La izquierda y la soberanía nacional
27/06/2007
- Opinión
Intervención de Héctor Béjar Rivera, Coordinador del Frente Amplio de Izquierda, en el Encuentro Por la Soberanía Nacional llevado a cabo el viernes 22 de junio 2007 en el Centro Cívico de Lima
Queridos compañeros:
Hoy izamos en este recinto la bandera roja y blanca de nuestra patria el Perú. Las banderas rojas y blancas rodean este estrado porque nos encontramos en una situación excepcional. Nunca el peligro externo amenazó como lo hace ahora los derechos de nuestro pueblo, su cultura y su identidad. El peligro externo de los poderosos del dinero y la explotación se ha convertido ahora en ocupación económica interna, en represión contra el pueblo, en privatización del Estado que en vez de pertenecer a todos los peruanos ha sido ocupado por los monopolios y las mafias.
El petróleo
El año en que fue primero descuartizada y después privatizada, Petroperú rindió al Estado 600 millones de dólares cuando el precio del petróleo estaba en 30 dólares el barril.
Los fanáticos privatizadores de entonces insistieron en vender a precio irrisorio una empresa que no perdía dinero y que había sido construida de a pocos con el esfuerzo de varios gobiernos. Primero con el gobierno de Belaunde que construyó la refinería de la Pampilla luego con la nacionalización de Talara realizada por el General Velasco y después con el gigantesco oleoducto enorme obra de ingeniería que fue construida a un costo de 300 millones de dólares por el gobierno del general Velasco sin que haya derrames ni estafas al erario nacional como sí las hubo en el ya tristemente famoso gasoducto de la Techint. Pero Petroperú fue privatizada de todos modos, sí o sí, a pesar de ser una empresa rentable.
Preguntémonos ahora cuánto ganaría Petroperú cuando el petróleo ha superado los 60 dólares por barril. Cuántos millones de dólares han dejado de convertirse en hospitales y escuelas y, en vez de ello, fluyen hacia el exterior sin ningún beneficio ni para los pueblos indígenas que habitan la región amazónica de donde el petróleo es extraído ni para el resto del pueblo del Perú. Qué país tendríamos con una moderna industria de refinación y de petroquímica para producir los insumos que alimentarían a una industria nacional moderna y próspera que de trabajo a los peruanos y peruanas. En vez de ello, tenemos empresas que extraen el petróleo del subsuelo, que nos van dejando sin este recurso agotable y que solo dejan deforestación, irresponsabilidad en la explotación, desprecio por los pueblos amazónicos y miseria. Y así tenemos la paradoja que la zona más rica en petróleo es a la vez aquella donde existe más abandono y miseria.
Fue la nacionalización del petróleo aquella que dignificó a México bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas. Fue Petrobras, la gran obra de un Brasil que se irguió luchando por su liberación económica bajo el gobierno de Getulio Vargas y de Goulart. Fue con Velasco que el Perú acabó con el ultraje del laudo de la Brea y Pariñas. Es la recuperación de Pedevesa aquello que los monopolios y sus aliados de siempre no le perdonan al valiente gobierno de Hugo Chávez. Y desde aquí, esperamos que nuestras voces de desagravio lleguen hasta la hermana Caracas. Porque las frases despreciativas de los corruptos políticos peruanos, o los insultos desaforados de una televisión y una prensa cómplice, no reflejan la opinión del pueblo peruano que sabe e intuye a pesar de la cortina de calumnias, que Hugo Chávez está haciendo en Venezuela lo que hay que hacer aquí: recuperar los recursos naturales y ponerlos al servicio de la nación. Lo que los reaccionaros temen es el ejemplo ¡Defendamos al gobierno hermano de Hugo Chávez! ¡Recuperemos el petróleo para los peruanos y fortalezcamos Petroperú!
El oro y las minas
Desde 1990 hasta la fecha, se ha extraído más oro de las minas peruanas que todo el que se llevaron los conquistadores españoles durante los cuatro siglos de opresión colonial. Las modernas tecnologías usadas por Barrica, Manhatan y Newmont les permiten extraer tres millones de onzas de oro anuales, desecando una a una las lagunas del complejo acuífero andino y contaminando las aguas que sirven para regar nuestros campos y para beber en las ciudades.
El oro de Cajamarca que ya causó en el siglo XVI la muerte de Atahualpa, se traga hoy las lagunas del complejo acuífero de ese departamento, contamina con mercurio las aguas que usa. Pero además genera desigualdad, mercenarismo, corrupción, pobreza y prostitución. A la tranquilidad semifeudal de la antigua Cajamarca, ha sucedido súbitamente, por efecto de la inversión en minería, el desalmado capitalismo y la prepotencia de los ricos contra cualquier protesta de las comunidades y aun el asesinato de pobladores por paramilitares o parapolicías como acaba de suceder en Casapalca. El distrito de donde extrae sus riquezas una de las más importantes minas de oro del mundo, La Encañada, es el mismo donde existe un 60% de desnutrición crónica entre los niños menores de cinco años. El departamento del oro, Cajamarca, es aquél con menor proporción de energía eléctrica por habitante.
Nosotros no queremos más feudalismo, pero tampoco queremos más capitalismo saqueador. Reivindicamos el derecho del Perú a explotar sus recursos naturales ya sea por obra de empresas pertenecientes al Estado o por el Estado en asociación con empresas privadas. Pero siempre que se pague regalías e impuestos por el mineral extraído, no se afecte el ecosistema y se respete los derechos de los pueblos a compartir la riqueza generada y a contar con agua y aire limpios.
La pesca y las 200 millas de mar territorial
Hoy como ayer, la anchoveta y el pescado que deberían servir para alimentar a una población desnutrida son vendidas a bajo precio para alimentar el ganado de la Unión Europea y China.
Los grandes barcos pesqueros, en complicidad con las autoridades de la Marina cuya misión debería ser cuidar nuestras aguas territoriales, penetran dentro de las cinco millas que están destinadas a la pesca artesanal para el consumo. Decenas de miles de pescadores artesanales y sus familias son diariamente afectados por este saqueo que los empobrece y que hace que el abundante pescado de nuestras aguas llegue a precios inalcanzables a nuestros mercados. Estas mismas empresas son aquellas que saquean nuestro mar, lo contaminan irresponsablemente con sus desechos y aquellas que, para variar, se niegan a pagar por lo extraído. Nunca se le ocurrió a un Estado cómplice cobrar por millones de toneladas de pescado extraídas anualmente en la más primitiva práctica de pesca y recolección.
