El candidato presidencial Rodrigo Chaves será el presidente de Costa Rica a partir del 8 de mayo y por los siguientes cuatro años, tras vencer en la segunda ronda presidencial, con cinco puntos de ventaja, al expresidente José María Figueres. El 57,33 por ciento de los costarricenses que acudieron a votar, prefirieron a un casi desconocido que a un viejo conocido expresidente. 
 

La participación fue aún menor que la alcanzada en la primera vuelta del 6 de febrero, cuando Rodrigo Chaves se convirtió en la sorpresa al acceder al balotaje. Chaves, del recién creado Partido Progreso Social Democrático (PPSD) obtuvo 999.382 votos, frente a 891.403 del candidato del Partido Liberación Nacional (PLN), agrupación que acumula tres procesos electorales con derrota: no gana desde 2010. 

 
Rodrigo Chaves Robles, llamó a la unidad a su contendiente en la segunda ronda, José María Figueres, para lograr lo que este último denominó como el milagro costarricense. “Nunca aceptaremos imposición y arbitrariedad”, aseveró. Entre las promesas del candidato se encuentran la reducción de trámites para los emprendedores y de cargas sociales, modificaciones a los planes educativos del país, la disminución del tamaño del Estado y apoyo para los sectores costeros, que son los más pobres de país. 

 
El exministro de Hacienda del aún cuestionado presidente Carlos Alvarado, de 60 años, pidió a sus simpatizantes guardar “esta misma noche” las banderas del Partido Progreso Social Democrático (PPSD) y en su lugar enarbolar la de Costa Rica. 

 
Los medios internacionales, que apoyaron su candidatura, señalaron que volver a convertir al país en un referente de bienestar social -seguro social, educación pública, derechos laborales- es uno de sus grandes retos. La desigualdad en lo económico y educativo está golpeando con fuerza y provocan una desmejora sustancial en la calidad de vida de la población. 

 
En sus debates de campaña, al igual que en los de Figueres, predominaron más los ataques personales a su rival que la exposición de ideas de su programa de gobierno. Con el uso de lemas informales como "Me como la bronca" o su reiterado deseo de "ordenar la casa" con un cambio, Chaves intentó conectar con la población cansada de los políticos tradicionales mediante un discurso de confrontación y a veces prepotente. 

 
"A mí me dicen que soy muy arrogante y muy dictatorial, pero creo que digo las cosas como son y a la gente no le gusta", dijo en campaña. 

 
Mientras, los movimientos feministas se preguntan sobre la pertinencia de un presidente tan cuestionado, en un país donde en los últimos diez años ha aumentado el no rotundo al acoso sexual, al acoso callejero, por lo que a nivel social el historial de Chaves ha generado bastantes resquemores. 

 
El desconocido, sancionado por el BM, es presidente 

 
Rodrigo Chaves era un desconocido en la política nacional, tanto que cuando Alvarado lo anunció como ministro de Hacienda, nadie sabía quién era, más allá de que trabajaba en el Banco Mundial desde 1993 y que su decisión de volver al país tras tres décadas, la tomó por su mamá, quien requería su atención debido a su condición de salud. Su paso por el ministerio fue corto, pero decidió despedir a mandos medios de la institución. 

 
El economista y exfuncionario del Banco Mundial resultó electo como el presidente 49 en la historia de Costa Rica, tras una campaña en la que prometió un "cambio" y luchar contra la corrupción, y en la que se vio envuelto en la polémica por casos de acoso sexual y por supuestas estructuras paralelas de financiamiento. Ya había sido la sorpresa el 6 de febrero en la primera ronda al terminar en el segundo lugar, detrás de Figueres. 

 
Cuenta con un doctorado en Filosofía, Economía Aplicada y Mercados e Instituciones Financieras por la universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos. Fungió como director País en Indonesia por el Banco Mundial entre 2013 y 2019. Antes fue director Sectorial, Reducción de la Pobreza, Reforma del Sector Público y Gestión Económica América Latina y el Caribe entre 2011 y 2013. 

 
Chaves se alejó de la política durante todo el 2020. Su nombre comenzó a sonar de nuevo en 2021 en su interés por buscar un partido político que lo acogiera como candidato presidencial. Se acercó al Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), pero las denuncias de acoso en el Banco Mundial, esfumaron toda posibilidad. Luego, negoció una posible alianza con Agenda Democrática Nacional, Unión Pacífica Costarricense y Unidos por Costa Rica. 

 
Finalmente, lo logró con el Partido Progreso Social Democrático, donde se alió con la periodista Pilar Cisneros, quien públicamente había negado aspirar a puestos públicos. Su discurso cambió drásticamente y postuló su nombre como candidata a diputación por el primer lugar en San José. 

 
Durante la campaña electoral, dos grandes temas estuvieron en debate: la sanción que recibió en el Banco Mundial por conducta sexual inapropiada (tras la denuncia de dos mujeres por lo que le restringieron los accesos al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional) y los aparentes malos manejos en el financiamiento de su campaña. 

 
Tras recibir la carta con las sanciones, Chaves renunció al Banco haciendo efectiva su salida el 30 de noviembre de 2019, fecha en la cual fue presentado como ministro de Hacienda, donde se mantuvo por un semestre, para dar a conocer su nombre y poder lanzarse a la presidencia. 

 
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) abrió una investigación al Partido Progreso Social Democrático de Rodrigo Chaves por el tema de financiamiento desde el 22 de diciembre anterior. Siendo ministro, Chaves firmó en febrero de 2021 un fideicomiso para captar y administrar fondos con la fiduciaria ATA Trust Company. Chaves se presentó como vocero de un grupo llamado Costa Rica Próspera y los aportes de los donantes se recibieron en cuentas del Banco Nacional. 

 
También durante los últimos días, su exasistente Sofía Agüero, dio a conocer que además por sus cuentas personales se transaron cerca de 195.000 dólares que se usaron para pagar cuentas de campaña. Mientras, el Tribunal Supremo Electoral le pidió a uno de los principales financistas de Chaves, Erick Quesada Gutiérrez, demostrar su solvencia económica y la Fiscalía abrió una investigación sobre el financiamiento del Partido Progreso Social Democrático.