Nuevo escenario en el parlamento

05/03/1998
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Santiago.- El pasado 11 de diciembre se realizaron elecciones para renovar los diputados y parte de los senadores del parlamento. Por su mayor trascendencia, la elección de senadores concitó mayor atención, pues al interior del Senado se resuelven las decisiones legislativas más importantes. Durante el período preelectoral varios fueron los hechos sociales que marcaron presencia, destacándose entre otros: la movilización de los trabajadores de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP); el avance de sectores de la izquierda extraparlamentaria en las elecciones de las principales federaciones universitarias del país; la reactivación de nuevos conflictos sociales y económicos de ex mineros de Lota ante el fracaso de las políticas de reconversión; la movilización de organizaciones juveniles para rechazar la asunción como senador vitalicio de Pinochet. Mayor peso de la derecha Los resultados de las elecciones, aunque mantienen numéricamente las mismas correlaciones de fuerzas políticas -18 de la derecha contra 20 de la Concertación- cambiaron sustancialmente la composición al interior de ellas, porque el mayor protagonismo lo tendrá la derecha más dura y protectora del "legado dictatorial" al haber sido elegidos nueve senadores de la Unión Democrática Independiente, UDI, y porque además de los siete senadores elegidos de Renovación Nacional varios son más cercanas a las posiciones de la UDI. El sector perdedor en esta elección fue la llamada derecha liberal, simbolizada en la derrota de su líder, Andrés Allamand. En la Concertación se debe destacar el fuerte retroceso de la Democracia Cristiana, que posibilitaría un mayor equilibrio con el bloque Partido por la Democracia- Partido Socialista. También en el PS se sintieron importantes bajas, que dejaron fuera del parlamento a figuras como las del propio presidente del socialismo concertacionista, Camilo Escalona. De las elecciones de diputados hay que resaltar la importante ratificación electoral de la ciudadanía a figuras políticas sensibles a los temas de derechos humanos, medio ambiente, temas laborales y de fiscalización pública, como se demostró en la alta votación obtenida por los diputados Jaime Naranjo, Guido Guirardi, Nelson Avila, Sergio Aguiló y Fanny Pollarolo, entre otros. Fracaso de la transición En la otra "elección" -nada democrática y repudiada ampliamente por la ciudadanía- tendremos a diez nuevos "senadores", entre los que cuentan tres excomandantes en jefe de la fuerza aérea, la armada y carabineros y a un ex-General de ejército y estrecho colaborador de Pinochet, y al propio Augusto Pinochet que será el primer parlamentario en la historia republicana del país autodesignado vitalicio y conocido como responsable de crímenes de lesa humanidad durante su régimen dictatorial. De tal modo que más del 20 % de los senadores que asumirán el próximo 11 de marzo, no son electos, llegarán la senado producto de un virtual "dedazo", constituyendo un parlamento sui generis que tiende, en su conjunto, a reformar su débil representatividad democrática y evidencia el profundo fracaso de la transición. Esta alteración de la voluntad popular exige una real disposición de terminar con la institucionalidad de los senadores designados y el sistema electoral binominal -que no permite la expresión de las minorías-, a objeto de restablecer el sistema electoral proporcional. De lo contrario aumentará el escepticismo sobre el valor que tiene el sufragio universal y la actual democracia representativa en Chile. Apatía ciudadana Un hecho sintomático que se empezó a vislumbrar, incluso desde mucho antes de iniciadas las campañas y propagandas electorales, fue el amplio desinterés de la ciudadanía en participar en estas elecciones. Ello se ratificó en el recuento de los votos, al comprobar que el porcentaje de anulación emitido el día de 11 de diciembre es el más alto producido desde el inicio a la transición a la democracia en 1990. El 18.35% de los sufragios fueron nulos o blancos; de ellos, un 14.64% (aproximadamente 800.000 ciudadanos) fueron votos nulos. Este hecho se interpreta como una manifestación de castigo al gobierno y a la alianza oficialista y también como un indicador de rechazo al sistema político global. Representa por una parte, un fuerte sentimiento asistémico y, por otra, la internalización en la ciudadanía del sello negativo que durante años le imprimió la dictadura al quehacer político y a la participación. Si se incorporan los potenciales votantes que no se inscribieron, especialmente jóvenes -y que se estima en alrededor de un millón de personas-, puede sostenerse que quienes expresan el sentido antes indicado se ubica por sobre el 25% del universo electoral. Proyectos pendientes En este contexto, al no lograr la Concertación mayoría absoluta, la agenda política del Gobierno perdió viabilidad. Los próximos temas a legislar tendrán ineludiblemente el sello opositor y muchos proyectos de alto interés público que se han estado impulsando recientemente tales como la ley del divorcio, la censura cinematográfica, la reforma tributaria, la legislación sobre conglomerados financieros, la reforma de la salud, las nuevas normas para la igualdad de los hijos y su reconocimiento, el sistema de protección para el trabajador cesante, la defensoría de los usuarios de los servicios públicos, privados o estatales y las enmiendas políticas, entre otros, seguramente dormirán hasta las próximas parlamentarias. A propósito de los resultados, ha surgido desde la Concertación la necesidad de revisar autocríticamente las políticas que han contribuido al distanciamiento de la gestión gubernamental con la ciudadanía. El conglomerado oficialista esta vez debiera demostrar una verdadera voluntad para abordar con la sociedad civil los diversos temas sociales y políticos pendientes. De no ser así, será sólo el incremento de las movilizaciones sectoriales, el canal de expresión más importante de la sociedad civil. Ellas constituyen una expresión democrática real de las diferentes fuerzas sociales del país, para exigir la implementación de nuevos mecanismos de participación y para resolver temas nacionales claves; especialmente el de avanzar hacia una democracia sin tutelaje militar y el de un desarrollo económico y social en justicia y equidad. * Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo.
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