Las Fuerzas Armadas en su tinta, presente y futuro (I)
10/07/2006
- Opinión
“El terrorismo totalitario exige sacrificio
Inexorable en el presente en obsequio al futuro.
En ambos casos se entiende impropiamente
La autoridad: su brutalidad pretende
Justificarse por la falacia de que el poder
Salva al hombre”.
Thomas Merton Primera parte La tinta es un borrón La Argentina vivió durante más de 50 años procesos pendulares entre golpes militares y gobiernos civiles débiles, imposibilitados de terminar sus mandatos. El presidente Arturo Frondizi soportó durante su gobierno, entre presiones y amenazas, 34 intentos de golpes de Estado que terminaron en su derrocamiento; otros presidente soportaron la misma presión y terminaron derrocados, Arturo Illia e Isabel Perón. Imposible gobernar cualquier país en esas condiciones que provocan inestabilidad institucional y el deterioro democrático y la falta de credibilidad internacional Las sucesivas intervenciones militares en el país fueron respaldadas por los intereses de las oligarquías nacionales y corporaciones extranjeras, principalmente de los EE.UU., país que siempre ha considerado a América Latina su “patio trasero” , apoyando las dictaduras y los golpes de Estado para defender sus intereses hegemónicos, formando en las Escuelas de las Américas en Panamá y en academias militares, como la de West Point, a más de 80.000 militares latinoamericanos, en la Doctrina de Seguridad Nacional, implantada en todo el continente provocando la destrucción de la capacidad productiva de nuestros países con un alto costo en vidas humanas, torturas, desaparición de personas, niños secuestrados y desaparecidos, asesinatos y apropiación de los recursos de los prisioneros. Lamentablemente las FF.AA. respondieron a esos intereses, siendo instrumentos para sostener el poder y controlar y someter por la fuerza a los sectores sociales, sindicatos, iglesias, intelectuales, movimientos estudiantiles, campesinos; silenciar y perseguir a los grupos y organizaciones sociales de los sectores más pobres, con la consiguiente exclusión social y la pérdida cada vez mayor del llamado “estado de bienestar”,de las políticas sociales que se instalan durante primer gobierno peronista que se fueron anulando durante las sucesivas dictaduras. No pretendo hacer un análisis de la situación que vivió el país; sólo señalar algunos aspectos preocupantes que surgen de la fuerte reacción que el presidente Kirchner tuvo en el día del Ejército al señalar en el Colegio Militar de la Nación que: “No quiero el ejército de Videla, Galtieri, Viola y Bignoni, que asesinaron a sus hermanos” ; refiriéndose al acto realizado el 25 de Mayo por un grupo de militares retirados de la dictadura y algunos en actividad quienes revindicaron el terrorismo de Estado impuesto desde 1976 hasta 1983; acto llevado a cabo frente al monumento que recuerda a los soldados que dieron su vida durante la Guerra de Malvinas. El presidente los criticó con dureza y señaló: “vengo a revindicar a un ejército nacional, comprometido con el país y alejado definitivamente del terrorismo de Estado”. Los militares que hicieron la apología del terrorismo de Estado fueron sancionados por la Ministro de Defensa, Dra. Nilda Garré. La política del gobierno de juzgar a los criminales que violaron los derechos humanos durante la dictadura militar, genera dentro de sectores de la FF.AA. malestar y descontento al ver que la impunidad con que quisieron ampararse, se derrumbó al anularse las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Hay que reconocer que el gobierno actual hizo lo que los gobiernos que le precedieron no tuvieron el coraje y la voluntad política de hacer y que por el contrario, trataron de proteger a los genocidas con la impunidad. El necesario abrir un debate nacional, sobre las FF.AA. y el rol que deben cumplir en una sociedad democrática, con la participación de todos los sectores sociales, y revisar y actualizar los planes de estudios e integración social. Terminar con los ghettos en que viven las FF.AA. y su aislamiento con la sociedad. Se ha constituido el Comando Conjunto de las FF.AA. para terminar con los compartimentos estancos imperante en las fuerzas. La Guerra de las Malvinas lo puso en evidencia; estaban estructuras para el control social y la represión interna y no para enfrentar enemigos