IV Congreso de la CLOC:
Hacia un proyecto popular y soberano
31/10/2005
- Opinión
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo
(CLOC), una de las articulaciones sociales más significativas
del continente, realizó su IV Congreso en la ciudad de
Guatemala, del 9 al 11 de octubre, con el propósito de
"fortalecer y definir nuevas estrategias de lucha contra el
imperialismo y el capitalismo" y construir y desarrollar
alternativas "para la defensa de la dignidad humana".
Al evento, que fue precedido por la II Asamblea de la Juventud
Campesina y la III Asamblea de Mujeres del Campo, lograron
llegar 178 delegados y delegadas de 88 organizaciones
procedentes de 25 países; ya que otros/as se quedaron en el
camino por los estragos producidos por el huracán Stan tanto
en Guatemala como en El Salvador y México. Precisamente por
esta situación, desde su instalación se expresó la solidaridad
con los pueblos afectados por el desastre, pero sin dejar de
señalar responsabilidades; como remarcó el dirigente maya Juan
Tiney, coordinador de la Secretaria Operativa de la CLOC, al
instalar la reunión: No es castigo de la naturaleza. Tiene
responsables, son los rostros de las transnacionales por los
saqueos cometidos.
En este congreso, además de examinar los lineamientos y ejes
de lucha que ha mantenido esta coordinadora, los/as
participantes dedicaron particular énfasis y espacio en los
debates a revisar el recorrido de más de 10 años, mirar la
dinámica interna y cargar energías para encarar los desafíos y
la agenda establecida para la próxima etapa. (ver Declaración
adjunta)
Abriendo camino
La CLOC se constituye formalmente en el congreso realizado en
Lima (Perú) del 21 al 25 de febrero de 1994, por iniciativa de
organizaciones no afiliadas internacionalmente que habían
coincidido en la necesidad de articular un espacio propio y
autónomo. Un hito dentro de esta dinámica fue la realización de
la "Campaña Continental 500 Años de Resistencia Indígena, Negra
y Popular" (1989-1992), convocada por organizaciones campesino-
indígenas de la Región Andina y el MST de Brasil, en la medida
que se constituyó en un espacio de encuentro y por ende de
intercambio entre organizaciones afines y de otros sectores
sociales.
De esta experiencia, la CLOC no solo que recoge la premisa de
"unidad en la diversidad", sino también el esquema organizativo
descentralizado donde las coordinaciones nacionales se articulan
regionalmente (Norteamérica, Centroamérica, Caribe, Región
Andina y Cono Sur), teniendo como instancia de enlace a una
secretaria operativa. A la vez que establece dos criterios
clave de entendimiento para la coordinación: el reconocimiento y
respeto de la autonomía de sus integrantes y la búsqueda de
consensos como norma para la toma de decisiones. Y además asume
que la unidad propiciada ha de ir más allá de los acuerdos
formales o compromisos políticos, para encontrarse en las luchas
concretas. Lo que implica contar con organizaciones nacionales
y de masas.
"En esta caminata de más de una década, percibimos que hay una
mayor capacidad de hacer el vínculo de la lucha local,
nacional, continental e internacional; hemos logrado ampliar
la mirada, cada vez la lucha es más internacional, cada vez
más el lema 'globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza'
es más efectivo", señaló Itelvina Massioli dirigente del MST
brasileño, al presentar el balance de la década, subrayando
que la CLOC ha sido la impulsora y pilar de la organización
mundial Vía Campesina, y animadora de otras redes y campañas
que han logrado desarrollar acciones en Latinoamérica.
Es un proceso que arrancó "cuando la gente estaba aturdida por
la caída del bloque socialista, por el cese de la guerra en
Centroamérica; cuando la gente pensó que ya no había una
utopía más allá", acota Massioli, para luego destacar que las
luchas de resistencia han conseguido superar esa etapa y
multiplicar la oposición al neoliberalismo. En este sentido -
dice-, "hay un incremento en la lucha de masas, hay un
fortalecimiento de las organizaciones, hay el surgimiento de
nuevos movimientos sociales. Y, precisamente, porque se ha
incrementado la protesta social es que las élites buscan desde
el Estado imponer diferentes leyes para criminalizarla".
La criminalización de la protesta social fue una de las
denuncias más reiteradas en los diversos paneles y grupos de
trabajo, con particular gravedad en los países donde no se ha
registrado ninguna forma de reforma agraria, como Brasil,
Paraguay y Guatemala, y en aquellos sumidos en conflicto
interno, como Colombia. En un sentido emblemático, el
congreso reiteró la solidaridad con Francisco "Pacho" Cortes,
dirigente campesino colombiano, detenido en Bolivia desde hace
más de 30 meses.
Los retos
De cara al futuro, el congreso acordó redoblar esfuerzos para
avanzar en la construcción de un proyecto popular y soberano a
partir de quienes viven en el campo, que pasa por la
preservación de la soberanía sobre la tierra y los
territorios, la defensa de las semillas como patrimonio de la
humanidad, la soberanía alimentaria, el rescate del
conocimiento propio, la preservación del legado cultural y
valores, entre otros puntos.
En tal sentido, se subrayó que las luchas de las
organizaciones del campo deben asumirse como de resistencia y
de construcción y acumulación político-organizativa. "Nuestra
fuerza radica en la movilización y no en las mesas de
negaciones con gobiernos y empresas", se sostuvo en una
plenaria. Concomitantemente, destacó las alusiones a la
importancia y urgencia de atender la formación de cuadros como
tarea permanente. "No se forma un cuadro político con un
curso, una escuela, es una actividad permanente y urgente para
que nuestras organizaciones crezcan y se fortalezcan, sino no
tenemos futuro", señaló un informe.
En esta misma perspectiva, también se insistió en la necesidad
de la participación de la juventud y la mujer, como en la
renovación de cuadros: "La participación de las mujeres y la
juventud no pueden ser apenas una línea política, una
declaración. La tenemos que hacer efectiva, para darnos
fuerza en nuestras luchas".
Asimismo, se destacó la importancia de impulsar la unidad de
la lucha continental y mundial, afianzando alianzas con otros
sectores y movimientos sociales comprometidos con la
construcción de alternativas, en espacios como el Foro Social
Mundial, las campañas contra el libre comercio, la deuda
externa, la guerra, etc.
Destacando el peso que tienen la información y la comunicación
en el escenario actual, el congreso igualmente apuntó la
importancia de la lucha por la democratización de la
comunicación y la necesidad de hacer efectivas iniciativas
conducentes a la implementación y articulación de medios
propios, reconociendo que un paso importante en esa dirección
se ha dado con la participación en la Minga Informativa de
Movimientos Sociales.
El congreso concluyó con la asignación de la Secretaría
Operativa, para el próximo período, a la Región Caribe, y
específicamente a la Confederación Nacional de Mujeres
Campesinas (CONAMUCA) de República Dominicana.
https://www.alainet.org/es/active/12328?language=es
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