Anotaciones sobre la revolución bolivariana y la paz en Colombia

24/04/2013
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
 
-          Chávez y la Paz en Colombia.
-          Algunos Problemas de Fuentes.
-          Cuatro Presupuestos de la presente Reflexión.
-          Venezuela: un Caso de Presencia de la Lucha de Clases en las Pugnas electorales.
-          “La Revolución de Color”, Marca USA, vuela Aires venezolanos.
-          Maduro y Capriles en Campaña.
-          Corregir, Estabilizar y Profundizar.
-          En la Investigación social Reconocer la Existencia de una Dosis dada de Subjetividad, es condición sine qua non  de Objetividad.
 
Chávez y la Paz en Colombia
 
En Colombia, el grueso de la población, que durante el octoenio de Uribe Velez aprendió a odiar a Chávez de corazón entero, no ha logrado asimilar  el sentido de la posición chavista en los últimos 6 años sobre las guerrillas colombianas: Que, convencido como estaba del  carácter obsoleto de la lucha armada, su deseo era ver a farquianos y elenos  haciendo política institucional de  izquierda bolivariana.[1]Por otra parte, en la actual  coyuntura del 2012-2013, amplia aceptación ha tenido  la tesis de la relevancia de Hugo Chávez en la aproximación  Santos-Farc, así como en el despegue   del procedo OSLO- LA HABANA.[2]
 
Pero, Chávez murió y, por lo tanto, la inalterabilidad de esa pata del proceso pacificador dependerá del estado actual y de la evolución futura de la polarizada y clasista política venezolana. Pero, no obstante estas notas asustadoras, en medio de una farsa casi cósmica y con algunas fallas que la coyuntura ha revelado asociadas a fenómenos de concentración del poder institucional, Venezuela ha evidenciado tener una de las democracias de representación más evolucionadas y participativas del mundo. Y esto para no hablar de su democracia de participación, extendida y profundizada, como en pocos países, durante los 14 años de gobiernos chavistas.[3] Pero, al pensar  en el futuro inmediato del proceso Oslo-Habana, no se podrá oscurecer quelos apoyos de los dos candidatos son de naturaleza y alcances  y entusiasmos distintos, pues es difícil que el “sí “de Capriles no quede contagiado del rotundo “no” de su entrañable amigo y par ideológico Álvaro Uribe Vélez. Por su parte, como lo ha destacado el politólogo  colombiano Fernando Giraldo, un triunfo de Capriles habría generado inquietudes negativas al interior de las Farc que, en marzo pasado, manifestó que, como un homenaje a Chávez, haría todo lo que estuviese a su alcance para concluir este año las  negociaciones de paz con el gobierno.[4]
 
Algunos problemas de fuentes
 
Para alimentar estas anotaciones, hemos optado por hacer una primera aproximación al caso venezolano a partir de fuentes cercanas a su pensamiento crítico, pues los Medios están tan polarizados- y los colombianos tan cínicamente interesados-  que más parece que fuesen actores políticos que dispositivos de información.
 
Como sólo podemos seleccionar unos hechos y darles un tipo dado de ordenamiento y presentación- aquí ya aparece la inevitable pero humana subjetividad del analista, cuyo reconocimiento explícito más que anular delimita y precisa la aspiración de objetividad-  privilegiamos las siguientes citas:
 
1.     “La campaña fue errática……la principal virtud de Maduro como candidato fue haberse comprometido a mantener  el legado de Hugo Chávez” Por su parte,   en carta a Maduro le precisó, 1. “que había que reoxigenar la dirección política del PSUV dándole oportunidad a nuevos cuadros políticos”; y 2. “que era necesario crear espacios de análisis crítico dentro del chavismo”. (Nicmer Evans, politólogo)
 
2.      “Por primera vez emigró una gran cantidad de votos a la oposición…Antes, los que no votaban por el chavismo se abstenían, ahora votan en contra”. (Roberto Hernández Montoya, director del Centro de estudios Latinoamericanos  Rómulo Gallegos).
 
