La figura del “patrón” afecta la desmovilización asegura la OEA

28/06/2007
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Medellín
 
El “patrón”, tal y como son identificados los comandantes paramilitares que hacen parte del proceso de reinserción de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), es una figura de riesgo para aquellos jóvenes que intentan volver a la legalidad y para el proceso mismo de desmovilización.
 “Si la tendencia es que los muchachos le respondan a la legalidad, el proceso de reinserción es un éxito. Si la tendencia es que le respondan al “patrón”, no es un éxito”, le reconoció a la Agencia de Prensa IPC, Sergio Caramagna, jefe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz con las Auc, de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien fue invitado al Seminario Medellín, adelante y sin reversa, una experiencia de paz y reconciliación, convocado por las autoridades municipales y que termina este viernes.
 
La referencia a esa figura del “patrón” se ha visto reforzada recientemente en la capital antioqueña por parte de desmovilizados de las Auc, sus familias y simpatizantes, durante las audiencias ante los fiscales de Justicia y Paz de los ex comandantes paramilitares Fredy Rendón, alias “el alemán”, y Carlos Mario Jiménez, alias “macaco”; así como en los discursos que manifiestan de manera reiterada los reinsertados de los bloques paramilitares que comandó Diego Fernando Murillo, alias “don Berna”, entre ellos el Cacique Nutibara y el Héroes de Granada.
 
Además, tal figura fue abordada en el último informe de la organización no gubernamental norteamericana International Crisis Group, que le reconoce a “don Berna” el poder que tiene sobre “el bajo mundo” de la delincuencia en la ciudad.
 “No está bien”
 
¿Qué opinión le merece esa reiterada alusión a la figura de “patrones” que hacen de ella desmovilizados y simpatizantes de los comandantes paramilitares?
 
“Si la tendencia es que los muchachos le respondan a la legalidad el proceso de reinserción es un éxito. Si la tendencia es que los muchachos le respondan al patrón, no es un éxito”.
 
Por momentos esa figura de “patrón” se fortalece a través de expresiones públicas y privadas. ¿Cómo romper ese vínculo para evitar el fracaso del proceso?
 
“Durante un tiempo, a los colombianos, a nosotros y a muchos de los que nos interesa realmente el proceso de paz en Colombia vamos a tener que entender que vivimos una transición y hay dos formas de romper esos vínculos ilegales: o por la vía de la represión o por la vía de la pedagogía.

Yo creo que cuando se salen las cosas de los marcos reales, la represión se justifica, pero hay que apostarle a la pedagogía con los desmovilizados, que son colombianos, que son personas. Hoy me consta, y le consta al Secretario General de la OEA, que muchos de ellos han estado y están mucho más vinculados al interés por la legalidad y por una vida distinta a la que han tenido ahora”.

 Pese a esos esfuerzos, esa llamada “base social” de las zonas de influencia de los antiguos bloques de las Auc, acompañan de manera festiva a sus “patrones”. ¿Qué opina la OEA al respecto?
 
“Ese acompañamiento a los jefes paramilitares no le hace bien al proceso, no es una buena señal. Algunos creen que eso significa mostrar determinados tipos de apoyos, pero la opinión pública nacional e internacional no ve favorable ni con buenos ojos esas manifestaciones”.
 
¿Qué habría que hacer entonces para evitarlas?
 
Creo que hay que exhortar a que eso no se desarrolle de esa manera. Si bien no hay leyes que impidan esa manifestación, porque no están infringiendo normas y procedimientos judiciales, habría que aconsejar de que eso no es favorable al proceso. Así por lo menos lo vemos nosotros”.
 
Frente a la figura del “patrón”, en el caso de Medellín un informe reciente, hecho por la organización norteamericana International Crisis Group dijo sobre Medellín que alias “don Berna” seguía controlando parte de la ciudad. ¿Qué opina la OEA al respecto?
 
“La desmovilización y el desarme no es la terminación automática de la influencia de esas fuerzas y de las secuelas que tienen estos actores violentos. Nadie tiene que pensar ingenuamente que porque se entregaron las armas y se desmovilizaron esas personas, se terminó el fenómeno de las autodefensas o del paramilitarismo. Esto es un tema que tiene raíces y vínculos de orden social, político, económico e institucional. La desmovilización y el desarme es el inicio de un proceso mucho más complejo”.
 
¿Significaría entonces que estos comandantes paramilitares continúan desde la cárcel manteniendo un control parcial de aquellos sectores y zonas donde tuvieron influencia militar?
 
“¿Sabe qué aprendimos nosotros aquí? Que la cárcel es también un escenario del conflicto”.
 
En esa perspectiva, además del control que aún ejercen los “patrones”, hay un fenómeno que preocupa en la ciudad y es el porte de armas con salvoconducto de algunos reinsertados. ¿Qué aconsejaría la Misión que usted conduce?
 
“No es aconsejable. Una cosa son los hechos concretos, las estadísticas, y otra cosa que hay que tener en cuenta es la percepción que tiene la población alrededor de determinados fenómenos y si el hombre y la mujer de Colombia, ciudadanos comunes, observan la persistencia de actores con armas en distintas circunstancias podría no favorecer al proceso, podría crear la sensación de que hay gente que a pesar de haberse desarmado continúa controlando vidas y conciencias, y eso es complicado y peligroso”.
 
Eso me lleva a preguntarle por las víctimas del paramilitarismo, y sobre aquellas versiones que buscan generalizarlas, borrando las diferencias entre víctimas de la guerrilla y de las autodefensas. ¿Es una versión sobre la cual la OEA tiene algún punto de vista?
 

“¿Sabe lo que tenemos que hacer con las víctimas? Respetarlas, escucharlas profundamente, considerarlas como personas y no como objeto de especulaciones o de nuestros intereses. A las víctimas hay que acercarse, quererlas y acompañarlas tal cual son, con su autenticidad, con sus valores. Habitualmente, cometemos el error de hablar por las víctimas, de querer representar a las víctimas, es un grave error. Hay que tratar de acercarse a ellas y escucharlas. A veces oímos, así como oímos ruidos, pero no escuchamos. Escuchar significa algo más profundo”.

Fuente: Agencia de Noticias IPC

Medellín, Colombia
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