III Cumbre Indígena: Construir una agenda común
26/03/2007
- Opinión
El sitio sagrado maya Iximche’, símbolo de resistencia y lugar en donde se fundó Guatemala, es actualmente escenario de la III Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala que culminará el 30 de marzo con una movilización en la capital.
Esta tercera cita expresa un momento de avance del proceso de autoconvocatoria que se inició en tierras aztecas, con la primera Cumbre celebrada del 28 al 30 de octubre del año 2000, y que luego tuvo su escala en Quito, Ecuador, en el mes de julio de 2004, donde se reafirmó el compromiso de seguir luchando por los derechos indígenas, los recursos naturales y contra el imperialismo, sostuvo Rodolfo Pocop, de Waquib Kej, la instancia organizadora del evento.
Una expresión de estos desarrollos en América Latina y en el continente, señala, es la elección de Evo Morales, un presidente indígena que no es solo de Bolivia sino de todas las nacionalidades indígenas en América Latina. Y en esta perspectiva, hace parte de la agenda la elaboración de una plataforma política de participación para los pueblos indígenas, para evitar el racismo, la discriminación y la exclusión.
La Cumbre es una oportunidad para compartir experiencias y unificar los sueños para plantearnos una agenda consensuada, plantear el derecho a ser diferentes y a reafirmar la unión con todos los sectores en la búsqueda de un futuro digno para cada uno de los pueblos, destacó, por su parte, la líder kechwa ecuatoriana Blanca Chancoso. Es una búsqueda por el reconocimiento de los pueblos indígenas como actores, por la vigencia de estados plurinacionales, no folclor, acotó.
También se refirió a la urgencia de encontrar alternativas a la deuda externa. "Nosotros como pueblo seguimos reclamando que hay una deuda histórica", dijo, para luego precisar que los colonialistas "se enriquecieron con nuestro tesoro, nosotros no les debemos nada, pero con la mal llamada de deuda externa, siguen embargando territorios indígenas, siguen firmando las cartas de intención, que no son más que paquetes de medidas económicas".
Al expresar el saludo de los pueblos aimara y kechwa, el canciller boliviano David Choquehuanca destacó que "estamos en tiempos de cambios". Nuestros pueblos quieren integración y nosotros queremos volver al camino del equilibrio no sólo entre hombres sino con la naturaleza; las leyes son excluyentes, han generado pobreza, sequías, diluvios, han herido a la Madre Tierra, han herido de muerte a nuestro planeta, no hemos aprehendido a movernos con las leyes de la naturaleza, remarcó.
Nuestros lugares sagrados han persistido durante más de 500 años -añadió el ministro boliviano-, en donde tenemos que aprender a vivir con las leyes de la madre naturaleza: cosmoser no es igual a conocer; cosmocer es la sabiduría de los pueblos indígenas de nuestros antepasados con la cual haremos posible que el sol salga de nuevo para nosotros, para recuperar nuestra cultura, nuestra soberanía, nuestros recursos naturales, nuestra identidad, nuestra música, nuestros saberes, nuestros cerros, nuestros ríos, estamos en pleno proceso de recuperación.
Después de 500 años nos estamos resistiendo a la sucia política que han venido utilizando los gobiernos, estamos encaminándonos a recuperar el poder, tenemos que construir un poder alternativo, tenemos que tener la capacidad de construir una agenda común, en Canadá quieren cambios, en Estados Unidos quieren cambios; “pachacutik” es igual al retorno del equilibrio, los indígenas buscamos una vida armónica entre la naturaleza y el hombre.
Esta tercera cita expresa un momento de avance del proceso de autoconvocatoria que se inició en tierras aztecas, con la primera Cumbre celebrada del 28 al 30 de octubre del año 2000, y que luego tuvo su escala en Quito, Ecuador, en el mes de julio de 2004, donde se reafirmó el compromiso de seguir luchando por los derechos indígenas, los recursos naturales y contra el imperialismo, sostuvo Rodolfo Pocop, de Waquib Kej, la instancia organizadora del evento.
Una expresión de estos desarrollos en América Latina y en el continente, señala, es la elección de Evo Morales, un presidente indígena que no es solo de Bolivia sino de todas las nacionalidades indígenas en América Latina. Y en esta perspectiva, hace parte de la agenda la elaboración de una plataforma política de participación para los pueblos indígenas, para evitar el racismo, la discriminación y la exclusión.
La Cumbre es una oportunidad para compartir experiencias y unificar los sueños para plantearnos una agenda consensuada, plantear el derecho a ser diferentes y a reafirmar la unión con todos los sectores en la búsqueda de un futuro digno para cada uno de los pueblos, destacó, por su parte, la líder kechwa ecuatoriana Blanca Chancoso. Es una búsqueda por el reconocimiento de los pueblos indígenas como actores, por la vigencia de estados plurinacionales, no folclor, acotó.
También se refirió a la urgencia de encontrar alternativas a la deuda externa. "Nosotros como pueblo seguimos reclamando que hay una deuda histórica", dijo, para luego precisar que los colonialistas "se enriquecieron con nuestro tesoro, nosotros no les debemos nada, pero con la mal llamada de deuda externa, siguen embargando territorios indígenas, siguen firmando las cartas de intención, que no son más que paquetes de medidas económicas".
Al expresar el saludo de los pueblos aimara y kechwa, el canciller boliviano David Choquehuanca destacó que "estamos en tiempos de cambios". Nuestros pueblos quieren integración y nosotros queremos volver al camino del equilibrio no sólo entre hombres sino con la naturaleza; las leyes son excluyentes, han generado pobreza, sequías, diluvios, han herido a la Madre Tierra, han herido de muerte a nuestro planeta, no hemos aprehendido a movernos con las leyes de la naturaleza, remarcó.
Nuestros lugares sagrados han persistido durante más de 500 años -añadió el ministro boliviano-, en donde tenemos que aprender a vivir con las leyes de la madre naturaleza: cosmoser no es igual a conocer; cosmocer es la sabiduría de los pueblos indígenas de nuestros antepasados con la cual haremos posible que el sol salga de nuevo para nosotros, para recuperar nuestra cultura, nuestra soberanía, nuestros recursos naturales, nuestra identidad, nuestra música, nuestros saberes, nuestros cerros, nuestros ríos, estamos en pleno proceso de recuperación.
Después de 500 años nos estamos resistiendo a la sucia política que han venido utilizando los gobiernos, estamos encaminándonos a recuperar el poder, tenemos que construir un poder alternativo, tenemos que tener la capacidad de construir una agenda común, en Canadá quieren cambios, en Estados Unidos quieren cambios; “pachacutik” es igual al retorno del equilibrio, los indígenas buscamos una vida armónica entre la naturaleza y el hombre.
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