3.     “Para tener una visión más global y crítica de la realidad no hay que dejar de contemplar  que esta campaña significa  el nacimiento del chavismo como fenómeno político, “esta fue la primera vez en quince años que, aunque estuvo dominada por el sentimiento de dolor por la muerte de Chávez, se votó por su voluntad y no por él como individuo”. Agregó enseguida que el chavismo era un fenómeno en construcción, que debía ponerse como desafío cumplir con dos objetivos  que dejó el líder bolivariano: “Más exigencia y más eficacia”. (Lionel Muñoz, historiador).
 
4.      El chavismo debe revisar la campaña en sí misma, el desempeño del candidato socialista y el de la oposición: “la campaña de Maduro hizo ofrecimientos programáticos como los de dar casas y aumentar el salario. Revisaría el hecho del por qué a una porción del electorado desideologizado, lo que yo llamo chavismo periférico, le daba lo mismo que le prometieran  vivienda o salario cualquiera de los dos candidatos.” [5] (MariclenStelling, escritora).
 
5.      el postchavismo tiene tres posibilidades: profundizar el proceso, estabilizarlo o revertirlo. En su concepto, echar para atrás, significaría renunciar a lo más exitoso, las políticas banderas; profundizarlo sería “ponerse una venda en los ojos y dar por exitoso lo que no parece sustentable en el tiempo”; sólo quedaría “lo más sensato”: evaluar lo positivo e iniciar un proceso de acercamiento al resto de la sociedad.[6](Oscar Marcano, escritor)
 
Cuatro presupuestos de la presente reflexión
 
Démosle ahora un contexto, por lo menos, adecuado, a un análisis que, como el nuestro, presenta cuatro presupuestos centrales: 1. Que a la muerte de Chávez, la llamada revolución socialista del siglo XIX[7] era un proceso que apenas estaba despegando en su primera etapa por las vías, primero,  de una robusta participación popular  y comunal y, segundo, por las de una reconfiguración estructural de los roles  de un Estado post-neoliberal;  2. que muchos indicadores señalan que hacer una revolución por la  vía  de la democracia, vale decir, profundizando la democracia radical en todos los espacios y formas de la vida social, constituye un proceso más dificultoso y complejo que el sacarla avante por la vía de las armas, vale decir, eliminando de entrada al enemigo; 3. que es por ahí  por donde asoma el talón de Aquiles de los procesos revolucionarios alternativos a los modelos clásicos, el de las dificultades para asegurar en el tiempo las conquistas alcanzadas; y. 4. que si, en definitiva, la democracia no es funcional y viable para sacar adelante procesos de cambios estructurales en la sociedad, entonces la democracia no sirve para nada, pues no pasaría  de ser un adminículo inofensivo o una mera  trampa ideológica.
 
Venezuela:  un caso de presencia de las luchas de clases en las pugnas electorales
 
Por vez primera en la historia política latinoamericana-el caso chileno tuvo sus variantes, históricas, sobre todo- en Venezuela, con motivo de dos elecciones presidenciales- octubre 2012 y abril 2013-  dos modelos e idearios cualitativamente diferentes de sociedad hicieron presencia  como opción electoral alternativa para los venezolanos. De un lado, el Chavismo con su revolución bolivariana centrada en  el pueblo y las comunidades como protagonistas centrales y en la acción de un Estado post-neoliberal, regulador, redistribuidor, abierto a las nacionalizaciones y pro-latinomericanista; y del otro, el antichavismo, que eso continuaba siendo la alianza opositora, un conjunto de fracciones de partido, distintas pero identificadas en  la defensa de un capitalismo dependiente  de inspiración neoliberal.
 
En las 14 elecciones de los últimos 17 años, todas perdidas por el antichavismo, ya se había prefigurado un cuadro oposicional así, pero sólo ahora en los dos últimos años sus notas definitorias habían sido tan nítidas,  sobre todo en esta coyuntura cuando, de cara a un chavismo sin Chávez, la oposición decidió  jugarse el todo por el todo,  fuese el que fuese el candidato, o Maduro o Diosdado Cabello. Pasando por encima de la realidad de una democracia de participación avanzada, en  apariencias la preocupación central de la oposición ha sido la de  un rasgar de vestiduras por la presumible violación de la  democracia de representación, la de elegir y ser elegido cada cierto tiempo, tratando de ocultar su identificación con la estrategia de la derecha internacional orientada a detener la revolución bolivariana colocando a Venezuela en una pre-situación o de  golpe de estado o de  guerra civil.
 