externos. Es necesario superar definitivamente el uso y abuso de las FF.AA. al servicio de intereses políticos y económicos; desterrar la Doctrina de Seguridad Nacional que define que el “enemigo es el pueblo”. Las FF.AA. en todo el continente fueron el brazo ejecutor de políticas y objetivos socio-políticos y económicos impuestos. Nunca pueden dar un golpe de Estado solos, necesitan del apoyo y complicidades internas y externas, de sectores empresariales, religiosos y políticos, medios de comunicación. Los ejemplos de las complicidades de los medios informativos y periodistas son muchos. No podemos ignorar que más de 100 periodistas fueron secuestrados y desaparecidos, por buscar la verdad e informar al pueblo. Otros se sometieron y fueron cómplices; un ejemplo del manejo de la información es el Diario Clarín. El periódico de mayor tiraje en el país, publica el día después del golpe militar, en su primera plana: “Videla asume el lunes la presidencia”. “Desde ayer es normal la provisión de alimentos”. Más abajo pública: “Dos decisiones en el exterior- Estados Unidos reconoció a la Junta”. “Crédito del FMI”. El diario no habla de un golpe de Estado ni del derrocamiento de un gobierno constitucional. El FMI fue uno de los primeros organismos, junto a EE.UU, en reconocer al gobierno de facto. Horas después del golpe aprobó el desembolso de un crédito de 127,6 millones de dólares negado al anterior gobierno constitucional. El BID- Banco Interamericano de Desarrollo, se sumó a éste apoyo y, junto al FMI, calificó al programa económico como “serio” y giró otros 1.300 millones de dólares. Al endeudamiento externo se sumó la estatización de la deuda privada de grandes empresas, por parte Domingo Cavallo, presidente del Banco Central durante la dictadura. Así tod@s l@s argentin@s pasamos a cargar con una deuda que nunca nos perteneció. Se obligó a las empresas del Estado a tomar deuda sin necesidad y se estimuló la fuga de capitales. Por cada persona desaparecida se fugaron del país 1 millón de dólares. Así, al final de la dictadura se habían girado al exterior 30.000 millones de dólares. Las complicidades son muy claras, la lista es frondosa. Entre las empresas podemos señalar algunas: IBM, Mercedes Benz, Deutsche Bank, Banco Río, Techint, Banco Galicia, Celulosa Argentina, Banco General de Negocios, Loma Negra, Esso, etc., que avalaron el golpe militar y las consecuencias de 30 mil desaparecidos y asesinados en el país. Nos preocupa que el gobierno del presidente Kirchner haya decidido pagar la deuda al FMI, girando 30.000 millones de pesos. Se ha generado un circuito perverso hasta el día de hoy, donde se privilegia al pago a ese organismo sobre la deuda social que tiene con el pueblo. Los diputados, y me estoy refiriendo a la mayoría de los bloques políticos, salvo unas pocas excepciones, se niegan a realizar una auditoría sobre las responsabilidades que generaron la deuda externa, inmoral e ilegítima, y continúan legitimando el saqueo al pueblo. Ignoran las resoluciones que el juez Ballestero envía al Parlamento, hace ya 6 años, como resultado del juicio iniciado por el Dr. Alejandro Olmos, para que se investigue las graves consecuencias que representa la deuda que actualmente suma unos 125.000 millones de dólares. ( ref.: Diálogo 2000). Las FF.AA. fueron el instrumento para imponer el modelo de dominación, aprendieron de los. franceses y de los norteamericanos, las estrategias y métodos empleados en las guerras de Argelia y Vietnam: el secuestro y desaparición de personas, las torturas actuando al margen de toda ley. No podemos hacer un análisis unilateral e ignorar la situación que se vivía en todo el continente, con los grupos de guerrillas, que consideraban que la lucha armada era el camino hacia la liberación de los pueblos. Tampoco caer en el simplismo y pretender justificar, como lo hizo el Dr. Raúl Alfonsín durante su presidencia, que “aquí hubo una guerra” y queriendo imponer la teoría de los “dos demonios”. Fue un gobierno que claudicó, y resuenan aquellas palabras: “La casa está en orden, Felices Pascuas” ese día de Semana Santa, en que buscó sellar la impunidad a los criminales. La realidad y la resistencia del pueblo, nos dicen que la lucha por la Verdad y Justicia no terminó. Buenos Aires, 16 de junio del 2006
Inexorable en el presente en obsequio al futuro.
