 

Aunque se manifestaron solicitando “la revisión” de las detenciones de “figuras políticas de oposición”, ambos países no actuaron en ese momento como furgón de cola de la institución que preside el tristemente célebre Luis Almagro, considerada desde hace mucho tiempo como un “Ministerio de Colonias” de los EE.UU.

 

Sin embargo, seis días más tarde, Argentina y México, en un comunicado conjunto, decidieron llamar a sus respectivos embajadores para “consulta” en el marco de una declaración que sostiene que “las acciones del gobierno de Nicaragua han puesto en riesgo la integridad y libertad de diversas figuras de la oposición (incluidos precandidatos presidenciales), activistas y empresarios nicaragüenses”.

 

Al siguiente día, y mediante el Comunicado de prensa 234/21, la Cancillería argentina destacó, en el contexto del apoyo a Michele Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los DD.HH., para que ingrese a Nicaragua a inspeccionar la supuesta violación de estos derechos, “su preocupación por la situación de los Derechos Humanos en Nicaragua, tal como lo hizo recientemente en la OEA, en particular por las detenciones de figuras políticas de la oposición, medida que nuestro país solicita sea reconsiderada por las autoridades nicaragüenses.”

 

“Durante el 47° período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, con sede en la ciudad de Ginebra- continua el Comunicado de la Cancillería - , el representante argentino, Federico Villegas Beltrán, manifestó también la preocupación ante las continuas denuncias de graves violaciones de los derechos humanos, la persistencia de las restricciones al espacio cívico y la represión de la disidencia, conforme lo dispuesto por la resolución 46/2 aprobada por el Consejo en marzo pasado, con el voto favorable de la Argentina.”

 

El cambio de rumbo fue notable. Argentina apoyaba a la representante de la ONU para los DD.HH., tantas veces violados -e ignorados por Bachelet- en Colombia, Chile, Venezuela y otros países, a introducirse en Nicaragua para inspeccionar el accionar de su gobierno popular.

 

Y daba recomendaciones sobre como “liberar” a los supuestos “presos políticos” de allí, sin todavía dejar en libertad a los reales de Argentina, encerrados durante el macrismo, como Milagro Sala y otros tantos.

 

¿Qué ocurrió para que Argentina girara en su posición de no intervención en Nicaragua a la de auspiciar la intervención de la representante de la ONU e intervenir en recomendaciones a su gobierno? ¿Que mágico efluvio trastocó el espíritu de no intervención e independencia de Argentina en correveydile de USA, Europa  y sus acólitos?

 

¿Fue presionada la Argentina para comenzar el sinuoso rumbo de la correspondencia con el poderoso país del Norte de América y sus incondicionales aliados?

 

Dos anfitriones para un viajero

 

El 24 de octubre del 2014, los periódicos locales informaron sobre la visita a nuestro país de Álvaro Uribe Vélez, ex mandatario de Colombia, con aceitados vínculos con el narcotráfico, el paramilitarismo y la represión popular en ese país. Sus anfitriones principales, que lidiaron entre sí para caerle en gracia simiesca a Uribe, fueron Mauricio Macri, ex presidente de Argentina hasta el 2020, delincuente de guante blanco y miembro de la mafia calabresa conocida como D’Angretta, y Sergio Massa, hoy presidente de la Cámara de Diputados de la Nación por el oficialismo y ex intendente de Tigre, donde se halla el barrio cerrado Nor Delta, emporio paramilitar-narco colombiano . Según la información de prensa, los dos se refirieron al narcotráfico tras su conversación con el ex mandatario, sindicado como propiciador y armador de los grupos narcoparamilitares en Colombia. “Con el narcotráfico no hay grises y para combatirlo es necesaria la cooperación internacional”, sostuvo Macri. Massa lo superó: dijo que al narcotráfico hay que combatirlo “de manera brutal”, aunque no detalló qué prácticas incluiría esa brutalidad policial. (Página 12, 24 de octubre del 2014).