“La Revolución de Color”, marca USA,  vuela aires venezolanos
 
Para desestabilizar gobiernos molestos y desobedientes, los imperios han puesto  en juego variadas estrategias de tensión y de generación de miedos, entre ellas las asociadas a  golpes de Estado. Pero, en la actualidad le dan prioridad al llamado “poder suave” prefiriendo medios menos ostensibles que los tanques, como determinados tipos de movilizaciones, la apelación a los  Medios para hacer efectista e indolora guerra mediática, así como el recurso a dispositivos entre legales e ilegales. En las últimas semanas, en Venezuela se han ensayado  nuevas y más refinadas estrategias.[8]
 
Como, en excelente artículo, lo ha destacado Renán Vega [9], lo que ha venido sucediendo en Venezuela desde antes del 14 de abril, “forma parte de una estrategia calculada por la llamada ‘oposición’ y sus voceros mediáticos a nivel mundial, y, sin ninguna duda, es el resultado de un guión establecido en las usinas intelectuales del imperialismo, que se conoce con el eufemismo de ‘la revolución de colores’ , una típica estrategia MADE IN USA”. Entre esas “revoluciones de colores”, exitosas han sido, Servia 2000, Georgia 2003, Ucrania 2004, Kirguistán 2005, y, fracasadas, La revolución Blanca en Bielo Rusia, la revolución verde en Irán y  la revolución twiter en Moldavia. Todas ellas, por otra parte, han tenido como elementos comunes: han acaecido en el fin de la guerra fría  en espacios postsoviéticos; han implantado o intentado implantar  regímenes títeres e incondicionales de los Estados Unidos; se han  autodenominado como democráticas, liberales y enemigas de las dictaduras y de los totalitarismos; en todas ellas había sido difícil  implantar el neoliberalismo de manera clara existiendo gobernantes incómodos y pocos obedientes a los designios de los Estados Unidos y del sistema financiero mundial; por otra parte, en esas revoluciones no han intervenido las fuerzas Armadas bajo la forma del cásico golpe de Estado con lo que “queda impresión de que los gobiernos son derrocados por la lucha heroica de jóvenes desarmados que enfrentan con voluntad y coraje un régimen opresivo”; en todas ellas  hubo campañas mediáticas para presentar a esos jóvenes como revolucionarios de un tipo nuevo  de movimientos sociales y de inéditas formas de lucha y, sobre todo, como pacíficos y respetuosos de los métodos democráticos; finalmente, elemento común a todas esas “revoluciones decolores”,  ha sido la presencia de la mano  norteamericana  para  crear Ongs de fachada generosamente financiadas por USAID Y LA CIA.
 
Un guión así, conocido y repetido, es el  que se ha querido implantar en Venezuela desde semanas atrás. Por ahora, ‘la revolución de color” en ese país se  ha congelado, pero la amenaza continúa presente, o mejor, apenas comienza si la dirección de la revolución bolivariana no se apresta a estabilizar y profundizar el proceso pero corrigiéndolo en muchas direcciones, que es así como reflexionamos al ya citado Oscar Marcano.
 
