Los bueyes del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) necesitan ser cambiados, ¡y pronto! Si con esos bueyes no hay posibilidad de controlar las horrendas, antidemocráticas, corruptas... “cuentas paralelas” y “donaciones” ilegales que ante los ojos de todo el que quiera ver, socavan los frágiles cimientos de esa sui generis democracia que tanto alaban en el TSE, pues a cambiar los bueyes. Si con esos bueyes decrépitos los actos de corrupción conocidos y por conocerse (que ahora algunos pretenden disimular) no pueden ser siquiera controlados con instrumentos jurídicos nuevos y efectivos, el mensaje que se le envía a la Nación es desolador. Después de ver a un TSE escondiéndose tras una cortina dizque legal que supuestamente le impide cumplir con su deber, y después de darse acciones supuestamente dirigidas a eliminar, de una vez por todas, el letal parásito que carcome la estructura electoral de esta “democracia ejemplar”, sentimos que mal hace el presidente del TSE al minimizar el fracaso legislativo (intencional además) de la Ley de Financiamiento (La Prensa Libre, 12 de dic.). Si con esos bueyes se seguirá recibiendo, sin control alguno, dinero quizá del narcotráfico (¡como se ha demostrado antes!) o de negocios criminales, ¿cómo es que se muestra satisfecho el TSE? Un boyero jamás se equivoca al escoger el yugo; para ello toma en cuenta la edad de los animales, su tamaño, su raza y la forma de los cachos, por lo menos. Pero cuando las bestias no dan la talla, aunque el yugo sea de primera, no lo piensa dos veces para cambiar los bueyes. Las declaraciones de Óscar Fonseca, en el sentido de que “Las contribuciones ilegales son un problema que no se pudo resolver a tiempo, por lo que tenemos que arar con los bueyes que tenemos”, puede que a él le satisfagan, pero solo a él. Y si a ello agregó (lamentablemente) que “La meta principal del TSE es garantizar la pureza de las elecciones nacionales...” mientras que “La Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos es una normativa accesoria, pues la columna vertebral del sistema electoral está incólume”, es todavía más grande la desilusión. Y lo lamentamos pues los costarricenses esperamos que un Tribunal semejante, al menos no minimice esa grave enfermedad del sistema electoral nacional. Y es que ¿cómo podrían disimularse sus complacientes palabras en cuanto a que “lo más importante es garantizar la pureza del proceso electoral y no el establecimiento de controles a los partidos para evitar acciones anómalas”?, cuando hasta un joven estudiante sabe que eso que Fonseca llama “pureza del proceso electoral” tiene mucho que ver con los fraudes vinculados al financiamiento interesado, ¡y secreto! de ciertos partidos políticos... que el TSE tolera. Duele mucho ser testigo de un proceso electoral en el que, entre otros, se comete una atroz agresión en contra de los candidatos del Partido Rescate Nacional (con actos propios de un régimen antidemocrático) y donde además, pese a que los bueyes no dan la talla se les deja enyugados. ¿Qué irán a pensar los cientos de observadores extranjeros que obviamente conocerán de tales acontecimientos? ¿Pretenderán callar las voces dignas con actos de matonismo como los que se dieron en la Imprenta Nacional contra el candidato presidencial don Álvaro Montero Mejía? ¿Creerán que los visitantes no se interesarán por ver más allá de la parafernalia y la algarabía carnavalesca? Para finalizar una última pregunta: ¿De qué lado estarán los bueyes? - Freddy Pacheco es catedrático de la Universidad Nacional de Costa Rica. Publicado en La Prensa Libre del lunes 9 de enero, 2006 Costa Rica.