Una mirada instantánea a México, a seis meses del gobierno de Vicente Fox, nos muestra un país desencantado y a una población que votó por un cambio que no ve por ningún lado. A lo largo y ancho del territorio nacional, tras la espectacular y exitosa caravana zapatista por el centro del país y su impactante presencia en la Cámara de Diputados, diversas organizaciones indígenas realizan reuniones, marchas y plantones, para protestar contra una ley sobre derechos y cultura indígena que no fue la que consensó la Comisión de Concordia y Pacificación en febrero de 1996; el EZLN ha roto toda comunicación con los poderes ejecutivo y legislativo; miles de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación acampan a lo largo de tres semanas en el centro histórico de la ciudad de México, al tiempo que se realizan multitudinarias marchas en varios estados exigiendo incremento salarial; en el Congreso de la Unión, diputados y senadores priístas y perredistas se oponen a la reforma fiscal propuesta por Fox, que pretende aplicar el impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos, medicinas y libros; por su parte, diputados perredistas cuestionan la compra de Banamex por el Citigroup, ya que esa operación costará al país 110,000 millones de pesos, que pagará el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), mientras que los accionistas recibirán utilidades del 400% con dicha operación. Otros acontecimientos que convulsionan y crean mayores preocupaciones a los ciudadanos, son las repetidas tragedias de migrantes mexicanos y centroamericanos que mueren en la arriesgada aventura de cruzar la frontera de México con los Estados Unidos en busca de empleos mejor remunerados; algunas acciones de grupos armados en el sureño estado de Guerrero y las amenazas tempranas de huracanes y exceso de lluvias en el centro y sur del país, que ya han cobrado víctimas. Como signos esperanzadores de democracia, sobresale la noticia del triunfo de una coalición encabezada por el PAN y el PRD contra el candidato del PRI al gobierno del estado de Yucatán, con lo que se derrumba el viejo cacicazgo de Víctor Cervera Pacheco. En este año habrá elecciones en trece estados más, lo que seguramente va a modificar a favor de la democracia el mapa político de México. El Plan Nacional de Desarrollo Antes de salir a una gira por Corea, Japón y China, después de los primeros recortes presupuestarios y la aceptación de que la tasa de crecimiento económico del país será menor al 3% y no mayor del 5% como lo aseguró durante su campaña política, Fox dio a conocer su Plan Nacional de Desarrollo, evento que pasó sin pena ni gloria, pues la preocupación de la gente está centrada en el IVA y otras medidas económicas, el no abatimiento de la pobreza, la ausencia de una política social, el crimen organizado y la impunidad. En medio de este difícil escenario, Fox proclama, sin embargo, que "nuestra economía está más fuerte que nunca". Por su parte, los hombres de su gabinete económico insisten en que debe abrirse la privatización de energéticos, para que México pase al primer mundo y sea un tigre como los asiáticos. Lo mismo aseguró Carlos Salinas cuando firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, y lo que produjo fueron 60 millones de pobres, el desmantelamiento de la agricultura y la ruina de pequeños y medianos productores. Del dicho al hecho... En sus discursos de campaña, Fox aseguró que no aumentaría impuestos, que se aprobaría la Ley COCOPA sobre derechos y cultura indígena, que resolvería el conflicto de Chiapas en 15 minutos, que mejoraría los salarios de los trabajadores, que no privatizaría PEMEX, ni la industria eléctrica, etc. Llegó, inclusive, a afirmar que no había ninguna diferencia entre sus planteamientos de política económica con los de Cuauhtémoc Cárdenas. Mientras más directo y populista era el discurso del hombre de las botas, mayor era su cinismo y su alarde de demagogia. Entre los hechos que iniciaron el derrumbe del castillo foxista están la no aprobación por el Senado y la Cámara de Diputados de la Ley Indígena en los términos en que fue aprobada por la COCOPA y las partes en conflicto y, por lo tanto, la no solución del levantamiento en Chiapas. La torpe y autoritaria decisión de los senadores Diego Fernández de