Tal parece que las empresas encuestadores, salvo contadas excepciones, entendieron que estaban perdiendo credibilidad con los bandazos extraños o tendenciosos en sus resultados. Ahora son cuando menos más creíbles. Ya no existen más esas absurdas diferencias que ubicaron al puntero Andrés Manuel López Obrador de 10 puntos por arriba en los mismos pero por abajo del candidato oficial Felipe Calderón Hinojosa. Los últimos estudios ubican en un empate de 34 puntos al perredista López Obrador y al panista, Calderón Hinojosa. Al priísta, Roberto Madrazo Pintado, no obstante los continuos ataques de conocidos militantes del tricolor, ganó un punto y ahora tiene 23. De todo esto se desprende que todavía no hay nada escrito y que los tres están en la lucha electoral. Como ocurrió en su momento, y seguramente esto fue lo que hizo que reflexionaran y se moderaran las empresas de estudios de opinión pública, el pesado mundo de la crítica se les vino encima con una serie de comentarios adversos a su trabajo. Lo menos que se les dijo fue que esos resultados tan dispares se debían al interés de favorecer al candidato de Los Pinos. Ahora mismo que se comprueba el bandazo a la inversa, aún se duda de la veracidad de los resultados, puesto que no se puede jugar con los guarismos, como los infantes lo hacen con los figurillas de madera o de plástico para sus primeras prácticas pedagógicas. Después de las críticas de la opinión pública es de justicia reconocer que las encuestadoras extranjeras y la de María de las Heras, iniciaron este descamino hacía la veracidad. Si las empresas que sorprendieron con sus números amañados se hubieran tomado el trabajo de ir cambiando los resultados paulatinamente, en una estrategia menos abrupta y descarada para favorecer al candidato oficial, es posible que su propósito ganara, aunque al final como siempre, el fraude de los dígitos se manifestaría en toda su descarada descomposición moral. Tal parecía que se habían cambiado aquel viejo concepto de que la opinión pública al través de los medios va conformando al triunfador de toda elección, principalmente la de Presidente de la República; en esas condiciones las encuestadoras se habían arrogado el protagonismo de decidoras del resultado de las elecciones del próximo 2 de julio, que como se aprecia, serán las más apretadas de la historia. Nada de que todo es fácil y de que el proceso "va de pelos y de viento en popa", como lo expresara eufórico el huésped de Los Pinos, Vicente Fox. María de las Heras, identificada con el priísmo y sin embargo reconocida como una profesional seria, en los resultados de su último estudio otorga lo que se llama un empate técnico de los tres contendientes presidenciales principales: El candidato por El Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador en primer lugar con 33.6 por ciento de intención, más o menos 14 millones 200 mil votos; en segundo lugar el candidato del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón con 33.1 por ciento, 14 millones de votos, y en tercer con el 30 por ciento Roberto Madrazo de la Alianza por México, unos 12 millones 700 mil votos. La lección ha sido dura: nadie puede arrogarse el poder decisivo de la ciudadanía, Que bueno que fueron obligadas a moderarse las encuestadoras. Después del debate de verdad del 6 de junio se tendrá un panorama más claro, y creemos que el posdebate no influirá tanto como en el primero, porque ahora si acudirá a la cita crucial Andrés Manuel. - Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.