Matamoros, Tamaulipas Magnífico que la Presidencia de la República no satanice el derecho de manifestación y que al mismo tiempo haga un llamado a la cordura para que no se afecten derechos de terceros, como es también el de libre tránsito. El vocero, Rubén Aguilar Valenzuela desde temprana hora, y al despertar todavía con los acordes de la monstruosa marcha de la víspera que superó hasta los más halagüeños pronósticos, más de 2 millones de seres humanos en largas e incontenibles filas que llenaban el corazón mismo de la nación, y el plantón permanente que decretó la Coalición Por el Bien de Todos, en ese centro neurálgico de la Capital de la República, expresó, ahora sí ponderado: “Confiamos en que las autoridades de la ciudad de México, que son las responsables de la seguridad pública de la ciudad, hagan valer y respetar la ley que implica dos cosas, desde la lógica misma de la Presidencia: Que se respete el derecho irrestricto a la manifestación, al tiempo que se garanticen los derechos de terceros, uno de los cuales, el libre tránsito es fundamental”. El bloqueo, 47 campamentos a lo largo de 10 kilómetros que van desde la Fuente de la Nacionalización del Petróleo, donde cruza el Periférico de la gran urbe, hasta la Plaza de la Constitución, que aquí le llamamos Zócalo, desde luego que es impresionante, sin embargo es de considerarse que por la afectación a terceros en la arteria más importante en todos sentidos de la ciudad pudiera restarle simpatías al candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador. Es el caso que dichos campamentos no fueron ubicados en los camellones o en los jardines que existen magníficos en la arteria aorta de la urbe, cerraron la circulación y por ello se pide al Gobierno del Distrito Federal desbloquear las avenidas donde se han plantado los simpatizantes del candidato presidencial de la Coalición Por el Bien de Todos: todo Paseo de la Reforma, desde la Fuente de Petróleos hasta la Plaza del Caballito, avenida Juárez y Madero y sobre estas vialidades hasta el Zócalo. En una primera reacción por las críticas que ha recibido sobre todo al través de numerosos medios electrónicos, Andrés Manuel López Obrador, después de ofrecer disculpas a la sociedad capitalina, afirmó que las movilizaciones son por democracia y estabilidad y no responden a un simple capricho, y remató: "No soy un rebelde sin causa". Efectivamente, López Obrador, en su primera aparición pública después de la gran marcha del domingo 30 de julio, la más numerosa en la historia del país, incluyendo la de la Expropiación Petrolera, en el templete del Zócalo se dirigió a la nación para asegurar que no es por gusto que se están haciendo estas movilizaciones, sino que es por la democracia y por la estabilidad del país. Ofreció disculpas por las molestias ocasionadas por las movilizaciones, y prometió continuar hablando a la gente. Sin entrar en la discusión o en la polémica de la estrategia política, debería el candidato perredista ponderar la situación de molestia que ha provocado. Una manifestación menos rígida y sin violencia, como ha sido hasta ahora, le redituaría mejores dividendos a su causa, porque estamos de acuerdo: respetar el derecho de manifestación, pero también el derecho de libre tránsito que garantizan nuestra Constitución. ENTERESE. La colaboración anterior debimos fecharla en Ciudad Victoria, Tamaulipas; disculpas por la falta, pero ello no evita enviar a los colegas unidos de ese gran estado, el más dolorido en cuanto a asesinatos a comunicadores, nuestra solidaridad y nuestro respeto a su valentía. - Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.