Cevallos del PAN y de Manuel Bartlet Díaz del PRI, han provocado una oleada de movilizaciones indígenas y populares en todo el país. No hay día en que no se manifiesten grupos de ciudadanos y organizaciones sociales a favor de la Ley COCOPA. El otro hecho fue el anuncio de la reforma fiscal foxista, a través de la cual termina con la exención del IVA a alimentos, medicinas, libros y colegiaturas. Este capítulo de su política hacendaria revirtió en forma contundente la popularidad del presidente al grado de que legisladores de su propio partido manifestaron su desacuerdo. Legisladores del PRD han propuesto alternativas para captar más recursos fiscales, como la aplicación de altas tasas al capital especulativo y a los bienes suntuarios, así como el cobro de impuestos atrasados a los bancos y el ataque frontal a la corrupción. Descontento popular El primero de mayo, al tiempo de que cientos de miles de trabajadores marchaban por las calles de la ciudad de México y en las principales ciudades del país, Fox tuvo que enfrentar la ira de los sindicalistas en un acto con la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), en el que esperaba convencer a los trabajadores de las bondades de su política fiscal. La respuesta obrera fue un rotundo NO a la aplicación del IVA en alimentos, medicinas y libros. Los trabajadores abuchearon a un Fox de rostro desfigurado y semblante de derrota. Varios partidos políticos, gobernadores del PRD y del PRI, legisladores, amas de casa, intelectuales y ciudadanos en general mantienen su rechazo al IVA, no obstante, Fox y su gabinete sostienen tercamente su propuesta. En abril, Fox vetó la Ley de Desarrollo Rural, aprobada por el Congreso de la Unión a fines del año pasado. Con ello, defraudó a millones de campesinos que si bien no veían en esa ley la solución a todos sus problemas, representaba al menos la posibilidad de mejorar los programas de fomento agropecuario, los sistemas de financiamiento y comercialización de sus productos en el marco de la globalización y el libre mercado. Con semejante revés, los campesinos no abrigan ninguna esperanza en que el gobierno de Fox mantenga tan sólo los programas de los gobiernos priístas, por el contrario, se prepararán contra una embestida de derecha dirigida a desarticular a las organizaciones sociales del campo y la ciudad. La movilización del magisterio es sin duda la de mayor impacto nacional, después de la caravana zapatista, pero a pesar de la fuerza y combatividad mostrada a lo largo de tres semanas de intensas movilizaciones, tanto el gobierno federal como los gobiernos estatales no han dado respuestas satisfactorias. Sólo en los estados de Guerrero y Michoacán, los maestros han levantado los paros y plantones, en la mayoría de los estados estas acciones continúan y en estados como en Oaxaca, la cerrazón gubernamental ha provocado que más de 50 mil maestros hayan iniciado paros escalonados hasta lograr una solución aceptable a sus demandas salariales. Algunas de las secciones del SNTE en movimiento, han ligado sus demandas con las de la sociedad y la población más desprotegida. Un ejemplo de ello es el acuerdo de los maestros de Michoacán que aportarán un día del incremento a su aguinaldo para que, con una aportación semejante del gobierno del estado, se entreguen uniformes escolares gratuitos a los niños de municipios en extrema pobreza. Volviendo a la situación económica, en los primeros cuatro meses del 2001, el costo financiero de la deuda pública, que incluye intereses de la deuda externa e interna, más los destinados al rescate bancario, ascendió a 60 mil 155 millones de pesos. Gracias a la venta de Banamex, el IPAB tendrá que pagar a Citigroup, nada menos de que 110 mil millones de pesos (12, 000 millones de dólares), como parte de uno de los grandes pasivos que heredó a los mexicanos el Fobaproa. Este pago del IPAB equivale, según expertos, a lo que Fox espera recaudar con la aplicación del IVA a alimentos, medicinas y libros. Los mexicanos tardaremos en pagar esta deuda más de 30 años. Si para gran parte del pueblo mexicano, el cambio ofrecido por el PAN ha resultado un fraude y una frustración, para Fox, sus sueños se volverán pesadilla cuando se encuentre por todas partes el fantasma no tan virtual del descontento popular.