La disidencia cubana como trampolín a la fama
- Opinión
Introducción
El 10 de julio, el Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, hizo público un Informe al Presidente George W. Bush, redactado por la “Comisión para la Asistencia hacia una Cuba Libre” que preside la Secretaria de Estado de Estados Unidos Condoleezza Rice, y está co presidida por el secretario de Comercio Carlos Gutiérrez, nacido en Cuba. Se trata de un segundo informe en el que trabajaron más de 100 funcionarios de 17 departamentos y agencias del gobierno (el primero fue aprobado por el Presidente Bush en el 2004).
Aunque el informe tiene como título “Asistencia hacia una Cuba Libre”, y se refiere a las medidas a tomar contra la Revolución cubana, también hace alusión a la Revolución Bolivariana, señalándola como el sustento financiero de la primera. El nombre de Venezuela aparece mencionado en nueve oportunidades. Al respecto el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela ha dicho que: “No de otra forma puede interpretarse el hecho de que, al colocar como objetivo central su planeada “transición democrática para Cuba”, destaquen a Venezuela como uno de los países que podrían obstaculizarla al señalarla como su soporte financiero “para crear redes políticas y económicas para la desestabilización de gobiernos democráticos” y otras absurdas acusaciones”.[1]
Es de conocimiento público los programas sociales y económicos de gran contenido humano e integrador entre ambos países. De ahí que cualquier “asistencia” a Cuba tenga sus efectos colaterales en Venezuela.
Entre las propuestas que presenta la mencionada Comisión, pide endurecer el bloqueo económico, fortalecer su apoyo a los grupos de oposición al interior de Cuba y rastrear el destino de exportaciones estratégicas como el níquel, cobalto y petróleo, recomienda prohibir el envío de remesas a familiares de cubanos a través de terceros países y crear un grupo de trabajo para aplicar las sanciones económicas ya existentes.
Al hacerse público este Informe, las reacciones no se hicieron esperar. Casi de forma inmediata, algunos gobiernos, grupos de solidaridad, partidos políticos, intelectuales, personalidades del mundo e inclusive algunos medios de prensa en Estados Unidos, mostraron su repudio, señalando de intervensionista y desestabilizadora la política de Washington.[2]
No pocos artículos han sido publicados en periódicos y revistas electrónicas, respondiendo al mencionado Informe.[3]
Entre las recomendaciones de la Comisión, aparece la solicitud de 80 millones de dólares, distribuidos de la siguiente manera: 31 millones de dólares para apoyar “la sociedad civil en la isla”; 10 millones para financiar los intercambios académicos y un nuevo programa de becas para que los cubanos estudien en el extranjero; 24 millones para terminar con el “bloqueo de información” del gobierno cubano, financiando la transmisión de programas anticubanos por satélite y distribuir equipos en la isla para recibir transmisiones internacionales; y 15 millones para apoyar “esfuerzos internacionales” de ayuda a los opositores. Esos opositores son los autodenominados disidentes.[4]
Surgen las preguntas: ¿Quiénes son esos disidentes? ¿Cuál es el trabajo que realizan? ¿Qué motivaciones los llevan a disentir? ¿Cuál es la conducta del disidente?
Sobre la figura del disidente cubano, los grandes medios han creado una serie de falacias[5] y han terminado invisibilizando y ocultando la realidad.[6] De ahí que sea necesario abordar ese problema -el de la disidencia-, a partir de las investigaciones y no de los discursos periodísticos.
En nuestro trabajo por responder a las interrogantes planteadas, citaremos algunos ejemplos, que nos permitirán ilustrar las afirmaciones. Aunque los casos son innumerables, evitaremos abusar de ellos.
1. Disidente: algunas consideraciones
Veamos a continuación algunas explicaciones sobre la palabra disidente, de tal manera que nos permitan formarnos un concepto más completo.
Dicho sencillamente, un disidente es el que diside. Es la persona que se separa de la común doctrina, creencia o conducta
Consiste en un desacuerdo parcial o total con el orden establecido en la sociedad o en alguno de sus ámbitos. El diccionario habla de disidir como separarse del dogma, la creencia o la conducta, poniendo así la herejía y hasta la locura como formas de disidencia.[7]
Si hacemos un acercamiento a los orígenes históricos de ese término, encontraremos que era usado muy a menudo en Inglaterra en el siglo XVII, especialmente después de la ley de Tolerancia de 1689, para denominar a los grupos que se separaron de la Iglesia de Inglaterra.[8] Durante la segunda mitad del siglo XIX, el término de disidente fue reemplazado por el de inconformista y por Hombres libres de la Iglesia.
Se observa entonces, que de alguna manera, esta expresión estaba ligada al mundo religioso -o eclesial-, en el cual existía una autoridad establecida. El disidente no aceptaba esa autoridad o las leyes de la institución.
No era ningún delito ser disidente. La persona disentía por voluntad propia; disentía porque estaba motivado por otros ideales o por otras creencias.