Maduro y Capriles en campaña
 
Por otra parte, pobre en lo programático- los candidatos como que ofrecieron casi lo mismo[10]- de ahí la inquietante reflexión de la citada MariclenStelling-,  la campaña giró  en torno a la figura de Chávez: Maduro enredado en su reencarnación y Capriles presentándose como más chavista que Chávez, casi como su heredero, sobre todo, en la cuestión social. Entonces, dada la relativa  estrecha diferencia entre los dos polos electorales, 300.000 votos y pretextando 3.2000 casos no probados de violación de la leyes electorales, Capriles, líder inteligente, prevenido y sagaz, quiso hacer con Maduro lo que nunca osó hacer con Chávez:  humillarlo públicamente, aprovechar  una distancia electoral relativamente corta- que él, de modo mediático, quiso hacer más corta en la mente de todos los venezolanos-  para gritarle, de modo irrespetuoso y grosero,  que era un inmaduro, un incapaz, un ilegítimo, un espurio;  que le quedaba grande la presidencia; que le exigía que se pusiese a contar voto por voto en un sistema electoral que, computarizado, no posibilitaba un tipo de conteo como el demandado. Por su parte, Maduro, irascible como no había sido, también le respondió con grito al pecho, y,por desgracia, ante el tremendo reto de tener que reemplazar a un hombre que, no obstante sus fallas y defectos, había sido un líder formidable, pasó por sus semanas de crisis, que posibilitó lo que  Nicmer Evans llamó “campaña errática”.  Hasta al más corajudo de los dirigentes le podía haber sucedido aunque con otras expresiones. Maduro  se aniñó y fue entonces cuando en medio de una comprensible regresión infantil escuchó a un pajarito que le decía que Chávez había decidido reencarnase en él.  Y en ese contexto, por las razones que fuesen, Maduro dejó de ser  Maduro, creyó que, de manera anticipada, Chávez se había reencarnado en su intimidad y cuando despertó a la realidad  ya casi estaba  perdiendo las elecciones. Pero, en ese difícil  momento, cuando con dificultades las ganó, tornó  a ser Maduro, con sus gestos, discurso y serenidad,  el hombre que como trabajador del Metro de Caracas donde manejó un autobús, como sindicalista, como presidente de la Asamblea Nacional se había formado en la política revolucionaria y que como Canciller- más de 6 años- y Vicepresidente Ejecutivo se había entrenado para el cargo de Estadista. Entonces, Maduro tomó conciencia de que si Chávez había solicitado al pueblo que votara por él, no era porque se hubiese reencarnado en  su intimidad, sino  porque estaba seguro que Maduro, es decir, él, cogido de las manos autónomamente organizadas del pueblo y de las comunidades vecinales, era el hombre capaz de impedir la reversión del proceso revolucionario bolivariano, y con condiciones para liderar su estabilización, rectificación y profundización.
 
Fue así como con ese despertar, Maduro se liberó de la crítica ligera, aprovechada, irrespetuosa, interesada  y efectista de Capriles. Y por eso ayer 26 de abril con un sólido reconocimiento internacional, latinoamericano, sobre todo, se posesionó como presidente. Expresivo y significativo ha sido el que hasta ahora ninguna de las 50 veedurías internacionales que hubo el día de las elecciones haya hecho cuestionamientos robustos y tan contundentes como para lograr desdibujar una diferencia de 300.000 votos que, desde esta lógica, sí aparece como bastante amplia.
 
Corregir, estabilizar y profundizar
 
Ahora como nunca, Maduro y el PSUV  saben que la revolución bolivariana, que, en lo estratégico, apunta hacia el socialismo del siglo XXI, apenas ha salido de la cuna; Chávez colocó horizontes de futuro, y ellos son conscientes que acercarse a ellos es su reto histórico. Por eso, ni revertir el proceso pero respetando a la  oposición en la medida que aprenda que  la democracia, más que unos procedimientos  y reglas electorales, es un estilo de vida cotidiana; ni abandonar el compromiso de ahondarlo, pero antes, con criticidad, rectificar muchas cosas:
 
1.     que la corrupción y la inseguridad ciudadanas son incompatibles con un“ser de izquierda”;
 
2.     que la reproducción ampliada del modelo redistributivo implantado exige una estrategia de industrialización que, alimente la soberanía alimentaria, que rompa con la dependencia real y cultural de una economía meramente petrolera;
 
3.     que para construir una nueva hegemonía, el pueblo y las comunidades vecinales deben hacer presencia antiburocrática y “anti-empleaista” en la dirección del Estado;
 
4.     que el PSVU debe revolucionarse, hacia adentro, democratizando los procesos de toma de decisiones, y hacia afuera, volcándose  hacia el impulso y cualificación del movimiento social popular y comunal.
 
La Revolución bolivariana y la Paz de Colombia
 
Digamos, entonces, que iniciado el gobierno de Maduro, el proceso de negociación en marcha en La Habana tendrá  en Venezuela a uno de sus más sólidos soportes. Sin embargo, no se podrá olvidar que, en las condiciones en que se encuentra actualmente Venezuela,  el juego iniciado, aunque congelado, apenas está comenzando. A guisa de ejemplo, la lucha confrontacional de ruidos, entre cacerolazos caprilescos y   pirotecnias “inmaduras”, muy pronto, por monotonía, se hará estéril, y aparecerá lo real cotidiano, la lucha de ideas, de prácticas, de análisis, de toma de decisiones, de ejecutorias y de emocionalidades encontradas, todo ello signado, entre otras cosas,  por un claro carácter de clase.
 
