Crece la ola de las izquierdas en América Latina
28/11/2006
- Opinión
El clarísimo triunfo de Rafael Correa Delgado, de Alianza País, en las elecciones de segunda vuelta en Ecuador, más allá de las diferencias entre las distintas visiones, acciones de gobierno y matices ideológicos, confirma el avance de las expresiones de izquierdas en la región, a la que ya había sumado el triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional, en Nicaragua.
En estas elecciones del Ecuador, puede ser igualmente válido celebrar el triunfo de la opción de izquierdas (que escrutadas más del 85% de las mesas tiene una ventaja superior al 17%), que alegrarse por la derrota de Álvaro Noboa, que llegó a votar en su Mercedes en Guayaquil, y ante las cámaras y cientos de seguidores recitó unos versículos de la Biblia, en los que proclamaba su victoria y aseguró que había sido una víctima de “una guerra sucia venida del Diablo”. Uno de los hombres más ricos de Ecuador, dedicado al emblemático cultivo del banano, entre otros negocios, que para nuestros países provoca recuerdos de imperialismo, imposición, explotación y subdesarrollo; pero especialmente porque Noboa había anunciado a quien quisiera escucharle, y afortunadamente no fueron muchos, que una de sus primeras acciones sería aislar a Ecuador y romper relaciones con los gobiernos de Venezuela y Cuba.
Inmediatamente después de hacerse oficial su triunfo, el economista Rafael Correa convocó a una conferencia de prensa, en la que habló de “…el triunfo de la esperanza…” y parafraseando las consignas que identifican al Foro Social Mundial y al movimiento progresista del mundo, dijo que construir una patria libre y mejor es posible. Correa expresó: "Jamás nuestra lucha ha sido por enviar a un hombre a la Presidencia de la República, fue por recuperar la patria, crear esa patria altiva y soberana de justicia social, de educación, salud, trabajo, vivienda para todos"
Ha sido evidente que esta vez el recurso del miedo no funcionó en Ecuador, utilizado por las derechas con el acostumbrado caballito de batalla del chavismo, y el pueblo le dijo masivamente no a la derecha oligárquica.
Correa realizó una campaña muy particular, acompañado de su candidato a la Vicepresidencia de la República, Lenin Moreno, originario de la amazonía, discapacitado que se moviliza en una silla de ruedas, abordo de la que realizó una incansable campaña. Moreno es una persona querida y respetada por amplios sectores sociales, pero especialmente los marginados del Ecuador.
Rafael Correa y Lenin Moreno rechazaron la actitud burocrática e inconsecuente de la clase política tradicional, se pronunciaron por el saneamiento del sistema político, por la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, e incluso no postularon candidatos a diputados. Sin embargo esta situación, podría ser uno de los principales retos a vencer por su Gobierno, ya que no cuentan con ningún diputado en el Congreso.
El programa que Correa ofreció al pueblo ecuatoriano, estuvo lleno de los planteamientos que caracterizan a una opción de izquierda, casi en cualquier parte del mundo. Por supuesto en contra de la presencia de tropas norteamericanas en la base de Manta, presencia que pone a Ecuador en una posición difícil, porque están esas tropas están destinadas a participar en el Plan Colombia, con el contubernio de Álvaro Uribe.
El Gobierno de Correa y Alianza País se plantea promover la redistribución de las ganancias que produce el petróleo ecuatoriano, para evitar la salida masiva de ecuatorianos pobres que deben sufrir un verdadero calvario en su aventura hacia Estados Unidos, los que con vergonzosa frecuencia han sido detenidos o devueltos a Guatemala, desde el norte, en donde han recibido malos tratos.
Por supuesto Rafael Correa hace eco de la demanda de movimiento popular ecuatoriano, en contra de la firma del Tratado de Libre Comercio de Ecuador con Estados Unidos; y busca generar condiciones para superar la pobreza y mejorar el nivel de vida de la población, por medio de utilizar los recursos petrolíferos, el crédito y asistencia técnica para el campo y promover la industria nacional.
Correa se ha expresado, abiertamente, a favor de sumarse al esfuerzo que se está generando en el sur de América para promover la integración latinoamericana. Afirmó que el pueblo ecuatoriano ha votado a favor de la búsqueda de la dignidad, la soberanía nacional y la justicia.