 

“Uribe es uno de los iconos de la derecha de América latina. Como tal, tanto Macri como Massa compitieron por la foto con el referente del alineamiento incondicional con los Estados Unidos y con la DEA” informó el matutino, que también consignó que Massa había primereado a Macri en su encuentro con Uribe, con el que se reunió en el hotel Four Season. La nota también hacía referencia a  los elogios de Massa  a “la experiencia exitosa” que, según él, tiene Colombia “en el combate contra el narcotráfico y el crimen organizado”. “Según el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia, en los últimos 55 años de ‘experiencia exitosa’ hubo 220 mil muertos, 25 mil desaparecidos, 1900 masacres y más de 5 millones de desplazados”- expresó el matutino.

 

Massa y Uribe hablaron también en esa oportunidad de la “seguridad”, quehacer que trajo al colombiano a la Argentina para participar en un Congreso de Agencias del ramo.

 

Como se sabe, el ícono de la derecha colombiana y regional tiene varios muertos en su haber, virtuales y reales. Desde su incursión como Director de la Agencia de Aeronáutica Civil de Colombia entre 1980 y 1982, Uribe permitió al llamado Cartel de Medellin operar en el trasiego de cocaína hacia y desde los EE.UU. Durante la Revolución Popular Sandinista, varios investigadores consignaron los raides del Cartel en aviones privados llevando cocaína colombiana hacia USA (Miami, donde hoy hay una calle con el nombre de Uribe) y trayendo a la “contra” armamento que agentes de la CIA como John Hull, en Costa Rica, entregaban a los facciosos. Conocido, denunciado y procesado por su relación con narco-paramilitares, el “icono” figuró en un informe de la DIA (Agencia de Inteligencia de USA) como vinculado al Cartel de Medellin (Pablo Escobar G.) con el número 82. La profusión de datos sobre el accionar criminal de Uribe y sus secuaces de arriba, abajo y del costado hace inútil seguir hablando de él. Matanzas, traiciones, negocios sucios, etc., y su prontuario en los EE.UU. han convertido al colombiano en un feroz mastín faldero.

 

Mauricio Macri, presidente argentino de utilería al servicio del capital transnacional y local, se propuso aquí terminar con el país, y el latrocinio, la mentira, la entrega, el crimen organizado y la explotación fueron, durante su gobierno, moneda común. Aunque no logró su objetivo, algunos siguen sus pasos, aun revistando en el oficialismo de los Fernández.

 

Sergio Massa, por su parte, continuando la senda del macrismo, juega a ser presidente con el visto bueno de los norteamericanos, especialmente la DEA y sus conexas en el negocio del narco, que brinda pingues dividendos.

 

Mientras la delegación argentina que concurrió a la reunión de la OEA el 15 de junio donde se decidió denunciar a Nicaragua Libre por “violación de los Derechos Humanos” se unía a la de México en la negativa de firmar la Declaración de condena, Massa llegaba a los Estados Unidos para reunirse como “presidenciable” en el 2023 -en el mismo periplo de la “presidenciable” macrista, María Eugenia Vidal- con personajes de las finanzas y tutti gli fiocchi.

 

El pro oligárquico imperial diario La Nación, consignó el 17 de junio: ‘Tras cuatro días en Washington, Massa tuvo que dar explicaciones otra vez por un tema espinoso en una de sus primeras paradas en Nueva York, una charla en el Consejo de las Américas: la muy criticada abstención de la Argentina en la condena de la Organización de la Organización de Estados Americanos (OEA) a la ola de arrestos del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. Massa ya había dicho ayer, en Washington, que no se podía tolerar presos políticos en ningún país.” Y , según La Nación, acotó: “No hay doble estándar frente a los derechos humanos. Cuando hay presos políticos, hay presos políticos, y los países tenemos que actuar y no nos podemos hacer los distraídos. No hay derechos humanos de primera, y derechos humanos de segunda” (…) Nicaragua hoy tiene dirigentes opositores presos simplemente por pensar distinto al gobierno, y no hay que hacerse el distraído. Hay presos políticos en Nicaragua, y hay que levantar la voz”, insistió el diputado.

 

Pero el admirador de Uribe, quien también habló de las bondades de una relación bilateral con EE.UU., no solo se reunió con funcionarios del exterior norteamericanos, con empresarios, con el lobbie judío y otros.

 

Su primera reunión la hizo en Washington con su homólogo en las trapisondas uribistas del narco y anexos que, aunados por USA, Uribe y su pandilla, juegan a ser campeones de la “lucha contra el narcotráfico”.

