La UBA en su encrucijada

30/04/2006
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La discusión y reflexión sobre el camino a seguir, en la Universidad de Buenos Aires, ha cobrado mayor difusión con la designación del nuevo Rector, lo que ha suscitado los lógicos debates sobre las condiciones necesarias para el cargo, trayectoria profesional, docente y valores éticos. Pero, sobre todo a partir de las sucesivas postergaciones de la asamblea universitaria, ha quedado en evidencia el deterioro de la institución así como el reclamo de una real democratización en la UBA y la demanda por una mayor inserción de la misma en el desarrollo de nuestro país. El candidato más cuestionado por diversos sectores estudiantiles y docentes para ocupar ese alto cargo es el Dr. Atilio Alterini, actual Decano de la Facultad de Derecho, por su actividad profesional durante la época de la dictadura militar. Expresé en una nota del 10 de abril pasado, haciendo referencia a la situación del conflicto por su designación, la necesidad de respetar los espacios democráticos de participación, que no se podía acusar a una persona sin pruebas y que el Consejo Superior Universitario debía actuar con total libertad y responsabilidad. Tengo que expresar que esto no implicaba un apoyo a la candidatura del Dr. Alterini. Posteriormente aparecieron informaciones, en medios periodísticos, sobre el desempeño del Dr. Alterini como Director General de Asuntos Jurídicos, de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, donde dictaminó a favor de la cesantía de mujeres embarazadas y de detenidos-desaparecidos, "acusados" de ausentarse de sus cargos, que trabajaban en la municipalidad, sumándose otros elementos a los cuestionamientos sobre su candidatura. La UBA, como todas las universidades del país fue profundamente dañada por las dictaduras militares, las políticas neoliberales de ajuste que afectaron su presupuesto y que bajo diversas modalidades tendieron a privatizarlas y "elitizarla" en función de los intereses del poder económico dominante. Asimismo, la UBA fue y es objeto de disputa por intereses corporativos privados y por diversas camarillas políticas que se resisten a perder reductos de poder. Hoy la UBA enfrenta el desafío de definir sus objetivos y superar diversos conflictos. Podría decir que se encuentra en la encrucijada de definir hacia dónde va, frente a los desafíos nacionales e internacionales. En lo inmediato, creo que la única forma de resolver la crisis de representatividad y construir consensos operativos es resolver en tiempo perentorio una real democratización que permita el voto de los profesores no concursados (hoy sólo vota una minoría), así como el acceso de los no docentes. Es importante la designación del nuevo Rector de la UBA, como de quienes le acompañarán en su gestión, ya que serán los responsables de llevar adelante la política universitaria. Pero mucho más importante es concretar su democratización y abrir el debate a lo interno y a la sociedad. Aún continúan siendo asignaturas pendientes fortalecer la excelencia académica, el nivel docente y la regularización de los mismos; el incremento del presupuesto universitario, el control transparente y la rendición de cuentas sobre el mismo. Así también la distribución de los recursos en las diversas áreas y facultades; los centros de investigación científica y tecnológica, las áreas de extensión, los post-grados accesibles y la participación estudiantil; el sistema de becas para la investigación y estudios dentro de la universidad pública y gratuita que el país necesita y generar un puente permanente de integración e intercambio con las diversas organizaciones sociales, con conciencia crítica. La UBA no es una isla, es parte de la sociedad y sufre los impactos que ha vivido y vive el país. El conflicto provocado por la designación del Rector de la UBA, debe clarificarse a través de las plataformas y programas de la política a implementar. Otros candidatos se presentan con antecedentes válidos y trayectoria en el campo docente y de investigación, por sus cualidades y valores éticos. Los desafíos son muchos. Creo que sus funciones deben ir acompañadas de la responsabilidad de construir espacios de libertad, autonomía y participación, para evitar volver a prácticas autoritarias y mercantilistas que han dañado profundamente a la universidad y al país. Después de varios intentos fallidos para la designación del Rector, el Consejo Superior Universitario convoca para el día martes una nueva reunión. Esperamos que salgamos de la encrucijada con mayor democratización y compromiso de servicio a nuestro pueblo. Es necesario pensar en el bien de la universidad y el país.
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