De la confesión personal y dirían los clásicos y sin ambages de Juan Bueno Torio, candidato a senador de la República por Veracruz bajo las siglas del Partido Acción Nacional, en el sentido de que si se beneficiaron sus parientes cuando ocupó el alto cargo de director general de Pemex Refinación, y la actitud contraria de negar todo asumida por el candidato presidencial blanquiazul, Felipe Calderón Hinojosa, se desprenden dos supuestos que finalmente pueden convertir, en el caso del michoacano, al pariente incómodo en pariente fatal de la aspiración sexenal. El primero de ellos consiste en que efectivamente Bueno Torio esté exento de responsabilidad en la asignación de los contratos, el otro supuesto que se desprende de negar toda ingerencia en los contratos de su cuñado incomodo por parte de Calderón Hinojosa, incluidos los spots de campaña, no obstante el cúmulo de pruebas que cada día aumentan, porque efectivamente en su caso no puede desprenderse de la ingerencia en el beneficio familiar. Existe en el argot de los abogados un axioma de contundencia: A confesión de parte relevo de pruebas. Esto no es precisamente cierto en todos los casos, recuérdese a esos individuos enfermos de protagonismo que se confiesan culpables de un crimen y resulta que son ajenos al mismo. Sí hubo contratos para mi familia, reconoció Bueno Torio, durante mi gestión al frente de Pemex Refinación, cuando menos se otorgaron tres contratos de manera directa a una empresa propiedad de mis tíos, para transportar combustible, pero yo no los asigné directamente Felipe Calderón Hinojosa, quien cada día se le ve más preocupado con unos mensajes radiofónicos y televisivos machacones, que seguramente le diseñaron sus enemigos, y en los que con una voz nada convincente nos dice una y otra vez, que él tiene las manos limpias, que el no benefició a nadie de su familia, mientras las encuestas le bajan más y más puntos. La descripción de Juan Bueno Torio, fue hasta minuciosa. Durante su gestión en Pemex Refinación se otorgaron al menos tres contratos de manera directa a una empresa propiedad de sus tíos, Transportadora y Comercializadora Isabel, y también a la empresa Auto Tanques de México (ATM), propiedad de uno de sus cuñados tiene contratos con la paraestatal, pero insistió yo no asigne los contratos: "Siguieron el proceso normal a través del Comité de Adquisiciones, en donde participan funcionarios de la empresa, pero también funcionarios de la Secretaría de Energía y de la Función Pública; la ley así lo contempla". ¿Por qué eso mismo no lo puede decir Felipe Calderón Hinojosa? Simplemente porque hay algo oscuro que no puede revelar. Por tanto concluimos: los parientes incómodos, para Felipillo, se convertirán en los parientes fatales. - Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.