Visto así, la figura de un disidente puede ser hasta elogiable -¿excepto en casos de herejía o de locura?-, porque estamos ante una persona inconforme o insatisfecha y que apuesta por algo distinto (se supone mejor). El disidente, puede separarse de un grupo porque no acepta X autoridad (o leyes), y pasar a hermanarse con otro grupo -en el cual dejaría de ser disidente-, porque ahí si acepta Y autoridad (o leyes). Hay otros que disiden y no vuelven a formar parte de ningún grupo.
En opinión de Václav Havel, un disidente “no actúa en la esfera del poder real en absoluto. No está buscando el poder. No aspira a cargos oficiales ni busca votos. No trata de agradar al público, no ofrece nada ni promete nada. Puede ofrecer en todo caso sólo su pellejo, y lo ofrece en soledad porque no tiene otro modo de afirmar la verdad que sostiene. Sus acciones simplemente articulan su dignidad como ciudadano, sin importar el costo".[9]
2. Los disidentes en Cuba
Si hacemos una revisión cuidadosa del discurso escrito y oral de los grandes medios de comunicación, sobre la realidad cubana, encontraremos que los denominados opositores al gobierno, están presentes en ese discurso. Ellos son el centro de la noticia. Y son llamados por la prensa como “disidentes”.
El tema de los disidentes, pasó de ser solo un tema explotado -y vendido- periodísticamente fuera de Cuba, a ser abordado en películas, seminarios, foros, libros (inclusive novelas). Por un lado están los que defienden a los disidentes y por otro, los que se oponen a ellos. Entre los primeros, las publicaciones evidencian que, los protagonistas utilizan su experiencia individual (donde es difícil comprobar lo que afirman)[10] para narrar sus desventuras dentro de la Isla[11]. En el segundo, los textos, niegan esos sufrimientos, y explican el negocio que significa ser disidente[12]; distintos tipos de materiales y pruebas -videos, grabaciones, documentos, cartas, fax, cheques, fotos- dentro y fuera de Cuba han sido presentados sobre esta realidad[13] y no han sido desmentidos ni refutados por los aludidos (ni por el “exilio” ni por los “disidentes”).
Pero ¿qué significa ser disidente en Cuba? Veamos a continuación tres factores que caracterizan a los disidentes en la isla: el negocio, la cantidad y la calidad de sus integrantes.
2.1 El negocio de la disidencia
La disidencia es un negocio para quienes viven dentro de Cuba en calidad de “disidentes”, y para los que viven “defendiéndolos” desde afuera, especialmente desde Miami.[14] Denominarse y comportarse como disidente en Cuba, significa afiliares a algún grupo contrario al Gobierno; el nombre de la mayoría de esos grupos tiene que ver con las palabras independiente, derechos humanos, libertad y democracia.
¿En qué consiste el negocio? En que, quien se opone al Gobierno cubano, obtiene de parte de la Sección de Intereses de Norte América (SINA) en La Habana o de los grupos del “exilio” en Miami, un viaje o una recompensa económica en dólares o en especie: “Reciben algún que otro regalito, como radios portátiles con nuevas bandas, para que puedan escuchar Radio Martí, con audífonos, baterías recargables y un cargador para las baterías” ... “Sé de uno que se llevó seis, no por afán de coleccionista, sino por venderlos, porque este tipo de radios es escaso en Cuba y su precio elevado... Eso es una prueba de la honestidad de los “periodistas independientes” que le roban hasta a sus mismos protectores”.[15]
En este negocio existen los peces pequeños y los peces grandes (tiburones); los de los regalitos, son los primeros. Veamos lo que se dice de uno de los tiburones: “Martha[16] me contó que Silvia le enviaba 1000 dólares mensuales -una mentirita, porque le manda mucho más. También, que unas 10 integrantes -todas millonarias- de Mujeres Ante la Represión (MAR), la organización que dirige Silvia, estaba financiando su organización y ella no quería que se perdiera el dinero. Y este llegó como habían dicho: eran 1300 dólares”.[17]
El presidente cubano en su discurso del 17 de noviembre de 2005, en la Universidad de La Habana se refirió a los nuevos ricos en Cuba. Estos peces gordos serían parte de ese nuevo grupo.