Y cuando, bajo el gobierno de Velasco, el Estado expropió esta gigantesca industria extractiva y la convirtió en una gran empresa nacional, Pescaperú, el entreguista gobierno de Morales Bermúdez, que sucedió al de Velasco luego de un golpe de estado, remató a precios indignos nuestra flota pesquera que era la primera del mundo. Miles de barcos pesqueros fueron entregados entonces a precios de remate a nuestros competidores del sur en una operación que equivalió a una verdadera traición económica, para que los mismos barcos, ahora con una bandera extranjera, vengan a nuestras costas a extraer el pescado que pertenece al país sin pagar nada a cambio. ¡Recuperemos nuestro dominio marítimo! ¡Hagamos realidad nuestra soberanía económica sobre las 200 millas de mar territorial!
La Amazonia y el ecosistema
Las selvas amazónicas son sistemáticamente deforestadas. Millones de hectáreas de bosque desaparecen todos los años en búsqueda de la preciosa caoba cuyo uso está prohibido. La voracidad de los traficantes madereros acabará por convertir la selva en un desierto si no paralizamos el saqueo amazónico.
Y en la selva, la soberanía nacional empieza por la defensa de los derechos de los pueblos indígenas a vivir y alimentarse como lo han hecho desde cientos de años, sin afectar al medio ambiente. Por el apoyo a nuestros hermanos loretanos o del alto amazonas a quienes un Estado que no es capaz de hacer ni carreteras ni caminos pretende cobrar impuestos, mientras exonera de impuestos a la gran minería, las empresas petroleras, a los casinos y casas de juego.
La soberanía nacional, en estos tiempos de globalización, no se expresa solamente a través del dominio soberano sobre los recursos del subsuelo, las aguas o la tierra sino que abarca todo el ecosistema en una época en que el mundo está amenazado por el calentamiento global causado por un capitalismo voraz.
Desperdiciamos las aguas, horadamos los Andes sin ningún beneficio para el país, envenenamos el aire, echamos a perder uno de los países más hermosos y privilegiados del planeta para enriquecer a unos cuantos enemigos del pueblo.
Trabajo digno con derechos
Pero el saqueo no se limita a los recursos naturales. El trabajo digno con derechos, seguridad social y jornada de ocho horas es una utopía en el Perú.
Las mujeres que laboran en las empresas de agroexportación trabajan doce y catorce horas muchas veces en trabajo nocturno y dentro de cabinas de frío. Los niños son semi esclavos o esclavos en los lavaderos de oro y las ladrilleras. Los jóvenes tienen que mendigar empleo. Educamos una generación de vendedores callejeros, acróbatas en los cruces callejeros mendigos en los semáforos, vigilantes nocturnos que trasnochan y arriesgan la vida para poder vivir, cobradores de combis, lavadores de carros, impulsoras de supermercados, anfitrionas de casinos, niños y niñas que se prostituyen en las calles de Lima y las ciudades de la sierra y que crecen en un mundo de miseria material y moral. Esa es la sociedad que ha sido capaz de construir el neoliberalismo bajo la bandera negra de la calavera y las tibias cruzadas del libre mercado. Ese es el paraíso que nos ofrecen: el del tráfico de personas, de mujeres y niños.
Contra esa sociedad, nosotros oponemos la sociedad del trabajo digno, de los servicios sociales para todos sin discriminaciones. La sociedad en la cual cada trabajador y cada trabajadora vea respetados sus derechos y reciba la compensación adecuada a su esfuerzo. La sociedad que haciendo realidad una democracia de verdad, camine hacia una nueva república y hacia el socialismo.
Eso significa para empezar una política económica independiente de los monopolios dedicada a crear empleo pleno. Significa recuperar nuestro mercado interno apoyando decididamente a las empresas nacionales surgidas del esfuerzo de las familias peruanas. Significa dirigir los créditos bancarios a la producción y que el dinero del Estado que ahora es depositado en los grandes bancos privados y manejado por ellos, sea orientado hacia la agricultura nacional y las empresas manufactureras peruanas que puedan producir para un mercado interno en permanente ampliación no solo por el aumento de los consumidores sino por su cada vez mayor capacidad de consumo individual.
Seguridad Social
Esta política de empleo pleno y de verdadero crecimiento económico basado en la producción nacional y no en el saqueo del país debe correr paralela con la extensión de la seguridad social a todos los peruanos y peruanas en todo el país.
Un solo sistema de seguridad social moderno y descentralizado, manejado por los propios asegurados y no por los gobernantes de turno debe proporcionar servicios de salud, medicinas en condiciones de dignidad, y debe ser financiado por los impuestos que todos pagamos y que ahora van a parar al pago de la deuda externa. Ese sistema de seguridad social debe reemplazar a la vetusta, indigna y corrupta Essalud actual donde los pacientes hacen colas interminables para obtener atención. Y para ello debemos convocar a los asegurados y los pensionistas de todo el país a renovar de arriba abajo la mal denominada seguridad social y reemplazarla por un sistema de aseguramiento universal que llegue a los barrios y a los hogares con medicina preventiva sin necesidad de que los pacientes ya enfermos tengan que mendigar una consulta o mueran como consecuencia de una atención irresponsable.
Las AFP, la banca privada y los usureros
Los ahorros de los peruanos que tienen el privilegio de estar en planilla también son capturados por los bancos. 11% de los salarios ya de por si exiguos de los trabajadores son derivados a las Administradoras de Fondos de Pensiones sin que los ahorristas tengan ningún control sobre sus fondos. 15 mil millones de dólares han ido así a alimentar la inmensa masa líquida con que ahora cuentan unas cuantas familias para sus empresas y que crece mes a mes. Y también para que el Estado, como en los tiempos del seguro social, cuando se gastaba irresponsablemente el fondo de pensiones, pague con ese dinero la deuda externa del país, presentando esto como un manejo eficiente de las finanzas públicas. Planteamos que el gobierno cumpla con aquello que ofreció en su campaña electoral: liberar a los ahorristas de la jaula de las AFP. Exigimos que el dinero succionado por las AFP sirva para promover el desarrollo del país y no las ya repletas bolsas de especuladores y banqueros.
