El otro asesor
18/05/2014
- Opinión
El martes 6 de mayo, en la noche, el asesor político venezolano Juan José Rendón, mano derecha del actual presidente colombiano y candidato a la reelección Juan Manuel Santos, renunció a esta asesoría para, en sus palabras, “no convertirme en un instrumento de los enemigos de la paz que pretenden minar la credibilidad del primer mandatario.” ¿Qué escándalo obligó esta renuncia? Aquí algunos detalles.
Días antes, el diario El Espectador, que accedió a un documento de 109 páginas, dio cuenta de las declaraciones de capos del narcotráfico de talla significativa. Ese es el caso de Daniel el ‘Loco’ Barrera, los hermanos ‘Comba’ y ‘Diego Rastrojo’. En dicho documento ‘Comba’ declaró que él y otros tres capos le entregaron 12 millones de dólares al ahora ex asesor presidencial, JJ Rendón, para que presentara un plan de negociación al presidente Santos. Como parte del plan, que lograría que el 90% de las cabezas de esta actividad ilícita y sus hombres abandonaran el negocio, pedían la no extradición y la exclusión de sus familias de procesos penales. En el documento, además, se señala que el presidente Santos estaba enterado de estas negociaciones encabezadas por Rendón.
Esta denuncia escandalosa causó revuelo en el país vecino. En una columna publicada en “Semana”, Daniel Coronell señala una verdad rotunda: la propuesta de los cuatro narcos no fue aceptada; sin embargo, el misterio sigue vivo. ¿Existieron los 12 millones de dólares de los que habla ‘Comba’? Y ¿quién se quedó con ellos?
Como era de esperarse, Rendón ha negado tajantemente esta denuncia. Confirmó que en el año 2011 se reunión con abogados de los narcotraficantes y que ofició como un canal para llevar esa correspondencia y que él mismo la entregó a la Fiscalía para su análisis, además de comunicarla al presidente colombiano. Sin embargo, dejó una denuncia en el aire: “si realmente hubo plata de por medio se debió quedar en las manos de quien me puso en contacto con los representantes de los narcos”. De esta manera, generó sospechas sobre Gemán Chica, actual director ejecutivo de la Federación de Departamentos y quien era, hasta hace unos días, un alto consejero presidencial para asuntos políticos. Ambos son ahora dos de las bajas más importantes en la campaña reeleccionista de Santos en Colombia.
El apellido Rendón, no es nuevo en el contexto peruano. Recordemos la anterior campaña presidencial, cuando el entonces candidato Luis Castañeda Lossio defendió aún contra candidatos de su propia lista, al asesor venezolano. Su intención era que Rendón se hiciera cargo de la publicidad de su campaña. Esta intención, además, fue respondida positivamente por Rendón quien manifestó que le hubiera encantado participar activamente en apoyo de dicha campaña en el 2011. Se vio en la campaña diversas acciones donde se notó la influencia de Rendón, sin embargo no llegaron a firmar un contrato. No obstante, no es la primera vez que Rendón es vinculado a actividades poco limpias.
Conocido también como el “Montesinos del Caribe”, el asesor venezolano ha trabajado en diversas campañas electorales exitosas. Tiene, sin duda, una buena cartera de clientes, todos de tendencia neoliberal. Ha organizado las campañas de Juan Manuel Santos (Colombia), Enrique Peña Nieto (México), Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández (Honduras), Norman Noel Quijano (El Salvador), entre otros. Además ha colaborado con la campaña presidencial de Henrique Capriles en Venezuela.
Sin embargo, Rendón se ha hecho conocido también por utilizar como uno de sus métodos la “guerra sucia”. Si bien ha rechazado constantemente estas acusaciones, ha sido incluido en más de una ocasión en juicios por difamación. En Colombia se le conoce, además, por sembrar rumores contra los rivales de sus clientes respecto a su orientación sexual, la pederastía, violación sexual e, irónicamente, vínculos con el narcotráfico. En diciembre del año pasado, además, fue acusado por violencia de género en Venezuela y se ordenó su captura.
Estas denuncias muestran, por un caso, posibles vinculaciones entre este ex publicista de Castañeda y el narcotráfico, pero además, evidencian nuevamente la fragilidad institucional a la que nos vemos expuestos debido al narcotráfico. No se trata de la primera vez que se denuncian vínculos entre las más altas esferas del poder y esta actividad delictiva. Basta recordar, para el caso peruano, las denuncias por narcoindultos contra el ex presidente Alan García. Se trata pues de un problema que es ahora estructural y contra el cual hace falta un plan articulado no sólo a nivel interno, sino a nivel regional. Se espera que el país vecino sepa combatirlo, aunque las recetas utilizadas hasta el momento no han sido provechosas. Tal vez sea hora de virar el timón.
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