Después de 17 años
Vuelve el Sandinismo
10/01/2007
- Opinión
El momento histórico será presenciado por los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez; de México, Felipe Calderón; de Bolivia, Evo Morales, entre otros. El objetivo de su gobierno será acabar con la pobreza de ocho de cada diez nicaragüenses.
Daniel Ortega retornará al poder hoy, en un escenario político, social y económico diferente al que conoció hace 17 años atrás como líder revolucionario, cuando su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) fue derrotado por Violeta Chamorro en las elecciones presidenciales.
"Vamos a luchar desde abajo, vamos a gobernar desde abajo" afirmaba Ortega el 26 de febrero de 1990, en la Plaza de los No Alineados Omar Torrijos, en medio de la aflicción general que el revés provocaba entre los seguidores de la Revolución Sandinista.
"Ellos que en 1990 pensaron que íbamos a desaparecer... pues se equivocaron! Si pensaron que íbamos a traicionar nuestros principios, nuestros ideales, pues se equivocaron!", expresó Ortega el 19 de julio pasado, en ocasión del 27 aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista.
El líder del sandinismo ganó el 5 de noviembre pasado los comicios con una ventaja de más de 9 puntos sobre su rival, Eduardo Montealegre. Estaban convocados más de 3,6 de los 5,4 millones de nicaragüenses.
Ortega, de 61 años, empieza un mandato de cinco años, con el desafío de mejorar las condiciones de vida de casi el 80 por ciento de la población, su principal promesa de campaña. Un sondeo de la firma M & R Consultores publicado en La Prensa de Nicaragua, señaló que un 67 por ciento de los ciudadanos sí cree que el gobierno de Ortega traerá prosperidad al país, mientras un 19 por ciento opina lo contrario. Además, un 50 por ciento estima que mejorará su situación política y económica en un año.
Durante los años de su gobierno 1979-1989, Ortega instauró un régimen socialista en el que centralizó la economía e impuso el servicio militar obligatorio. En medio de una guerra civil con los "contras" apoyados por Estados Unidos tras derrocar al dictador Anastasio Somoza, enfrentó un bloqueo económico y una guerrilla financiada por el país del Norte, que dejó al país en la bancarrota.
Diecisiete años después
Ortega muestra una imagen más pragmática. Para llegar a la presidencia en su cuarto intento consecutivo, se adueñó de un discurso conciliador y pacifista, salpicado de citas bíblicas, y selló alianzas con antiguos enemigos políticos.
El presidente George W. Bush se refirió a un “compromiso con la democracia” con el presidente saliente de Nicaragua, Enrique Bolaños y el electo Ortega. En ese contexto, la Casa Blanca anunció la asistencia de una poderosa delegación a la ceremonia presidencial en Managua, que estará encabezada por el secretario de Salud, Michael Leavitt.
El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, informó que a través de una llamada telefónica, el presidente George Bush reafirmó el “fuerte compromiso” por el bienestar del pueblo nicaragüenses y el interés continuo de una relación con Nicaragua.
Snow comentó que para el mandatario estadounidense, hay áreas de preocupación, como el Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica, y la Cuenta del Milenio, un programa por el que EEUU concede incentivos económicos a países en desarrollo que acometan ciertas reformas .
Por otro lado, Venezuela también cooperará con Nicaragua. Chávez participará en el traspaso de mando presidencial a Ortega, y firmará con el líder sandinista un acuerdo macro de cooperación bilateral, que sustituirá el firmado en 1990 con el gobierno de la ex presidenta Violeta Chamorro.
Además de la cooperación de Venezuela a Nicaragua en petróleo y energía, el acuerdo incluye la condonación de la deuda venezolana estimada en más de 30 millones de dólares. “No son donaciones, no son dádivas, ni regalos que se van a hacer a los nicaragüenses; son préstamos, cooperación solidaria que Nicaragua pagará”, sostuvo el embajador de Venezuela en Managua, Miguel Gómez.
Más allá de las alianzas, analistas aseguran que Ortega tendrá que movilizar a todos los integrantes de la sociedad nicaragüense esencialmente a los sectores productivos para enfrentar el drama de la pobreza. Tendrá no sólo que mantener la cierta estabilidad en la economía nicaragüense, sino que además deberá desarrollar dinámicos programas sociales.