La parte del salario que no va a las AFP o las escuálidas ganancias de los trabajadores son succionados por los leoninos bancos que algunas empresas chilenas han implantado en el Perú. La usura, que antes era condenada y perseguida, ahora es permitida y promovida por un Estado cómplice.
Los sueldos de hambre de nuestros trabajadores de la clase media son complementados por el crédito de tiendas al detalle que nos venden con luces y propaganda, ropa y materiales de desecho de otros países cobrándonos gastos e intereses que sobrepasan el 100% anual mientras las pequeñas empresas formadas por las familias quiebran ante la competencia desleal que el Estado promueve.
Nuestros indefensos consumidores deben pagar dos y tres veces el precio de mercaderías de saldo que sobran en otros países en vez de comprar mercaderías de mejor calidad hechas en el país con algodón cultivado por nuestros agricultores y tejidos elaborados por nuestras fábricas. La necesidad, la ignorancia o el candor de los consumidores son usados por los medios de comunicación que cautivan a sus oyentes y televidentes atrayéndoles a las fauces de los usureros que destruyen las economías hogareñas y el país. Por eso, es la defensa de los consumidores y no solo mejores salarios y condiciones de trabajo para los trabajadores, aquello que debe estar en las primeras líneas del programa de una izquierda renovada que haga frente a la globalización de la usura. ¡Demandamos el control de la usura, y el apoyo a la producción nacional!
Los medios de comunicación
De esta manera, el voraz capitalismo de hoy succiona los recursos naturales del país, monopoliza las comunicaciones, se apropia del mercado interno y ha logrado en la práctica abolir los derechos laborales conquistados a lo largo de años de esfuerzo y de luchas. Pero luego de convertir a miles de personas en miserables o semi esclavos, pretende dominar sus conciencias. Los medios de comunicación han sido envilecidos.
El espectro radioeléctrico que pertenece a la nación es monopolizado de manera vitalicia por los Delgado Parker o los Ibcher. Los periodistas que hacen periodismo de investigación son silenciados cuando sus denuncias no convienen al juego de los grupos y mafias que se disputan el poder del estado. La ignorancia, la ramplonería, la basura televisiva es esparcida horas y horas e introducida a los hogares peruanos bajo la coartada de la libertad de prensa.
El Perú vio asombrado como los Crousillat, los Delgado Parker o los Schutz desfilaban por la famosa salita del SIN vendiendo sus televisoras y sus periódicos y comprometiéndose a llenar de lodo a los enemigos del régimen neoliberal.
Cientos de millones de dólares son debidos al estado por pago de impuestos. Pero otros cientos de millones de dólares procedentes del dinero de todos los peruanos les son regalados en forma de publicidad estatal para mantenerlos bajo el dominio del régimen de turno. Bajo la cobertura de libertad de expresión es en realidad el chantaje al que se libran las mafias que compiten dentro del sector dominante o quienes se disputan la presa del presupuesto del Estado, aquello que se exhibe impunemente ante la impotencia de los televidentes, lectores o radio oyentes, que no tienen ningún derecho a controlar la basura que ingresa cotidianamente a sus hogares. No son las ideas sino los instintos y los temores, los sentimientos más bajos del ser humano aquello que se excita desde estos medios de comunicación. Por eso la medida de Hugo Chávez de no renovar la licencia de RCTV es un ejemplo que lejos de ser condenado debe ser aplaudido.
Demandamos un estatuto de ética para los medios de difusión y mecanismos democráticos mediante los cuales los televidentes y radio oyentes puedan demandar información imparcial entretenimiento limpio y educación.
Corrupción y ausencia de valores
Los primeros capitalistas del siglo XVI enarbolaron su derecho al libre comercio en nombre de la libertad y la moral. Los capitalistas especuladores de hoy realizan un saqueo sistemático del mundo haciendo uso de la corrupción.
Lo que llamamos neoliberalismo o modelo neoliberal es en realidad una larga cadena de complicidades y negociados que viene desde las empresas transnacionales de la droga, el tráfico de armas, los paraísos fiscales y la especulación bancaria y extiende sus tentáculos a través de los gobiernos, los ministerios, los congresos, los estudios de abogados y las empresas concentrando las riquezas en unas pocas manos mediante los negocios sucios. Sólo eso puede explicar la prosperidad de unas cuantas familias ricas, de unos cuantos grupos económicos poderosos, en medio de un mundo de pobreza, hambre y miseria.
Lo peor es que ese ejemplo de falta de escrúpulos, de ausencia de valores, que vemos en la conducta de los gobernantes, penetra todas las capas de la sociedad. El servilismo, la dependencia y el clientelismo, características de las sociedades corruptas y decadentes que no basan su prosperidad en el trabajo sino en el dinero fácil, ha impregnado prácticamente la totalidad de la sociedad peruana. Es el mayor daño que se ha hecho al país, porque no es un daño físico sino moral. Una enfermedad de la conciencia cuya erradicación demorará décadas y generaciones.
Si nuestro egregio González Prada dijo al finalizar el siglo XIX que en el Perú donde se hunde el dedo brota la pus, hoy desgraciadamente tenemos que admitir, a comienzos del siglo XXI que el dedo mismo está purulento.
Por eso tenemos que decir que para nosotros la recuperación de la soberanía nacional pasa no solamente por lo material sino por las conciencias. Para la izquierda de hoy, la recuperación de la dignidad nacional es también el fin de la política de la mano extendida, el término definitivo del clientelaje, del oportunismo. La construcción de la nacionalidad es también y ante todo la construcción del espíritu nacional la reivindicación de la dignidad de un pueblo que ha sido largamente herido y humillado y el castigo para los corruptos donde quiera que se encuentren, ya sea en el gobierno o fuera del gobierno, en el Perú o en Chile evadiendo la extradición.
EL TLC
Los gobernantes peruanos, actuando como agentes de las grandes empresas internacionales, se desesperan porque firmemos el TLC. Ni Costa Rica ni Nicaragua en Centroamérica; ni Brasil, Venezuela, Argentina, Bolivia, Uruguay o Ecuador, firmarán el TLC porque saben que no es un tratado de Libre Comercio sino de Libre Colonización y de subordinación colonial de nuestros mercados al gran mercado imperial. Porque saben que el TLC sería la ruina de la agricultura campesina y la desaparición de los medicamentos genéricos; o la invasión de nuestros países por los desechos de los mercados de los países ricos.