Pero hay otro tiburón más grande, se trata de Elizardo Sánchez Santa Cruz-Pacheco[18]. Un hombre que se ha hecho rico en Cuba, gracias al negocio de la disidencia. Este personaje ha sido muy publicitado fuera de Cuba. El libro El Camaján revela que es un asalariado de la SINA y de los grupos de Miami: “Solo entre 1995 y el 2000, el personaje recibió no menos de 95 000 dólares de contribuciones y supuestas colectas públicas organizadas por sus cómplices en Miami y otros llamados “amigos”. A lo anterior se suman 23 000 dólares recibidos como parte de “premios” que le fueron conferidos, otras de las formas de financiar su actividad contrarrevolucionaria y su vida opulenta”.[19] Pero él -Sánchez- es “solidario” con sus ayudantes: “No ha dejado de estimular a sus colaboradores, a los cuales entrega un dólar diario, lo cual representa una parte irrisoria del dinero que recibe”.[20]
Los casos anteriores tienen que ver con el negocio dentro de la isla. Pero fuera de Cuba, también están los que mercantilizan con la “disidencia”. La mayoría se ha establecido en Miami, y se hacen llamar el “exilio cubano”. Sobre ese exilio, el periodista cubano Luis Ortega, emigrado en esa ciudad, dice: “Después de 40 años, los centenares de grupos de Miami siguen recaudando dinero entre los infelices inmigrantes para realizar planes disparatados... En el fondo se trata de un negocio, una industria, una manipulación. Los medios de comunicación locales son cómplices en esta farsa”.[21] Y señala a tres ex presidentes de los Estados Unidos como responsables de la creación de la mafia que se ha formado en esa ciudad: “Richard Nixon, Ronald Reagan y George Bush son los autores del manicomio de Miami y fueron los que ayudaron a enriquecerse a esta gente. Los tres fueron muy importantes en el proceso de creación de la mafia”.[22]
Llama la atención, que quien se “sacrifica” subversivamente dentro de Cuba, rara vez, ve llegar el auxilio del “exilio”. Santiago Echemendía Orsini, conspirador que participó, en planes de asesinato a los dirigentes de la Revolución cubana, estuvo preso 17 años. Al referirse a su reclusión dice: “El presidio siempre ha constituido un punto para hacer política contra la Revolución. El gobierno norteamericano no tenía interés en sacarnos porque presos podíamos ser objeto de propaganda en contra de Cuba”. Y sobre el uso que hacen los grupos de Miami de ellos -en su condición de presos-, señala: “Un motivo para recoger dinero con el pretexto de realizar campañas con las que van a lograr nuestra libertad... Hay gente en Miami que tiene interés en que los presos no sean puestos en libertad. Eso no es ningún secreto. Pues nuestra prisión se convirtió en un negocio para esos señores. Nosotros tras las rejas y ellos sacando dólares a nuestro infortunio”.[23]
Las acciones de esa mafia hacia Cuba no solo han sido el envío de dinero a los disidentes, sino también la participación en maniobras terroristas contra el pueblo cubano, sus dirigentes y sus instalaciones. Se trata de gente fanática, que quiere pasar a la historia, matando a Fidel Castro, y contra su vida han planeado ciento de atentados. Detrás de todas esas acciones ha estado la Agencia Central de Inteligencia (CIA). [24]
Alguna vez, el peruano Alvaro Vargas Llosa escribió su libro El exilio indomable, refiriéndose a los cubanos que vivían en Miami. Y no se equivocó en el título, porque en efecto se trata de gente silvestre y salvaje. Solamente se puede domar a los animales. Los del “exilio cubano”, han superado en su “ferocidad” a los animales, porque, nadie los puede domar. Más bien, sucede un fenómeno inverso; aquellos indomables, tienen hoy, domesticado al “dócil” Presidente de los Estados Unidos en su política contra Cuba. Prueba de ello, es la total protección que Washington le da al terrorista Luís Posada Carriles.
Pero no hay que confundir el ser mártir con la “ferocidad” del “exilio” en Miami. Esto de la indomabilidad tiene que ver más con la ignorancia, el odio, la ambición y el vandalismo. Sobre estos “feroces”, Luís Ortega apunta: “Usted sale por las calles de Miami a buscar un mártir y regresa a su casa desalentado. A lo sumo, lo que puede encontrar es un atorrante que por 10 dólares es capaz de meter un cóctel molotov al Centro Vasco”. [25] Esta es la gente que conforma el llamado “exilio cubano” y que celebró a sus anchas el anuncio de la intervención quirúrgica gastrointestinal al presidente Fidel Castro el 31 de julio. La cadena televisiva CNN los incitó con sus cámaras y micrófonos; esa gente se emborrachó, deseándole la muerte al gobernante cubano.[26]
Los medios que en América Latina publicitan a los disidentes cubanos, se abstienen de hablar del negocio y del vandalismo de esos exiliados. Ese exilio tiene sus propios medios, como son The Miami Herald y El Nuevo Herald. Son libelos de las voces más ultra derechistas de la mafia de Miami. Ahí escriben “intelectuales” como Carlos Alberto Montaner, Andrés Oppenheimer, Alvaro Vargas Llosa, entre otros. Todos ellos viven de la calumnia contra Cuba.
2.2 La cantidad de los disidentes
Si hablamos cuantitativamente, los disidentes son una ínfima minoría. ¿Por qué será que los interesados en esa causa, no se preocupan por precisar el número de ellos? La respuesta es simple; la cantidad no alcanzaría para seguir con el negocio. Sin embargo, la prensa hace referencia en grandes titulares a la presencia y acciones de esos grupos, exagerando el número y composición de los mismos. Quieren dar la idea de que en Cuba existe un gran movimiento y organización de fuerzas opositoras al Gobierno.