 

Gonzalito y Massita

 

Ni bien llegó a EE.UU., Massa visitó a su amigo Juan González Román, asesor de Joe Biden y director senior del Consejo de Seguridad para América Latina, quien fue acompañado por Andrew Sanders, director del Cono Sur del Consejo Nacional de Seguridad (NSC). Durante el encuentro, de más de dos horas,  llevado a cabo en el Hotel Washington, que Massa mantuvo con González y Sanders, el argentino le obsequió a Gonzàlez, como símbolo de amistad, una camiseta del club Tigre, localidad donde, entre otros, se sitúa el narcoespacio cerrado de Nor Delta, ya nombrado, refugio de ricachones y paramilitares colombianos. La amistad entre ambos es excelsa y verdadera.  “El titular de Diputados ya había agasajado en su casa de Tigre a González (Juan) con empanadas y entraña cuando viajó a la Argentina a mediados de abril” -consignó la prensa. Cabe destacar que González arribó aquí en abril acompañado por Craig Faller, jefe del Comando Sur, arguyendo razones humanitarias. Pero en verdad sus visitas se debieron a la preocupación de EE.UU. por la influencia rusa y china en la región, sobre todo en la construcción de infraestructura, y la incorporación de la vacuna rusa Sputnik 5 y la china Sinopharm en el tratamiento local del coronavirus. González, según declaró en varias oportunidades, se encuentra “preocupado” por la “influencia rusa” en Nicaragua y la zona, sobre todo por el Glonass, del cual hablaremos luego.

 

¿Quién es Juan Gonzàlez Romàn, el anfitrión principal de la visita de Sergio Massa a los EE.UU.?

 

Nacido en Cartagena, Colombia, ingresó con sus padres a los EE.UU. en 1983, cuando contaba siete años de edad. Desde 1994 a 1997 vivió en Mèxico, regresó a los EE.UU. y en el 2000 ingresó a los Cuerpos de Paz, creados en la época de John F. Kennedy por Robert Sargent Shirver, su cuñado y agente de la CIA. Estos “Cuerpos” según autores colombianos, se encargaron en Colombia de favorecer a la subcultura del narcotráfico y enseñaron a los campesinos a producir cocaína a partir de la hoja de coca (ver “Narcotráfico, imperio de la cocaína” de Mario Arango y Jorge Child). Al año siguiente de su ingreso fue enviado al “Cuerpo” de Guatemala, y al regresar fue destinado (2004) al Departamento de Estado, oficina de Colombia, desde donde siguió todos los temas económicos y los referidos a las FARC. “El Plan Colombia impactó mi vida y le dio origen a mi carrera”, declaró a la prensa en una oportunidad, y en esa entrevista consignó su relación con Álvaro Uribe cuando éste, ya presidente de Colombia, lo trasladó desde allí a EEUU en el avión presidencial. Durante el gobierno de Barack Obama fue designado para ocupar un cargo en el Consejo de Estado, región Andina, Colombia incluida, claro está. Durante la administración de George Bush, fungió como asesor del republicano Thomas Shannon, Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos en el,Departamento de Estado. En la relación de USA con Colombia, González  participó del ingreso de Colombia a la OCDE, se ocupó de las visas de colombianos para su entrada a EE.UU. y en el Acuerdo Bilateral Colombia-EE.UU.

 

Corría el año 2017 cuando el jefe de bancada de los Demócratas en el Senado lo asignó a la Comisión Bipartidaria para Políticas de Narcóticos en el Hemisferio Occidental. Según González declaró, Joe Biden “uno de los primeros en apoyar el Plan Colombia”, lo designó como su principal asesor una vez ocupado el cargo presidencial.

 

USA, Colombia, Argentina, Uribe y los blancos emprendimientos prontos a ser combatidos parecen unir a este personaje con el “presidenciable” Sergio Massa, que en su visita a González conversó sobre la “violación a los Derechos Humanos” en la Nicaragua sandinista.