Los dueños de Tip Top o los líderes de la CONFIEP quieren TLC porque no quieren pagar impuestos ni en el Perú ni en los Estados Unidos. ¿Cómo nos hablan de modernidad, tecnología y competitividad, dueños de industrias que usan trabajo semi esclavo, que no respetan la jornada de ocho horas, que usan trabajo infantil, pagan salarios de hambre, prohíben los sindicatos, no pagan impuestos en el Perú y encima no quieren pagar impuestos en los Estados Unidos?
Al TLC, los gobiernos de Bolivia, Venezuela, Argentina, Cuba y otros países han opuesto la alternativa del ALBA un proceso de integración por la base energética, comunicacional, financiera y en las políticas sociales de educación y salud, es decir, empezando por las necesidades de los pueblos y por la base. Y frente a toda esta situación el gobierno peruano, para vergüenza del país, ha elegido subordinarse al imperio, es la alianza del ratón con el gato, o como alguien dijo, el chancho que quiere ser comido, al lado del ya impresentable gobierno de Uribe en Colombia, cuyas relaciones con el crimen paramilitar financiado a su vez por el tráfico de drogas es un hecho público, aislados con una corrupta política de derecha en medio de un continente que reinicia un camino distinto a las consignas del imperio.
Debemos reanudar nuestra campaña contra la firma del TLC. No se trata, como se ha dicho, de buscar un TLC bien negociado sino de evitar que nuestro país caiga en la vergüenza de una espuria alianza con los peores sectores de los Estados Unidos.
EE.UU. pretende instalar bases militares en el Perú
El TLC no es la única amenaza contra nuestro país. Desalojados de Manta y del Ecuador donde su presencia se ha hecho indeseable, los militaristas norteamericanos pretenden ahora instalar una base militar norteamericana en Chiclayo con la tolerancia del gobierno y del Congreso. Con la aprobación del Congreso y el pretexto de acciones cívicas o maniobras militares, oficiales y soldados norteamericanos entran y salen del país como por su casa.
Y así, mientras se grita contra una supuesta intervención extranjera venezolana o cubana, se calla o se aprueba la real ocupación militar de nuestro país por el ejército del imperio. Estaremos muy atentos a estas idas y venidas del señor García, de la Señora Condolezza Rice, del Canciller o del señor Negroponte.
Exigimos que la Cancillería le diga al país qué se está negociando militarmente con los Estados Unidos. Exigimos que el gobierno peruano adopte la misma medida que con toda dignidad nacional acaba de adoptar Costa Rica: que ningún policía o militar vaya a entrenarse a la Escuela de las Américas, porque son escuelas donde se enseña a espiar, perseguir, torturar y asesinar. Exigimos que los congresistas voten contra la presencia de tropas norteamericanas en el país.
Invasión del poder económico de Chile
Nos enfrentamos a una invasión de nuestro mercado y nuestra economía, promovida por los gobernantes que deberían defender nuestra soberanía. Las mejores tierras de la costa, muchas de las cuales fueron habilitadas por las irrigaciones que pagó el Estado con dinero de todos los peruanos, son ahora propiedad de empresas que pertenecen a los mismos millonarios chilenos que hicieron matar a Allende. Los Errázuriz, los Luksic, los Edwards, herederos de aquellos que sirviendo al imperialismo inglés, capturaron a sangre y fuego las salitreras peruanas, saquearon el territorio nacional y asolaron nuestras ciudades y nuestros campos en 1879. Y las mismas familias de la casta dominante peruana, cuya imprevisión hizo posible el desastre de 1879, son aquellas que hoy colaboran a la nueva invasión de comienzos de siglo. La prepotente actitud del estado chileno acerca de las aguas territoriales y los hitos de la frontera terrestre es solo una de las manifestaciones de este proceso.
Así como el fin del siglo XIX presenció el desastre y la vergüenza de la derrota militar peruana, el fin del siglo XX ha presenciado el desastre y la vergüenza de nuestra derrota económica a manos de los herederos de los mismos grupos de mentalidad esclavista y colonial: los Kuzsynski, los Romero, los Montesinos, los Fujimori.
Por eso al mismo tiempo que condenamos el militarismo de los Lynch, Pinochet y sus herederos, recordamos el Chile de Emilio Recabarren, Allende, de Prats, de Neruda, de Víctor Jara, de las víctimas del asesinato masivo en quienes reconocemos a nuestros hermanos.
Es a los explotadores y expoliadores de aquí y de allá, que finalmente son los mismos, a quienes debemos combatir levantando al mismo tiempo la gran bandera común de la unidad e integración latinoamericana; la gran alianza de los pueblos contra los capitalistas usureros y contra los imperialistas.
11 de julio: con la CGTP y el movimiento popular
¿Cómo construir esta alianza? Hoy día hemos dejado nuestras banderas partidarias en la puerta para levantar nuestra única bandera nacional. Así como esta noche hemos sido capaces de hacerlo, también desde ahora, iniciamos el gran recorrido que a partir de este evento nos conduce al 11 de julio, fecha de la movilización nacional convocada por la CGTP en defensa de la soberanía nacional y de los derechos del pueblo. Junto con los trabajadores en Lima y en todas las ciudades del país, en la ciudad y en el campo, hagamos realidad la gran movilización que detenga la gran traición de la corrupta alianza del aprismo gobernante y el fujimorismo.
Hagamos los más sinceros votos para construir la gran alternativa política, social y económica que el Perú necesita. Aquella en que la izquierda histórica a la que pertenecemos, se encuentre con las regiones, con los pueblos, con los gobiernos locales, con las iglesias, con los intelectuales, los estudiantes y las universidades.
Desde las bases construiremos la unidad, pero los dirigentes debemos dar el ejemplo levantando una única bandera. ¡Unidad para construir! ¡Unidad para construir el inmenso poder popular, social y político que recupere el gobierno del Perú de las manos de los enemigos del país! ¡Unidad para gobernar honestamente no para los partidos sino para las peruanas y los peruanos! ¡Unidad para lavar la vergüenza de años de traición y humillación! ¡Unidad para tener al fin una patria libre y justa donde la injusticia haya desaparecido! ¡Unidad para que se encuentren en un abrazo permanente, la paz con la justicia, la creación de riqueza con la distribución!
