Hipocresías del discurso democrático de EE.UU.
Las “democracias selectivas” de Washington
02/02/2006
- Opinión
Estados Unidos se jacta de lanzar una guerra por la difusión de la democracia en el mundo. Sin embargo, su discurso esconde intereses y actitudes que no tienen nada que ver con esta idea.
Después de que el presidente estadounidense George W. Bush pronunció su discurso ante el Congreso de su país, los principales medios de prensa internacionales destacaron en sus tapas la “lucha contra el terrorismo” perpetrada por Washington con posterioridad al 11-S, y la postura del país del norte al autodenominarse como el líder mundial propagador de la “libertad” y la “democracia”.
Sin lugar a dudas, para cualquier despistado que absorba las palabras de Bush, pueden resultarles valederas y confiables en el sentido de avalar el proyecto de consolidación imperial que desatan los halcones de Washington en la actualidad. Así, que la cadena de noticias CNN, servil a los intereses de Bush y compañía, destacó que después del discurso sobre el Estado de la Unión, según un sondeo que realizaron, un 48 por ciento de las personas encuestadas dijo tener una reacción “muy positiva” al discurso.
Dejando de lado las patrañas vertidas desde la CNN, es muy importante hacer notar las falacias que esconden las verdaderas intenciones de los “neocons” en sus proyectos futuros.
Quizá el punto más importante y más hipócrita al mismo tiempo, recae sobre el significado real del concepto de democracia del que tanto se jacta Bush de dispersar por el mundo. De manera muy descarada el presidente estadounidense destacó el “liderazgo planetario” de sus país, e insistió en que se encargará de promocionar la “libertad” y la “democracia” en el mundo.
Los hechos demuestran que para los republicanos instalados en la Casa Blanca democracias son solo las de aquellos países que siguen sus órdenes y no cuestionan sus políticas hegemónicas.
Comencemos citando algunos ejemplos de países con gobiernos democráticos agredidos por la administración Bush. El primero en aparecer en la lista, por ser el de más resonancia en los últimos días, es Palestina donde el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) resultó gran ganador en las elecciones parlamentarias, que se realizaron democráticamente, y acto seguido fueron increpados por Washington y sus aliados serviles en Europa.
Desviando el punto de atención del conflicto palestino-israelí, funcionarios de la Casa Blanca intimaron a Hamas a desamarse y a reconocer al Estado de Israel, bajo amenazas de no reconocer a ese partido como legítimo gobierno de la Autoridad Nacional Palestina.
En este caso, las intenciones de Washington en Medio Oriente se vieron perjudicadas por el inesperado triunfo de Hamas, ya que esta organización mantiene una lucha de resistencia ante la ocupación israelí. Además, se suma el hecho de que es muy posible que un nuevo gobierno en la región sea “rebelde” a las directrices de Estados Unidos y represente una amenaza para su eterno aliado y pequeño “portaviones”, como lo es Israel.
También esta el hecho de que con la llegada de Hamas al gobierno en Palestina se agrega un nuevo “problema” para los halcones en la zona. En ese marco se encuentran dos países cuestionados y posibles objetivos militares de Washington en la región, Irán y Siria. Sumado a esto, también están los problemas que tienen las tropas invasoras estadounidenses en Irak y Afganistán. Cabe agregar que mientras en esos dos países se convoquen a elecciones y sean elegidos “gobiernos títeres” todo irá de acuerdo a las ideas futuras de los estrategas del norte.
Seguidamente, se puede mencionar a Irán, quizá el objetivo militar más próximo del Pentágono, al cual Bush mencionó en su discurso como “una nación que ahora está secuestrada por una pequeña elite del clero que está aislando y reprimiendo a su pueblo”.
Sin embargo Bush olvido mencionar que su país también esta secuestrado por una pequeña elite llamados los “neocons”, que sin ir mas lejos están sumergidos en numerosos escándalos. Corrupción, acusaciones de violaciones a su Constitución, abusos contra los derechos humanos, cárceles clandestinas, torturas, y una sociedad estadounidense cada vez cada vez más sumergida en la desigualdad económica.
