El caso estadounidense-mexicano de Saúl Arellano

Migración, destrucción de familias y terrorismo

12/03/2007
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Una condición fundamental de la migración mundial y de la migración de mexicanos a Estados Unidos es la falta de equidad para los inmigrantes para que los empleadores puedan aprovecharse de su mano de obra barata. Una falta de equidad existe legalmente por el mero hecho de ser inmigrante. Hay más de medio millón de obreros mexicanos que entran a Estados Unidos cada año pero solamente 5 mil visas para obreros no calificados, así que hoy en día hay por lo menos 12 millones inmigrantes indocumentados. Para garantizar y profundizar la falta de equidad, muchos patrones amenazan a los inmigrantes en varias maneras que en suma constituyen una forma de terrorismo, una de las cuales es la amenaza de deportación y, en millones de casos, la consecuente destrucción de familias.

Más de diez por ciento de las familias en Estados Unidos tiene por lo menos uno de los padres sin ciudadanía estadounidense y un niño ciudadano estadounidense. Cuando se deporta ese padre, quien legalmente no puede volver hasta después de tres o diez años, la familia se queda dividida, en efecto destruida. Además, muchos inmigrantes están encarcelados con o sin sus niños muchos meses o aún años antes de ser deportados. Hay cárceles privados como uno en Taylor, Texas, que tienen hasta 200 niños inocentes encarcelados.

Un sinnúmero de niños o sus padres simplemente desaparecen, como ocurrió en el caso de la redada masiva del 12 de diciembre de 2006 llevada a cabo por Immigration and Customs Enforcement (ICE, conocida entre inmigrantes latinoamericanos como “la Migra”) que arrestó casi 1.300 obreros de seis plantas de la compañía carnicería Swift por tener documentos falsos. Así es que las mismas leyes y prácticas estadounidenses tienden a dividir familias en violación de la catorce enmienda de la constitución, sin hablar de los famosos casos de esclavitud, comercio sexual de niñas y niños, uso legal de pesticidas y otros venenos que afectan principalmente familias inmigrantes, o los más de 500 mexicanos que se mueran cada año entrando a Estados Unidos.

Esta ponencia trata de un caso individual pero global de un niño y su mamá que cada día es más simbólico, representativo, e importante. Por eso, ha recibido una creciente atención de los públicos y los políticos en Estados Unidos, México, y otros países en muchas partes del mundo.

Saúl Arellano tiene 8 años y es conocido como “Saulito” entre los que le quieren. Nació en Estados Unidos y ha vivido toda su vida con su madre, Elvira Arellano. (Su padre se fue cuando ella se embarazó.) Elvira es una inmigrante mexicana indocumentada amenazada con deportación y posiblemente cargos de terrorismo. Actualmente está en santuario de la Iglesia Adalberto United Methodist, situada en Humboldt Park, un barrio puertorriqueño de Chicago. Elvira es creyente y tiene 32 años.

El día 10 de diciembre de 2002, o sea 15 meses después del 11-S y los ataques contra las Torres Gemelas y el Pentágono, Saulito sufrió un acto de terrorismo bastante traumático para un niño de casi 4 años. Como parte de la Operación Tarmac/Chicagoland Skies, agentes federales agresivamente entraron su casa a las 6 de la mañana e hicieron el arresto de su mamá, supuestamente para hacer el país seguro contra terroristas. Los agentes amenazaron que después del arresto Saúl estaría entregado a la ciudad.

Elvira Arellano, como tantos otros obreros inmigrantes indocumentados, tuvo la mala suerte de ser empleada como limpiadora de aviones en uno de los principales aeropuertos del país, O’Hare Airport de Chicago. Ella es un ejemplo de cientos de miles de personas inocentes que han sufrido tales actos inesperados de detención como resultado de la hipócritamente llamada “guerra contra el terrorismo.” Hay millones de inmigrantes como ella que tienen tarjetas falsas de bienestar social (“unregistered social security cards” en inglés), un delito menor (“misdemeanor” en inglés) según la ley. El gobierno no ha ofrecido ninguna prueba que Elvira ni las y los otros trabajadores detenidos aquel 10 de diciembre tienen vínculos al terrorismo. Ella en ninguna manera amenaza la seguridad de Estados Unidos. Como ella misma ha dicho: “No soy terrorista. No soy criminal. Soy Mamá.”

En 2003 Elvira recibió una suspensión de deportación después de la introducción en el Senado de Estados Unidos de una resolución pidiéndolo, debido a “las necesidades médicas” de su hijo, quien tiene “Attention Deficit Hyperactivity Disorder”. Pero cuando le llegó otra orden de deportación en agosto de 2006, Elvira entró al santuario de la iglesia.