Mientras que en el extranjero esos medios hacen escándalo de alguna acción noticiosa de los disidentes, en Cuba pasan totalmente inadvertidos. Al preguntarle a la gente por algunos de los famosos (Oswaldo Payá, Beatriz Roque, Vladimiro Roca, Elizardo Sánchez, Eloy Gutiérrez Menoyo), responden que no los conocen (absolutos desconocidos). Y los que algo han escuchado de ellos, no le dan importancia.[27] Podemos comparar esto, con la noticia policial que se da en otras naciones. Muchas acciones de los disidentes son como las acciones de los delincuentes, que arrebatan cadenas y aretes en otros países. Noticia sin importancia, que no figura en ningún medio.
El escritor español Manuel Vázquez Montalbán, muy interesado en darle voz a estos sectores dice que “el total de personas movilizadas en el interior en pro de los derechos humanos no supera el millar”.[28] Porcentualmente sería el 0.009% de la población total.
Aunque los medios se refieren a los disidentes, definiéndolos como grupos (asociaciones de personas con sus juntas directivas), en realidad son grupúsculos (grupos pequeños). Pedro Serrano Urra (agente que trabajó para la Seguridad del Estado) dice: “En realidad los grupos “opositores” no llegan ni a grupo. Imagínate que yo era el coordinador del municipio de Pinar del Río del Consejo Unitario de Trabajadores y, a la vez, el delegado de la provincia. Éramos cinco o seis personas en el Consejo Unitario”.[29] Y Néstor Baguer, decano de los periodistas cubanos, que también se infiltró en eso grupos (“capacitando a los periodistas independientes”) señala: “en la disidencia dos personas forman un grupo, tres un partido político y cuatro una multitud”[30].
Más lapidariamente todavía, leemos: “Según las listas que se manejan en el exterior, en Cuba existen grupúsculos conformados hasta por una persona, pero con nombres muy pomposos: Comité internacional de apoyo a la democracia Abraham Lincoln; Fraternidad de hombres de negocios del evangelio negado. En 1992 se aseguraba la existencia de sesenta y cinco; en enero de 1998, última vez que revisamos, el número ha había aumentado a trescientos sesenta, o sea, aparentemente surgieron doscientos noventa y cinco en cinco años. Lo que da, más o menos, la producción de un grupúsculo cada seis días.”[31]
2.3 La calidad de los disidentes
Desde que se inició este negocio de la disidencia, quienes han integrado esos grupúsculos han sido gente de variadas condiciones sociales, educativas y profesionales. Pero ha preponderado en todos ellos la misma conducta: sumisión incondicional a los propósitos del gobierno de los Estados Unidos. Esto contradice la independencia que dicen tener.
Es difícil que gente -profesional- con una gran preparación universitaria, consciente de los beneficios sociales que la Revolución le ha dado y de las limitaciones por efectos del bloqueo, se enrole en acciones criminales contra su patria. Una cosa es estar disconforme con la situación del país, y otra, muy distinta organizar la subversión contra la nación y a favor de la potencia enemiga.
Muchas de las personas que participan en esos grupos, carecen de educación superior. Y los que poseen alguna, han hecho de la difamación a su patria un negocio. Una vez que logran salir de Cuba, la atacan férreamente. De lo contrario no tendrían de qué vivir. Sin embargo, varios de los que viajan ilusionados con el edén miamense, se topan con una cruda realidad porque: “Miami dejó de ser el paraíso prometido para los que salen de Cuba... Miles y miles son aquellos que por cuatro dólares y cincuenta centavos la hora se rompen la espalda en las fábricas. Cantidad de dinero que solo alcanza para sobrevivir”.[32] Otros se ven en la necesidad de trabajar un promedio de dieciocho horas diarias para sobrevivir, acompañados para siempre de una nostalgia por su patria que traicionaron difamándola.
Se estimula y premia a los que disienten y a los que atentan contra el gobierno y contra sus programas sociales. La salida de Cuba rumbo a Miami, de esos disidentes, es publicitada por la prensa. Es gente que viaja ilegalmente, acogiéndose a la Ley de Ajuste Cubano impuesto por los Estados Unidos. Esta Ley le da derecho a cualquier ciudadano cubano al pisar tierra estadounidense recibir de inmediato residencia y ayuda económica, más derecho a trabajar, pudiendo exigir la ciudadanía a los tres años, sin importar que para llegar a Estados Unidos haya cometido crímenes en Cuba. Ese privilegio no le es otorgado a ningún otro ser humano que llegue ilegalmente.
