El Cortijo presiona por demolición del Estado
21/09/2006
- Opinión
El mayor obstáculo a la mundialización del capital -fenómeno también identificado como globalización corporativa o "globocolonización"- deriva de la existencia de estados nacionales, con sus inherentes sistemas de protección. Para vulnerar tales sistemas, la oligarquía planetaria no se ha dado abasto en desmontar la institucionalidad de los países periféricos.
El caso ecuatoriano
Desde hace un cuarto de siglo, el capital financiero internacional y sus peones criollos, a pretexto de impulsar el Progreso y el Crecimiento (con mayúsculas), han venido desmantelando la institucionalidad defensiva del país con el socorrido argumento de favorecer el flujo de inversiones metropolitanas. Para ello, han debilitado o eliminado las tarifas arancelarias y paraarancelarias, los controles del tipo de cambio, los regímenes diferenciales a la inversión externa, la legislación sobre expropiaciones y nacionalizaciones, las empresas públicas, la protección laboral.
Esta saga de acciones liberales dieciochescas busca, sobre todo, socavar al Estado en su condición de pieza estratégica para un proyecto genuinamente nacional y democrático, como el que actualmente impulsan Hugo Chávez en Venezuela y el aymara Evo Morales en Bolivia.
Como se recordará, cuando Alfredo Palacio juró la presidencia lo hizo comprometiéndose a detener "el plan siniestro de desinstitucionalización de la República" que venían empujando Lucio Gutiérrez y la embajadora Kristie Kenney. Con el fin de revertir esa política, se comprometió a "refundar el país" con el expediente de la democracia directa, para lo cual anticipó la convocatoria a una Asamblea Constituyente de inspiración "forajida", oferta que iría diluyéndose al ritmo de su subordinación a los designios de la oligarquía patricial que comanda desde El Cortijo (1) el caudillo socialcristiano León Febres Cordero. El viraje explica el reiterado respaldo del sucesor de Gutiérrez al Proyecto de Ley Orgánica del Sistema Autonómico, la famosa "Ley Nebot-Moncayo", denominación que alude al protagonismo en la formulación de esa normativa por parte de los alcaldes de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi (delfín de Febres), y de Quito, Paco Moncayo, alineado con la "Izquierda" Democrática.
Para la Casa Blanca, la presión por el fraccionamiento de los estados como el ecuatoriano, aparte de mantener en vigor la vieja divisa romana del divide et impera, tiene el sentido de facilitar el "engullimiento" por los conglomerados yanquis de los recursos de distinto orden de las zonas periféricas y fomentar su endeudamiento. Expuesto en otros términos, la meta de la potencia es radicalizar el "modelo de acumulación por desposesión" (Samir Amin), ese capitalismo de rapiña que en tiempos recientes ha desembocado en el desmembramiento de Yugoslavia y en la ocupación militar de Afganistán e Irak. Y que, en su proyección al área andina, busca el desgajamiento del departamento petrolero venezolano del Zulia, ha colocado al filo de la "balcanización" a Bolivia por obra de la Operación Camba y al Ecuador al borde de la implosión política, administrativa y territorial. Amén de la imposición de TLCs recolonizadores a Perú y Colombia, nación esta última ya incorporada también al Plan Puebla Panamá.
El discurso secesionista
Para las mafias político-empresariales nativas, el "modelo autonómico" tiene el soporte de sus ambiciones por participar de los dividendos y comisiones que generaría la subasta de un desarticulado Ecuador, así como la captación de los despojos del denostado "Estado centralista". La fuga neoliberal de los oligarcas costeños y serranos no repara en detalles. Business are business.
A efecto de alcanzar tales fines, los socialcristianos y sus comparsas han venido apelando a los argumentos más subjetivos que se pueda imaginar.