En resumen ¡Unidad para vencer junto con los trabajadores, junto con la izquierda y la CGTP!
Queridos compañeros:
Hoy izamos en este recinto la bandera roja y blanca de nuestra patria el Perú. Las banderas rojas y blancas rodean este estrado porque nos encontramos en una situación excepcional. Nunca el peligro externo amenazó como lo hace ahora los derechos de nuestro pueblo, su cultura y su identidad. El peligro externo de los poderosos del dinero y la explotación se ha convertido ahora en ocupación económica interna, en represión contra el pueblo, en privatización del Estado que en vez de pertenecer a todos los peruanos ha sido ocupado por los monopolios y las mafias.
El petróleo
El año en que fue primero descuartizada y después privatizada, Petroperú rindió al Estado 600 millones de dólares cuando el precio del petróleo estaba en 30 dólares el barril.
Los fanáticos privatizadores de entonces insistieron en vender a precio irrisorio una empresa que no perdía dinero y que había sido construida de a pocos con el esfuerzo de varios gobiernos. Primero con el gobierno de Belaunde que construyó la refinería de la Pampilla luego con la nacionalización de Talara realizada por el General Velasco y después con el gigantesco oleoducto enorme obra de ingeniería que fue construida a un costo de 300 millones de dólares por el gobierno del general Velasco sin que haya derrames ni estafas al erario nacional como sí las hubo en el ya tristemente famoso gasoducto de la Techint. Pero Petroperú fue privatizada de todos modos, sí o sí, a pesar de ser una empresa rentable.
Preguntémonos ahora cuánto ganaría Petroperú cuando el petróleo ha superado los 60 dólares por barril. Cuántos millones de dólares han dejado de convertirse en hospitales y escuelas y, en vez de ello, fluyen hacia el exterior sin ningún beneficio ni para los pueblos indígenas que habitan la región amazónica de donde el petróleo es extraído ni para el resto del pueblo del Perú. Qué país tendríamos con una moderna industria de refinación y de petroquímica para producir los insumos que alimentarían a una industria nacional moderna y próspera que de trabajo a los peruanos y peruanas. En vez de ello, tenemos empresas que extraen el petróleo del subsuelo, que nos van dejando sin este recurso agotable y que solo dejan deforestación, irresponsabilidad en la explotación, desprecio por los pueblos amazónicos y miseria. Y así tenemos la paradoja que la zona más rica en petróleo es a la vez aquella donde existe más abandono y miseria.
Fue la nacionalización del petróleo aquella que dignificó a México bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas. Fue Petrobras, la gran obra de un Brasil que se irguió luchando por su liberación económica bajo el gobierno de Getulio Vargas y de Goulart. Fue con Velasco que el Perú acabó con el ultraje del laudo de la Brea y Pariñas. Es la recuperación de Pedevesa aquello que los monopolios y sus aliados de siempre no le perdonan al valiente gobierno de Hugo Chávez. Y desde aquí, esperamos que nuestras voces de desagravio lleguen hasta la hermana Caracas. Porque las frases despreciativas de los corruptos políticos peruanos, o los insultos desaforados de una televisión y una prensa cómplice, no reflejan la opinión del pueblo peruano que sabe e intuye a pesar de la cortina de calumnias, que Hugo Chávez está haciendo en Venezuela lo que hay que hacer aquí: recuperar los recursos naturales y ponerlos al servicio de la nación. Lo que los reaccionaros temen es el ejemplo ¡Defendamos al gobierno hermano de Hugo Chávez! ¡Recuperemos el petróleo para los peruanos y fortalezcamos Petroperú!
El oro y las minas
Desde 1990 hasta la fecha, se ha extraído más oro de las minas peruanas que todo el que se llevaron los conquistadores españoles durante los cuatro siglos de opresión colonial. Las modernas tecnologías usadas por Barrica, Manhatan y Newmont les permiten extraer tres millones de onzas de oro anuales, desecando una a una las lagunas del complejo acuífero andino y contaminando las aguas que sirven para regar nuestros campos y para beber en las ciudades.
El oro de Cajamarca que ya causó en el siglo XVI la muerte de Atahualpa, se traga hoy las lagunas del complejo acuífero de ese departamento, contamina con mercurio las aguas que usa. Pero además genera desigualdad, mercenarismo, corrupción, pobreza y prostitución. A la tranquilidad semifeudal de la antigua Cajamarca, ha sucedido súbitamente, por efecto de la inversión en minería, el desalmado capitalismo y la prepotencia de los ricos contra cualquier protesta de las comunidades y aun el asesinato de pobladores por paramilitares o parapolicías como acaba de suceder en Casapalca. El distrito de donde extrae sus riquezas una de las más importantes minas de oro del mundo, La Encañada, es el mismo donde existe un 60% de desnutrición crónica entre los niños menores de cinco años. El departamento del oro, Cajamarca, es aquél con menor proporción de energía eléctrica por habitante.
Nosotros no queremos más feudalismo, pero tampoco queremos más capitalismo saqueador. Reivindicamos el derecho del Perú a explotar sus recursos naturales ya sea por obra de empresas pertenecientes al Estado o por el Estado en asociación con empresas privadas. Pero siempre que se pague regalías e impuestos por el mineral extraído, no se afecte el ecosistema y se respete los derechos de los pueblos a compartir la riqueza generada y a contar con agua y aire limpios.
La pesca y las 200 millas de mar territorial
Hoy como ayer, la anchoveta y el pescado que deberían servir para alimentar a una población desnutrida son vendidas a bajo precio para alimentar el ganado de la Unión Europea y China.
Los grandes barcos pesqueros, en complicidad con las autoridades de la Marina cuya misión debería ser cuidar nuestras aguas territoriales, penetran dentro de las cinco millas que están destinadas a la pesca artesanal para el consumo. Decenas de miles de pescadores artesanales y sus familias son diariamente afectados por este saqueo que los empobrece y que hace que el abundante pescado de nuestras aguas llegue a precios inalcanzables a nuestros mercados. Estas mismas empresas son aquellas que saquean nuestro mar, lo contaminan irresponsablemente con sus desechos y aquellas que, para variar, se niegan a pagar por lo extraído. Nunca se le ocurrió a un Estado cómplice cobrar por millones de toneladas de pescado extraídas anualmente en la más primitiva práctica de pesca y recolección.
