El proceso electoral en Venezuela fue un ejemplo en el mundo de participación ciudadana donde millones de venezolanos acudieron a las mesas electorales dispuestas en todo el territorio nacional, a ejercer su derecho al sufragio.

De acuerdo a datos preliminares del Consejo Nacional Electoral CNE, alcanzados el 85 % de los votos escrutados, el Presidente Hugo Chávez obtuvo el 61,62 %, es decir 6´191.652 votos; mientras el candidato opositor Manuel Rosales alcanzó el 38 %, correspondiente a 3´830.370 de electores. Con estos resultados Chávez es el virtual presidente reelecto para el período 2007-2013.

En un acto multitudinario en horas de la noche, teniendo como marco el Palacio de Miraflores, el presidente bolivariano felicitó a su pueblo por haber dado demostración de madurez cívica, al tiempo que convocó a librar una batalla contra la burocratización y la corrupción que viene afectando las bases de la institucionalidad. Entre tanto, un pueblo emocionado victoreaba a su presidente, la lluvia pertinaz no fue obstáculo para escuchar el discurso fogoso del mandatario, quien fustigó una vez más al imperialismo norteamericano por ser el causante de la pobreza del mundo. Chávez dijo en su alocución: ¨Debemos dedicarle este triunfo a nuestros hijos y a nuestro nietos por los que hemos luchado, dedico esta victoria a los mártires de la patria…Ofreció entregar todo su esfuerzo por convertir a Venezuela en una potencia latinoamericana¨.

En un ambiente caldeado por el enfrentamiento entre dos posturas que participaron en el proceso, Manuel Rosales una vez conocido el resultado reconoció la derrota y no cuestionó la transparencia del ejercicio electoral. De esta manera se despejaron las dudas de cualquier intento por boicotear la legitimidad del sufragio, enmarcado en la democracia más participativa que recuerde la historia latinoamericana contemporánea. Para los seguidores de Rosales y de la derecha venezolana fue un balde de agua fría el desenlace electoral. Se mojó la mecha que estaba lista para crear un ambiente explosivo en el país; el reconocimiento de la pérdida por parte de Rosales es una demostración de madurez política a pesar de las presiones de sectores radicales que pugnaban por crear un ambiente de caos.

El voto electrónico, un ejemplo democrático

Cabe reconocer los méritos del voto electrónico en Venezuela que permitió escrutar los votos con absoluta confiabilidad. Inicialmente el elector llega a la mesa de información, donde recibe -mediante una PC laptop- la información del número de la junta a donde debe acercarse a votar; acto seguido la persona debe colocar el dedo pulgar para que la computadora reconozca la huella digital, se registre y verifique la identidad del ciudadano y así evitar suplantación de identidad o que se intente votar más de una vez.

El elector es informado de la mesa donde debe votar, luego presentará su documento de identidad, se constatará sus datos para que consigne la firma, acudirá a la máquina ¨Smartmatic¨, la que consiste en un tablero electrónico donde aparecen los candidatos y el número de la lista del partido al que representan. El votante presionará el botón del candidato de su preferencia, para en seguida, confirmar en pantalla que aparezca visualmente su candidato y así volver a reconfirmar su voto presionando la tecla correspondiente. En seguida, la máquina le entrega la papeleta impresa con los nombres del candidato elegido y finalmente el ciudadano se acercará a depositar el papel en la urna.

Este método es altamente eficiente pues existen tres sistemas de seguridad que hacen muy difícil la posibilidad de un fraude: Primero el voto electrónico no permite la manipulación, pérdida o adulteración de papeletas; segundo, se pueden auditar hasta el 54% de las actas electorales al azar, para confirmar la transparencia de los resultados; y, tercero, contabilizando los votos manuales deben coincidir con lo registrado en el voto electrónico, que a su vez se puede verificar con las firmas consignadas por los electores y lo que consta en la base de datos.

Participación del pueblo un derecho

Cabe destacar el nivel de participación del pueblo venezolano, muestra de ello es el criterio de la gente en las calles a quienes se les preguntó por qué asistieron votar considerando que el voto no es obligatorio en Venezuela. Las respuestas coinciden en un solo pensamiento, “Como ciudadano ejerzo mi derecho al voto, por que el voto es poder para el pueblo”

El papel de las Fuerzas Armadas no se limita a ser un ente de seguridad en el proceso, acá los uniformados que participaron del llamado Plan República, dieron una demostración de sensibilidad humana cuando se dispuso la conformación de una cola especial para discapacitados, mujeres embarazadas o con niños, y personas de la tercera edad, quienes tenían preferencia para votar, sobre el resto de la población.

Festejo impresionante

El cielo de Caracas se llenó de luces, fuegos pirotécnicos, los petardos y silbadores retumbaban en medio de la fiesta popular, donde una lluvia incesante no impidió que militares y civiles festejaran la victoria chavista. Cientos de carros y motociclistas recorrían las calles de la capital con la bandera tricolor y la roja bolivariana, accionando el pito, gritando al unísono: ¡Uh a Chávez no se va! Todos celebraron la continuidad de la revolución roja rojita, que ya tiene una dimensión planetaria.

En medio del festejo en la Avenida Varal apareció una carroza fúnebre, donde el ingenio y buen humor del pueblo se hizo presente, un ataúd era transportado con un mensaje en letras blancas y fondo negro que decía: “Mi Negra QEPD, Manuel Rosales de Bush y la CIA, CI. 666” La leyenda se refiere a la oferta de campaña del perdedor candidato Rosales, quien ofreció para contrarrestar las misiones de Chávez, un bono para los desempleados, durante la campaña electoral.

En medio de miles de banderas venezolanas, flameaban también decenas de estandartes de países latinoamericanos, fue sin duda una fiesta de América Latina toda. El presidente de Chávez –fiel a su vocación integracionista- hizo un llamado a la unidad latinoamericana, fue un mensaje de esperanza, que trascendió todo el orbe.


- Galo F. Benítez es reportero de Prensa Alternativa, desde Caracas.