En lo que respecta a Sudamérica, también se puede ver las hipocresías en el discurso democrático estadounidense. Venezuela, objetivo favorito de agresiones de la Casa Blanca, soporta desde 2002 constantes campañas en su contra dirigidas al gobierno democrático de Hugo Chávez, que mantiene una órbita que no es la de Estados Unidos.
Operaciones de conspiración, auspicios de golpes de estado como el de 2002, infiltración de espías, intentos fracasados de aislar a Caracas del resto de los países de la región, son solo un puñado de las acciones perpetradas en contra de una democracia no agradable a Washington.
Un dato a destacar es que Cindy Sheehan, madre de Casey Sheehan, soldado muerto en Irak, y una de las personas más reconocidas del movimiento antiguerra de Estados Unidos, quien el sábado pasado se reunió con Chávez y que pronuncio palabras como "quiero trabajar con el presidente Chávez en un movimiento contra la guerra en Irak", no pudo ingresar al Capitolio, donde se realizaba el discurso, para mostrar sus quejas al presidente de la guerra Bush, y en cambio fue arrestada y escoltada afuera de la sala para ser interrogada.
Este periodista se atreve a preguntar, ¿dónde esta entonces la “libertad” la cual Bush usa como excusa para invadir países?
Esta acción solo suma a las numerosas violaciones de derechos que ejercen los halcones contra sus propios ciudadanos. Por otro lado, se encuentra también que la administración republicana, con la gran ayuda otorgada por el mediático Bin Laden, logró convencer a la opinión pública estadounidense de tolerar que su gobierno los siga espiando ilegalmente mediante las escuchas telefónicas sin autorización judicial, bajo el argumento de la “lucha contra el terrorismo”, iniciada después del 11-S.
La justificación de Bush se resume en los mismos argumentos que viene utilizando desde tiempo atrás. “Autoricé un programa de vigilancia terrorista para perseguir con empuje las comunicaciones internacionales de presuntos agentes de Al Qaeda desde y hacia Estados Unidos”, señaló.
Bush, ante una multitud de congresistas que aplaudían las palabras de su presidente, se encargó de hacer notar sutilmente que Estados Unidos quiere ser la única potencia que lidere en el mundo, con el exclusivo derecho de interferir en la política de cualquier país que se muestre hostil a sus ordenes.
“La única manera de proteger a nuestro pueblo, la única manera de proteger la paz, la única manera de controlar nuestro destino es con nuestro liderazgo, por lo que Estados Unidos de Norteamérica continuará liderando”, aseguró el mandatario.
A su vez, irónicamente el presidente del país del norte afirmaba que “las democracias reemplazan el resentimiento con esperanza, respetan los derechos de sus ciudadanos y sus vecinos”, cuestión que Estados Unidos bajo su administración no respeta. El pez por la boca muere.
No existe nada nuevo en las palabras de Bush ante su Congreso, sólo la seguridad de que el proyecto de los halcones por apoderarse de los recursos del planeta sigue vigente bajo el fantasma de la guerra. Disfrazado a oídos de los ingenuos, en palabras utilizadas como excusas, por ejemplo: “Una vez más, aceptamos el llamado de la historia de ayudar a los oprimidos y llevar a este mundo hacia la paz”, así el país del norte con pretensiones imperiales busca convencer a su gente y al mundo de aceptar sus imposiciones.
El discurso democrático que dice propagar Estados Unidos carece de toda credibilidad cuando se conoce que la Casa Blanca selecciona a democracias según lo obedientes o utilizables que sean. Existen países a los cuales también se los podría acusar de no tener democracia, Pakistán por ejemplo, pero como el país es actual aliado de Washington, los del norte no lo acusan de nada.
Bush, con un alma de salvador de la humanidad, que se ha otorgado, acusa y amenaza a países por no ser “suficientemente democráticos”, poniendo grotescamente como ejemplo a su país como modelo a seguir. Esa es la excusa para mantener al planeta en una disfrazada “guerra contra el terrorismo” que tiene por finalidad la conformación del Imperio estadounidense.
A Bush le gusta decir que lo que se busca es la paz. Sin embargo, las palabras del dramaturgo español, Jacinto Benavente, cuando sostiene que “el pretexto para todas las guerras es conseguir la paz”, pueden resumir toda esta situación.
- Juan C. Alfaro | Desde la Redacción de la Agencia Periodística del MERCOSRUR
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