Recientemente Elvira ha actuado como inspiración y líder de los nuevos movimientos sociales contra las redadas, deportaciones, y separaciones de familias que generaron las mayores manifestaciones callejeras de obreros en la historia estadounidense entre marzo y mayo de 2006. Hoy Elvira es líder de La Familia Latina Unida y del Movimiento Santuario Activo. Ya hay ciudades pobladas por muchos latinoamericanos que se han declarado lugares de santuario para inmigrantes, por ejemplo, National City, California. Es por su activismo político que hay tanta persecución de Elvira por los agentes del Departamento de Seguridad Interior (Homeland Security en inglés) y la agencia bajo su control ICE.

Por su parte, Saúl Arellano es como cualquier otro niño pero a la vez un poco diferente. Resaltan su inteligencia y energía. Es bilingüe. Va a la escuela, aunque todavía tiene miedo que en su ausencia las autoridades invadieran la iglesia para desaparecer su mamá. Juega con otros niños y niñas. Quiere mucho a su mamá y sus amigos.

Por circunstancias fuera de su control Saúl Arellano ha tenido que madurarse rápidamente. En poco tiempo se ha convertido en un líder de millones de hijos e hijas sin voz pública que viven en situaciones de terror cotidiano parecidas a la suya. En varias ocasiones Saúl ha participado con docenas de otros niños en “Marchas de los Niños” frente a la Casa Blanca en Washington, D.C., como líder de un nuevo movimiento social para la justicia y derechos humanos de las y los niños en Estados Unidos. Aproximadamente cinco millones de niños mexicanos en ese país enfrentan la misma situación de Saúl Arellano, todas sus familias amenazadas con destrucción.

Después de haber escrito al presidente George W. Bush sin recibir una respuesta, pidiéndole que defendiera la unidad de familias, Saúl dijo en una de las primeras manifestaciones frente a la Casa Blanca: “Vine para que el presidente pare las redadas y deportaciones para que las familias se mantengan juntas.” Pidió una reunión con Bush, que fue rechazada, y advirtió que si el presidente lo ignora “la próxima vez regresaré con más niños, traeré a todos mis amigos.”

Hacia mediados de noviembre de 2006, Saulito viajó a México conmigo y con Emma Lozano, directora del Centro Sin Fronteras en Chicago [http://www.huelgageneral.com y http://www.somosunpueblo.com], para aparecer en el Congreso Nacional de México y conferencias de la prensa nacional e internacional. Por voto unánime la Cámara y el Senado de México aprobaron una resolución en que pidieron al Congreso estadounidense y al presidente Bush que no deporten a Elvira Arellano ni a otros padres de niños que son ciudadanos de Estados Unidos. Además, el Congreso mexicano recomendó que “De acuerdo a las disposiciones aprobadas recientemente por el Senado estadounidense, relativas a los derechos adquiridos por los migrantes, conforme al tiempo de residencia en Estados Unidos... se decrete una moratoria a las deportaciones masivas.” Finalmente, el Congreso mexicano declaró “su apoyo firme y decidido al proceso de la autodefensa y de resistencia civil pacífica al movimiento santuario activo.”

Mientras tanto, muchos altos oficiales electos han visitado a Elvira y han hecho declaraciones públicas a su favor. Las principales organizaciones latinas nacionales pro-Derechos Civiles han apoyado a Elvira y Saúl Arellano. Las revistas estadounidenses “Time” y “La Latina” han incluido Elvira en sus listas de personalidades extraordinarias del año 2006.

Los días 7 y 8 de febrero de 2007, Saulito estuvo otra vez en Washington, D.C., junto con una docena de diputados mexicanos. Casi toda la delegación mexicana fue compuesta de ex-inmigrantes estadounidenses. Se entregó a representantes y senadores como Nancy Pelosi y Edward Kennedy la opinión unánime del Congreso mexicano en cuanto al tema de migración y reunificación familiar y se comenzó un diálogo “congreso a congreso... para encontrar soluciones humanas y razonables a los problemas binacionales de nuestras economías vecinas asimétricas.” Después, la delegación visitó a Elvira Arellano en Chicago.

