La mano dura

08/12/2006
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San Marcos, Guerrero

Estamos más o menos a unos 200 kilómetros de Pinotepa, Oaxaca, donde se localiza Valle Nacional, lugar que hizo famoso a finales del Siglo XIX y principios del XX, el dictador, Porfirio Días, porque exactamente a ese localidad la convirtió en terrible zona de encierro de los presos políticos con dos propósitos: desterrarlos de sus lugares de origen y separarlos de sus familias: cualquier similitud con lo que ahora ocurre, de ninguna manera, creemos, que sea simple coincidencia.

Algo debe de estar funcionado mal en las entrañas del poder, recién inaugurado del presidente, Felipe Calderón Hinojosa, porque sin entrar en los detalles de que ocupan las carteras de Gobernación y Defensa Nacional dos personajes a los que se les considera de carácter duro: Francisco Ramírez Acuña y José Antonio Galván Galván, inclusive el primero con denuncias de represor, es el primer mandatario el que delinea la política a seguir.

Recordamos que Calderón Hinojosa, desde su campaña, aseguró que tenía una mano dura y que no le temblaría para imponer la Ley. De acuerdo, pero una cosa es efectivamente ubicarse en el ámbito del Derecho y otra totalmente opuesta de convertirse en opresor.

También es de considerarse que en todo proceso electoral deben de pagarse algunas facturas, pero nunca las que conlleven el deterioro del mismo Gobierno y sean contrarias a los propósitos que las propias leyes marcan a los gobiernos constituidos.

Lo de Oaxaca es un signo vergonzante y desastroso para el flamante Gobierno federal. El Partido Revolucionario Institucional en pleno esta cobrando una factura por su entreguismo imposible de aceptar para asegurar en la gubernatura de esa entidad a ese remedo de dictadorzuelo bananero, llamado Ulises Ruiz Ortiz y en el mejor de los casos, dejar que los tiempos legales se cumplan para que el PRI no pierda la plaza. Entendámonos: la salida del Ulises de barro, hubiera significado convocar a nuevas elecciones que sin duda hubiera perdido el anteriormente conocido como partido hegemónico.

El movimiento social del Oaxaca no se ha dimensionado en toda su verdadera magnitud, y los estrategas que rodean al presidente Calderón han considerado que mandando a la cárcel y traicionando a los líderes está solucionado el problema. Craso error.

139 detenidos fueron, como en el tiempo de Díaz, desarraigados y enviados a un penal de alta seguridad del lejano estado de Nayarit. Flavio Sosa y su hermano fueron detenidos, al igual que dos acompañantes fueron detenidos en la Capital de la República después de ofrecer una conferencia de prensa anterior a la cita que tenían al día siguiente en la Secretaría de Gobernación.

Flavio Sosa se ha declarado, para vergüenza del gobierno que inicia el "primer preso político del calderonismo". Lo jueces federales del Estado de México se han encargado de apoyar su tesis al negarle la fianza, porque según adujeron corresponde a sus homólogos oaxaqueños decidirla.

Todos los medios en México y no pocos del extranjero han abordado el tema y coinciden, con palabras o con palabras menos, con nuestra tesis: una cosa es un gobierno con mano dura y otra muy diferente que México haya inaugurado un gobierno represor.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.
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