Bush mira a Cuba como un objetivo petrolero

17/08/2006
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En la separación temporal del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, de sus funciones de gobierno, la administración de George Bush y el aparato financiero norteamericano creen ver la perspectiva no sólo del apoderamiento de la Isla sometida durante más de cuarenta años a inclemente bloqueo, sino la posibilidad de controlar los recursos petroleros de la región del Caribe y de buena parte del Continente. Como lo señalan analistas, comentaristas políticos y funcionarios de la administración, el gobierno de Bush, empeñado en el embargo de toda negociación con la Revolución, ha dejado pasar las oportunidades de hacerse con los yacimientos petrolíferos de Cuba, cuya magnitud creciente en las prospectivas de yacimientos petroleros ha motivado el interés de países como España y China que toman la delantera en la concreción de acuerdos para la explotación de esos recursos en sociedad con el estado de esa nación. Pero la preocupación actual del gobierno de Bush se centra en los acuerdos suscritos entre los gobiernos de Fidel Castro y de Hugo Chávez, para el suministro, por parte de Venezuela, de al menos el 70 por ciento de los requerimientos de petróleo de Cuba e incluso para el establecimiento en la Isla de una refinería con capacidad para refinar petróleo pesado obtenido de los pozos de ese país. Para numerosos expertos norteamericanos que interpretan el sentido de los planes de Washington orientados a petrolizar su relación con Cuba en la eventualidad de un cambio definitivo en el mando de su gobierno –que consideran cercano--, la relación Chávez-Castro constituiría un obstáculo a vencer en los planes para el control de la situación una vez que esto ocurriera. "En cualquier escenario futuro, la ayuda de Chávez va a ser fundamental", señala el analista Ian Vásquez, del instituto CATO al comentar la visita que el mandatario venezolano hizo a Castro convaleciente tras su operación. Ana Faya, de la Fundación Canadiense para las Américas (FOCAL), también se muestra preocupada: "El sucesor de Castro, sea Raúl u otra persona designada por el partido, va a tener que contar con Chávez" para mantenerse en el poder. "Venezuela es el principal aliado comercial que tiene Cuba, que depende del petróleo que Chávez mande". En general, los analistas añaden el petróleo a los numerosos acuerdos en el área de la salud o la educación que no podrían romperse aun en un cambio en el mando de la revolución. La analista Faya estima en cerca de mil millones de dólares anuales la ayuda del presidente venezolano a Cuba. Preocupado, Ian Vásquez, experto en asuntos cubanos prevé que Chávez" va a tratar de mantener el socialismo cubano todo el tiempo posible mediante sus subsidios al petróleo", después de haber contribuido al rescate de la economía de la isla. Las intenciones del gobierno de George Bush por apoderarse de los recursos petroleros de Cuba fijan en primer término como objetivo los derechos de la Isla sobre una parte de los yacimientos localizados en la zona denominada Hoyos de Dona, en un punto que según las estipulaciones del mar patrimonial deben compartir estados Unidos, México y Cuba. Se encuentran ahí yacimientos inicialmente calculados en más de treinta mil millones de barriles de crudo. Con tecnología avanzada, Estados Unidos ha comenzado la perforación de pozos a grandes profundidades en los Hoyos de Dona y espera la colaboración de México para ejercer su hegemonía en la siguiente porción. Por algo en los círculos de Washington se advierte ya una campaña para confirmar el triunfo del conservador y neo-neoliberal Felipe Calderón en los comicios del pasado 2 de julio. Otro frente en los intentos de Washington para controlar los recursos petroleros de la región es la utilización del gobierno de Vicente Fox como punta de lanza para la concreción del proyecto de una refinería en un país aún no determinado de Centroamérica. La inversión para esa instalación sería totalmente privada y el principal proveedor de crudo sería precisamente México, al que se obligaría a incrementar su producción de crudo en unos 280 mil barriles diarios, volumen que representa aproximadamente el 18 por ciento de las exportaciones del país. El proyecto, atacado por una parte de diputados y senadores en el Congreso por implicar una mayor extracción de los ya exhaustos yacimientos de México, sería impulsado en la próxima administración, según los cálculos de Washington, con un poder Legislativo dominado por el Partido Acción Nacional que pasaría por alto el alto costo en inversión y en operación de la nueva refinería. Alejada del gobierno de Hugo Chávez en materia petrolera y en muchos otros aspectos, la administración de Vicente Fox rompió con Venezuela en el Pacto de San José, firmado en 1980 para el suministro de petróleo a países centroamericanos y del Caribe en condiciones preferenciales. El presidente Hugo Chávez insistía, para continuar con el Pacto, en la inclusión de Cuba en las facilidades para el abastecimiento de petróleo, concretadas en los convenios firmados con Fidel Castro. La preocupación de Washington se refiere a la aparente seguridad de que, aun en el caso de la separación definitiva de Fidel Castro, una nueva administración cubana continuaría el entendimiento con Venezuela para el suministro de petróleo, así como en otros capítulos de colaboración que a los ojos de Bush aparecen como una barrera para la consumación de sus planes.
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