Organizaciones como el Centro Sin Fronteras están presionando al Congreso estadounidense para aprobar una nueva ley migratoria más humana y racional. Tal ley fortalecería a la reunificación familiar, incluso la de personas no heterosexuales; garantizaría de inmediato los derechos laborales y humanos de todos los inmigrantes, incluso los indocumentados y los que tienen visas del estilo “guest worker” (obrero huésped) sin expandir tales programas sino planear eliminarlos; legalizaría todos los inmigrantes incluso los indocumentados y les ofrecería un camino claro, rápido e igual a la ciudadanía, así terminando la larga historia de “taxation without representation” (paga de impuestos sin derecho de ser representado o recibir sus beneficios, el lema de protesta de los originales revolucionarios norteamericanos contra el rey de Inglaterra.) Tal ley justa y no punitiva eliminaría las sanciones contra empleadores de inmigrantes indocumentados y la criminalización de inmigrantes y sus comunidades. Desmilitarizaría las fronteras. Ratificaría la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, ya ratificado por 34 países incluso México pero ningún país de Europa ni Canadá. Esa Convención, en vigor desde 2003, establece el derecho a la libre emigración de los trabajadores y a contar con todas las garantías y beneficios legales y laborales del Estado donde residan y trabajen, así como a la reunificación familiar.

Hasta ahora, frente a las demandas de las inmensas coaliciones de inmigrantes y sus partidarios, la respuesta por la administración de Bush con el apoyo de muchos congresistas ha sido una intensificación de las redadas, deportaciones secretas, “detenciones preventivas” y encarcelamientos; Abuso sistemático o aún tortura de los detenidos; una caza de brujas contra millones de extranjeros e inmigrantes como parte clave del nuevo macartismo lanzado con las llamadas “Leyes Patrióticas”; comienzo de la construcción de un muro de 1.125 kilómetros en la frontera con México; eliminación o reducción radical de beneficios a todos los niños de inmigrantes, incluso ayuda médica a ciudadanos estadounidenses; incremento enorme de gastos de aplicaciones para visas, residencia permanente, o ciudadanía; La Ley de Comisiones Militares de 2006, que anula el derecho democrático básico al habeas corpus y representa una importante escalada en la “guantanamización” del país y en los ataques a los inmigrantes e impide que los funcionarios gubernamentales sean juzgados por crímenes de guerra o tortura; autorización de la construcción de más centros de detención por compañías privadas como Halliburton; el hacer caso omiso de los movimientos sociales cuando no los demoniza; la colocación de seis mil tropas de la Guardia Nacional sobre la frontera mexicana y el envío de agentes de La Patrulla Fronteriza a territorio mexicano en persecución de presuntos narcotraficantes. Además, hay una propuesta de un nuevo programa masivo de “guest workers,” cuyo antecedente fue descrito por su administrador a mediados del siglo pasado como un programa de “esclavitud.”

Yo quisiera concluir esta ponencia con algunas observaciones sobre el tema de migración y el terrorismo. También, quisiera comentar brevemente sobre dos de los movimientos sociales mayores de las Américas y su relación a posibles soluciones del problemático de la migración y la violación de derechos humanos.

Primero, la cuestión del terrorismo. ¿Que es el terrorismo internacional? Según una autoridad es: \"el uso ilegal de la fuerza o la violencia, ejecutado por grupos o individuos que tienen alguna conexión con una potencia extranjera o cuyas actividades trascienden las fronteras nacionales, contra personas o propiedades, para intimidar o coaccionar a un gobierno, a una población civil o a uno de sus sectores, con fines políticos o sociales\". Esta definición del terrorismo es más bien engorrosa, pero tiene el valor de una confesión. Proviene del FBI, Federal Bureau of Investigation, institución oficial del país que más larga experiencia tiene en la práctica de estos menesteres en el mundo entero. (FBI Policy and Guidelines, 16 de febrero de 1999.)

Bush II, el segundo presidente de la dinastía Bush, frecuentemente dice que “los que dan refugio a terroristas son tan culpables como el propio terrorista”. Pero el primer presidente Bush indultó a Orlando Bosch, el cubano-americano superterrorista, responsable junto con otro superterrorista, Luis Posada Carriles, para las muertes de cientos de personas inocentes y más de 30 actos terroristas documentados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. El mismo FBI les habían catalogado como terroristas. Hoy por hoy la administración de Bush II les sigue protegiendo, mientras mantiene encarcelados los “Cinco Héroes Prisioneros del Imperio,” como se les conoce en Cuba, jóvenes cubanos que en defensa de su país contra el terrorismo internacional infiltraron los grupos mafiosos terroristas de Miami vinculados con Posada y Bosch.

Actualmente, estos cinco hombres están mantenidos alejados de sus familias, aislados unos de otros. Y a pesar de ser presos políticos comparten encierro con reos comunes bajo condiciones condenadas por Amnistía Internacional. ¡Que contraste con el tratamiento privilegiado de auto-confesados terroristas como Bosch y Posada Carriles!

Ahora, atención. Bush II ha propuesto legislación para facilitar la residencia permanente de gente de Vietnam, Myanmar, Tibet y Cuba que han ayudado materialmente a grupos rebeldes o cuya residencia ha sido prohibida debido a las leyes antiterroristas. ¿Podría ser esta propuesta la solución final al problema que la familia Bush tiene con Mr. Posada Carriles, “el bin Laden de América Latina?” Vemos aquí otra conexión entre el terrorismo y las leyes migratorias.

