Tres tesis sobre la crisis de representatividad política
19/04/2006
- Opinión
Cuando participábamos de los diferentes eventos de presentación de los candidatos a congresistas como parte del proceso electoral, pudimos notar un conjunto de deficiencias del proceso democrático y de elección -propiamente dicha- de los representantes, entre ellos:
• Una marcada diferencia del grado de conocimientos de la realidad local y regional y de las propuestas respecto al desarrollo deseado, por parte de los candidatos.
• Campañas electorales basadas en la imagen del candidato y no en sus propuestas de desarrollo.
• Los debates y paneles promovidos por instituciones han estado centrados en el enfrentamiento de los candidatos antes que en la construcción de consensos y visiones comunes.
• La participación de los electores en los debates institucionales es muy limitado, casi siempre hay un panel elegido por los organizadores los que reemplazan a los ciudadanos haciendo las preguntas y cuestionamientos a los candidatos.
• Los libretos de propuestas electorales son repetitivos: carreteras de integración, culminación de un proyecto hídrico y la construcción de un muelle, entre otros. En el colmo del descaro los congresistas en función que postulan a la reelección repiten sus promesas incumplidas.
• En los discursos predominan los ataques a la persona de los otros candidatos antes que las propuestas alternativas a los problemas y necesidades locales.
• En la publicidad de los candidatos -impresa, radial y televisiva- prevalecen las ideas vagas: generar empleo, acabar con la pobreza, terminar con la contaminación, mejorar la educación, salud y seguridad ciudadana, promover la microempresa. Escasean las soluciones concretas y creativas. Esto es más notorios en los partidos grandes y los llamados “candidatos fijos” con mayores posibilidades de acceder a una curul.
• Los candidatos con cuotas partidarias fijas(1) no se preocupan de presentar sus ideas y planes de trabajo en paneles o debates en los medios de comunicación, priorizan las entrevistas conseguidas con publicidad o saturan la ciudad con sus afiches, volantes y gigantografías, spots televisivos y radiales.
Consecuentemente con ello hay una gran desconfianza de parte de los electores que creen que una vez más, cuando los candidatos accedan a un escaño olvidarán sus promesas, como ha sucedido anteriormente.
En la raíz de estos problemas hay varios elementos muy importantes:
• Los electores tienen una participación muy limitada en el proceso, prácticamente esta se reduce a depositar su voto el día de las elecciones.
• El proceso de designación de candidatos al interior de los partidos es de una democracia incipiente, es dominado por el poder económico de los postulantes y su cercanía al candidato a la presidencia o su entorno, antes que por sus cualidades y capacidades personales, ascendencia con la población o preocupación por los destinos de la región. Las elecciones internas para elegir los candidatos del partido son una simulación democrática, inclusive sus resultados no han sido respetados para confeccionar las listas definitivas(2).
• En los partidos y movimientos de organización más reciente, por ejemplo Perú Posible -en su momento- y el Partido Nacionalista –ahora- los candidatos son un conjunto heterogéneo de especuladores, advenedizos, eternos candidatos locales y viejos militantes reconsiderados de otras tiendas. En su elección interna priman los criterios mencionados anteriormente: el dinero y su vínculo con el candidato presidencial.
• El acceso al Congreso de la República ha dejado de ser una aspiración política legítima -individual y partidaria- de cambio y renovación; después del fujimorismo, el congreso constituyente, los tránsfugas y la mediocridad del toledismo; las pretensiones de muchos candidatos son mucho más pragmáticas y directas: poder y dinero(3).
• En la democracia peruana no hay ningún mecanismo de control y fiscalización de los representantes elegidos. Los congresistas –al igual que los regidores y consejeros regionales- una vez elegidos tienen completa libertad de ejercicio por el tiempo que dura su mandato.
• La crisis que traviesan los partidos políticos, –en unos más marcados que en otros- que reducen su accionar a los periodos electorales, es clave para entender este problema. Sin cuadros formados desde jóvenes, con escasa organización partidaria y menor disciplina orgánica, sin un adiestramiento ideológico, programático, ni vínculo con las bases es imposible que en los períodos electorales se puedan exhibir cuadros partidarios íntegros. El sentido de compromiso y responsabilidad de la acción política es nulo.
En esta visión lo que estamos observando es una crisis de la representatividad política, que en un esquema como el nuestro pasa por los partidos políticos. A un mayor deterioro de los partidos hay una mayor crisis de representatividad.
El tema central es ¿cómo ha partir de una mayor participación de los ciudadanos y la sociedad civil podemos superar los marcos de la representatividad basada en partidos, sin suplirla ni pretender desplazarla, sino mas bien fortalecerla? En esta línea de reflexión, el debate político y el compromiso ya no solo pasa por los partidos sino también por los espacios que las instituciones y las organizaciones generan para este fin. Es decir, cómo los ciudadanos exigimos un mayor debate y compromiso por parte de los candidatos, ahora Congresistas.
Más intuitivamente, que de manera reflexiva, esta fue la orientación que tuvimos para plantear la necesidad de levantar una Agenda para el Desarrollo Regional que sirviera de compromiso de los futuros congresistas de la región Ancash. Para ello se propuso un taller con líderes y dirigentes, de instituciones y organizaciones vecinales y gremiales; para construir la Agenda. Posteriormente se convocó a los candidatos y de manera pública se suscribió los compromisos.
Este es un esquema válido, con los virtuales congresistas elegidos es necesario avanzar hacia plataformas de consenso y compromisos que abarquen un espacio mayor al de los partidos. Los representantes al Congreso de la República no sólo representan a sus respectivos partidos sino fundamentalmente a la Región Ancash.
Quedan las tareas urgentes de ensanchar la base de organizadores e involucrar a autoridades y representantes de las organizaciones de base, hacia una conformación más democrática y plural.
- José Antonio Acosta Yparraguirre, economista, Presidente de la Asociación Gestión para el Desarrollo Sostenible.
Notas:
(1) El partido Aprista –por ejemplo- mantiene una cuota permanente de por lo menos dos congresistas de los cinco representantes por Ancash.
(2) No se puede negar las candidaturas de izquierda mayoritariamente austeras y con muy escasas posibilidades de acceder a un escaño, pues no pasan la valla del 4% necesaria para ello. No pudiendo haber superado sus diferencias para lograr la unidad, las posibilidades de que las izquierdas tengan algún representante nacional en el congreso son remotas. Empero, es necesario reconocer que es en estas listas locales en donde se encuentran personajes con trayectoria y trabajo por el desarrollo local.
(3) Esto repercute en la llamada crisis del congreso que se refleja en la desconfianza que inspira en la población y la alta desaprobación de su gestión.
https://www.alainet.org/es/active/11188