En una entrevista publicada en la revista Vanguardia (Febrero/marzo del 2006), el burgomaestre porteño defendió su nuevo proyecto antinacional -no se tiene que olvidar que uno anterior, el del Impuesto a la Circulación de Capitales, coadyuvó a un éxodo masivo de recursos financieros al exterior, al "crack" bancario de 1999 endosado al Fisco en un monto superior a los 8 mil millones de dólares y a la pérdida de la soberanía monetaria- ¬fundamentándolo en sofismas como los siguientes: "Los alcaldes y prefectos estamos conscientes de que la autonomía es un proceso y que la primera gran victoria es instaurarlo ... No todos los municipios y prefecturas irán hacia las autonomías. No todos los que vayan irán a pedir todas las competencias. No todos los que pidan competencias, las pedirán totales. Entonces, hay que armar las cosas al revés ... La ley (propuesta) tiene mucha flexibilidad, mucha libertad, mucha creatividad, mucha voluntariedad. Si usted no quiere entrar no entra. Quiere entrar parcialmente, entra. Quiere entrar totalmente, entra ... Es una ley que siempre tendrá que ser perfectible. España lleva 30 años en esto y lo más importante de la autonomía se está dando en este momento ... Antes la autonomía era vista ... como un asunto regionalista, separatista. Ahora hay un concepto suprapartidista y suprapolítico sobre las autonomías ... Lamentablemente no puede ser una reforma de última generación porque el país está partiendo de un Estado anacrónico e inservible. Llegar a donde estamos llegando, llegar unidos, civilizadamente, llegar la Sierra y la Costa, llegar con miembros de partidos políticos variados, ya es bastante dentro del caos disolvente que usted está observando todos los días en todo".
Una apoteosis del ideologismo. Anunciar la eventual aprobación del proyecto como una "gran victoria", equivale a saludar la liquidación del proyecto histórico de raigambre bolivariana por el que vivieron y murieron personajes tan disímiles como Rocafuerte, García Moreno, Eloy Alfaro, Isidro Ayora, los militares de 1972, Jaime Roldós ... El modus operandi previsto para la asunción de funciones y competencias no puede ser más discrecional y antitécnico, y solo puede asegurar la institucionalización del despilfarro de recursos fiscales y el pandemonio financiero y administrativo. Y es que, conforme apunta el propio dirigente, se trata de "armar las cosas al revés", solamente que esa metodología supone una concesión al empirismo, es decir, un retorno a la "edad de piedra" de la razón. Hasta donde entendemos los profanos en materia jurídica, la ley se justifica cuando manda, prohíbe o permite explícitamente; resulta insólito un cuerpo normativo con "mucha flexibilidad, mucha libertad, mucha creatividad, mucha voluntariedad". De otro lado, tomar como ejemplo a España para demostrar la bondad de las autonomías aparece como una aberración: pese a sustentarse en nacionalidades largamente conformadas, la experiencia autonómica ibérica da cuenta de la marcha del Estado español a una ineluctable disolución, conforme lo reconocía hace poco el propio Carlos Alberto Montaner. En cuanto a que las autonomías no comportan un asunto "regionalista, separatista", habría que recordarle al exaltado Nebot que la más reciente eclosión de las demandas autonómicas fue precisamente la encabezada por él, a comienzos del año pasado, con sus huestes coreando al unísono la consigna "Guayaquil Independiente". Su afirmación de que el régimen de autonomías presupone un concepto "suprapartidista y suprapolítico", es algo que nunca podremos -ni querremos- entender. Finalmente, en cuanto a que la propuesta nace como necesaria alternativa a un "Estado anacrónico e inservible" y al "caos disolvente" generalizado, habría que recordarle que esas patologías son reales, únicamente que son imputables al fracaso de la dominación oligárquico-dependiente que ha prevalecido desde la fundación del Estado ecuatoriano en 1830.
A fechas más recientes, el mismo abogado declaraba: "Hemos definido a la autonomía como libertad para decidir, justicia para recibir, creatividad para progresar. Un país tiene una bandera, una constitución, leyes macro, pero yo puedo tener una visión de determinado tipo y otro alcalde, otra visión. Y ni a nosotros nos van a arrastrar donde no queremos ir ni querremos arrastrar a nadie. Eso garantiza la unidad, por eso la voluntariedad del proyecto". (El Comercio, 24 de junio del 2006). Sin contar la pobre contribución al pensamiento filosófico-político que se deriva de tales enunciados, cabe destacar que esos juicios pretendidamente libertarios, en primer término, no nos remiten a los clásicos de la Ilustración… y en realidad a ninguna parte que no sea la deconstrucción de la soberanía residual del Estado ecuatoriano y al caos organizado. De otro lado, alguna claridad sobre sus conceptos y planteamientos habría brotado si, cuando habla de “nosotros”, habría especificado que asume la palabra en nombre de los acomodados residentes de Urdesa o, alternativamente, de los cientos de miles de náufragos del Progreso que gimen en Los Guasmos, puesto que en política y en economía no hay sitio para la neutralidad.