 

Massa se reunió en Washington con los diputados Mario Díaz-Balart, Adriano Espaillat, Jaime Herrera Beutler y Debbie Wasserman y el senador Bob Menendez, todos archienemigos de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Y regresó al país con el ‘mandato’ de sumarse al coro de enfrentados en la OEA con el gobierno nicaragüense, aunque en USA fue aleccionado para que Argentina contribuyera “al diálogo”, con Alberto Fernández a la cabeza, en la región.

 

Massa, “el adelantado”, fue seguido por el Canciller Felipe Solá en el acercamiento a los EE.UU. Solá se reunió con el Secretario de Estado de EE.UU, Antony Blinken, en Italia. "Ambos funcionarios coincidieron en fortalecer la confianza mutua, seguir manteniendo un diálogo sincero en todos los temas comunes -incluso en aquellos donde sus gobiernos no piensan igual- y poder avanzar en los desafíos regionales y globales".

 

Los aprietes a la Argentina para que sancione a Nicaragua como furgón de cola de los norteamericanos y sus aliados en la OEA y ONU están a la orden del día. Parecería ser que “Massita”, enviado especial a la USA de Gonzalito-Biden, no logró totalmente su cometido de agredir a Nicaragua por orden de….

 

Uribe y el enanismo fascista

 

A esta altura cabe destacar que Nicaragua tiene diferendos con la Colombia de la ultraderecha uribista y sus “hombres”. Con Manuel Santos y Uribe, el diferendo se generó a partir del 2001, cuando Nicaragua presentó ante la CIJ (Tribunal Internacional de La Haya) una revisión de lo actuado en 1928, cuando la marina yanqui invadió Nicaragua, en relación con la cesión de islas a Colombia. “El 19 de noviembre del 2012, [el Tribunal concedió]  al pequeño país centroamericano unos 90 mil kilómetros de superficie marítima. Ante esto, Santos, al igual que su antecesor Uribe, y al igual que su Gran Hermano norteamericano, desconoció el fallo de la Corte. Y no sólo eso. Santos presentó ante la Corte Constitucional colombiana una demanda para que se declare inconstitucional el Pacto de Bogotá de 1948, mediante el cual los Estados de la OEA se comprometieron a solucionar “de forma pacífica sus controversias y aceptar la jurisdicción de la CIJ”. Según se informó, en ese espacio hay empresas que buscan petróleo y que traerían ahorros de miles de millones a Nicaragua, lo que motiva hasta hoy la animadversión de la derecha colombiana y su mandante norteamericano.

 

La otra tiene que ver con la administración genocida de Duque, y los blancos emprendimientos, a los que Uribe, sus pichoncitos y personajes locales están vinculados.

 

En Nicaragua Libre a los narcotraficantes se les hace sumamente difícil operar -de allí la participación de elementos lumpenes en el intento de golpe de Estado de abril del 2018- lo que encarece y neutraliza embarques desde Colombia a México y de allí a EE.UU. La DEA, que participa en esos emprendimientos a la vez que los “combate” se ha visto desbordada por la relación de Nicaragua con Rusia, que ha montado escuelas para que las fuerzas de seguridad de Nicaragua y otros países se instruyan para combatir el narco.

 

El 16 de octubre del 2017 fue inaugurado en Managua, Nicaragua, un Centro de Capacitación Antinarcóticos, cuya construcción fue financiada por la Federación Rusa. Ademas de la erección del Centro, Nicaragua contó desde abril del 2017 con el sistema ruso Glonass (similar al GPS norteamericano y al Galileo europeo). El sistema, puesto en funcionamiento a través de ROSCOSMOS y el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones, está integrado por una constelación de 31 satélites (24 en activo, 3 satélites de repuesto, 2 en mantenimiento, uno en servicio y otro en pruebas), y sirve como sistema de posicionamiento y monitoreo, también utilizado en muchas partes como sistema de vigilancia. Este sistema, entre otros usos, está diseñado para detectar vehículos de aire, mar y tierra que transportan drogas, lo que, además de desplazar a la DEA de este menester, arruina los negocios del uribismo y sus aliados del norte de América y toda la región.

 

Así las cosas, el gobierno argentino ha tomado el sinuoso camino de dejarse arrastrar por los enemigos y condenadores de gobiernos populares.

 

Esperemos que recapacite.

 

https://www.alainet.org/en/node/212887?language=en

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