Doce muertos

23/10/2006
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Ciento cincuenta cinco días de conflicto en el estado de Oaxaca con doce muertos, con la última víctima Alejandro López López sacrificado desde el jueves en el pueblo de San Agustín Loxicha, municipio de la Sierra del Sur; con una economía históricamente decadente y que se desploma aún más con la situación actual; cerradas las puertas al turismo, que es la principal fuente de ingresos, y con una descomposición social aguzada por algunos funcionarios que actúan al viejo estilo político con la compra de conciencias para desbaratar el movimiento social, todo es confusión y nadie asume su compromiso.

Engreído el desgobernador Ulises Ruiz Ortiz, después de que el Senado de la República, no obstante que reconoce que existe ingobernabilidad en la entidad, no se atrevió a desaparecer los poderes, nuevamente se presenta como un perdonavidas caciquil del siglo XIX.

El problema se agrava porque ya no hay interlocutor válido con el gobierno. Enrique Rueda, el líder de la Sección 22 del Magisterio, que detonó el movimiento, es señalado por la gran mayoría de sus agremiados y por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca APPO, como traidor por alterar las cifras de la votación del regreso a clases.

Todos en el país y más allá de las fronteras sabemos que al estilo de las elecciones, no todas afortunadamente, se alteran los votos y eso fue lo que al parecer hizo Enrique Rueda y sus operadores, pues en la Asamblea magisterial no cuadraron las cifras y se descubrió el fraude, manejado según se afirma desde las entrañas del poder federal y desde el liderazgo nacional de los mentores cuya cabeza bien visible es la maestra, Elba Esther Gordillo.

En este asunto lo que irrita es la actitud de vil chantaje de cierta ala del Partido Revolucionario Institucional, que sin importarles que se convirtieron de la primera fuerza política en la tercera, ahora se asumen como el fiel de la balanza.

Sin recato alguno exigen el respeto a Ulises Ruiz, que no lo ha tenido con nadie y mucho menos con la gente más desheredada del sufrido estado de Oaxaca, y en ese tenor afirman que la caída de su congénere puede conducir irremediablemente a cerrarle al panista Felipe Calderón Hinojosa la asunción a la Presidencia de la República.

Aquí se advierte una debilidad acusadora tanto del gobierno de Vicente Fox Quesada como del equipo de transición de Calderón Hinojosa. ¿Qué temen? sería la pregunta inmediata. Si están seguros de la institucionalidad del triunfo del panista, no hay porque dudar y actuar en consecuencia.

Los interesados en atizar la permanencia del conflicto insisten en que su solución es complicada. Nosotros no lo creemos, es tan fácil como mandar al cesto de la basura el caciquillo del sur, Ulises Ruiz. Sin embargo, como la Ley lo indica, en caso de renuncia prevé un gobernador que tiene que convocar a elecciones, y por las circunstancias actuales las perdería el PRI Prefieren alargar el conflicto sin importarles los muertos, la desgracia del pueblo de Oaxaca y los niños sin clases.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.
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