V Encuentro Hemisférico de Movimientos Sociales, Redes y Organizaciones que luchan contra el ALCA y porque una América mejor sea posible

El reto de la comunicación

10/04/2006
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  • Opinión
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Del 12 al 15 de abril se realizará en La Habana el “V Encuentro Hemisférico de Movimientos Sociales, Redes y organizaciones que luchan contra el ALCA y porque una América mejor sea posible”, teniendo como telón de fondo un panorama marcado por la apertura de un nuevo período político en la región. De cara a este nuevo escenario se propone definir estrategias y, consecuentemente, el programa de acción y la política de alianzas, como también: “establecer las bases para nuestra política de comunicación y movilización de todos los sectores sociales que comparten nuestra lucha”.

 

En el proceso, es de singular importancia la formulación de esté último propósito, en tanto convoca a superar la visión instrumental de la comunicación, para asumirla como un espacio estratégico de la lucha social. Y, por tanto, avanzar en la formulación de una “agenda social en comunicación”. Con la finalidad de aportar a este reto, queremos compartir algunos elementos y criterios que se han venido desarrollando en el trajín de la Minga Informativa de Movimientos Sociales.

 

Democratización de la comunicación:

 

Con la importancia estratégica que ha adquirido la comunicación, en el contexto de la globalización, ésta se ha convertido en sector de punta de la economía, vinculado con poderosos intereses. Una de las expresiones de esta situación es la creciente concentración de los medios de difusión y la tendencia a convertir a la información en una mercancía como cualquier otra, alienando aún más el carácter social que debe tener, con serias implicaciones para la democracia y la diversidad e independencia de fuentes de información.

 

Como resultado de esta confluencia de tan poderosos intereses, se ha establecido tácitamente un “consenso mediático” que opera como una gran maquinaria de propaganda del “pensamiento único”. Es así, por ejemplo, que ahora es fundamentalmente a través de los medios de difusión, antes que vía partidos políticos, que las élites marcan sus posiciones en el debate político-ideológico. Por eso, varios analistas han coincidido en calificar a los medios como el nuevo y real partido articulador de las clases dominantes. Bajo estas condiciones, la posibilidad de expresión pública de las voces críticas y de los sectores subalternos es mínima, y cuando lo logran, éstas son sistemáticamente tergiversadas.

 

Pero al mismo tiempo, al calor de las resistencias, también asistimos a un impulso de la “otra comunicación”, con la irrupción de nuevos espacios comunicacionales de carácter interactivo y participativo -apoyándose en la apropiación social de nuevas tecnologías-, que están abriendo brechas inéditas para la democratización de la comunicación. En esta línea, igualmente se inscribe una multiplicidad de iniciativas ciudadanas que busca afirmar el derecho a la comunicación, tales como las veedurías y observatorios de la comunicación, colectivos de “alfabetización” mediática, agrupaciones de productores independientes, organizaciones de usuarios, movimiento del software libre, etc. En este contexto, destaca el lanzamiento de la Campaña Continental por los Derechos de la Comunicación, impulsada por varias redes regionales, así como iniciativas que están surgiendo ante el impacto de los acuerdos de libre comercio en el plano de la comunicación y la cultura, tal el caso de la Red en Defensa de Conocimiento y Cultura para Todos.

 

Resistencia social:

 

El modelo económico neoliberal, que en América Latina y el Caribe ha provocado empobrecimiento, exclusión y debilitamiento de la institucionalidad democrática, está dando señales de agotamiento. Un factor decisivo para ello ha sido la reactivación de la resistencia social a este modelo y la búsqueda de alternativas de desarrollo orientadas a metas sociales, por encima de los intereses del mercado.

 

Esta reactivación de la resistencia, luego de un período de dispersión, se produjo en la región a partir de la segunda mitad de los años 90, con una recomposición gradual del tejido organizativo alentada por nuevas dinámicas de articulación que, entre otras, se expresan en la conformación de redes y coordinaciones sociales para formular respuestas colectivas a problemas comunes, donde la multiplicación de los flujos de información ha sido un elemento clave. En este caminar han jugado un importante rol catalizador las campañas, destacándose la Campaña Continental contra el ALCA y los TLCs, el Foro Social Mundial, entre otros.

 

Bajo estas nuevas condiciones, en los movimientos sociales se va reconociendo la necesidad de intensificar y cualificar la capacidad de comunicar e informarse. Y ello en múltiples sentidos: sea para la coordinación a distancia, para la formulación de propuestas adecuadas a la realidad, para incidir en la opinión pública nacional o internacional, o para suscitar y expresar solidaridad con las luchas sociales, entre otros. Una de las respuestas a esta búsqueda fue la conformación de la Minga Informativa de Movimientos Sociales.

 

La Minga/Mutirão Informativa de Movimientos Sociales es un esfuerzo mancomunado de varias redes y coordinaciones sociales de América Latina y el Caribe para encarar el desafío de la comunicación. En ella participan la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC/Vía Campesina), la Red de Mujeres Transformando la Economía (REMTE), el Grito de los Excluid@s, la Asamblea de Pueblos del Caribe, el Diálogo Sur-Sur LGBT, el Enlace Indígena, el Frente Continental de Organizaciones Comunales (FCOC), la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas (RMAA), la Agencia Latinoamericana de Información y el Centro Martín Luther King/Red Compa. Además, mantiene una fluida relación de intercambio con otras redes sociales, campañas y medios de comunicación; y en su portal (movimientos.org) aloja el sitio de la Campaña Continental contra el ALCA y los TLC y el de la Campaña Continental por los Derechos de la Comunicación.

