Otros tiempos, otros movimientos:

Nuevos tiempos, nuevos movimientos

07/06/2006
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A lo largo de los días hemos visto una serie de hechos e historias, tanto caminando por las calles de nuestra ciudad y en la televisión. Los protagonistas de estas historias son los estudiantes de la educación media, principalmente los municipales. El hecho que los reúne es el descontento con el sistema educacional vigente, lo que llaman la «mercantilización de la educación». La sensación que produce este «Movimiento» escolar, la también llamada «revolución de los pingüinos», es de una gran aceptación y simpatía, por lo que la opinión pública considera demandas justas. Pero estas demandas no son nuevas ni nada por el estilo, son tan añejas como la vuelta a la democracia. La pregunta que surge es la siguiente: ¿por qué ahora se puede desarrollar un movimiento para la obtención de estas demandas? ¿Por qué son tan bien recibidas estas demandas y se consideran justas? ¿Por qué en la voz de los secundarios actuales son consideradas por todo el espectro social? Hace dos años, el Centro de Estudios Sociales (CIDPA) realizó un diagnóstico de la realidad juvenil en tres comunas de la quinta región, en donde nos señalaba que una gran cantidad de jóvenes no participaba en ninguna organización, y que no lo hacían debido a que ninguna institución los representaba. Ahora, dos años después, más de 800.000 jóvenes están movilizados en Chile y participando del movimiento secundario más grande en la historia nacional... parece que esto si que los representa. Lo primero que sorprende de estos jóvenes es la claridad para plantear las demandas, además del exquisito vocabulario y sintaxis para enfrentar a la persona y autoridad de turno. Pero hay que salvaguardar un dato, son los voceros los que tienen este manejo, y éstos pertenecen a los colegios municipales de tradición y excelencia del país (Liceo de Aplicación, Carmela Carvajal, Instituto Nacional, Barros Borgoño, etc.), donde no nos debería sorprender que estos chicos tengan un alto capital cultural. Pero aun con estos antecedentes, cada día nos sorprendemos de elementos novedosos que logramos advertir en este nuevo movimiento estudiantil. Dicho movimiento se distingue de otras movilizaciones anteriores, (o incluso de otro segmento de estudiantes como lo son los universitarios) por elementos que no se habían visto anteriormente en la política nacional. El primero de estos elementos distintivos de este nuevo movimiento es la horizontalidad de la organización de los jóvenes, lo que ellos llaman la Asamblea. En otras oportunidades me ha tocado escuchar el concepto de «mesa plana» al hablar de los centros de alumnos. Este es un elemento distintivo y completamente novedoso en el panorama político nacional. Si esta forma organizativa la comparamos con los partidos políticos, o incluso con las juntas de vecinos, nos damos cuenta que ya no se ordenan de forma piramidal, donde la cúspide da el centro y la sinergia para la estructura. La ruptura de la forma tradicional de organización también influye, incluso en el representante de este movimiento hacia el exterior. Ya no se llaman «los dirigentes», que implícitamente son los que dirigen la movilización, ahora se hacen llamar «voceros », ya que manifiestan la voz de los que representan, es decir, son la voz de la Asamblea. Así mismo la división del trabajo de estos jóvenes es sorprendente: la conformación de comisiones específicas para áreas de trabajo, las tareas están muy bien delimitadas entre cada uno de los grupos de trabajo. Cuando aparecen imágenes del interior de los liceos, en general, se pueden ver muy limpios y relativamente ordenados, no se ha sabido de ningún liceo en toma en que los estudiantes estén pasando hambre o alguna otra forma de desorganización. Otro elemento novedoso es el uso de la información que realizan los estudiantes. Su bandera de lucha son los cuadernos y las pancartas, que con novedosas frases y juegos de palabras manifiestan el descontento con la situación reinante. El mensaje es el arma de lucha que han tomado los jóvenes, y los medios de difusión de este mensaje son los que más cercanos sienten: la televisión e internet. La aparición de blog, flogs y otros espacios de difusión, hacen que todos los que quieran informarse de lo que ocurre al interior de las tomas de los colegios lo puedan hacer. La aparición constante de los voceros en los medios de comunicación, manifestando su reflexión y propuestas, hace que en la mayoría de las casas chilenas se hable del movimiento y de elementos que hasta hace dos meses eran desconocidos para la mayoría de los habitantes del país. Siglas como la JEC (Jornada Escolar Completa) y la LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza) ya no le son ajenas a casi nadie, y la discusión de éstas ya se instaló en la gran mayoría de las mesas chilenas. Un elemento que ya no es nuevo en el país, pero que toma alta preponderancia en la «revolución de los pingüinos», es la gran cantidad de mujeres en la vocería de la asamblea. No es menor que de 38 sillones senatoriales, sólo 2 sean ocupados por mujeres, mientras que de los voceros del movimiento, la paridad se da naturalmente. Esto plantea un cambio en la forma de entender la diferenciación por género, los roles protagónicos ya no son exclusividad de los hombres, sino que las mujeres se desligan de la carga histórica que pesa sobre ellas y toman roles que anteriormente no eran mayoritariamente asumidos. De muestra un botón: algunos liceos de los que están en toma dividen sus labores al interior de los establecimientos de manera que las mujeres se hacen cargo de las labores de vigilancia, mientras que los hombres se hacen cargo de la alimentación. No hay que desconocer que en algunos liceos ocurre todo lo contrario y las mujeres se siguen ocupando de las labores domésticas, pero se siente que las cosas ya no son tan «naturales». Pero el elemento que llama aún más la atención de este movimiento, es la disciplina con la que los voceros y las voceras se cuadran con los acuerdos tomados al interior de la Asamblea. La filtración de información desde la Asamblea ha sido casi inexistente (por no decir absolutamente). Esto nos habla de un sentido de movimiento único de los estudiantes, todos se sienten parte de él, todos luchan por un horizonte común: un cambio radical en nuestro sistema de educación. La pregunta pertinente ahora es: como sociedad ¿permitiremos que estos jóvenes logren cambiar algo con lo que casi todo el país está de acuerdo en cambiar? Todo nos indica que la pelea la van ganando... pero falta mucho recorrido para poder decir que ganaron. Valparaíso (Chile), 8 de junio 2006 Fuente: Revista Electrónica Latinoamericana de Estudios sobre Juventud año 2 nº 03 http://www.joveneslac.org/portal/000/publicaciones/revista/3/06%20gaceti...
https://www.alainet.org/es/active/12117

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