Al nada más anunciarse su triunfo Rafael Correa y Lenin Moreno han reivindicado los postulados políticos que promovieron en toda la campaña. Han reiterado la necesidad de la Asamblea Nacional Constituyente y anunciado el “fin de la noche neoliberal” y calificado su el resultado: “este es el triunfo de un pueblo y de quienes derrotaron a los millones de dólares…”
Correa anunció el reingreso de Ecuador a la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo, OPEP (de donde nunca debió salir); y en su primera declaración que debe haber provocado más de alguna indigestión en Washington, Correa anunció que “Obedeciendo a la política internacional del Ecuador no declararemos terroristas a las FARC, pues eso sería involucrarnos en el Plan Colombia. Dialogaré con el presidente Uribe porque es parte del contexto latinoamericano."
Ecuador, igual que Bolivia pero en circunstancias muy diferentes, viene de una inestabilidad permanente, con cuatro gobiernos seguidos que no han logrado cumplir su mandato en diez años. Por lo pronto Correa ya anunció una parte de su gabinete de Gobierno. El Ministro de Gobierno será Gustavo Larrea, que dirigió su campaña y es un dirigente de izquierda, experto en derechos humanos. El Ministro de Energía será Alberto Acosta, que ha criticado fuertemente la dolarización, aunque Correa anunció que la mantendrá, y un partidario de declarar la moratoria de la deuda externa será el Ministro de Economía, Ricardo Patiño, ex subsecretario de Economía. En la presidencia de la estratégica empresa estatal Petroecuador estará Carlos Pareja Yanuzzelli, que dirigió el proceso de ruptura del contrato con la transnacional estadounidense Occidental, Oxy, y la expropiación de todos sus bienes; lo que provocó una severa crisis y el rompimiento de las negociaciones de un TLC con Washington.
Hasta ahora el Gobierno de Estados Unidos se ha mostrado cauto y con una buena dosis de resignación desde el lunes anunció que mantendrá relaciones de respeto con cualquiera que ganara las elecciones; todos sabemos la relatividad de esas afirmaciones.
Todas las esperanzas por la estabilidad y el inicio del desarrollo en Ecuador están puestas en el gobierno izquierdista de Rafael Correa y Lenin Moreno, por el bien de su pueblo, el éxito es lo que todos les deseamos.
- Enrique Álvarez - Director de Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
En estas elecciones del Ecuador, puede ser igualmente válido celebrar el triunfo de la opción de izquierdas (que escrutadas más del 85% de las mesas tiene una ventaja superior al 17%), que alegrarse por la derrota de Álvaro Noboa, que llegó a votar en su Mercedes en Guayaquil, y ante las cámaras y cientos de seguidores recitó unos versículos de la Biblia, en los que proclamaba su victoria y aseguró que había sido una víctima de “una guerra sucia venida del Diablo”. Uno de los hombres más ricos de Ecuador, dedicado al emblemático cultivo del banano, entre otros negocios, que para nuestros países provoca recuerdos de imperialismo, imposición, explotación y subdesarrollo; pero especialmente porque Noboa había anunciado a quien quisiera escucharle, y afortunadamente no fueron muchos, que una de sus primeras acciones sería aislar a Ecuador y romper relaciones con los gobiernos de Venezuela y Cuba.
Inmediatamente después de hacerse oficial su triunfo, el economista Rafael Correa convocó a una conferencia de prensa, en la que habló de “…el triunfo de la esperanza…” y parafraseando las consignas que identifican al Foro Social Mundial y al movimiento progresista del mundo, dijo que construir una patria libre y mejor es posible. Correa expresó: "Jamás nuestra lucha ha sido por enviar a un hombre a la Presidencia de la República, fue por recuperar la patria, crear esa patria altiva y soberana de justicia social, de educación, salud, trabajo, vivienda para todos"
Ha sido evidente que esta vez el recurso del miedo no funcionó en Ecuador, utilizado por las derechas con el acostumbrado caballito de batalla del chavismo, y el pueblo le dijo masivamente no a la derecha oligárquica.
Correa realizó una campaña muy particular, acompañado de su candidato a la Vicepresidencia de la República, Lenin Moreno, originario de la amazonía, discapacitado que se moviliza en una silla de ruedas, abordo de la que realizó una incansable campaña. Moreno es una persona querida y respetada por amplios sectores sociales, pero especialmente los marginados del Ecuador.