La publicidad habla de ellos como perseguidos políticos o luchadores por la libertad. ¿Por qué llamarles perseguidos políticos a quienes cometen secuestros y atentados terroristas? En cualquier país del mundo existen leyes que sancionan duramente ese tipo de acciones. Esa gente nada tiene que ver con la política: “utilizan la situación política, pero no suelen ser activistas políticos. Usted analiza la motivación de muchos secuestradores y se encuentra gente con antecedentes penales en casi todos los casos … Es de ese tipo de gente que no trabaja, que vive de actividades antisociales; en fin, tienen el lugar ideal para eso. Son aventureros”.[33]
En La Habana misma, los responsables de la SINA, son los que animan, organizan y premian a esa gente. El periodista Baguer escribió un relato sucedido en casa de Vicky Huddleston -una de las funcionarias de la Oficina de Intereses-, que retrata de cuerpo entero a los amigos de los enemigos de la Revolución cubana (dime con quién andas y te diré quién eres): “sólo por molestarse por las críticas de Vicky antes sus comportamientos vulgares a la hora de ir a la mesa, varios de ellos fueron hasta el baño y se orinaron en el piso y Vicky se molestó muchísimo”[34].
El hecho de subvertir contra el país donde se nace (que le otorga beneficios sociales) y a favor de la potencia enemiga, ya es cuestionable. En ese afán, vemos por un lado, la conducta de los secuestradores y por otro, el comportamiento vulgar de los que merodean las oficinas de la SINA y que pagan con orines en el piso las regañadas de sus jefes. ¿Qué prensa de las que apoyan a esos disidentes publica estas cosas? ¿En cuál de esos medios se habla de la estatura moral de esa gente?
Y cuando alguno de esos disidentes tiene el oficio de escribir o hacer poesía, entonces la prensa los llama periodistas independientes. Estos cuando son detenidos, por participar en actos contra la seguridad del país, entonces los grandes medios acusan al Gobierno cubano de represivo. Nunca se dice que esas detenciones obedecen a sus actos. Ese es el caso de Raúl Rivero, de quien afirman que es un “gran poeta”. Pero él nunca fue detenido por los versos que escribió, sino por sus acciones a favor de la agresión de Estados Unidos contra Cuba. Sobre esto de “gran poeta”, vale la pena tomar en cuenta lo que dice Fidel Castro: “Habría que definir, incluso, ¿qué es un “gran poeta”? Si un gran poeta puede ser alguien que esté divorciado de la ética, que esté divorciado de la patria, que viva del dinero de los que bloquean a su país, de los que quieren matar de hambre a su país, de los que fraguan planes para destruirlo, entonces, puede haber alguien que técnicamente organice y elabore palabras pero para mí nunca será un gran poeta. Para mí un gran poeta es José Martí, que da su vida; Antonio Machado, García Lorca, Miguel Hernández, aquellos que murieron acosados o fusilados por el fascismo, porque hace falta algo más que bellas palabras y armoniosas frases”.[35]
3. Tipología de los disidentes
Si pudiéramos hacer una breve tipología de la disidencia cubana tendríamos la siguiente:
3.1. El que se hace pasar por periodista independiente. En los últimos años ha aparecido en Cuba una gran cantidad de periodistas, sin siquiera haber estudiado periodismo. Inclusive han creado la Asociación de Periodistas Independientes de Cuba (APIC). Todo esto porque existe de parte de las “agencias de prensa” en Miami una gran demanda de reportajes sobre la situación cubana, que ha hecho que muchos cubanos se vuelvan periodistas. Estos informes son los que se difunden por decenas de emisoras radiales de Miami, tratando de penetrar en el espacio cubano[36]. Surge la pregunta: ¿Si estos “periodistas independientes” sirven a los intereses de la SINA y a los grupos de Miami, entonces, en dónde radica su independencia?
3.2. El que se hace pasar por defensor de los derechos humanos. Si ha habido algo de lo que más se le ha acusado al Gobierno de Cuba ha sido sobre la situación de los derechos humanos. Si se comparara los logros alcanzados en esta materia en Cuba con cualquier otro país del continente, no es poca la diferencia que la isla lleva. Aún así, existen en Cuba personajes disidentes que asumen la defensa de los derechos humanos. Cuando el poder mediático, tiene como punto de partida, el supuesto de que en Cuba se violan los derechos humanos, entonces los disidentes defensores, adquieren notoriedad.
3.3. El que recibe premios internacionales. Los casos más conocidos son los de Oswaldo Payá (2002) y las Damas de Blanco (2005). Ambos han recibido el premio Andrei Sájarov que otorga el Parlamento Europeo cada año a aquellas personalidades u organizaciones que se distinguen en la defensa de los derechos humanos, así como en acciones dirigidas a la salvaguarda de los valores y dignidades de cualquier sociedad. El premio es algo así como el “Trampolín a la fama”, porque los beneficiados se convierten luego en “figuras internacionales”. El Parlamento Europeo “ignora” las acciones que estas personas realizan en contubernio con las autoridades de la SINA y en contra de Cuba.
Llama la atención que, si el Parlamento Europeo están tratando de reconocer la lucha por la dignidad de cualquier sociedad, ¿por qué hasta ahora no ha tomado ninguna medida de acción frente a Estados Unidos y en favor de los Cinco cubanos presos en las cárceles de Estados Unidos desde 1998, por luchar contra el terrorismo a favor no solo del pueblo cubano, sino también del pueblo estadounidense?
3.4. El que prefiere quedarse en Cuba “disintiendo” porque prefiere ser cabeza de ratón (en Cuba) antes que cola de león (en Miami). Viviendo en Cuba puede recibir dólares o euros desde la SINA, Miami o Madrid y desarrollar una vida cómoda. Aún así, no tiene que incomodarse ni él ni su familia, porque los beneficios sociales que otorga la Revolución a todos los cubanos sin excepción las seguirán recibiendo[37].
4. Algunas reflexiones finales
4.1. ¿De qué disienten?
Preguntémonos ¿de qué disienten los disidentes en Cuba? ¿Disienten del marxismo leninismo? ¿Disiente del pensamiento martiano? ¿Disienten del pensamiento guevariano? ¿Disienten del ejemplo de Martí, de Antonio Maceo, de Guevara? ¿Disiente de qué? ¿Disiente de la salud, de la educación y de la cultura en Cuba? ¿Disienten de la solidaridad que Cuba tiene con el mundo?
Como vimos al principio, ser disidente no era ningún delito. El disidente no aceptaba la autoridad o las leyes de la institución. Eran personas inconformes, que apostaban por algo distinto (se supone mejor). La persona disentía por voluntad propia; disentía porque estaba motivado por otros ideales o por otras creencias. Una actitud así era loable
Pero en Cuba, ¿los disidentes pueden probar que no cometen delitos? ‘No aceptan la autoridad y las leyes cubanas’, pero gozan de todos los favores que el gobierno otorga a los cubanos. Está bien, tienen la libertad de estar insatisfechos (propio del ser humano), pero ¿qué es ese “algo mejor” a lo que apuestan? ¿A la propuesta de la “Comisión para la Asistencia hacia una Cuba Libre”? O sea, refundar a Cuba, para que vuelva a ser dominada por los Estados Unidos.
¿Acaso ellos disienten por voluntad propia? Es sabido que lo hacen porque son manipulados, motivados y premiados por la SINA y por los grupos de Miami. ¿Qué respondería la gente en Cuba si se les preguntara qué opinan de los disidentes? ¿Los elogiarían? Mientras la prensa comercial hizo un escándalo por el arresto de los disidentes (marzo de 2003) y de los secuestradores (abril de 2003), la mayor parte del pueblo cubano exigió castigos severos contra ellos. De esto, ningún medio informó nada.
4.2. El desprestigio de la prensa
Cada vez más, la prensa invierte grandes espacios para publicitar a los “sacrificados disidentes”, tratando de invisibilizar así la realidad de los hechos. La Revolución cubana, su presidente y la “oposición” son siempre temas comercializados por estos medios. Para captar la atención de la gente y vender, recurren a esos titulares. Pero sus artículos, reportajes e informes son calumniosos y no se ajustan a los hechos.[38]
La “Comisión para la Asistencia hacia una Cuba Libre”, propone en su Informe la aprobación de “24 millones para terminar con el “bloqueo de información” del gobierno cubano, financiando la transmisión de programas anticubanos por satélite”. El bloqueo de la información, lo experimentan, quienes leen o escuchan esos medios. La gente que depende de esos medios, desconoce el gran negocio que significa la disidencia. El financiamiento que ahora, la Comisión propone que reciban, demuestra que la disidencia no es independiente.
4.3. El papel de los intelectuales y de los turistas
Aunque el intelectual y el turista no son antagónicos, sucede lo siguiente: mientras los catapultados como intelectuales por la prensa, tienen una visión tergiversada sobre los disidentes, los turistas que visitan Cuba obtienen una perspectiva distinta. Los primeros, sin siquiera visitar la Isla -desde Miami o Madrid-, satanizan el proceso cubano (todo es malo) y ensalzan a los opositores. Los turistas en cambio regresan de Cuba, admirados de su cultura, sus valores, su resistencia, su patriotismo y sus logros sociales; al informarse y experimentar las consecuencias del bloqueo, maldicen la política de Washington hacia la isla, y terminan sumándose -en sus países- a los comités de solidaridad con Cuba.
Hay algunos periodistas que son presentados como intelectuales; conducen algunos programas televisivos o radiales y son directores de periódicos. Se esperaría que por aprecio a su formación académica, apego a la ética profesional y autoestima propia, se apartaran de las falacias y asumieran el papel de informantes o generaran debate a partir de hechos reales y no inventados. Se desprestigian ellos y desprestigian a sus empresas. Hoy con la “maravilla” de la Internet, difícilmente pueden seguir teniendo el monopolio de la verdad; los internautas o cibernautas acceden a revistas y foros en la web con información de buen nivel que desmienten sus versiones.
4.3. Una apuesta al abismo del dinero
Terminemos. Pareciera que la “Comisión para la Asistencia hacia una Cuba Libre” hubiera estado integrada por algún representante de los disidentes cubanos: Proponen que se les apruebe la cifra de 80 millones de dólares por dos años.
