Solidaridad versus codicia

03/05/2006
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  • Opinión
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En las últimas semanas hemos visto importantes acciones contra la ofensiva mundial lanzada por el capital imperialista en los setentas del siglo pasado. La ofensiva extendió a todas las latitudes, aunque más en los países subdesarrollados, la precarización del empleo, el aumento del desempleo, la pobreza y la marginación y privó de educación, salud y seguridad social a millones de seres humanos. Esta tragedia humana forzó en los países del tercer mundo a un creciente aumento de la migración hacia el norte. Pero a diferencia de lo que auguraban los neoliberales, la aplicación de estas políticas no llevó al fin de la historia, ni a la desaparición de la lucha de clases y de las ideologías. Al contrario, condujo al nacimiento de importantes movimientos sociales antineoliberales e incluso anticapitalistas. La derrota del Contrato de Primer Empleo en Francia por la movilización unida de estudiantes y trabajadores y las multitudinarias manifestaciones de los migrantes hispanos y también de otros nacionalidades en Estados Unidos por igualdad de derechos son la más reciente prueba de que la solidaridad consustancial a las fuerzas del trabajo sigue viva y que estas están decididas a presentar grandes desafíos a las del capital. En la lucha contra el capitalismo neoliberal, América Latina es la zona del mundo donde se han experimentado los más importantes avances. Estos van desde grandes movimientos indígenas y populares hasta la aparición de gobiernos, con frecuencia resultado de la lucha de aquellos, que mantienen distintos grados de resistencia a las políticas de imposición y saqueo imperialista. En un hecho notable de este desarrollo han llegado a la presidencia de sus países líderes que encarnan las más sentidas aspiraciones de sus pueblos, como Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia. Ahora bien, este despertar latinoamericano ha sido estimulado en gran medida por la fuerza moral emanada de Cuba, que no rindió sus banderas socialistas ni en los momentos más críticos de los noventa. Al reunirse en La Habana en los días finales de abril los presidentes Evo Morales, Hugo Chávez y Fidel Castro para acordar la incorporación de Bolivia a la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), estaban potenciando las relaciones de hermandad e integración entre los tres movimientos populares de transformación social más vigorosos de la región latinoamericana, en contraposición a los designios de Washington y sus adláteres. Antagónicos a la codicia individualista intrínseca al “libre” comercio, sus objetivos están signados por la solidaridad y el bienestar de los seres humanos. Para ilustrarlo basta citar algunos datos de la relación cubano-venezolana. Cuba recibe de Caracas petróleo, otros productos así como créditos y asistencia en el sector energético en condiciones favorables. A cambio, ofrece a Venezuela el capital humano formado por la revolución, especialmente en educación, salud y deportes. 23 601 especialistas cubanos atienden en Venezuela una población de 17 millones que no disponía anteriormente de servicios médicos, la que ha recibido 175 millones de consultas. Con asesoría cubana funcionan o están por abrir sus puertas en la patria de Bolívar más de 600 centros de diagnóstico integral, rehabilitación integral y diagnóstico de alta tecnología. Con el concurso de expertos y métodos cubanos. Venezuela fue declarada por la UNESCO territorio libre de analfabetismo en octubre del pasado año y cientos de miles de venezolanos están inscriptos en los programas para alcanzar el sexto grado, el bachillerato y seguir estudios universitarios. Los técnicos de la isla han organizado el deporte en los barrios paralelamente a la atención médica y los rendimientos deportivos internacionales de Venezuela han mejorado ostensiblemente. Este mismo tipo de colaboración se hará extensivo a Bolivia donde ya trabajan 600 galenos cubanos en 128 municipios y está en marcha un proyecto de alfabetización conjunto con Cuba y Venezuela. 220 571 latinoamericanos, de los cuales 188 389 venezolanos han sido operados de la vista en Cuba con tecnología de punta. Pronto en centros donados por la isla a Bolivia recibirán ese mismo beneficio 100 000 bolivianos anualmente. Empresas conjuntas venezolano-cubanas operan en varios sectores, esquema en el que entrará Bolivia. Como en las luchas sociales de Francia y Estados Unidos, la solidaridad es el hilo que teje estas realizaciones.
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