Cambio climático: con los ojos abiertos al abismo
El informe plantea varios escenarios de emisiones durante lo que resta de este siglo. En todos se espera que la barrera de los 1.5ºC se supere en los próximos 20 años debido a los gases de efecto invernadero que ha emitido hasta ahora la humanidad y que permanecen en la atmósfera durante décadas.
- Análisis
Este lunes 9 de agosto el panel de los científicos adscritos a la ONU finalmente publicó parte del informe que ha venido preparando desde hace tres años sobre el cambio climático. En este informe que es del grupo I tomaron parte 234 científicos de 66 países. El último informe del panel de científicos había sido publicado en el año 2013. Es decir, este primer informe que será complementado por los otros grupos de trabajo en los próximos dos años ve a la luz ocho años después del informe anterior. El panel de científicos sobre el cambio climático fue creado en el año de 1988.
Quizás la afirmación más radical y conclusiva del informe es que el calentamiento global es el producto de las actividades humanas. Esta afirmación sin atenuantes del informe sella o pretende hacerlo, un debate con los negacionistas que, durante las últimas décadas, por un lado, niegan la existencia del calentamiento global y/o lo han atribuido a factores de la naturaleza. El informe por primera vez lo afirma y lo sustenta. El aumento de la temperatura de la tierra que desde los últimos cien años ha alcanzado el 1.1 grados centígrados ha sido ocasionado por las actividades humanas y principalmente por la quema de combustibles fósiles, principalmente carbón y petróleo, responsables de un 0.8ºC mientras que el metano sería el responsable del restante 0.3ºC.
Una segunda conclusión del informe es que no hay duda que el principal factor para el aumento de la temperatura en la corteza terrestre de debe a la quema de los combustibles fósiles que ya había sido afirmado en los informes anteriores solo que ahora el informe agrega información valiosa después de examinar más de 14 mil artículos de investigaciones publicadas durante los últimos 10 años. La concentración en la atmósfera del dióxido de carbono (CO2) -el principal de ellos- es la más alta a la que se ha llegado en los dos últimos millones de años; las de metano y óxido de nitroso – los otros dos grandes precursores del calentamiento- no habían alcanzado unos niveles tan altos en los últimos 800.000 años. Esto tiene una consecuencia clara: el aumento de la temperatura media global esta ya en 1.1 grados respecto a los niveles preindustriales, y el ritmo del calentamiento planetario es tal que no hay precedentes de un proceso similar en al menos los últimos 2.000 años señala el informe.
Los desarreglos climáticos que se representan cada vez con mayor frecuencia los atribuye el informe al calentamiento global. Los grandes incendios en Australia y Brasil del año 2020 así como los incendios recientes en Grecia, Turquía y California en los EEUU, las precipitaciones en Alemania y Bélgica durante este verano que produjeron más de 200 muertos y la inundación de una parte de sus territorios, las altas temperaturas en Canadá, dice el informe y lo afirman los científicos que participaron del estudio son el resultado sin ninguna duda del calentamiento global de 1.1ºC durante los últimos 100 años y lo peor es que serán cada vez más frecuentes.
Ahora bien, el informe que debería formar parte de los currículos escolares y de los manuales para todos los comunicadores sociales señala que el aumento de la temperatura seguirá hágase lo que se haga hasta el año 2050. Sin embargo, las cosas empeorarán a partir de esa fecha porque la temperatura puede aumentar por encima de los 2ºC todo ello a menos que se produzcan reducciones muy significativas en las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas. En el peor escenario si no se actúa y las emisiones siguen creciendo al mismo ritmo que hasta ahora el informe estima que a finales del siglo se llegaría a un incremento de 4.4 grados centígrados , algo realmente catastrófico que aumentaría el deshielo de los polos y el aumento de las inundaciones, los océanos crecerán entre 20 y 40 centímetros como mínimo, aunque el informe señala que podría crecer para finales de este siglo unos 80 centímetros en los cálculos más pesimistas, las sequías podrían afectar de manera muy significativa las cosechas y los cultivos aumentaran los refugiados climáticos por la inundación de algunas de las islas que ya sufren este fenómeno y por supuesto aumentarían el riesgo de los incendios que ya se presentan año a año y que serán más frecuentes, señala el informe.
