No jodan con el pueblo
26/12/2001
- Opinión
La lectura de los acontecimientos y las políticas generalmente se
desarrollan sobre los hechos en la superficie, es decir, en los
escenarios que impone el modelo en el poder. Rara vez se hace una
lectura de los ríos subterráneos que no se ven en la superficie, pero que
arrastran en su cauce la confluencia de muchos otros cauces y en momentos
determinados, hacen irrupción en la superficie; son los emergentes
históricos de los pueblos cuando dejan de ser espectadores y se asumen
como protagonistas y constructores de su propia historia.
Los sectores políticos y económicos que se creen los dueños del poder,
menosprecian la capacidad de reacción de los pueblos y siempre lo ven
como agentes pasivos y manipulables.
Los cauces de los ríos subterráneos al confluir en el gran río, dejan de
ser aguas tranquilas y emergen con toda fuerza y capacidad de alterar y
transformar los acontecimientos, como cambiar la histórica, se vuelven
incontrolables para aquellos que trataron de dominarlo y mantenerlo en el
silencio subterráneo.
Esos ríos son los imprevistos históricos que nacen en la conciencia
colectiva de los pueblos.
En América Latina en las últimas décadas marcadas por la represión, las
dictaduras, la voracidad económica, han surgido los ríos subterráneos de
la resistencia, de los valores, sociales y humanos, el continente tiene
muchos emergentes que son ejemplos; como el Movimiento de los Sin Tierra
en Brasil, los movimientos indígenas en Ecuador y México, como en
Chiapas, los organismos de derechos humanos en toda América Latina, el
Foro Social Mundial en Porto Alegre, los movimientos de mujeres que día a
día van adquiriendo mayor protagonismo social, cultural y político.
En los países industrializados el movimiento de anti-globalización que
mostró su rostro en Seatle, Génova y Davos, frente a las políticas de
imponer el “pensamiento único” del neoliberalismo y la dictadura global.
La Argentina es víctima de las políticas neoliberales y de la voracidad
que ha impuesto el “terrorismo económico”, con el saqueos de los recursos
del pueblo. Los hechos recientes ponen en evidencia el hartazgo, la
desilusión y frustraciones que durante el gobierno peronista de Carlos
Menem quien con la promesa del futuro, hipotecó el presente.
Le siguió el gobierno radical de Fernando De la Rúa quien profundizó el
modelo neoliberal, aceptó las imposiciones del FMI y privilegió el pago
de los intereses de la deuda externa, sobre la deuda social.
Quien fuera ministro de economía, Domingo Cavallo fue el gestor de las
políticas de ajuste, capitalización y privatizaciones, los megacanjes y
no satisfecho con haber destruido la capacidad productiva del país y como
agente de la voracidad del FMI, impone sus políticas sobre el pueblo,
congela los fondos bancarios de los medianos y pequeños ahorristas y
somete a la pobreza a las dos terceras partes de la población.
El pueblo argentino queda en un estado de indefensión jurídica total.
En muchas provincias, como en la capital surgieron grupos de afectados al
sufrir los embates del plan económico impuesto, los despidos, la
exclusión social, el hambre y reaccionaron con los piquetes, las huelgas,
las marchas para reclamar los derechos perdidos o postergados.
Es increíble que en un país como la Argentina, productor de alimentos se
mueran más de 100 niños por día de hambre y enfermedades evitables. Los
jubilados, después de 35 ó 40 años de trabajo y de aportes a las cajas,
no se les paga la jubilación o se les reduce y se ven sometidos y
transformados en mendigos del Estado.
El pueblo harto de tantas agresiones salió a reclamar sus derechos en una
pueblada como pocas veces se vivió en el país.
La represión fue brutal con un saldo de 31 muertos y cientos de heridos,
entre ellos menores de edad, como miles de detenidos, algunos de los
cuales fueron liberados. El gobierno del presidente De la Rúa no tuvo la
voluntad política de enfrentar esa grave situación y quedó aislado, aún
de sus aliados y de su propio partido político, la Unión Cívica Radical,
privilegió al gran capital financiero y las políticas impuestas por el
FMI, sobre las necesidades del pueblo. Congeló los fondos bancarios de
los pequeños y medianos ahorristas, agudizando la recesión, bajando
salarios, no pagando a los jubilados No quiso escuchar ni ver la
situación social, podría sintetizar que fue un “gobierno autista”, con el
trágico desenlace que nos duele a todos.