Elecciones y conspiraciones
El malestar del pueblo ecuatoriano con la perversa institucionalidad montada por los sectores monopólicos, especialmente bajo la cobertura de la Constitución neoliberal de 1998, se refleja sobre todo en su apatía de cara a los Comicios 2006 del cercano 15 de octubre, cuando se votará para titular del Ejecutivo y la renovación de diputados y autoridades seccionales.
Particularmente la designación de congresistas ha concitado el resentimiento de la sociedad, tanto por los intentos reeleccionistas de una alta proporción de los actuales tribunos, como por la postulación por los partidos tradicionales de figuras de la amplia reserva lumpenburguesa, del mundo del espectáculo o efímeros ídolos del deporte.
Dialécticamente, sin embargo, ese malestar ha venido catapultando una campaña por el voto nulo para congresistas y el planteamiento de la convocatoria de una Asamblea Constituyente refundacional por parte del próximo inquilino de Carondelet.
Abocado a este imprevisto escenario, el socialcristianismo se habría decidido a activar un plan orientado a implantar el régimen autonómico de marras “con ley o sin ley”.
Dicho plan tendría dos facetas: la diurna y la nocturna. A la luz pública, los capos del PSC fueron hace poco anfitriones de los participantes en un Foro Regional de Autonomías, un cónclave que contó con la presencia de delegados de Bolivia, Venezuela, Guatemala y Ecuador. El encuentro fue inaugurado por el interino Palacio horas antes de un extraño viaje al militarmente intervenido y ultraaperturista Haití. El evento culminó su agenda creando la Confederación Internacional por la Libertad y la Autonomía, cuya titularidad recayó en Carlos Dabdoub, delegado de la prefectura del separatista departamento boliviano de Santa Cruz. El comarcano Nebot clausuró el Foro reiterando su voluntad de lograr la autonomía para la “Hong Kong ecuatoriana” por cualquier medio, a la par que dio un ultimátum (que vence el próximo 9 de octubre, fecha efemérica del puerto) para que el cardiólogo-presidente tramite ante el Congreso la aprobación del inconstitucional estatuto autonómico.
Conforme anotamos, este orden de acciones diurnas ha tenido su complemento conspirativo clandestino. ¿A qué aludimos?
Conforme a una reciente nota periodística: “De fuentes cercanas a El Cortijo, se reveló la existencia de un plan, ideado por la embajada de los Estados Unidos y la oligarquía vendepatria, para enfrentar la actual tendencia del pueblo ecuatoriano a rechazar a la partidocracia, votando nulo en las elecciones y con ello forzar a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que podría recuperar para el pueblo la propiedad de sus recursos naturales y declarar ilegales las concesiones hechas en provecho de la oligarquía y las empresas transnacionales. El plan consiste, en primer lugar, en apurar la aprobación por parte del actual Congreso antipatria, de la Ley Orgánica de Autonomías, y la inmediata puesta en vigencia con una apresurada publicación en el Registro Oficial, por parte del Presidente Alfredo Palacio, quien además, dictará enseguida el Reglamento para la aplicación de la Ley… En segundo lugar, y una vez que, luego de las elecciones, hubieran alcanzado mayoría los partidos de la derecha, tanto en el Congreso como en aquellos Gobiernos Seccionales donde siempre han dominado, estos últimos se declararán Gobiernos Autónomos y asumirán, incluso de facto, las competencias que les convengan, incluyendo la explotación de los recursos naturales, contando con la aprobación de los actuales Contralor y Procurador del Estado, obedientes al PSC, que el nuevo Congreso no se pondrá de acuerdo para sustituirlos. Si se diera el caso de que el Presidente elegido sea partidario de convocar a una Asamblea Constituyente, el Congreso… se apresurará en declarar inconstitucional una convocatoria en ese sentido. Aprovechando esta discusión, que será agigantada y deslegitimada