El informe plantea varios escenarios de emisiones durante lo que resta de este siglo. En todos se espera que la barrera de los 1.5ºC se supere en los próximos 20 años debido a los gases de efecto invernadero que ha emitido hasta ahora la humanidad y que permanecen en la atmósfera durante décadas. Para quedarse en los 1.5ºC hacen falta reducciones “rápidas, sostenidas y a gran escala”. Estas reducciones de las emisiones tardarían entre 20 y 30 años en tener efecto en las temperaturas globales.
Algunos cambios son irreversibles
Muchos de los cambios registrados como consecuencia del aumento de la temperatura de la corteza terrestre serán irreversibles señala el informe y permanecerán durante siglos o milenios, sobre todo los que afectan a los océanos y a las capas de hielo. Estos cambios se pueden relentizar siempre y cuando se reduzcan de manera significativa las emisiones de los gases de efecto invernadero.
Lo que muestra la evidencia es que las políticas públicas a nivel global que se han puesto en marcha y que se concretaron en la Cumbre Ambiental de París, la COP21, son completamente insuficientes. Hace años en un trabajo publicado sobre el tema señalamos cinco criticas al acuerdo de París que vale la pena volver a reseñar.
En primer lugar, el Acuerdo se ha planteado como “legalmente vinculante” lo que hace parecer que los países adquieren compromisos firmes y obligatorios en la reducción de las emisiones. Sin embargo, esto no es así. Los objetivos de reducción de emisiones de cada país son voluntarios y solo pasaran por “contribuciones” nacionales a partir de la presentación de los planes de reducción de sus emisiones que de ninguna manera garantizan la supuesta intención de no ir más allá de los 2ºC en el aumento de la temperatura global y mucho menos los 1.5ºC “sugeridos” como ideales.
El Acuerdo no cuestiona la principal causa de las emisiones de gases de efecto invernadero, que es la quema de los combustibles fósiles, y por tanto no da ningún paso para la “descarbonización” de nuestras sociedades, ni en la transición hacia una sociedad en la que se disminuya el consumo de energía, se logre la justicia energética y se reemplacen los combustibles fósiles por energías renovables.
El Acuerdo no cuestiona ni replantea el modelo agrícola industrial que es el responsable de, por lo menos, el 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de la incidencia de toda la cadena de producción industrial de alimentos. Frenar esa cadena de destrucción climática es imprescindible si se quieren tener verdaderas soluciones. Avanzar en una transición hacia un modelo agroecológico campesino centrado en la protección de los suelos y la biodiversidad, en marcados locales y cadenas cortas de comercialización es la única alternativa posible. Esta problemática no tuvo una sola mención en las 40 páginas del Acuerdo.
El Acuerdo plantea un “equilibrio” entre las emisiones y la capacidad de absorber esos gases, principalmente el dióxido de carbono. Esto último abre la puerta de forma clara a los mecanismos de secuestro y almacenamiento de carbono, una vía que defienden los países petroleros para no cortar ya con los combustibles fósiles.
El Acuerdo sigue abriendo las puertas a las falsas soluciones tales como la geoingeniería (captura y almacenamiento de carbono, CCS, por sus siglas en inglés), que supuestamente capturará las emisiones de CO2 y las “almacenará de forma segura” en profundas formaciones geológicas. Estas propuestas generan nuevos problemas socioambientales sin hacer ningún aporte a las soluciones reales que nuestra sociedad necesita. i
Justo el informe sale meses antes de la cumbre climática 26 que se realizará en Glasgow, Escocia entre el 1 y el 12 de noviembre de este año. Es buen síntoma que el informe haya sido publicado antes y que los científicos sean conscientes de ello y más valioso que el informe sea de consenso como todo lo que publica el panel de los científicos. La situación es extremadamente grave y los gobiernos y las multinacionales productoras de los alimentos industriales que son responsables por más del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero siguen en su loca carrera autodestructiva. Los mecanismos para la toma de decisiones globales, Naciones Unidas, se ha mostrado completamente insuficiente para tomar las decisiones necesarias que no dan mayor margen de maniobra. Esto es lo que muestra el informe. Vamos con los ojos abiertos al abismo.
i Vicente A, Carlos. “El Acuerdo de París, cinco puntos claves para comprender esta farsa. Alainet, 16 de diciembre de 2015.
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