Pero hay un aspecto siniestro de terrorismo que no usa bombas como Posada las usó. También tiene que ver con el tema de migración. Es el terrorismo psicológico, una forma de tortura bastante cruel. Este es el terrorismo que siente gente como Elvira Arellano y su hijo Saulito, practicado últimamente durante la temporada de la Navidad del año pasado cuando la amenaza de su arresto adentro de aquella iglesia en Chicago intensificó. El Centro Sin Fronteras tuvo que pronunciar una alerta roja, y solamente la rápida movilización de la comunidad prohibió el arresto.

El terrorismo psicológico es lo que sufrió el niño cubano Elián González cuando perdió su mamá y fue secuestrado por la gente en Miami que quería que perdiera su papá también. El sufrimiento de Elián y muchos otros niños cubanos que están llevados a Estados Unidos proviene de La Ley de Ajuste que alienta la migración ilegal al garantizar la residencia en Estados Unidos a los cubanos que lleguen ahí de cualquier manera. Como ha observado Fidel Castro, es una ley “terrorista... que mata conscientemente y sin el menor remordimiento a niños inocentes”.

El terrorismo psicológico es lo que sienten gente como las y los familiares de los Cinco Héroes. El gobierno estadounidense no permite el derecho de visita de muchas familiares de los Cinco. Cómo sabemos, el 30 de diciembre del 2006 tras ocho años separados, René González y su hija Ivette pudieron al fin reunirse en la cárcel estadounidense de Marianna, Florida. Habían estado injustamente separados cuando Ivette tenía apenas cuatro meses de nacida. La hermana adulta de Ivette, Irma, le acompañó a la cárcel. La familia ha querido tener la oportunidad de reunirse completa, mas no lo ha logrado. Según la prensa cubana, la esposa de René, Olga Salanueva, ha revelado que a ella incluso la borraron de la lista de visitantes. Olga dice: \"Ivette va a cumplir 9 años, y no tenemos ni una foto familiar. ¿Hasta cuándo tendremos que esperar por una foto de un abrazo los cuatro juntos?\"

Claro que todas estas personas tienen adentro de sí misma un amor y una misión de justicia social tan profundo que no se permiten el terrorismo psicológico destruirles. Cómo Emma Lozano incansablemente ha explicado: “Elvira es un símbolo de la resistencia a las leyes injustas y las leyes rotas de este país.” Se ha comparado Elvira Arellano a Rosa Parks, la mujer africana-americana que ayudó hacer estallar el Movimiento de Derechos Civiles a mediados del siglo pasado.

Yo diría más. Toda aquella gente como Rosa Parks, Elvira, Saulito, Ivette, Irma, Olga, Adriana Pérez (como Olga prohibida de visitar su marido encarcelado), y desde luego los mismos Cinco Héroes, están defendiendo los derechos humanos de todos nosotros, sea lo que sea nuestro país de origen. Por sus acciones extraordinarias de valentía, amor e inteligencia son verdaderamente héroes de la humanidad.

Finalmente, la cuestión de los movimientos sociales. Hay dos movimientos sociales muy grandes que surgieron en 2006 en las Américas y ambos son los mayores en toda la historia de sus países: el movimiento a favor de los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos y el movimiento a favor de la democracia y contra el neoliberalismo en México.

El movimiento de los inmigrantes ha comenzado a relacionarse con el movimiento en contra de la guerra y con el resto de los trabajadores organizados en Estados Unidos, así como con los movimientos indígenas y otros movimientos sociales en las Américas y con los movimientos por los derechos de los inmigrantes en Europa. Todos los economistas están de acuerdo en que sin el trabajo de los millones de inmigrantes mexicanos indocumentados, la economía estadounidense entraría en crisis. ¡Ahora la crisis no es la económica sino la política, y proviene de la dignidad y humanidad de los inmigrantes!

Cuanto más se unan estos dos enormes movimientos a ambos lados de la frontera y cuanto más se unan las fuerzas de los movimientos sociales de toda América, de Europa y del resto del mundo, mayor será la oportunidad de cambiar las condiciones de los inmigrantes y realizar en la práctica sus derechos humanos – y salvar a la humanidad y el planeta.


[Ponencia del Dr. James D. Cockcroft para el IX Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, La Habana, 5 al 9 de febrero de 2007, Bloque Temático “Pobreza, desigualdad y equidad,” no. 6, “Las migraciones internacionales y el desarrollo. Condiciones y efectos en los países emisores y receptores.”]
https://www.alainet.org/es/active/16290?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS