Primera reunión de la Dirección Nacional del Polo: ¿y ahora qué?

03/02/2007
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  • Opinión
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Concluyó la primera reunión de la dirección nacional del PDA en Bogotá el pasado 28 de enero, a la cual asistimos 260 directivos elegidos en el pasado congreso. Esta reunión de la máxima instancia de dirección del partido discutió temas álgidos para el quehacer político del Polo como partido de oposición al modelo de gobierno que impera en Colombia. Por la importancia de los temas allí discutidos los reseñemos a continuación.

La reunión nacional abordó 3 temas fundamentales. Aprobación de estatutos, elección del Comité Ejecutivo y la táctica política a seguir durante los próximos meses. Los estatutos fueron aprobados en su totalidad (y en ellos se definieron los criterios de participación en las elecciones de este año). El Comité Ejecutivo quedó conformado por 38 miembros (la elección del secretario general quedó en suspenso hasta que haya un acuerdo, siendo ratificado Antonio Navarro en el cargo temporalmente). Y, finalmente, fue aprobada una propuesta de declaración política que llama a la movilización del pueblo (Congreso del Pueblo) para mantener la iniciativa y no dejar que el gobierno desvíe la atención sobre las denuncias sobre la parapolítica, evitar que continúe con las privatizaciones de lo público, y que nos imponga el Tratado de Libre Comercio que, como se sabe, lesionaría la soberanía y sería un desastre para el país.

Teniendo en cuenta que Colombia vive un estado permanente de profunda crisis política y deslegitimación institucional, manifiesta en las denuncias y escándalos sobre la parapolítica que involucra a decenas de congresistas, funcionaros y ex funcionarios del Estado, en las privatizaciones que arrasan con los bienes públicos, en las inhumanas condiciones de vida de millones, en el continuo asesinato de voceros de víctimas del paramilitarismo, y de la oposición, la reunión de la dirección nacional acordó emitir una declaración política con carácter de convocatoria al pueblo colombiano.

La declaración definirá los criterios para las elecciones de octubre y llamará a la movilización nacional, Congresos del Pueblo, propuesta por la tendencia Socialismo S.XXI. Congresos que, como su nombre lo indica, serán del pueblo, alternativos al corrupto e ilegitimo que hoy sesiona en el capitolio de Bogotá, reclamarán la Verdad histórica, exigirán un juicio a los responsables de los crímenes cometidos contra la población, y se plantearán la defensa de la soberanía nacional, la democracia y el Estado Social de Derecho para impedir que se imponga el  régimen y Estado mafioso. Para todos y todas es claro que la movilización nacional, es la única garantía de que por fin se diga la verdad sin más dilaciones, ni manipulaciones, sobre la parapolítica, los crímenes cometidos contra miles de colombianos/as y la relación que ha existido entre la clase política y el paramilitarismo.

Candidaturas a la alcaldía de Medellín

Con respecto a las precandidaturas a la alcaldía de Medellín, por el momento un sector del Polo Antioquia está proponiendo a Luís Guillermo Pardo. No obstante hay otros sectores dentro del Polo, como la tendencia Socialismo Siglo XXI, que siguen discutiendo, explorando y escuchando otras propuestas. El objetivo es que alcancemos un acuerdo en Antioquia sobre candidato propio del Polo, y podamos también elaborar un programa ajustado a nuestro ideario y la plataforma de gobierno que propusimos con la candidatura de Carlos Gaviria, y cuya esencia es el Estado Social de Derecho.

En este sentido, es válido que iniciemos una discusión sobre modelo de ciudad. Para avanzar hacia la idea de la ciudad que queremos, es preciso hacer un análisis de la que hoy tenemos, lo cual nos permitirá tener elementos de juicio a la hora de elaborar el programa de gobierno para ésta.

Para empezar, es necesario que hagamos una caracterización mínima de la administración de Sergio Fajardo. El actual alcalde ha tenido como bandera de gobierno la educación, con énfasis en la cobertura. Sin embargo, el tema de la calidad de la educación todavía no ha sido evaluado a fondo.

