Enseñanza religiosa en las escuelas

28/03/2007
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  • Opinión
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El tema de la enseñanza religiosa en las escuelas pública vuelve a estar en la agenda del MEC a través de la Secad (Secretaría de Educación Continua, Alfabetización y Diversidad). Prevista en la Constitución y en la LDB, la enseñanza religiosa debe ser facultativa, aunque integrada en el horario normal de las escuelas públicas. En la red escolar de São Paulo está colocada en el curso 8º del currículo desde el 2002. La asistencia de los alumnos es voluntaria.

En una nación tan religiosa, y multirreligiosa, como la del Brasil éste es un tema delicado. De ahí la importancia de debatirlo con serenidad, sobre todo considerando que la LDB asegura la matrícula voluntaria y exige “respeto a la diversidad cultural y religiosa, eliminada cualquier forma de proselitismo”. Ahora bien, ¿cómo hablar de religión sin hacer proselitismo? El proselitismo -la conquista de adeptos o fieles- es inherente a la convicción religiosa. La cuestión está en el modo como se hace. En el Imperio Romano el cristianismo se diseminó por medio de la predicación y el testimonio; en la Edad Media por la imposición y la represión; hoy por la persuasión y los medios de comunicación.

Las escuelas confesionales tienen el deber de, no sólo incluir en el currículo la enseñanza religiosa, sino de evangelizar a sus alumnos. Me extraña ver un colegio católico cuya dirección no se empeña en que sus alumnos conozcan los fundamentos de la fe cristiana, participen de actos litúrgicos y, al menos una vez al año, hagan un retiro espiritual. Mejor sería desadjetivarse como católico y asumirse como profano.

La escuela pública es, a imagen y semejanza del Estado brasileño, intrínsecamente laica. No tiene derecho a privilegiar a ésta o aquella denominación religiosa. Pero tampoco puede ignorar las variantes religiosas practicadas en nuestro país. Ésa es una cuestión cultural. Atenta contra sí misma la escuela cuyos alumnos se forman sin nociones elementales de cristianismo, islamismo, judaísmo y espiritismo; tradiciones afrobrasileñas (candomblé, umbanda, etc.), indígenas (San Daime, Unión del Vegetal, etc.) y orientales (budismo, etc.).

Si la clase es de cultura religiosa, debiera ser obligatoria, así como lo son las de culturas histórica, geográfica, química, matemática, etc. Lo que me parece incongruente es meter en el currículo una disciplina optativa centrada en una denominación religiosa específica. El lugar para la catequesis es la familia, el colegio religioso y la comunidad confesional, no la escuela pública.

Lo que es necesario adoptar en toda nuestra enseñanza, como tema transversal en todas las asignaturas, desde la enseñanza fundamental hasta la universidad, son los valores éticos. Es uno de los caminos para reducir el número de sacerdotes pedófilos, pastores difamadores, médicos irresponsables, abogados conniventes con la delincuencia, políticos corruptos, etc.

España acaba de incluir en el currículo escolar la asignatura Educación Ciudadana. Equivale a nuestras antiguas Educación Moral y Cívica y Organización Social y Política Brasileña, sin el matiz de la dictadura. ¿Cómo volver religiosa a una generación educada sin los valores básicos de bien común, solidaridad, cuidado del otro? ¿Cómo volver mejor a una nación sin un pueblo dotado de conciencia ciudadana y empeñado en el mejoramiento de la democracia?

El fundamento de la religión es la ética. La raíz de la ética es la educación. Queda por saber si la educación desea formar ciudadanos o consumidores, personas íntegras o solamente mano de obra calificada para el mercado de trabajo. (Traducción de J.L.Burguet)

- Frei Betto es escritor, autor, junto con Paulo Freire y Ricardo Kotscho, de “Esa escuela llamada vida”, entre otros libros.
https://www.alainet.org/es/active/16593
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