por los grandes medios, los Gobiernos Autónomos recién constituidos, convocarán en sus respectivas jurisdicciones a sendas elecciones, para integrar los Parlamentos Autonómicos, con presencia exclusiva de la partidocracia, con la vigente ley de elecciones. Con este procedimiento se garantiza que la convocatoria a una Asamblea Constituyente, jamás pueda hacerse realidad, y además, que la nación quede desmembrada y dividida en Gobiernos Autónomos, respaldados por los Estados Unidos, que terminarán por convertirse en bocados más digeribles para el imperio”. (www.ecuador.indymedia.org/es/2006/09/16211.shtml)
Desafío “camba” versus nacionalismo
En un contexto de renacimiento del espíritu "forajido" que, en su primera emergencia el 2005, dio al traste con la administración cipaya de Gutiérrez, los reseñados complots habrían incidido, en gran medida, para volcar el tablero de los Comicios 2006 a favor del presidenciable antisistema Rafael Correa, quien, según los últimos sondeos, se distancia cada vez más de los candidatos del establecimiento: León Roldós, postulado por la ID, y Chyntia la Bella, del PSC. Huelga señalar que estos últimos son proclives al cierre del TLC y el IIRSA con Estados Unidos, a convertir a la Base de Manta en una mercancía para asegurar la continuidad de la vigencia del ATPDEA y, por cierto, a impulsar la conversión del Ecuador en un "Estado fallido" con la aprobación del tantas veces referido estatuto autonómico.
¿La Patria suave de Benjamín Carrión devendrá una constelación de microestados corporativizados y fascistoides? ¿A dónde inclinará circunstancialmente la balanza el hamletiano Palacio? ¿Acaso desconoce que la principal característica de los estados nacionales es su “terquedad” histórica? ¿Se afianzará el monroísmo o el bolivarianismo? -
René Báez, Premio Nacional de Economía y miembro de la International Writers Association.
(1) NDLR El Cortigo es la residencia situada en Guayquil del influyente dirigente del Partido Social Cistiano León Febres Cordero, ex presidnete del Ecuador (1984- 1988).
El caso ecuatoriano
Desde hace un cuarto de siglo, el capital financiero internacional y sus peones criollos, a pretexto de impulsar el Progreso y el Crecimiento (con mayúsculas), han venido desmantelando la institucionalidad defensiva del país con el socorrido argumento de favorecer el flujo de inversiones metropolitanas. Para ello, han debilitado o eliminado las tarifas arancelarias y paraarancelarias, los controles del tipo de cambio, los regímenes diferenciales a la inversión externa, la legislación sobre expropiaciones y nacionalizaciones, las empresas públicas, la protección laboral.
Esta saga de acciones liberales dieciochescas busca, sobre todo, socavar al Estado en su condición de pieza estratégica para un proyecto genuinamente nacional y democrático, como el que actualmente impulsan Hugo Chávez en Venezuela y el aymara Evo Morales en Bolivia.
Como se recordará, cuando Alfredo Palacio juró la presidencia lo hizo comprometiéndose a detener "el plan siniestro de desinstitucionalización de la República" que venían empujando Lucio Gutiérrez y la embajadora Kristie Kenney. Con el fin de revertir esa política, se comprometió a "refundar el país" con el expediente de la democracia directa, para lo cual anticipó la convocatoria a una Asamblea Constituyente de inspiración "forajida", oferta que iría diluyéndose al ritmo de su subordinación a los designios de la oligarquía patricial que comanda desde El Cortijo (1) el caudillo socialcristiano León Febres Cordero. El viraje explica el reiterado respaldo del sucesor de Gutiérrez al Proyecto de Ley Orgánica del Sistema Autonómico, la famosa "Ley Nebot-Moncayo", denominación que alude al protagonismo en la formulación de esa normativa por parte de los alcaldes de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi (delfín de Febres), y de Quito, Paco Moncayo, alineado con la "Izquierda" Democrática.
Para la Casa Blanca, la presión por el fraccionamiento de los estados como el ecuatoriano, aparte de mantener en vigor la vieja divisa romana del divide et impera, tiene el sentido de facilitar el "engullimiento" por los conglomerados yanquis de los recursos de distinto orden de las zonas periféricas y fomentar su endeudamiento. Expuesto en otros términos, la meta de la potencia es radicalizar el "modelo de acumulación por desposesión" (Samir Amin), ese capitalismo de rapiña que en tiempos recientes ha desembocado en el desmembramiento de Yugoslavia y en la ocupación militar de Afganistán e Irak. Y que, en su proyección al área andina, busca el desgajamiento del departamento petrolero venezolano del Zulia, ha colocado al filo de la "balcanización" a Bolivia por obra de la Operación Camba y al Ecuador al borde de la implosión política, administrativa y territorial. Amén de la imposición de TLCs recolonizadores a Perú y Colombia, nación esta última ya incorporada también al Plan Puebla Panamá.
El discurso secesionista
Para las mafias político-empresariales nativas, el "modelo autonómico" tiene el soporte de sus ambiciones por participar de los dividendos y comisiones que generaría la subasta de un desarticulado Ecuador, así como la captación de los despojos del denostado "Estado centralista". La fuga neoliberal de los oligarcas costeños y serranos no repara en detalles. Business are business.
A efecto de alcanzar tales fines, los socialcristianos y sus comparsas han venido apelando a los argumentos más subjetivos que se pueda imaginar.
En una entrevista publicada en la revista Vanguardia (Febrero/marzo del 2006), el burgomaestre porteño defendió su nuevo proyecto antinacional -no se tiene que olvidar que uno anterior, el del Impuesto a la Circulación de Capitales, coadyuvó a un éxodo masivo de recursos financieros al exterior, al "crack" bancario de 1999 endosado al Fisco en un monto superior a los 8 mil millones de dólares y a la pérdida de la soberanía monetaria- ¬fundamentándolo en sofismas como los siguientes: "Los alcaldes y prefectos estamos conscientes de que la autonomía es un proceso y que la primera gran victoria es instaurarlo ... No todos los municipios y prefecturas irán hacia las autonomías. No todos los que vayan irán a pedir todas las competencias. No todos los que pidan competencias, las pedirán totales. Entonces, hay que armar las cosas al revés ... La ley (propuesta) tiene mucha flexibilidad, mucha libertad, mucha creatividad, mucha voluntariedad. Si usted no quiere entrar no entra. Quiere entrar parcialmente, entra. Quiere entrar totalmente, entra ... Es una ley que siempre tendrá que ser perfectible. España lleva 30 años en esto y lo más importante de la autonomía se está dando en este momento ... Antes la autonomía era vista ... como un asunto regionalista, separatista. Ahora hay un concepto suprapartidista y suprapolítico sobre las autonomías ... Lamentablemente no puede ser una reforma de última generación porque el país está partiendo de un Estado anacrónico e inservible. Llegar a donde estamos llegando, llegar unidos, civilizadamente, llegar la Sierra y la Costa, llegar con miembros de partidos políticos variados, ya es bastante dentro del caos disolvente que usted está observando todos los días en todo".