Uno de los rasgos de la alcaldía de Sergio Fajardo es la imagen. Para su proyecto político, aunque se ha proclamado así mismo apolítico, ha gastado más de 400.000 millones en publicidad, destacándose el culto a la personalidad y la construcción en la mentalidad de la gente de la “buena imagen”.

Otra característica, ha sido la construcción urbanística y proyección de parques bibliotecas. El alcalde ha puesto un enorme empeño en construir y mantener la imagen y la estética urbana como una de sus principales banderas políticas. Algo común a todas las administraciones anteriores y uno de los ideales de ciudad de la oligarquía antioqueña: mantener y preservar a Medellín como la “tacita de plata”, segura y próspera.

Sin embargo, la mayoría de grandes proyectos urbanísticos habían sido planificados en anteriores administraciones. Es innegable que la construcción es uno de los sectores más dinámicos de la economía del departamento. La ciudad crece en edificios nuevos por doquier. No obstante, las preguntas concernientes al espacio, medio ambiente, parques verdes, parqueaderos, lugares de recreación, jardines infantiles, escuelas, etc. siguen sin respuesta. Lo cual hace del boom de la construcción un factor de enriquecimiento de unos pocos y un problema medioambiental y social para la mayoría de los habitantes. Modelo urbanístico y desarrollista que contrasta fuertemente con el de ciudad sustentable y con calidad de vida para todos y todas.

El tercer rasgo de la administración Fajardo está ligado al tema de la seguridad. La idea que nos venden es la de un Medellín seguro y próspero, donde las tasas de homicidios han disminuido drásticamente en los últimos años. Ahora bien, recordemos que en el tema de la violencia, a Sergio Fajardo le tocó asumir los planes y la estrategia de la seguridad democrática, bandera de gobierno del presidente Álvaro Uribe. El alcalde lo que hizo fue recoger lo sembrado por la política de seguridad democrática que contó con un aliado brutal en el paramilitarismo quien de la mano del ejército y la policía incursionó en la ciudad violentamente, asesinando, masacrando, reprimiendo y ejerciendo un control territorial de los barrios periféricos como respuesta al desafío e influencia que las milicias y bandas armadas ejercieron desde finales de la década del 90 hasta la Operación Orión del año 2003. Desde este punto de vista, lo que hizo esta administración es darle continuidad a los acuerdos alcanzados entre el paramilitarismo y el Estado. Aquí juega Alonso Salazar, secretario de gobierno de Sergio Fajardo, un papel central, llegando a afirmar en un reciente artículo que publicó El Colombiano el 23 de enero que: “El presidente Uribe cambió la historia de la Comuna 13, y de Medellín. Con la Operación Orión se inició el fin del control territorial de la guerrilla en la ciudad. Luego el otro actor del conflicto -los paramilitares- se desmovilizó”. 

¿Cuál programa de gobierno?

Toda decisión relacionada con el programa de gobierno para el departamento y los municipios debe inspirarse en nuestro ideario de unidad de 7 puntos (Soberanía nacional y unidad latinoamericana; Estado y régimen político; Democracia económica; Derechos sociales, económicos, culturales y ambientales; Paz, justicia y seguridad; Política nacional de drogas; y Lucha de masas democrática) y en la plataforma de gobierno con la que el Partido se lanzó a las presidenciales con Carlos Gaviria. La idea es apuntar a  la creación en Colombia de una sociedad democrática basada en el Estado Social de Derecho. Por lo tanto, estos documentos es lo mínimo que debemos tener en cuenta para elaborar los programas de gobierno.

Con un programa democrático basado en el Estado Social de Derecho buscamos, a) recuperar los derechos de todos y todas (salud, educación, acceso a servicios públicos, trabajo, vivienda digna, recreación, cultura, etc.), convertidos hoy en mercancías, al punto de generar un a inmensa exclusión social de la mayoría de la población, b) que la soberanía nacional vuelva a nuestras manos y no siga en las de los intereses de una potencia imperial que fue quien nos impuso la extradición y la lucha contra los narcóticos, y, c) que nuestra política económica y productiva esté orientada más por los intereses de la nación que los de la banca mundial y del FMI quienes ordenan las políticas en materia de endeudamiento, tasas de cambio, política de impuestos, inversiones de capitales extranjeros y privatizaciones de empresas del Estado.