En ambos casos se entiende impropiamente
La autoridad: su brutalidad pretende
Justificarse por la falacia de que el poder
Salva al hombre”.
Thomas Merton Primera parte La tinta es un borrón La Argentina vivió durante más de 50 años procesos pendulares entre golpes militares y gobiernos civiles débiles, imposibilitados de terminar sus mandatos. El presidente Arturo Frondizi soportó durante su gobierno, entre presiones y amenazas, 34 intentos de golpes de Estado que terminaron en su derrocamiento; otros presidente soportaron la misma presión y terminaron derrocados, Arturo Illia e Isabel Perón. Imposible gobernar cualquier país en esas condiciones que provocan inestabilidad institucional y el deterioro democrático y la falta de credibilidad internacional Las sucesivas intervenciones militares en el país fueron respaldadas por los intereses de las oligarquías nacionales y corporaciones extranjeras, principalmente de los EE.UU., país que siempre ha considerado a América Latina su “patio trasero” , apoyando las dictaduras y los golpes de Estado para defender sus intereses hegemónicos, formando en las Escuelas de las Américas en Panamá y en academias militares, como la de West Point, a más de 80.000 militares latinoamericanos, en la Doctrina de Seguridad Nacional, implantada en todo el continente provocando la destrucción de la capacidad productiva de nuestros países con un alto costo en vidas humanas, torturas, desaparición de personas, niños secuestrados y desaparecidos, asesinatos y apropiación de los recursos de los prisioneros. Lamentablemente las FF.AA. respondieron a esos intereses, siendo instrumentos para sostener el poder y controlar y someter por la fuerza a los sectores sociales, sindicatos, iglesias, intelectuales, movimientos estudiantiles, campesinos; silenciar y perseguir a los grupos y organizaciones sociales de los sectores más pobres, con la consiguiente exclusión social y la pérdida cada vez mayor del llamado “estado de bienestar”,de las políticas sociales que se instalan durante primer gobierno peronista que se fueron anulando durante las sucesivas dictaduras. No pretendo hacer un análisis de la situación que vivió el país; sólo señalar algunos aspectos preocupantes que surgen de la fuerte reacción que el presidente Kirchner tuvo en el día del Ejército al señalar en el Colegio Militar de la Nación que: “No quiero el ejército de Videla, Galtieri, Viola y Bignoni, que asesinaron a sus hermanos” ; refiriéndose al acto realizado el 25 de Mayo por un grupo de militares retirados de la dictadura y algunos en actividad quienes revindicaron el terrorismo de Estado impuesto desde 1976 hasta 1983; acto llevado a cabo frente al monumento que recuerda a los soldados que dieron su vida durante la Guerra de Malvinas. El presidente los criticó con dureza y señaló: “vengo a revindicar a un ejército nacional, comprometido con el país y alejado definitivamente del terrorismo de Estado”. Los militares que hicieron la apología del terrorismo de Estado fueron sancionados por la Ministro de Defensa, Dra. Nilda Garré. La política del gobierno de juzgar a los criminales que violaron los derechos humanos durante la dictadura militar, genera dentro de sectores de la FF.AA. malestar y descontento al ver que la impunidad con que quisieron ampararse, se derrumbó al anularse las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Hay que reconocer que el gobierno actual hizo lo que los gobiernos que le precedieron no tuvieron el coraje y la voluntad política de hacer y que por el contrario, trataron de proteger a los genocidas con la impunidad. El necesario abrir un debate nacional, sobre las FF.AA. y el rol que deben cumplir en una sociedad democrática, con la participación de todos los sectores sociales, y revisar y actualizar los planes de estudios e integración social. Terminar con los ghettos en que viven las FF.AA. y su aislamiento con la sociedad. Se ha constituido el Comando Conjunto de las FF.AA. para terminar con los compartimentos estancos imperante en las fuerzas. La Guerra de las Malvinas lo puso en evidencia; estaban estructuras para el control social y la represión interna y no para enfrentar enemigos externos. Es necesario superar definitivamente el uso y abuso de las FF.AA. al servicio