Una apoteosis del ideologismo. Anunciar la eventual aprobación del proyecto como una "gran victoria", equivale a saludar la liquidación del proyecto histórico de raigambre bolivariana por el que vivieron y murieron personajes tan disímiles como Rocafuerte, García Moreno, Eloy Alfaro, Isidro Ayora, los militares de 1972, Jaime Roldós ... El modus operandi previsto para la asunción de funciones y competencias no puede ser más discrecional y antitécnico, y solo puede asegurar la institucionalización del despilfarro de recursos fiscales y el pandemonio financiero y administrativo. Y es que, conforme apunta el propio dirigente, se trata de "armar las cosas al revés", solamente que esa metodología supone una concesión al empirismo, es decir, un retorno a la "edad de piedra" de la razón. Hasta donde entendemos los profanos en materia jurídica, la ley se justifica cuando manda, prohíbe o permite explícitamente; resulta insólito un cuerpo normativo con "mucha flexibilidad, mucha libertad, mucha creatividad, mucha voluntariedad". De otro lado, tomar como ejemplo a España para demostrar la bondad de las autonomías aparece como una aberración: pese a sustentarse en nacionalidades largamente conformadas, la experiencia autonómica ibérica da cuenta de la marcha del Estado español a una ineluctable disolución, conforme lo reconocía hace poco el propio Carlos Alberto Montaner. En cuanto a que las autonomías no comportan un asunto "regionalista, separatista", habría que recordarle al exaltado Nebot que la más reciente eclosión de las demandas autonómicas fue precisamente la encabezada por él, a comienzos del año pasado, con sus huestes coreando al unísono la consigna "Guayaquil Independiente". Su afirmación de que el régimen de autonomías presupone un concepto "suprapartidista y suprapolítico", es algo que nunca podremos -ni querremos- entender. Finalmente, en cuanto a que la propuesta nace como necesaria alternativa a un "Estado anacrónico e inservible" y al "caos disolvente" generalizado, habría que recordarle que esas patologías son reales, únicamente que son imputables al fracaso de la dominación oligárquico-dependiente que ha prevalecido desde la fundación del Estado ecuatoriano en 1830.
A fechas más recientes, el mismo abogado declaraba: "Hemos definido a la autonomía como libertad para decidir, justicia para recibir, creatividad para progresar. Un país tiene una bandera, una constitución, leyes macro, pero yo puedo tener una visión de determinado tipo y otro alcalde, otra visión. Y ni a nosotros nos van a arrastrar donde no queremos ir ni querremos arrastrar a nadie. Eso garantiza la unidad, por eso la voluntariedad del proyecto". (El Comercio, 24 de junio del 2006). Sin contar la pobre contribución al pensamiento filosófico-político que se deriva de tales enunciados, cabe destacar que esos juicios pretendidamente libertarios, en primer término, no nos remiten a los clásicos de la Ilustración… y en realidad a ninguna parte que no sea la deconstrucción de la soberanía residual del Estado ecuatoriano y al caos organizado. De otro lado, alguna claridad sobre sus conceptos y planteamientos habría brotado si, cuando habla de “nosotros”, habría especificado que asume la palabra en nombre de los acomodados residentes de Urdesa o, alternativamente, de los cientos de miles de náufragos del Progreso que gimen en Los Guasmos, puesto que en política y en economía no hay sitio para la neutralidad.
Elecciones y conspiraciones
El malestar del pueblo ecuatoriano con la perversa institucionalidad montada por los sectores monopólicos, especialmente bajo la cobertura de la Constitución neoliberal de 1998, se refleja sobre todo en su apatía de cara a los Comicios 2006 del cercano 15 de octubre, cuando se votará para titular del Ejecutivo y la renovación de diputados y autoridades seccionales.
Particularmente la designación de congresistas ha concitado el resentimiento de la sociedad, tanto por los intentos reeleccionistas de una alta proporción de los actuales tribunos, como por la postulación por los partidos tradicionales de figuras de la amplia reserva lumpenburguesa, del mundo del espectáculo o efímeros ídolos del deporte.
Dialécticamente, sin embargo, ese malestar ha venido catapultando una campaña por el voto nulo para congresistas y el planteamiento de la convocatoria de una Asamblea Constituyente refundacional por parte del próximo inquilino de Carondelet.
Abocado a este imprevisto escenario, el socialcristianismo se habría decidido a activar un plan orientado a implantar el régimen autonómico de marras “con ley o sin ley”.
Dicho plan tendría dos facetas: la diurna y la nocturna. A la luz pública, los capos del PSC fueron hace poco anfitriones de los participantes en un Foro Regional de Autonomías, un cónclave que contó con la presencia de delegados de Bolivia, Venezuela, Guatemala y Ecuador. El encuentro fue inaugurado por el interino Palacio horas antes de un extraño viaje al militarmente intervenido y ultraaperturista Haití. El evento culminó su agenda creando la Confederación Internacional por la Libertad y la Autonomía, cuya titularidad recayó en Carlos Dabdoub, delegado de la prefectura del separatista departamento boliviano de Santa Cruz. El comarcano Nebot clausuró el Foro reiterando su voluntad de lograr la autonomía para la “Hong Kong ecuatoriana” por cualquier medio, a la par que dio un ultimátum (que vence el próximo 9 de octubre, fecha efemérica del puerto) para que el cardiólogo-presidente tramite ante el Congreso la aprobación del inconstitucional estatuto autonómico.