Y cuando, bajo el gobierno de Velasco, el Estado expropió esta gigantesca industria extractiva y la convirtió en una gran empresa nacional, Pescaperú, el entreguista gobierno de Morales Bermúdez, que sucedió al de Velasco luego de un golpe de estado, remató a precios indignos nuestra flota pesquera que era la primera del mundo. Miles de barcos pesqueros fueron entregados entonces a precios de remate a nuestros competidores del sur en una operación que equivalió a una verdadera traición económica, para que los mismos barcos, ahora con una bandera extranjera, vengan a nuestras costas a extraer el pescado que pertenece al país sin pagar nada a cambio. ¡Recuperemos nuestro dominio marítimo! ¡Hagamos realidad nuestra soberanía económica sobre las 200 millas de mar territorial!
La Amazonia y el ecosistema
Las selvas amazónicas son sistemáticamente deforestadas. Millones de hectáreas de bosque desaparecen todos los años en búsqueda de la preciosa caoba cuyo uso está prohibido. La voracidad de los traficantes madereros acabará por convertir la selva en un desierto si no paralizamos el saqueo amazónico.
Y en la selva, la soberanía nacional empieza por la defensa de los derechos de los pueblos indígenas a vivir y alimentarse como lo han hecho desde cientos de años, sin afectar al medio ambiente. Por el apoyo a nuestros hermanos loretanos o del alto amazonas a quienes un Estado que no es capaz de hacer ni carreteras ni caminos pretende cobrar impuestos, mientras exonera de impuestos a la gran minería, las empresas petroleras, a los casinos y casas de juego.
La soberanía nacional, en estos tiempos de globalización, no se expresa solamente a través del dominio soberano sobre los recursos del subsuelo, las aguas o la tierra sino que abarca todo el ecosistema en una época en que el mundo está amenazado por el calentamiento global causado por un capitalismo voraz.
Desperdiciamos las aguas, horadamos los Andes sin ningún beneficio para el país, envenenamos el aire, echamos a perder uno de los países más hermosos y privilegiados del planeta para enriquecer a unos cuantos enemigos del pueblo.
Trabajo digno con derechos
Pero el saqueo no se limita a los recursos naturales. El trabajo digno con derechos, seguridad social y jornada de ocho horas es una utopía en el Perú.
Las mujeres que laboran en las empresas de agroexportación trabajan doce y catorce horas muchas veces en trabajo nocturno y dentro de cabinas de frío. Los niños son semi esclavos o esclavos en los lavaderos de oro y las ladrilleras. Los jóvenes tienen que mendigar empleo. Educamos una generación de vendedores callejeros, acróbatas en los cruces callejeros mendigos en los semáforos, vigilantes nocturnos que trasnochan y arriesgan la vida para poder vivir, cobradores de combis, lavadores de carros, impulsoras de supermercados, anfitrionas de casinos, niños y niñas que se prostituyen en las calles de Lima y las ciudades de la sierra y que crecen en un mundo de miseria material y moral. Esa es la sociedad que ha sido capaz de construir el neoliberalismo bajo la bandera negra de la calavera y las tibias cruzadas del libre mercado. Ese es el paraíso que nos ofrecen: el del tráfico de personas, de mujeres y niños.
Contra esa sociedad, nosotros oponemos la sociedad del trabajo digno, de los servicios sociales para todos sin discriminaciones. La sociedad en la cual cada trabajador y cada trabajadora vea respetados sus derechos y reciba la compensación adecuada a su esfuerzo. La sociedad que haciendo realidad una democracia de verdad, camine hacia una nueva república y hacia el socialismo.
Eso significa para empezar una política económica independiente de los monopolios dedicada a crear empleo pleno. Significa recuperar nuestro mercado interno apoyando decididamente a las empresas nacionales surgidas del esfuerzo de las familias peruanas. Significa dirigir los créditos bancarios a la producción y que el dinero del Estado que ahora es depositado en los grandes bancos privados y manejado por ellos, sea orientado hacia la agricultura nacional y las empresas manufactureras peruanas que puedan producir para un mercado interno en permanente ampliación no solo por el aumento de los consumidores sino por su cada vez mayor capacidad de consumo individual.
Seguridad Social
Esta política de empleo pleno y de verdadero crecimiento económico basado en la producción nacional y no en el saqueo del país debe correr paralela con la extensión de la seguridad social a todos los peruanos y peruanas en todo el país.
Un solo sistema de seguridad social moderno y descentralizado, manejado por los propios asegurados y no por los gobernantes de turno debe proporcionar servicios de salud, medicinas en condiciones de dignidad, y debe ser financiado por los impuestos que todos pagamos y que ahora van a parar al pago de la deuda externa. Ese sistema de seguridad social debe reemplazar a la vetusta, indigna y corrupta Essalud actual donde los pacientes hacen colas interminables para obtener atención. Y para ello debemos convocar a los asegurados y los pensionistas de todo el país a renovar de arriba abajo la mal denominada seguridad social y reemplazarla por un sistema de aseguramiento universal que llegue a los barrios y a los hogares con medicina preventiva sin necesidad de que los pacientes ya enfermos tengan que mendigar una consulta o mueran como consecuencia de una atención irresponsable.
Las AFP, la banca privada y los usureros
Los ahorros de los peruanos que tienen el privilegio de estar en planilla también son capturados por los bancos. 11% de los salarios ya de por si exiguos de los trabajadores son derivados a las Administradoras de Fondos de Pensiones sin que los ahorristas tengan ningún control sobre sus fondos. 15 mil millones de dólares han ido así a alimentar la inmensa masa líquida con que ahora cuentan unas cuantas familias para sus empresas y que crece mes a mes. Y también para que el Estado, como en los tiempos del seguro social, cuando se gastaba irresponsablemente el fondo de pensiones, pague con ese dinero la deuda externa del país, presentando esto como un manejo eficiente de las finanzas públicas. Planteamos que el gobierno cumpla con aquello que ofreció en su campaña electoral: liberar a los ahorristas de la jaula de las AFP. Exigimos que el dinero succionado por las AFP sirva para promover el desarrollo del país y no las ya repletas bolsas de especuladores y banqueros.
La parte del salario que no va a las AFP o las escuálidas ganancias de los trabajadores son succionados por los leoninos bancos que algunas empresas chilenas han implantado en el Perú. La usura, que antes era condenada y perseguida, ahora es permitida y promovida por un Estado cómplice.
