La herencia
07/11/2006
- Opinión
El encono social parece ser que será la herencia grave y última que dejará el presidente Vicente Fox Quesada a su sucesor, Felipe Calderón Hinojosa. Mientras el país se ve envuelto en una serie de conflictos y fenómenos sociales preocupantes, el mandatario saliente se dedica a pasear en un cursi y, por consecuencia, cuestionable periplo de despedida.
En Oaxaca se agudiza el problema, como la megamarcha que sumó a contingentes de otras entidades, y que no cambia la exigencia fundamental: la salida del desgobernador, Ulises Ruíz; en la capital de la república se hacen estallar bombas en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en el Partido revolucionario Institucional y en un banco; la Comisión nacional del ramo informa que el foxismo descuidó los derechos humanos en el país; decenas protestan en Catedral para exigirle al cardenal arzobispo no intervenga en los asuntos políticos; el crimen organizado ajusticia cientos de personas, y el narcopoder asesina, secuestra y amedrenta a los periodistas. Lo más grave, todo esto se da en el entorno de las más descabellada y aberrante impunidad.
El asunto de Oaxaca se está saliendo de cauce, por lo que se quiera: por la ineptitud del gobierno federal, por la arrogancia del desgobernador, Ulises Ruíz, por el chantaje de un priísmo que no aprende de las derrotas y de un panismo que no sabe o no acierta a desligarse del antiguo régimen. Con el petate del muerto de que si cae Ulises, se puede caer Calderón o de plano con el amago de que se amontonarán con los perredistas, es decir le echarán montón al michoacano para evitar que tome posesión, traen asustadísimos a los panistas tanto del gobierno saliente como del gobierno entrante. Todavía no aprenden los azules que cuando el poder les da un grito a los tricolores éstos bajan la cerviz y se vuelven obedientes.
Las bombas, y lo vamos a saber con el tiempo, es otra maniobra burda de las fuerzas más oscuras para culpar a los movimientos sociales como el de la Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca, además la APPO, cuya causa ya es conocida y apoyada no sólo en el país, sino por muchos conglomerados afines del mundo. Las repercusiones de los enfrentamientos de Oaxaca son materia en los medios extranjeros, pero a nadie le importa el descrédito con tal de seguir apoyando al déspota despreciado por el pueblo.
Al fin el pueblo católico se armó de valor el cual al ver pisoteada la ley que nos legara el benemérito Benito Juárez, fue hasta la propia Catedral Metropolitana para exigirle al cardenal arzobispo, Norberto Rivera Carrera, el mismo que aplaudió la entrada de la fuerza publica en Oaxaca, que no intervenga en asuntos políticos porque le está prohibido por nuestra propia Constitución.
Grave en verdad la denuncia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la cual asevera con balances documentados, que los seis años de foxismo descuidó tan vital derecho. La gestión del presidente Vicente Fox se caracterizó por actitudes descuidadas y poco inteligentes en materia de derechos humanos, dice el organismo que encabeza el doctor José Luis Soberanes Fernández.
Las ejecuciones entre el crimen organizado suman más de 2 mil en el foxismo, y qué decir de los atentados a periodistas, 26 asesinatos, 4 desapariciones forzosas y cientos de agresiones en estos 6 años de impunidad.
Esta es la sucinta herencia del foxismo; sin embargo la pareja presidencial no tiene empacho en realizar un cuestionable por cursi y opulento periplo de despedida por varios países. Así se gasta el dinero del empobrecido pueblo mexicano.
- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.
En Oaxaca se agudiza el problema, como la megamarcha que sumó a contingentes de otras entidades, y que no cambia la exigencia fundamental: la salida del desgobernador, Ulises Ruíz; en la capital de la república se hacen estallar bombas en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en el Partido revolucionario Institucional y en un banco; la Comisión nacional del ramo informa que el foxismo descuidó los derechos humanos en el país; decenas protestan en Catedral para exigirle al cardenal arzobispo no intervenga en los asuntos políticos; el crimen organizado ajusticia cientos de personas, y el narcopoder asesina, secuestra y amedrenta a los periodistas. Lo más grave, todo esto se da en el entorno de las más descabellada y aberrante impunidad.
El asunto de Oaxaca se está saliendo de cauce, por lo que se quiera: por la ineptitud del gobierno federal, por la arrogancia del desgobernador, Ulises Ruíz, por el chantaje de un priísmo que no aprende de las derrotas y de un panismo que no sabe o no acierta a desligarse del antiguo régimen. Con el petate del muerto de que si cae Ulises, se puede caer Calderón o de plano con el amago de que se amontonarán con los perredistas, es decir le echarán montón al michoacano para evitar que tome posesión, traen asustadísimos a los panistas tanto del gobierno saliente como del gobierno entrante. Todavía no aprenden los azules que cuando el poder les da un grito a los tricolores éstos bajan la cerviz y se vuelven obedientes.
Las bombas, y lo vamos a saber con el tiempo, es otra maniobra burda de las fuerzas más oscuras para culpar a los movimientos sociales como el de la Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca, además la APPO, cuya causa ya es conocida y apoyada no sólo en el país, sino por muchos conglomerados afines del mundo. Las repercusiones de los enfrentamientos de Oaxaca son materia en los medios extranjeros, pero a nadie le importa el descrédito con tal de seguir apoyando al déspota despreciado por el pueblo.
Al fin el pueblo católico se armó de valor el cual al ver pisoteada la ley que nos legara el benemérito Benito Juárez, fue hasta la propia Catedral Metropolitana para exigirle al cardenal arzobispo, Norberto Rivera Carrera, el mismo que aplaudió la entrada de la fuerza publica en Oaxaca, que no intervenga en asuntos políticos porque le está prohibido por nuestra propia Constitución.
Grave en verdad la denuncia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la cual asevera con balances documentados, que los seis años de foxismo descuidó tan vital derecho. La gestión del presidente Vicente Fox se caracterizó por actitudes descuidadas y poco inteligentes en materia de derechos humanos, dice el organismo que encabeza el doctor José Luis Soberanes Fernández.
Las ejecuciones entre el crimen organizado suman más de 2 mil en el foxismo, y qué decir de los atentados a periodistas, 26 asesinatos, 4 desapariciones forzosas y cientos de agresiones en estos 6 años de impunidad.
Esta es la sucinta herencia del foxismo; sin embargo la pareja presidencial no tiene empacho en realizar un cuestionable por cursi y opulento periplo de despedida por varios países. Así se gasta el dinero del empobrecido pueblo mexicano.
- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.
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