Conforme anotamos, este orden de acciones diurnas ha tenido su complemento conspirativo clandestino. ¿A qué aludimos?
Conforme a una reciente nota periodística: “De fuentes cercanas a El Cortijo, se reveló la existencia de un plan, ideado por la embajada de los Estados Unidos y la oligarquía vendepatria, para enfrentar la actual tendencia del pueblo ecuatoriano a rechazar a la partidocracia, votando nulo en las elecciones y con ello forzar a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que podría recuperar para el pueblo la propiedad de sus recursos naturales y declarar ilegales las concesiones hechas en provecho de la oligarquía y las empresas transnacionales. El plan consiste, en primer lugar, en apurar la aprobación por parte del actual Congreso antipatria, de la Ley Orgánica de Autonomías, y la inmediata puesta en vigencia con una apresurada publicación en el Registro Oficial, por parte del Presidente Alfredo Palacio, quien además, dictará enseguida el Reglamento para la aplicación de la Ley… En segundo lugar, y una vez que, luego de las elecciones, hubieran alcanzado mayoría los partidos de la derecha, tanto en el Congreso como en aquellos Gobiernos Seccionales donde siempre han dominado, estos últimos se declararán Gobiernos Autónomos y asumirán, incluso de facto, las competencias que les convengan, incluyendo la explotación de los recursos naturales, contando con la aprobación de los actuales Contralor y Procurador del Estado, obedientes al PSC, que el nuevo Congreso no se pondrá de acuerdo para sustituirlos. Si se diera el caso de que el Presidente elegido sea partidario de convocar a una Asamblea Constituyente, el Congreso… se apresurará en declarar inconstitucional una convocatoria en ese sentido. Aprovechando esta discusión, que será agigantada y deslegitimada por los grandes medios, los Gobiernos Autónomos recién constituidos, convocarán en sus respectivas jurisdicciones a sendas elecciones, para integrar los Parlamentos Autonómicos, con presencia exclusiva de la partidocracia, con la vigente ley de elecciones. Con este procedimiento se garantiza que la convocatoria a una Asamblea Constituyente, jamás pueda hacerse realidad, y además, que la nación quede desmembrada y dividida en Gobiernos Autónomos, respaldados por los Estados Unidos, que terminarán por convertirse en bocados más digeribles para el imperio”. (www.ecuador.indymedia.org/es/2006/09/16211.shtml)
Desafío “camba” versus nacionalismo
En un contexto de renacimiento del espíritu "forajido" que, en su primera emergencia el 2005, dio al traste con la administración cipaya de Gutiérrez, los reseñados complots habrían incidido, en gran medida, para volcar el tablero de los Comicios 2006 a favor del presidenciable antisistema Rafael Correa, quien, según los últimos sondeos, se distancia cada vez más de los candidatos del establecimiento: León Roldós, postulado por la ID, y Chyntia la Bella, del PSC. Huelga señalar que estos últimos son proclives al cierre del TLC y el IIRSA con Estados Unidos, a convertir a la Base de Manta en una mercancía para asegurar la continuidad de la vigencia del ATPDEA y, por cierto, a impulsar la conversión del Ecuador en un "Estado fallido" con la aprobación del tantas veces referido estatuto autonómico.
¿La Patria suave de Benjamín Carrión devendrá una constelación de microestados corporativizados y fascistoides? ¿A dónde inclinará circunstancialmente la balanza el hamletiano Palacio? ¿Acaso desconoce que la principal característica de los estados nacionales es su “terquedad” histórica? ¿Se afianzará el monroísmo o el bolivarianismo? -
René Báez, Premio Nacional de Economía y miembro de la International Writers Association.
(1) NDLR El Cortigo es la residencia situada en Guayquil del influyente dirigente del Partido Social Cistiano León Febres Cordero, ex presidnete del Ecuador (1984- 1988).
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