Los sueldos de hambre de nuestros trabajadores de la clase media son complementados por el crédito de tiendas al detalle que nos venden con luces y propaganda, ropa y materiales de desecho de otros países cobrándonos gastos e intereses que sobrepasan el 100% anual mientras las pequeñas empresas formadas por las familias quiebran ante la competencia desleal que el Estado promueve.
Nuestros indefensos consumidores deben pagar dos y tres veces el precio de mercaderías de saldo que sobran en otros países en vez de comprar mercaderías de mejor calidad hechas en el país con algodón cultivado por nuestros agricultores y tejidos elaborados por nuestras fábricas. La necesidad, la ignorancia o el candor de los consumidores son usados por los medios de comunicación que cautivan a sus oyentes y televidentes atrayéndoles a las fauces de los usureros que destruyen las economías hogareñas y el país. Por eso, es la defensa de los consumidores y no solo mejores salarios y condiciones de trabajo para los trabajadores, aquello que debe estar en las primeras líneas del programa de una izquierda renovada que haga frente a la globalización de la usura. ¡Demandamos el control de la usura, y el apoyo a la producción nacional!
Los medios de comunicación
De esta manera, el voraz capitalismo de hoy succiona los recursos naturales del país, monopoliza las comunicaciones, se apropia del mercado interno y ha logrado en la práctica abolir los derechos laborales conquistados a lo largo de años de esfuerzo y de luchas. Pero luego de convertir a miles de personas en miserables o semi esclavos, pretende dominar sus conciencias. Los medios de comunicación han sido envilecidos.
El espectro radioeléctrico que pertenece a la nación es monopolizado de manera vitalicia por los Delgado Parker o los Ibcher. Los periodistas que hacen periodismo de investigación son silenciados cuando sus denuncias no convienen al juego de los grupos y mafias que se disputan el poder del estado. La ignorancia, la ramplonería, la basura televisiva es esparcida horas y horas e introducida a los hogares peruanos bajo la coartada de la libertad de prensa.
El Perú vio asombrado como los Crousillat, los Delgado Parker o los Schutz desfilaban por la famosa salita del SIN vendiendo sus televisoras y sus periódicos y comprometiéndose a llenar de lodo a los enemigos del régimen neoliberal.
Cientos de millones de dólares son debidos al estado por pago de impuestos. Pero otros cientos de millones de dólares procedentes del dinero de todos los peruanos les son regalados en forma de publicidad estatal para mantenerlos bajo el dominio del régimen de turno. Bajo la cobertura de libertad de expresión es en realidad el chantaje al que se libran las mafias que compiten dentro del sector dominante o quienes se disputan la presa del presupuesto del Estado, aquello que se exhibe impunemente ante la impotencia de los televidentes, lectores o radio oyentes, que no tienen ningún derecho a controlar la basura que ingresa cotidianamente a sus hogares. No son las ideas sino los instintos y los temores, los sentimientos más bajos del ser humano aquello que se excita desde estos medios de comunicación. Por eso la medida de Hugo Chávez de no renovar la licencia de RCTV es un ejemplo que lejos de ser condenado debe ser aplaudido.
Demandamos un estatuto de ética para los medios de difusión y mecanismos democráticos mediante los cuales los televidentes y radio oyentes puedan demandar información imparcial entretenimiento limpio y educación.
Corrupción y ausencia de valores
Los primeros capitalistas del siglo XVI enarbolaron su derecho al libre comercio en nombre de la libertad y la moral. Los capitalistas especuladores de hoy realizan un saqueo sistemático del mundo haciendo uso de la corrupción.
Lo que llamamos neoliberalismo o modelo neoliberal es en realidad una larga cadena de complicidades y negociados que viene desde las empresas transnacionales de la droga, el tráfico de armas, los paraísos fiscales y la especulación bancaria y extiende sus tentáculos a través de los gobiernos, los ministerios, los congresos, los estudios de abogados y las empresas concentrando las riquezas en unas pocas manos mediante los negocios sucios. Sólo eso puede explicar la prosperidad de unas cuantas familias ricas, de unos cuantos grupos económicos poderosos, en medio de un mundo de pobreza, hambre y miseria.
Lo peor es que ese ejemplo de falta de escrúpulos, de ausencia de valores, que vemos en la conducta de los gobernantes, penetra todas las capas de la sociedad. El servilismo, la dependencia y el clientelismo, características de las sociedades corruptas y decadentes que no basan su prosperidad en el trabajo sino en el dinero fácil, ha impregnado prácticamente la totalidad de la sociedad peruana. Es el mayor daño que se ha hecho al país, porque no es un daño físico sino moral. Una enfermedad de la conciencia cuya erradicación demorará décadas y generaciones.
Si nuestro egregio González Prada dijo al finalizar el siglo XIX que en el Perú donde se hunde el dedo brota la pus, hoy desgraciadamente tenemos que admitir, a comienzos del siglo XXI que el dedo mismo está purulento.
Por eso tenemos que decir que para nosotros la recuperación de la soberanía nacional pasa no solamente por lo material sino por las conciencias. Para la izquierda de hoy, la recuperación de la dignidad nacional es también el fin de la política de la mano extendida, el término definitivo del clientelaje, del oportunismo. La construcción de la nacionalidad es también y ante todo la construcción del espíritu nacional la reivindicación de la dignidad de un pueblo que ha sido largamente herido y humillado y el castigo para los corruptos donde quiera que se encuentren, ya sea en el gobierno o fuera del gobierno, en el Perú o en Chile evadiendo la extradición.
EL TLC
Los gobernantes peruanos, actuando como agentes de las grandes empresas internacionales, se desesperan porque firmemos el TLC. Ni Costa Rica ni Nicaragua en Centroamérica; ni Brasil, Venezuela, Argentina, Bolivia, Uruguay o Ecuador, firmarán el TLC porque saben que no es un tratado de Libre Comercio sino de Libre Colonización y de subordinación colonial de nuestros mercados al gran mercado imperial. Porque saben que el TLC sería la ruina de la agricultura campesina y la desaparición de los medicamentos genéricos; o la invasión de nuestros países por los desechos de los mercados de los países ricos.