Ciudad calidad de vida para todas y todos los habitantes de Medellín

Sobre una visión de ciudad acorde a las necesidades de los excluidos, desconectados de los servicios, el medio ambiente y la calidad de vida para todos y todas, no se ha dicho nada. ¿Qué modelo de ciudad le proponemos a la ciudadanía? Lo conocido, lo hecho por gobiernos como las de Sergio Fajardo hacia atrás, está fundamentado en la idea de la ciudad segura, de bajas tasas de criminalidad y homicidios, limpia, bonita, bien administrada, con amplia cobertura en educación (sin estar evaluada aún la calidad) transparente en manejo de presupuesto (excepto Luís Pérez que a pesar de la corrupción aparece como el más opcionado según las primeras encuestas cuestionables por cierto) y de “grandes” obras urbanas.

¿Qué es lo que necesitamos los medellinenses urgentemente? Sin lugar a dudas, una ciudad calidad de vida para todos y todas. Ya la concepción de ciudad “tacita de plata” no funciona. Ese modelo de desarrollo es un completo fracaso hoy y nos lo quieren seguir imponiendo bajo el sofisma del crecimiento económico del sector de la construcción. El crecimiento urbanístico a partir de la construcción desmesurada de edificios que levantan en un abrir y cerrar de ojos por los barrios de clase media de la ciudad, no es solución a los problemas de hábitat digno para quienes carecen de ella. Sirve, indudablemente, a los intereses de un sector como la construcción donde la familia del alcalde es un actor central; al capital especulativo, y al lavado de dineros. Más que solución al problema de vivienda para miles de familias, dicho modelo de ciudad, no responde a las necesidades de mejor calidad de vida, aire, agua, vivienda digna, ciudad descongestionada, ciclovias, etc. Por lo tanto es hora de cambiarlo. Y entre una visión y otra hay una diferencia cualitativa que tenemos que empezar a posicionar en la gente de Medellín.

Sin lugar a dudas, Medellín ciudad calidad de vida para todos y todas es nuestro reto. Crecimos en vehículos y contaminación y nada en vías, parques verdes y de recreación, vías peatonales y ciclovías. La ciudad no puede seguir siendo proyectada como la más limpia, próspera y segura, pero un fracaso en cuanto a brindar calidad de vida para todos y todas sus habitantes. ¿Cómo permitirnos, los medellinenses, propietarios de unas EPM que produce bienes, servicios y ganancias, tener 80.000 de nuestros hogares desconectados de servicios básicos como agua, electricidad o gas, alcantarillados, y vías de acceso?

A lo anterior tenemos que sumar las altas tasas de desempleo del 13% alcanzadas en el 2006 (2,3 millones de desocupados, y en condición de subempleo hay 7,3 millones) donde los subempleados tienen en la economía del rebusque su fuente principal de subsistencia, que obliga a miles de niños y niñas a deambular entre esquinas y buses vendiendo chicles y galletas, y a jóvenes y adolescentes a prostituirse en nuestras calles.

La congestión vehicular, los tacos y la contaminación hacen la ciudad invivible. ¿Hay espacio para más vehículos en la ciudad? La accidentalidad donde están involucradas las motos es altísima. Los buses de primera generación circulan como fábricas rodantes arrojando como locomotoras nubes negras de monóxido de carbono, ocupando el poco espacio vial que queda, generando un pésimo ambiente para todos y todas las que vivimos en ella. Los habitantes de Medellín somos las cenicientas que tenemos que pagar el costo de tener hoy una ciudad cuyo modelo de desarrollo está agotado y el cual nos aleja cada vez más de la posibilidad de vivir una vida digna con calidad de vida para todos y todas.

Finalmente, al Polo en Antioquia, antes que un o una candidata a la alcaldía, le corresponde abrir un debate que nos permita delinear, junto con sus habitantes, los criterios de un programa para la ciudad y la región acorde con un modelo de vida cuya esencia sea buscar al máximo la calidad de vida para todos y todas.

- Oto Higuita, Medellín, Miembro de la Dirección Nacional del PDA
Tendencia Socialismos XXI

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