 

“Minga” es una palabra kichwa que significa trabajo colectivo (equivalente a mutirão en portugués). Operando bajo esta lógica, ha logrado no sólo abrir un espacio de expresión de la pluralidad de los movimientos sociales congregados, que ha repercutido en un fortalecimiento de la propia capacidad comunicacional de las instancias participantes, sino también avanzar en la construcción de una agenda común básica en este plano.

 

Inicialmente, la Minga Informativa se propuso responder a un doble desafío: contribuir a la visibilidad de los movimiento sociales y sus luchas, y apoyar/dinamizar las articulaciones internas y externas de sus redes y coordinaciones sociales. Pero en el recorrido, conjugando la reflexión y la acción, en ese horizonte se colocaron también: la formulación de estrategias y políticas de comunicación, y la articulación de un tejido comunicacional propio (aunque también ya se lo vislumbra como contra-hegemónico). Y últimamente: la construcción de una agenda social en comunicación.

 

En efecto, en los espacios de intercambio se había identificado como una de las preocupaciones comunes el poder intervenir con voz propia en el escenario público, sin supeditarse a mediaciones que a menudo distorsionan sus mensajes. Además, por el hecho de estar actuando en el escenario regional se requería dirigirse ya no solo a públicos nacionales, sino internacionales, necesitándose para ello contar con mecanismos ágiles de comunicación para el fortalecimiento de su propia cohesión interna. En las circunstancias, se consideró pertinente explorar y aprovechar las ventajas que ofrece el recurso Internet, lo cual dio paso a la creación del portal www.movimientos.org, como respuesta colectiva -en vez de buscar soluciones cada cual por su lado- para racionalizar recursos, pero además, y sobre todo, tomando en cuenta la característica de este soporte tecnológico para potenciar tanto la dinámica de redes como la capacidad comunicacional del conjunto y cada integrante.

 

Este portal, en el cual cada una de las coordinaciones y redes participantes tiene y administra su sitio Web propio, se complementa con la lista electrónica Pasalavoz, que difunde tanto informaciones que ellas proporcionan, como las que aportan otras organizaciones sociales. Y es que, lejos de considerarlo como un espacio corporativo, más bien se asume que se trata de un espacio que necesita ir articulándose con otros para desarrollar una plataforma multimedia de los movimientos sociales, con capacidad de romper el cerco informativo. En esta perspectiva, cuenta cada iniciativa, por más pequeña que sea, y se potencia y multiplica al ser parte de una acción común.

 

A medida que se va afinando la capacidad de respuesta informativa desde las coordinaciones y redes participantes, se comienzan a establecer condiciones para actuar en conjunto como “pool” informativo ante eventos y movilizaciones determinados, con miras a asegurar la visibilidad y presencia pública de los movimientos sociales (como, por ejemplo, el Foro Social Mundial, las movilizaciones contra el ALCA, etc.). Este ha sido un paso importante, pues ya no solo se trata de estar juntos, en un mismo espacio (virtual), sino de trabajar conjuntamente, definiendo para el efecto una pauta informativa común, sobre la base de la agenda de los movimientos sociales. En esta línea también se ha venido impulsando convergencias con un conjunto de otras redes sociales e instancias de comunicación, en torno a la cobertura de dicha agenda.

 

En este recorrido, otro componente clave ha sido la capacitación y el intercambio de experiencias y criterios, como aporte formativo, con la realización de sucesivos talleres y seminarios de intercambio y pasantías (en otra instancia participante de la Minga Informativa), que han permitido profundizar conocimientos y destrezas mediante prácticas concretas. Y está en curso la formulación colectiva de un programa de “formación de formadores” en comunicación.

 

En razón de su compromiso con la democratización de la comunicación, ha buscado igualmente articulaciones con instancias movilizadas con tal propósito. Así, por ejemplo, ha mantenido vínculos con la Campaña mundial CRIS, (Derechos de la Comunicación en la Sociedad de la Información), y hace poco se ha sumado a la Campaña Continental por los Derechos de la Comunicación, impulsada por varias redes regionales. La perspectiva señala que es urgente ir a una gran “minga” para diseñar la necesaria agenda social en comunicación y acumular fuerzas, articulando el conjunto de expresiones, movimientos y luchas que reivindican que “otra comunicación es posible”.

 

En suma, se trata de asumir el desafío de encarar la comunicación como un factor constitutivo y constituyente de los procesos organizativos de los movimientos sociales, entendiendo que es un espacio de disputa estratégica. Entre otras cosas, esto implica que a lo interno se definan políticas comunicacionales orientadas a consolidar la cohesión e identificación colectiva, sin por ello anular la pluralidad; a robustecer los valores compartidos (discurso); a clarificar la identificación, selección y combinación de medios eficaces para alcanzar los objetivos trazados; a lograr mayor eficiencia y eficacia en la coordinación de acciones. Todo ello, sin perder de vista la importancia de propiciar un diálogo constructivo con actores relevantes del entorno (alianzas) e incidir sobre espacios estratégicos y de decisión, y -sobre todo- ante la opinión pública.

 

Como consecuencia, por decir algo (pues el tema precisa que se le dedique un espacio mayor), queda el desafío de aprovechar mejor los diferentes medios con que cuentan las organizaciones y movimientos (propios y cercanos), articulando las nuevas tecnologías (Internet, correo electrónico, etc.) con los medios tradicionales (radios comunitarias, boletines, expresiones del arte popular y hasta la transmisión oral entre otros), teniendo presente que esta articulación sólo es posible lograr con el entrecruzamiento del eje organizacional (movimiento, red, organización, etc.) con el eje comunicacional. Después de todo, el “consenso mediático” cuenta con la superconcentración de medios con altos recursos financieros y tecnológicos que le permiten "hablar" más alto y -aparentemente- dominar el escenario, pero nosotros podemos llegar, aunque sea con un susurro, más profundamente a los sectores populares.

 

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