De todas maneras, en el Palacio de Miraflores, con cierta dificultad, emocional y política, se está instalando, “el nuevo mejor amigo” de Santos, a quien, en un principio, dudó en hacerle reconocimiento oficial, como decir, “te reconozco pero con reservas”, como se ha escrito en  la Revista Semana.[11]
 
En la investigación social reconocer la existencia de una dosis dada de subjetividad, es condición sine qua non  de objetividad.
 
En este Ensayo nos hemos limitado a seleccionar algunos eventos, a ordenarlos y a signarlos, a destacar la presencia de la lucha de clases en las luchas políticas por la democracia en Venezuela y ya, cada quien en su intimidad, valorará y tomará sus decisiones personales o grupales. A nadie se le ocultará, por otra parte,  nuestra condición de investigador social que, al producir pensamiento estratégico para la acción política, sabe que,  al mismo tiempo no puede servirle a Dios y al Diablo, de ahí nuestras simpatías  ciudadanas hacia la revolución bolivariana venezolana.
 
ATISBOS 173, 22 ABRIL 2013, Órgano de ECOPAIS, “Un nuevo Estado para un nuevo País”, director, Humberto Vélez R., humbertovelezr@gmail.com, http://fundacionecopais.blogspot.com,


[1]. “CHÁVEZ DA UN GIRO TÁCTICO  A POSTURA SOBRE LAS FARC”, EXPLORED, 10-06-2008.
[2]. RÌOS SIERRA, GERÓNIMO COLUMNISTA INVITADO, “CHÁVEZ, LAS FARC Y EL PROCESO DE PAZ”, elespectado.com, 05-III-2013
[3]. FERNÁNDEZ, Roberto y ZAMORA, Mauricio, “LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, UNA DEMOCRACIA EXTENDIDA Y PROFUNDIZADA”, EN , COLUMNISTAS LIBRES, ABRIL 2004.
[4]. NOTIMEX, CLARIN, BOGOT´Á, 15-04-2013.
[5]. LÓPEZ SAN MIGUEL, MERCEDES, DESDE CARACAS, “INTELECTUALES CHAVISTAS ANALIZAN EL PROCESO ELECTORAL”, Buenos Aires, PÁGINA 12, EN, COLUMNISTAS LIBRES, 18-04- 2013.
[6]. LARA SALAVE, PATRICIA, “AÑORANDO A CHÁVEZ”, EL ESOECTADOR, COLUMNISTAS LIBRES, 19.04-2013.
[7].PARA EL DEBATE SOBRE EL LEGADO DE CHÁVEZ, VER, SOBRE TODO, BOAVENTURA, SOUSA DE SANTOS,”CHÁVES, EL LEGADO Y LOS DESAFÍOS”; GALEANO, EDUARDO, “LA DEMONIZACIÓN DE CHÁVEZ”, 01-13-2013; DUNCAN, GUSTAVO, “EL LEGADO DE CHÁVEZ”, El PAÍS,CALI;  HARNEKER, MARTA, “EL PRINCIPAL LEGADO DE CHÁVEZ: CONSTRUIR CON LAGENTE UNA SOCIEDAD ALATERNATIVA”, http://mail. Attachment.glouseusercontent.com.
[8]. Zibechi, Raúl, “PARA CORTARLE ALAS AL GOLPISMO HAY QUE SALIR DEL EXTRACTIVISMO”, Jornada, , 20-04-2013.
[9]. VEGA, RENÁN, “FALLIDA ‘REVOLUCIÓN DE COLOR EN Venezuela”, connuestraamerica.blogspot.com, 20-04-2013.
[10]. MURILLO RAMÍREZ, OSCAR, “MADURO PRESIDENTE:EL FIN DE LA HEGEMONÍA CHAVISTA, EN, RAZONPUBLICA.COM, 15-21 ABRIL 2013.
[11]. SEMANA,Bogotá, 22-29 abril-2013, pg.28.
https://www.alainet.org/en/node/75623?language=es
Subscribe to America Latina en Movimiento - RSS