Estimular las luchas sociales y construir un nuevo proyecto para el país

Los Sin Tierra y las elecciones

03/11/2006
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  • Opinión
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Pasado el proceso electoral ,escrutados los votos y conocidos los  vencedores y los perdedores en las  urnas, llega el  momento de hacer un balance y mirar para el futuro .Más importante que  contabilizar el número de parlamentarios y de gobiernos progresistas electos  se hace necesario realizar un esfuerzo para analizar la situación , conquistas y desafíos para el periodo próximo.
Hace tiempo señalábamos que la izquierda iba a participar de forma dividida  y fragil a estas elecciones .Las causas son innumerables, y deben ser profundizadas y mejor debatidas en los próximos meses .  Mientras tanto merecen destacarse dos elementos: la decepción con el gobierno de Lula, incapaz de romper con una política neoliberal  desarrollada por los gobiernos anteriores, y la forma  con que  algunos sectores  de la izquierda copiaron la forma burguesa de hacer política,  lo que resultó en una serie de denuncias de casos de corrupción y de prácticas electoreras. 

Ante este cuadro,  la gran cuestión era cómo nos  posicionaríamos y cómo saldriamos de este proceso electoral .
 Para nosotras y nosotras, para el  MST, se consolidó la decisión de que deberiamos garantizar, al final de esta travesía, nuestra unidad política y nuestra autonomía frente a los partidos políticos y a los gobiernos.
La primera vuelta.
La campaña electoral fue completamente despolitizada, no hubo disputas por proyectos políticos y los partidos de izquierda demostraron que no poseen estrategias organizativas, ideológicas y politicas. El gobierno de Lula, convencido de que ganaría  en primera vuelta  priorizó la divulgación de sus políticas asitencialistas   y estableció un amplio arco de alianzas de izquierda a derecha .Como resultado la militancia social no fue convocada, y los movimientos populares se sintieron de lado en la disputa electoral.
Diversos sectores  de la izquierda  y de los movimientos sociales hace tiempo que analizamos que hay un agotamiento  de la democracia del Estado burgués, que restringe la participación  popular únicamente para los períodos electorales .
Para esas fuerzas políticas , que no desconsideran  el proceso electoral, la prioridad  es  aumentar los niveles de organización y consciencia  de la población y promover la lucha social . Elementos que son esenciales para alterar la correlación de fuerzas con la burguesía,  promover los cambios y crear mecanismos concretos  de participación  popular directa en las decisiones legislativas y en el ejecutivo . Por eso , señalamos, que la reforma politica no puede quedarse en cambios puntuales,   sino al contrario tener por ebjetivo principal  garantizar al pueblo el ejercicio del poder. 
La estrategia de reelección del gobierno de  Lula, demostrada por la coordinación de su campaña, excluyó los debates sobre proyectos estratégicos para el  país  y la defensa de los intereses de clase  . Este hecho, sumado al caso de la tentativa de compra de votos, ayudó a la apatía  de la  militancia y de las fuerzas  populares que querían  politizar la campaña. Por otro lado, la derecha  usó sin ningún escrúpulo , toda su    fuerza en los medios de comunicación para aglutinarse en torno a la  candidatura de Geraldo Alckmin (PSDB) y con eso consiguieron llevar las elecciones a segunda vuelta  y dar energía a diversas candidaturas de derecha en los estados  .
la segunda vuelta.
En la segunda vuelta consideramos, junto con otros movimientos sociales, reunidos en la  Coordenação dos Movimentos Sociais (CMS)  y en la  Via Campesina Brasil, que era posible en ese  momento promover un verdadero debate de ideas, proyectos políticos  y de lucha de clases.   Que era preciso impedir  que las fuerzas políticas reunidas en torno a la  candidatura de Alckmin salieron victoriosas de esas elecciones. No compartiamos la idea  de que las dos  candidaturas eran  iguales  e indiferentes.
Había intereses de clase  divergentes detrás  de cada candidatura.  Como mínimo la vcitória de Lula representaría, simbólicamente, la victória de la clase trabajadora,   el mantenimiento de alianzas en  América Latina con gobiernos  progresistas  y el respeto a los movimientos sociales . Este nuevo  posicionamiento  en el  proceso electoral  hizo que nos implicaramos en la campaña por la reelección de Lula .   Lo que no significaba desconsiderar los errores y las   fragilidades cometidas en el  primer mandato. Entre ellos, la ausencia de un proyecto claro que enfrente los problemas estructurales del pueblo, como  l a realización  de la Reforma Agrária.
Ademá
s de  buscar la politización de la elección presidencial  y de evidenciar que, independiente del  gobierno Lula, estábamos en una disputa de clases, consideramos que el segundo turno de las elecciones  podrían servir para potenciar  la participación  de los movimientos populares, buscando mayor unidad  en torno a la  idea de la construcción  de un  proyecto popular para el país.  Es innegable que hubo aciertos y victorias en esa decisión.  La mayoría de los movimientos sociales se implicaron en las discusiones de la campaña en segunda vuelta . Pero todo eso sin ilusiones, y con la convicción  cada vez mayor de que las transformaciones  vendrán dadas por las acciones de la propia sociedad .
 De ahí la necesidad  de los movimientos  populares de mantener su  autonomia, elaboración  teórica y  capacidad de mobilización.
El nuevo mandato
Asegurado un nuevo mandato el gobierno Lula, es  hora de cobrar y  exigir los  cambios políticos que atiendan los intereses del pueblo. El  Presidente, en  sus primeros  pronunciamientos tras la reelección  destacó la necesidad de  promover el desarrollo económico asociado con medidas de distribución  de la riqueza  y la renta  .
Esa afirmación no puede restringirse al entusiasmo  de quíen  derrotó electoralmente a la burguesia. Es  preciso que eso se transforme en acciones concretas . Eso exige una ruptura con la política  económica neoliberal   y. por encima de todo, un  enfrentamiento con l os poderosos intereses de los que monopolizam las tierras (rurales y  urbanas), las comunicaciones y el  sistema financiero.
Se hace necesario también un compromiso  para que se fortalezca la integración solidaria de los países  latino-americanos, de forma  que se contraponga con la mentalidad  colonizada de la elite brasileira y hacer frente al  imperialismo estadunidense. Así debemos  cobrar  todavía más al gobierno reelecto, con la retirada inmediata de las  tropas militares brasileiras en  Haiti  y la implementación de una  política de ayuda solidária al pueblo de Haití. 
La  reforma política es necesaria , pero para atender los intereses de la población y no de los políticos.   Crear nuevos  mecanismos de participación , implementar asambleas y concejos , ordenamiento participativo,  plebiscitos y  referendos populares.
Estos son desafíos que le corresponden al gobierno reelecto  . Pero también son desafíos de las fuerzas sociales que quieren construir un país con base en la democracia, en la justicia social, en la  soberania  y la  defensa del  medio ambiente.
Desde el  MST  y  otros movimientos sociales seguimos con  nuestro  papel de contribuir para elevar el nível de conscienciay e organización del pueblo  brasileiro. Estimular las luchas sociales para construir fuerzas  unitárias alrededor de un  nuevo proyecto de país : este es el trabajo que tenemos en frente!

Secretaria Nacional do MST
3 de novembro de 2006

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