de intereses políticos y económicos; desterrar la Doctrina de Seguridad Nacional que define que el “enemigo es el pueblo”. Las FF.AA. en todo el continente fueron el brazo ejecutor de políticas y objetivos socio-políticos y económicos impuestos. Nunca pueden dar un golpe de Estado solos, necesitan del apoyo y complicidades internas y externas, de sectores empresariales, religiosos y políticos, medios de comunicación. Los ejemplos de las complicidades de los medios informativos y periodistas son muchos. No podemos ignorar que más de 100 periodistas fueron secuestrados y desaparecidos, por buscar la verdad e informar al pueblo. Otros se sometieron y fueron cómplices; un ejemplo del manejo de la información es el Diario Clarín. El periódico de mayor tiraje en el país, publica el día después del golpe militar, en su primera plana: “Videla asume el lunes la presidencia”. “Desde ayer es normal la provisión de alimentos”. Más abajo pública: “Dos decisiones en el exterior- Estados Unidos reconoció a la Junta”. “Crédito del FMI”. El diario no habla de un golpe de Estado ni del derrocamiento de un gobierno constitucional. El FMI fue uno de los primeros organismos, junto a EE.UU, en reconocer al gobierno de facto. Horas después del golpe aprobó el desembolso de un crédito de 127,6 millones de dólares negado al anterior gobierno constitucional. El BID- Banco Interamericano de Desarrollo, se sumó a éste apoyo y, junto al FMI, calificó al programa económico como “serio” y giró otros 1.300 millones de dólares. Al endeudamiento externo se sumó la estatización de la deuda privada de grandes empresas, por parte Domingo Cavallo, presidente del Banco Central durante la dictadura. Así tod@s l@s argentin@s pasamos a cargar con una deuda que nunca nos perteneció. Se obligó a las empresas del Estado a tomar deuda sin necesidad y se estimuló la fuga de capitales. Por cada persona desaparecida se fugaron del país 1 millón de dólares. Así, al final de la dictadura se habían girado al exterior 30.000 millones de dólares. Las complicidades son muy claras, la lista es frondosa. Entre las empresas podemos señalar algunas: IBM, Mercedes Benz, Deutsche Bank, Banco Río, Techint, Banco Galicia, Celulosa Argentina, Banco General de Negocios, Loma Negra, Esso, etc., que avalaron el golpe militar y las consecuencias de 30 mil desaparecidos y asesinados en el país. Nos preocupa que el gobierno del presidente Kirchner haya decidido pagar la deuda al FMI, girando 30.000 millones de pesos. Se ha generado un circuito perverso hasta el día de hoy, donde se privilegia al pago a ese organismo sobre la deuda social que tiene con el pueblo. Los diputados, y me estoy refiriendo a la mayoría de los bloques políticos, salvo unas pocas excepciones, se niegan a realizar una auditoría sobre las responsabilidades que generaron la deuda externa, inmoral e ilegítima, y continúan legitimando el saqueo al pueblo. Ignoran las resoluciones que el juez Ballestero envía al Parlamento, hace ya 6 años, como resultado del juicio iniciado por el Dr. Alejandro Olmos, para que se investigue las graves consecuencias que representa la deuda que actualmente suma unos 125.000 millones de dólares. ( ref.: Diálogo 2000). Las FF.AA. fueron el instrumento para imponer el modelo de dominación, aprendieron de los. franceses y de los norteamericanos, las estrategias y métodos empleados en las guerras de Argelia y Vietnam: el secuestro y desaparición de personas, las torturas actuando al margen de toda ley. No podemos hacer un análisis unilateral e ignorar la situación que se vivía en todo el continente, con los grupos de guerrillas, que consideraban que la lucha armada era el camino hacia la liberación de los pueblos. Tampoco caer en el simplismo y pretender justificar, como lo hizo el Dr. Raúl Alfonsín durante su presidencia, que “aquí hubo una guerra” y queriendo imponer la teoría de los “dos demonios”. Fue un gobierno que claudicó, y resuenan aquellas palabras: “La casa está en orden, Felices Pascuas” ese día de Semana Santa, en que buscó sellar la impunidad a los criminales. La realidad y la resistencia del pueblo, nos dicen que la lucha por la Verdad y Justicia no terminó. Buenos Aires, 16 de junio del 2006
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