La política de Washington hacia Cuba es ciega; no ve o no quiere ver que, el asunto de los disidentes es un negocio. No ha habido hasta ahora ningún resultado efectivo, sino más bien, la Seguridad del Estado de Cuba, los ha penetrado, obtenido información y organizado actividades. Son vulnerables. La Seguridad y el pueblo cubano vigilan y defienden su país. Los disidentes poseen una conducta inmoral; carecen de ética y no poseen mística.
Washington no admite que apostar por los disidentes es “tirar palos de ciego”. Esa disidencia cubana está dividida y enfrentada (sus jefes de la SINA son testigos de los conflictos que hay en sus oficinas por los premios, visas y dinero). Cada uno de los que encabeza un grupo quiere ser el futuro presidente de Cuba, aunque en su barrio, sean completos desconocidos por sus vecinos. Las reacciones de los cabecillas de grupos disidentes en Cuba ante la propuesta de la “Comisión para la Asistencia hacia una Cuba Libre”, refleja la confusión, diferencias, dependencias, falsa independencia y servilismo de los mismos.[39]
Miriam Leyva, miembro del movimiento Damas de Blanco expresó: “Estados Unidos no debe inmiscuirse en la solución de los problemas internos de Cuba”.
Elizardo Sánchez de la Comisión de Derechos Humanos comentó: “Otro ejemplo de las iniciativas de Washington respecto a Cuba que tienen más bien un efecto contraproducente y llevan agua al molino del régimen totalitario, en cuanto a que le da armas para la propaganda”.
Vladimiro Roca del Movimiento Todos Unidos dijo: “El Gobierno cubano nos está diciendo desde hace mucho tiempo que somos mercenarios, quiere que aquí no llegue dinero a la oposición y no le voy a seguir la cuerda. Que manden toda la ayuda, siempre y cuando sea incondicional”.
Laura Pollán del movimiento Damas de Blanco opinó: “Estoy de acuerdo con esa ayuda, pero sin condiciones, porque la situación debemos resolverla entre cubanos. Nunca vamos a estar de acuerdo conque nadie nos imponga nada porque queremos una solución democrática y soberana de los cubanos”.
Martha Beatriz Roque de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil expuso: “Estados Unidos tiene todo el derecho de hacer ese documento. Estamos muy agradecidos a todos los que quieran apoyarnos y ayudarnos en este empeño”.
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[1] Comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, Caracas, 12 de Julio de 2006.
[2] Ricardo Alarcón (Presidente de la Asamblea Nacional Popular de Cuba) dijo: “Bush consiguió algo que es el sueño de cualquier político norteamericano: unir al más amplio frente, desde la izquierda hasta la derecha. Solo que esta vez coincidían para criticarlo a él y su endemoniado Plan”, en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=34337
[3] Puede verse en la web lo publicado en: www.rebelion.org
[4] Más adelante discutiremos la acepción de esta palabra.
[5] El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba impide también acceder a la información y publicaciones sobre este tema. Inclusive para los simpatizantes del proceso revolucionario cubano, el asunto de los “disidentes” es poco conocido. El control ideológico de la dictadura mediática al servicio del gobierno de los Estados Unidos es avasallador sobre este asunto.
[6] La alusión a grandes medios, no es por la calidad de sus contenidos, sino por la cantidad de sus ventas; se trata de medios masivos comerciales, cuyo principal objetivo es vender, no importando si para ello, haya que falsear los hechos.
[7] Diccionario de la Real Academia de la lengua española.
[8] John Locke: Carta sobre la Tolerancia. Documento. s/f.
[9] Http://www.eldisidente.com/ Václav Havel, quien fuera presidente de Checoslovaquia (1993 - 2003), ha expresado en más de una ocasión su respaldo a los disidentes cubanos: "El movimiento disidente de Cuba surge desde abajo, desde la propia sociedad civil. Se trata de opositores pacíficos que buscan cambios democráticos".
[10] ¿Cómo dar crédito a esos testimonios? Además, sus publicaciones dependen del financiamiento de grupos abiertamente opuestos a la Revolución cubana. El dicho: “quien pone la orquesta, manda en la fiesta” parece cumplirse.
[11] Dos ejemplos son Reinaldo Arenas: Antes que anochezca y Guillermo Cabrera Infante: La Habana para un infante difunto.
[12] Un ejemplo es el libro de los periodistas Calvo Ospina, Hernando y Declercq, Katlijn ¿Di$identes o mercenarios? Colombiano y belga respectivamente.
[13] Inclusive el documental del cineasta estadounidense Oliver Stone: Mirando como Fidel. Oliver Stone sienta en una mesa a Fidel Castro, contribuye a develar la realidad de estas figuras.
[14] La mayor defensa es promovida en esa ciudad, pero la traspasa. Puede verse en la prensa de cualquier país. En España, durante el gobierno de José María Aznar, la ciudad de Madrid y el periódico El País, se convirtieron en espacios para difamar y agredir a la Revolución cubana y defender a los disidentes.
[15] Néstor Baguer: Secretos desde el Malecón Habanero, p.104.