Rafael Correa y Lenin Moreno rechazaron la actitud burocrática e inconsecuente de la clase política tradicional, se pronunciaron por el saneamiento del sistema político, por la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, e incluso no postularon candidatos a diputados. Sin embargo esta situación, podría ser uno de los principales retos a vencer por su Gobierno, ya que no cuentan con ningún diputado en el Congreso.
El programa que Correa ofreció al pueblo ecuatoriano, estuvo lleno de los planteamientos que caracterizan a una opción de izquierda, casi en cualquier parte del mundo. Por supuesto en contra de la presencia de tropas norteamericanas en la base de Manta, presencia que pone a Ecuador en una posición difícil, porque están esas tropas están destinadas a participar en el Plan Colombia, con el contubernio de Álvaro Uribe.
El Gobierno de Correa y Alianza País se plantea promover la redistribución de las ganancias que produce el petróleo ecuatoriano, para evitar la salida masiva de ecuatorianos pobres que deben sufrir un verdadero calvario en su aventura hacia Estados Unidos, los que con vergonzosa frecuencia han sido detenidos o devueltos a Guatemala, desde el norte, en donde han recibido malos tratos.
Por supuesto Rafael Correa hace eco de la demanda de movimiento popular ecuatoriano, en contra de la firma del Tratado de Libre Comercio de Ecuador con Estados Unidos; y busca generar condiciones para superar la pobreza y mejorar el nivel de vida de la población, por medio de utilizar los recursos petrolíferos, el crédito y asistencia técnica para el campo y promover la industria nacional.
Correa se ha expresado, abiertamente, a favor de sumarse al esfuerzo que se está generando en el sur de América para promover la integración latinoamericana. Afirmó que el pueblo ecuatoriano ha votado a favor de la búsqueda de la dignidad, la soberanía nacional y la justicia.
Al nada más anunciarse su triunfo Rafael Correa y Lenin Moreno han reivindicado los postulados políticos que promovieron en toda la campaña. Han reiterado la necesidad de la Asamblea Nacional Constituyente y anunciado el “fin de la noche neoliberal” y calificado su el resultado: “este es el triunfo de un pueblo y de quienes derrotaron a los millones de dólares…”
Correa anunció el reingreso de Ecuador a la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo, OPEP (de donde nunca debió salir); y en su primera declaración que debe haber provocado más de alguna indigestión en Washington, Correa anunció que “Obedeciendo a la política internacional del Ecuador no declararemos terroristas a las FARC, pues eso sería involucrarnos en el Plan Colombia. Dialogaré con el presidente Uribe porque es parte del contexto latinoamericano."
Ecuador, igual que Bolivia pero en circunstancias muy diferentes, viene de una inestabilidad permanente, con cuatro gobiernos seguidos que no han logrado cumplir su mandato en diez años. Por lo pronto Correa ya anunció una parte de su gabinete de Gobierno. El Ministro de Gobierno será Gustavo Larrea, que dirigió su campaña y es un dirigente de izquierda, experto en derechos humanos. El Ministro de Energía será Alberto Acosta, que ha criticado fuertemente la dolarización, aunque Correa anunció que la mantendrá, y un partidario de declarar la moratoria de la deuda externa será el Ministro de Economía, Ricardo Patiño, ex subsecretario de Economía. En la presidencia de la estratégica empresa estatal Petroecuador estará Carlos Pareja Yanuzzelli, que dirigió el proceso de ruptura del contrato con la transnacional estadounidense Occidental, Oxy, y la expropiación de todos sus bienes; lo que provocó una severa crisis y el rompimiento de las negociaciones de un TLC con Washington.
Hasta ahora el Gobierno de Estados Unidos se ha mostrado cauto y con una buena dosis de resignación desde el lunes anunció que mantendrá relaciones de respeto con cualquiera que ganara las elecciones; todos sabemos la relatividad de esas afirmaciones.
Todas las esperanzas por la estabilidad y el inicio del desarrollo en Ecuador están puestas en el gobierno izquierdista de Rafael Correa y Lenin Moreno, por el bien de su pueblo, el éxito es lo que todos les deseamos.
- Enrique Álvarez - Director de Incidencia Democrática (Guatemala)
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