Daniel Ortega retornará al poder hoy, en un escenario político, social y económico diferente al que conoció hace 17 años atrás como líder revolucionario, cuando su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) fue derrotado por Violeta Chamorro en las elecciones presidenciales.
"Vamos a luchar desde abajo, vamos a gobernar desde abajo" afirmaba Ortega el 26 de febrero de 1990, en la Plaza de los No Alineados Omar Torrijos, en medio de la aflicción general que el revés provocaba entre los seguidores de la Revolución Sandinista.
"Ellos que en 1990 pensaron que íbamos a desaparecer... pues se equivocaron! Si pensaron que íbamos a traicionar nuestros principios, nuestros ideales, pues se equivocaron!", expresó Ortega el 19 de julio pasado, en ocasión del 27 aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista.
El líder del sandinismo ganó el 5 de noviembre pasado los comicios con una ventaja de más de 9 puntos sobre su rival, Eduardo Montealegre. Estaban convocados más de 3,6 de los 5,4 millones de nicaragüenses.
Ortega, de 61 años, empieza un mandato de cinco años, con el desafío de mejorar las condiciones de vida de casi el 80 por ciento de la población, su principal promesa de campaña. Un sondeo de la firma M & R Consultores publicado en La Prensa de Nicaragua, señaló que un 67 por ciento de los ciudadanos sí cree que el gobierno de Ortega traerá prosperidad al país, mientras un 19 por ciento opina lo contrario. Además, un 50 por ciento estima que mejorará su situación política y económica en un año.
Durante los años de su gobierno 1979-1989, Ortega instauró un régimen socialista en el que centralizó la economía e impuso el servicio militar obligatorio. En medio de una guerra civil con los "contras" apoyados por Estados Unidos tras derrocar al dictador Anastasio Somoza, enfrentó un bloqueo económico y una guerrilla financiada por el país del Norte, que dejó al país en la bancarrota.
Diecisiete años después
Ortega muestra una imagen más pragmática. Para llegar a la presidencia en su cuarto intento consecutivo, se adueñó de un discurso conciliador y pacifista, salpicado de citas bíblicas, y selló alianzas con antiguos enemigos políticos.
El presidente George W. Bush se refirió a un “compromiso con la democracia” con el presidente saliente de Nicaragua, Enrique Bolaños y el electo Ortega. En ese contexto, la Casa Blanca anunció la asistencia de una poderosa delegación a la ceremonia presidencial en Managua, que estará encabezada por el secretario de Salud, Michael Leavitt.
El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, informó que a través de una llamada telefónica, el presidente George Bush reafirmó el “fuerte compromiso” por el bienestar del pueblo nicaragüenses y el interés continuo de una relación con Nicaragua.
Snow comentó que para el mandatario estadounidense, hay áreas de preocupación, como el Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica, y la Cuenta del Milenio, un programa por el que EEUU concede incentivos económicos a países en desarrollo que acometan ciertas reformas .
Por otro lado, Venezuela también cooperará con Nicaragua. Chávez participará en el traspaso de mando presidencial a Ortega, y firmará con el líder sandinista un acuerdo macro de cooperación bilateral, que sustituirá el firmado en 1990 con el gobierno de la ex presidenta Violeta Chamorro.
Además de la cooperación de Venezuela a Nicaragua en petróleo y energía, el acuerdo incluye la condonación de la deuda venezolana estimada en más de 30 millones de dólares. “No son donaciones, no son dádivas, ni regalos que se van a hacer a los nicaragüenses; son préstamos, cooperación solidaria que Nicaragua pagará”, sostuvo el embajador de Venezuela en Managua, Miguel Gómez.
Más allá de las alianzas, analistas aseguran que Ortega tendrá que movilizar a todos los integrantes de la sociedad nicaragüense esencialmente a los sectores productivos para enfrentar el drama de la pobreza. Tendrá no sólo que mantener la cierta estabilidad en la economía nicaragüense, sino que además deberá desarrollar dinámicos programas sociales.
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
http://www.prensamercosur.com.ar
https://www.alainet.org/es/active/15841?language=es
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