[16] Se refiere a Martha Beatriz Roque, presidenta de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil. Es de las más incondicionales a la política de Washington hacia Cuba. Se ha manifestado públicamente a favor de una invasión militar estadounidense a la Isla.
[17] Rosa Miriam Elizalde y Luís Báez: “Los Disidentes”,p. 36. Silvia Iriondo, es una cubana que radica en Miami; estuvo muy comprometida con el secuestro del niño cubano Elián González en 1999.
[18] “La verdadera historia de Elizardo Sánchez, la política, podría decirse que comienza en 1959, cuando se convirtió en militante del Partido Socialista Popular y ferviente defensor de la Revolución. Ya en 1962 era funcionario de Relaciones Exteriores, donde ocupó diferentes cargos hasta 1966, cuando un curso intensivo lo transformó en profesor de Filosofía Marxista de la Universidad de La Habana. Dos años después causaría baja de la Universidad, según compañeros de entonces, por el peso de la autosuficiencia, la ambición personal y el resentimiento manifiesto hacia el resto de la cátedra. Elisoviet le llamaban con ironía algunos de sus contemporáneos por la intoxicación de ultraizquierdismo y el vínculo con la sectaria “microfracción” que en su momento lo llevaron a acusar a los principales líderes de la Revolución de formar “una elite pequeño-burguesa que ponía en riesgo el rumbo socialista del proceso revolucionario”” en Arleen Rodríguez y Lázaro Barredo: El Camaján, p. 9.
[19] Ibid, p. 27.
[20] Ibid, p. 26.
[21] Luis Báez: Miami, donde el tiempo se detuvo, p.35.
[22] Ibid, p. 48.
[23] Luis Báez: El mérito es estar vivo, p. 99.
[24] Cf. Percy Francisco Alvarado Godoy: Reflexiones de un antiterrorista.
[25] Luis Báez: Miami…, op. cit., p. 105.
[26] Véase Abner Barrera “Orgía en el manicomio” en Semanario Universidad No 1679.
[27] “Estos mismo dirigentes nunca se han pronunciado en público en Cuba, ni siquiera delante de algunas decenas de personas. En una calle, fuera de su barrio, nadie los reconoce... Su existencia es ante todo un argumento para efectuar presiones internacionales sobre Cuba, objeto de interés para los reporteros extranjeros. Como nadie les hace caso en la Isla, ellos trabajan sobre todo para la exportación”, en: ¿Di$identes o mercenarios? p. 116.
[28] Manuel Vázquez Montalbán: Y Dios entró en La Habana, p. 292.
[29] Rosa Miriam Elizalde y Luis Baez: “Los Disidentes”, p. 97.
[30] Néstor Baguer: Secretos desde…, op. cit., p.109.
[31] Calvo Ospina, Hernando y Declercq, Katlijn, op. cit. p. 115.
[32] Ibid., p. 44.
[33] Ignacio Ramonet: Cien Horas con Fidel, p.472.
[34] Néstor Baguer, op. cit., p. 110. Baguer comenta: “Yo pienso que, los norteamericanos sabían bien la catadura moral de estas personas, la incultura y la falta de educación y normas de urbanidad, pero como no tienen otras, se ven obligadas a mantenerlos” p. 110-111.
[35] Ignacio Ramonet: Cien Horas con Fidel, p.456.
[36] Es conocido el alto costo económico asumido por la Casa Blanca, para mantener en el aire las señales de la denominada Radio Martí y de la prácticamente invisible TV Martí, sin lograr la atención de los cubanos hacia esos medios. Cf. Omar Pérez Salomón: Agresión al espacio radioeléctrico de Cuba.
[37] “Todos esos llamados disidentes no van a Miami a que los curen allí. Si por un dólar pueden comprar cien litros de leche dentro de ciertos límites, con cien dólares en este país adquirirían 2,500 pesos, y si no pagan vivienda, si no pagan impuestos por ser dueños de la vivienda, si lo que se paga de alquiler aquí es simbólico...si reciben sus hijos gratuitamente los mejores servicios educacionales del mundo, excelentes servicios de salud; si sus hijos tienen garantizada la vida, un altísimo nivel de supervivencia, cualquier tratamiento médico, aunque sea una operación cardiaca, a corazón abierto o cirugía cardiovascular, que puede costar 50 mil dólares, o un trasplante de corazón que puede costar 100 mil, o de hígado o de riñón. Jamás se le ha preguntado a nadie si es revolucionario, si simpatiza o no, si es disidente o no”, en Cien Horas con Fidel, p. 432.
[38] Un ejemplo en Costa Rica es La Nación, principal periódico comercial del país. Cuyos artículos y editoriales están reñidos con los hechos históricos y los valores éticos. Es un medio, en el que adquieren fama, hablando contra la Revolución cubana, algunos “intelectuales”.
[39] “División en disidencia cubana ante plan de EE.UU.” en La República (periódico) de Costa Rica. Estas declaraciones aparecieron en los medios escritos y televisados de muchos países.
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