Los dueños de Tip Top o los líderes de la CONFIEP quieren TLC porque no quieren pagar impuestos ni en el Perú ni en los Estados Unidos. ¿Cómo nos hablan de modernidad, tecnología y competitividad, dueños de industrias que usan trabajo semi esclavo, que no respetan la jornada de ocho horas, que usan trabajo infantil, pagan salarios de hambre, prohíben los sindicatos, no pagan impuestos en el Perú y encima no quieren pagar impuestos en los Estados Unidos?
Al TLC, los gobiernos de Bolivia, Venezuela, Argentina, Cuba y otros países han opuesto la alternativa del ALBA un proceso de integración por la base energética, comunicacional, financiera y en las políticas sociales de educación y salud, es decir, empezando por las necesidades de los pueblos y por la base. Y frente a toda esta situación el gobierno peruano, para vergüenza del país, ha elegido subordinarse al imperio, es la alianza del ratón con el gato, o como alguien dijo, el chancho que quiere ser comido, al lado del ya impresentable gobierno de Uribe en Colombia, cuyas relaciones con el crimen paramilitar financiado a su vez por el tráfico de drogas es un hecho público, aislados con una corrupta política de derecha en medio de un continente que reinicia un camino distinto a las consignas del imperio.
Debemos reanudar nuestra campaña contra la firma del TLC. No se trata, como se ha dicho, de buscar un TLC bien negociado sino de evitar que nuestro país caiga en la vergüenza de una espuria alianza con los peores sectores de los Estados Unidos.
EE.UU. pretende instalar bases militares en el Perú
El TLC no es la única amenaza contra nuestro país. Desalojados de Manta y del Ecuador donde su presencia se ha hecho indeseable, los militaristas norteamericanos pretenden ahora instalar una base militar norteamericana en Chiclayo con la tolerancia del gobierno y del Congreso. Con la aprobación del Congreso y el pretexto de acciones cívicas o maniobras militares, oficiales y soldados norteamericanos entran y salen del país como por su casa.
Y así, mientras se grita contra una supuesta intervención extranjera venezolana o cubana, se calla o se aprueba la real ocupación militar de nuestro país por el ejército del imperio. Estaremos muy atentos a estas idas y venidas del señor García, de la Señora Condolezza Rice, del Canciller o del señor Negroponte.
Exigimos que la Cancillería le diga al país qué se está negociando militarmente con los Estados Unidos. Exigimos que el gobierno peruano adopte la misma medida que con toda dignidad nacional acaba de adoptar Costa Rica: que ningún policía o militar vaya a entrenarse a la Escuela de las Américas, porque son escuelas donde se enseña a espiar, perseguir, torturar y asesinar. Exigimos que los congresistas voten contra la presencia de tropas norteamericanas en el país.
Invasión del poder económico de Chile
Nos enfrentamos a una invasión de nuestro mercado y nuestra economía, promovida por los gobernantes que deberían defender nuestra soberanía. Las mejores tierras de la costa, muchas de las cuales fueron habilitadas por las irrigaciones que pagó el Estado con dinero de todos los peruanos, son ahora propiedad de empresas que pertenecen a los mismos millonarios chilenos que hicieron matar a Allende. Los Errázuriz, los Luksic, los Edwards, herederos de aquellos que sirviendo al imperialismo inglés, capturaron a sangre y fuego las salitreras peruanas, saquearon el territorio nacional y asolaron nuestras ciudades y nuestros campos en 1879. Y las mismas familias de la casta dominante peruana, cuya imprevisión hizo posible el desastre de 1879, son aquellas que hoy colaboran a la nueva invasión de comienzos de siglo. La prepotente actitud del estado chileno acerca de las aguas territoriales y los hitos de la frontera terrestre es solo una de las manifestaciones de este proceso.
Así como el fin del siglo XIX presenció el desastre y la vergüenza de la derrota militar peruana, el fin del siglo XX ha presenciado el desastre y la vergüenza de nuestra derrota económica a manos de los herederos de los mismos grupos de mentalidad esclavista y colonial: los Kuzsynski, los Romero, los Montesinos, los Fujimori.
Por eso al mismo tiempo que condenamos el militarismo de los Lynch, Pinochet y sus herederos, recordamos el Chile de Emilio Recabarren, Allende, de Prats, de Neruda, de Víctor Jara, de las víctimas del asesinato masivo en quienes reconocemos a nuestros hermanos.
Es a los explotadores y expoliadores de aquí y de allá, que finalmente son los mismos, a quienes debemos combatir levantando al mismo tiempo la gran bandera común de la unidad e integración latinoamericana; la gran alianza de los pueblos contra los capitalistas usureros y contra los imperialistas.
11 de julio: con la CGTP y el movimiento popular
¿Cómo construir esta alianza? Hoy día hemos dejado nuestras banderas partidarias en la puerta para levantar nuestra única bandera nacional. Así como esta noche hemos sido capaces de hacerlo, también desde ahora, iniciamos el gran recorrido que a partir de este evento nos conduce al 11 de julio, fecha de la movilización nacional convocada por la CGTP en defensa de la soberanía nacional y de los derechos del pueblo. Junto con los trabajadores en Lima y en todas las ciudades del país, en la ciudad y en el campo, hagamos realidad la gran movilización que detenga la gran traición de la corrupta alianza del aprismo gobernante y el fujimorismo.
Hagamos los más sinceros votos para construir la gran alternativa política, social y económica que el Perú necesita. Aquella en que la izquierda histórica a la que pertenecemos, se encuentre con las regiones, con los pueblos, con los gobiernos locales, con las iglesias, con los intelectuales, los estudiantes y las universidades.
Desde las bases construiremos la unidad, pero los dirigentes debemos dar el ejemplo levantando una única bandera. ¡Unidad para construir! ¡Unidad para construir el inmenso poder popular, social y político que recupere el gobierno del Perú de las manos de los enemigos del país! ¡Unidad para gobernar honestamente no para los partidos sino para las peruanas y los peruanos! ¡Unidad para lavar la vergüenza de años de traición y humillación! ¡Unidad para tener al fin una patria libre y justa donde la injusticia haya desaparecido! ¡Unidad para que se encuentren en un abrazo permanente, la paz con la justicia, la creación de riqueza con la distribución!
En resumen ¡Unidad para vencer junto con los trabajadores, junto con la izquierda y la CGTP!
https://www.alainet.org/es/active/18331
Del mismo autor
- La izquierda y la soberanía nacional 27/06/2007