Las Naciones Unidas, en reunión de diciembre del año 2000, designó al 22 de mayo como la fecha para reflexionar sobre la biodiversidad del planeta y sobre la necesidad de custodiarla. Es fundamental que en torno a la biodiversidad se realicen investigaciones serías que permitan conocer su potencial y su incidencia en el equilibrio del planeta para evitar su destrucción. En esta fecha bien vale recapacitar sobre la necesidad de emprender estrategias de conservación que deben tener en la mira la exigencia de políticas de estado integrales que consideren pautas de manejo de recursos naturales. Un punto fundamental para definir políticas tiene que ver con la necesidad de discutir y construir colectivamente temas que armen una agenda pública que contribuya a identificar los problemas y las formas de resolverlos; en esta agenda debe sobresalir la exigencia de un marco legal coherente que considere pautas para su cumplimiento, además de procesos de concienciación y sensibilización pública del tema ambiental. El desarrollo mal interpretado ha causado impactos fuertes en la ecología hasta el punto de que, en la actualidad, la misma naturaleza muestra respuestas de alteración de sus procesos. Los niveles de impacto son tales que hay que actuar en contra de las amenazas a la biodiversidad. Ecuador es un país megadiverso con una riqueza genética reconocida y milenaria que es nuestro patrimonio. Un ejemplo de esta heredad es el ecosistema manglar registrado como uno de los hábitat más productivos del planeta conformado por bosques que albergan cientos de especies de fauna y flora, además de micronutrientes y componentes abióticos, suelo y agua, este ecosistema poseedor de una biodiversidad inigualable ha sido agredido con frecuencia a tal punto de que en el país se ha llegado a destruir el 70% de nuestros manglares. Esta realidad nos lleva a exigir que las políticas públicas tengan una visión de largo plazo, que no sucumban a exigencias económicas inmediatistas y que consideren el verdadero valor de la biodiversidad, fundamental, para el equilibrio del planeta. La Coordinadora Nacional para la Defensa del Ecosistema Manglar, en esta fecha expresa la urgencia del reconocimiento de la gestión comunitaria como una forma de precautelar la biodiversidad. Los seres humanos y la biodiversidad tienen una interdependencia, si se arremete contra la biodiversidad se atenta contra los seres humanos. Quito 22 de Mayo 2006 - Coordinadora Nacional para la Defensa del Ecosistema Manglar