Situación similar fue la vivida en el Ecuador y responsable de la
aplicación del mismo modelo, el ex ministro de economía, quien fuera
contratado por el gobierno del Ecuador. Debe se un alerta del proceso
que pueden sufrir otros pueblos de Latinoamérica y en otros continentes,
dónde se aplica las mismas políticas impuesta por el FMI y la voracidad
financiera. La rapiña financiera se puso en evidencia que cuando
soportábamos la fuerte represión en la Plaza de Mayo, como en otros
puntos del país, la Bolsa de Valores aumentó 15 puntos. La voracidad
financiera no tiene limites.
El partido justicialista hizo cuanto tuvo a su alcance para apurar la
caída del gobierno, le faltó voluntad política y grandeza. Los hechos
que sucedieron a la fuerte represión y cambio de gobierno, con la
designación del gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, como
presidente provisional de la nación, ponen en evidencia la voracidad
política; los dirigentes políticos del peronismo esperan repartirse los
despojos de la patria. Lo han tomado y festejado como un triunfo, cuando
en realidad el pueblo no les ha dado ningún voto de confianza, ya que son
responsables durante el gobierno de Carlos Menem de la grave situación
que se vive. El peronismo, violando la Constitución Nacional, por tener
mayoría parlamentaria ha impuesto la ley de Lemas, un aberración y lucha
interna del partido para ver quién se queda con los despojos del poder.
El pueblo permanece alerta observando el curso de los acontecimientos y
políticas a aplicar por el actual gobierno provisional.
El programa de gobierno presentado por Rodríguez Saá en la vorágine de
los acontecimientos, es contradictorio, llamado a elecciones en 60 días,
pero presente un programa para cuatro años, reduce los ministerios,
promete un millón de puestos de trabajo, habla de las Madres de Plaza de
Mayo y recibe a un grupo en Casa de Gobierno, por el otro lado deja en
manos de las fuerzas armadas las obras sociales, sin el esclarecimiento
de los hechos aberrantes durante la época de la dictadura y las
consecuencias para el pueblo.
No ha mencionado a quienes saquearon el país, a los centros del poder
económico.
Ha dicho que no pagará la deuda externa. No es novedad porque la
Argentina está imposibilitada de hacerlo. Hay que presentar propuestas
concretas sobre la deuda.
Los acontecimientos se precipitan y no hay tiempo para poner remiendos a
los graves problemas para que nada cambie. La experiencia dice que la
situación argentina puede ser semejante al Ecuador, cuando el pueblo en
su pueblada provoca la renuncia del entonces presidente Jamil Mahuad,
llega un gobierno de transición y terminan dolarizando la economía con la
graves consecuencias para el pueblo.
Otro de los graves problemas y que es necesario estar atento es la re-
militarización de América Latina por los EE.UU., la instalación de bases
militares a cambio de créditos, como en el Ecuador cuando ceden la base
militar de Manta a EE.UU. para el Plan Colombia, las maniobras militares
bajo la dirección de los EE.UU. en la Argentina, denominadas Cabaña 2000
y 2001, la instalación de bases militares, sin la aprobación del
parlamento, en Tierra del Fuego, en Bariloche y en Zárate, son
indicadores de la militarización continental, lo mismo podríamos señalar
en otros países.
La imposición del ALCA para todo el continente y las políticas de ajuste,
capitalización y privatizaciones, como el aumento de la pobreza y
exclusión social, ponen en evidencia las perspectivas para la vida de los
pueblos. Las pocas industrias que quedan serán barridas, EE.UU.
subvenciona su producción y los países latinoamericanos no están en
condiciones de poder competir en plan de igualdad.
Un cambio de gobierno no significa nada sino va acompañado de políticas
sociales y cambios estructurales a la actual situación, puede ser un
cambio de maquillaje y nada mas para continuar con las políticas de
entrega y pérdida de la soberanía.
El Frente Nacional Contra la Pobreza, ha realizado una Consulta Popular
con más de 3 millones de votos, sobre el seguro de trabajo y empleo para
que no haya pobres en la Argentina, un hecho inédito y positivo que no ha
sido escuchado.
Otro signo de esperanza es el Foro Social Mundial a realizarse en Porto
Alegre, Brasil a fines de enero del 2002 y principio de febrero, se está
tratando de construir el “pensamiento Propio”, frente al “pensamiento
único” que tratan de imponer. La resistencia de los pueblos y sus
emergentes tienen la capacidad de cambiar la historia y superar las
dominaciones.
Esperamos que este gobierno y las dirigencias políticas lo entiendan. No
jodan con el pueblo, que está alerta y espera respuestas dignas, frente a
quienes a todo le ponen precio y valor a nada. Precio y valor no son lo
mismo. Esperamos que hayan aprendido la lección que el pueblo les dio.
Buenos Aires, 26 de diciembre de 2001
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